- JUDITH SCHÖNSTEINER
- Directora Centro de Derechos Humanos, Universidad Diego Portales.
¿Qué puede lograr una ley que crea un mecanismo judicial contra la discriminación? ¿Agrega un agravante en derecho penal para sancionar la motivación discriminatoria en la comisión de un crimen, y la inclusión en el derecho administrativo del acoso sexual como razón de dar de baja al funcionario? No todo, pero mucho, especialmente si está bien hecha. Dicho proyecto, al cual el Gobierno puso suma urgencia tras el fallecimiento de Daniel Zamudio por las agresiones homofóbicas de las cuales fue víctima, es parte de lo que debería ser un sistema legal contra la discriminación.
Algunos sectores de la sociedad insisten en que no sería necesario incluir en el Artículo 2 del proyecto de ley las categorías de discriminación por orientación sexual y género. Niegan la existencia de la discriminación, o temen que se abran puertas a figuras legales a las cuales se oponen. Consuela que según la encuesta UDP de 2011, más de la mitad de los chilenos y chilenas (57,6%) considera que la homosexualidad es “una opción válida”, a pesar de que el grado de apoyo disminuya conforme se acerca a ciertos círculos de poder. Pero estamos en un momento en que se hizo dolorosamente presente el hecho de que nuestra cultura que no quiere abrirse a la diversidad. Y probablemente, pocos se dan cuenta de la discriminación cotidiana que transporta nuestro lenguaje. ¿Por qué no llamar a una persona transexual por el nombre que usa y con el cual se siente realmente identificada en los medios de comunicación? ¿Por qué a un hombre debiera llamársele “maricón”? El lenguaje habla de nuestra cultura.
La ley que establece medidas contra la discriminación no le hubiera salvado la vida a Daniel. ¿Qué más entonces debe lograr la legislación? Debe asegurar —cosa que no se está dando todavía— que se tipifiquen los crímenes de odio contra minorías de cualquier índole, especialmente, racial, de género y de orientación sexual.
Justamente por no contar con una cultura judicial y administrativa que respete profundamente la diversidad sexual, la condición de discapacidad, el origen étnico de las personas, es necesaria una ley que permita a los ciudadanos interponer un recurso en caso de atropello a su derecho humano a la no discriminación. Por todas las razones que constituyen discriminación según los tratados internacionales que Chile ha ratificado. Además, es claramente necesario el agravante penal, aunque faltaría dar el paso para sancionar también la instigación al odio discriminatorio, o los así llamados crímenes de odio. Aún cuando se apruebe esta ley, no será más que un primer paso para erradicar la violencia homofóbica, sexista o racista.
La ley que establece medidas contra la discriminación no le hubiera salvado la vida a Daniel. ¿Qué más entonces debe lograr la legislación? Debe asegurar —cosa que no se está dando todavía— que se tipifiquen los crímenes de odio contra minorías de cualquier índole, especialmente, racial, de género y de orientación sexual. Debe asegurar que se diseñen e implementen políticas públicas transversales de educación cívica, formando conciencias en los funcionarios públicos, profesores y estudiantes, sobre la prohibición de la discriminación y de las actitudes y comportamientos que la faciliten y promuevan, muchas veces de manera sutil. Una ley con este propósito debería vincularse con la Ley de Antidiscriminación; no la reemplaza, ni puede esta ley funcionar sin el marco social que le confiere la otra. En ese sentido, el llamado es a presentar un proyecto de ley que pueda lograr este objetivo.
La discriminación empieza en lo que pensamos y decimos, y la regulación debiera ayudarnos a crear los fundamentos de una sociedad que necesite cada día recurrir menos al derecho penal para remediar los daños irreparables. Más bien, una sociedad que aprenda a respetar y valorar la diversidad. Para que no solamente despertemos cuando haya un homicidio. Para que no solamente juzguemos a los presuntos responsables, sino que quitemos el trasfondo de discriminación presente en nuestra sociedad.
http://www.elmostrador.cl/opinion/2012/04/03/%C2%BFque-puede-lograr-la-ley-de-anti-discriminacion/
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