Héctor Areyuna
Generalizado fue el rechazo al homenaje al dictador Augusto Pinochet realizado este domingo en el Teatro Caupolicán, el que derivó en intensas manifestaciones entre opositores y adherentes al ex dictador. Posteriormente, los asistentes fueron resguardados por Carabineros, mientras que los opositores denunciaron violencia y represión policial.
Miles de personas participaron en la funa al homenaje al dictador Augusto Pinochet en las cercanías del Teatro Caupolicán, jornada marcada por los enfrentamientos, la asistencia de miles de personas a repudiar el acto y por el recinto de calle San Diego ocupado en cerca de un 20 por ciento de su capacidad.
Los asistentes condenaron que se realice un homenaje a un dictador, culpable de violaciones a los Derechos Humanos, asesinatos y desapariciones, tal como señaló el músico del grupo Legua York, Lulo Arias, quien calificó como una atrocidad la realización de la actividad.
“Una atrocidad que hoy se hagan homenajes a un viejo asesino, torturador y ladrón porque así fue corroborado después de su muerte. Estamos acá el pueblo organizado, levantándonos contra esta injusticia. Reprochamos cualquier intento de homenaje a este tipo de personas que mataron a nuestra gente y estaremos acá una y mil veces si es necesario”, sostuvo Arias.
Pasadas las 10 horas del domingo llegaron los primeros manifestantes a las cercanías del teatro, los que rápidamente fueron segregados por Carabineros, que cortando calles, separaron al grupo en distintas partes que terminaron manifestándose en varios lugares del centro de Santiago al mismo tiempo.
Esto derivó en enfrentamientos, al mismo tiempo en que los asistentes al homenaje fueron encarados e increpados por la gente que les recriminó su respaldo a los crímenes de Derechos Humanos ocurridos durante la dictadura. Pero llamó la atención que a los manifestantes se les enfrentaran grupos neonazis, de los cuales se acusó incluso el porte de armas blancas.
De hecho, durante las primeras horas de la funa, ya se registraban detenidos e incluso el integrante de la comisión Funa de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Tito Murillo, fue retirado del lugar en una ambulancia luego de ser golpeado por Fuerzas Especiales de Carabineros.
El actuar policial fue de clara protección a la realización del homenaje y sus participantes, lo que el concejal por Ñuñoa e hijo de un profesor degollado por la dictadura, Manuel Guerrero, lamentó al ver que junto con que se permitiese un acto de esta naturaleza, Carabineros defendió a quienes participaron en él.
“Esto es una falta de respeto con la propia democracia, con el conjunto de la sociedad chilena, actos como este deberían ser prohibidos, porque lo generan es enaltecer, tratar de dotar de un significado positivo los crímenes de lesa humanidad, el terrorismo de Estado. Acá estamos con Carabineros de Chile que por orden tiene que proteger a quienes están defendiendo a los asesinos, cuando la señal debiera ser que las nuevas Fuerzas Armadas deberían repudiar, condenar lo que hizo Pinochet, que manchó el uniforme de las Fuerzas Armadas”, aseguró el concejal.
La acción de las Fuerzas Especiales, fue además, considerada como desmedida por la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro. “Vean cómo nos han tratado. Este es el país donde se defiende a los criminales, a los genocidas, y no se defiende la vida y los derechos humanos, eso es lo que está pasando. Ya nos mojaron, han golpeado gente, han llevado gente detenida, porque para ellos el enemigo es el pueblo de Chile, la inmensa mayoría, defienden a violadores, a asesinos y a genocidas”, dijo.
Finalmente, los asistentes, entre quienes se encontraban representantes de organizaciones del franquismo español y de cubanos residentes en Miami además de adherentes y defensores de la dictadura, tuvieron que ser escoltados por Carabineros para abandonar la zona en buses de Fuerzas Especiales, según informaron Observadores de Derechos Humanos.
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