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viernes, 9 de septiembre de 2022

«Rechazamos para que haya una nueva Constitución»: El terrorismo mediático en evidencia en los argumentos de los votantes

"No cachando nada" podría ser el título de una comedia humorística ambientada después de este último plebiscito en Chile, y donde sus personajes se van dando cuenta poco a poco de lo que en realidad votaron. Lamentablemente, el tema está lejos del humor y se sitúa en la esfera de lo terrible que resulta ser una sociedad cuyo poder económico y político despliega -sin consecuencias- un terrorismo mediático sobre su población, para favorecer sus propios y exclusivos intereses.

En los días posteriores al plebiscito del 4 de septiembre, la ciudadanía ha escuchado, estupefacta, algunos de los argumentos entregados por las personas que votaron Rechazo a la nueva Constitución. Sus afirmaciones han dejado en evidencia la impresionante campaña de tergiversación y desinformación desatada contra la población, lo cual, desde cierto punto de vista, convierte el resultado electoral en algo espurio, es decir, falso, ilegítimo o no auténtico.

Porque, ¿cómo es posible que se nos imponga un orden legal, primero mediante el terrorismo de Estado, y después, hoy, a través de mentiras y engaños a nivel masivo? ¿Es legítimo utilizar el terrorismo mediático para ganar una votación? ¿Es justo obedecer la ley en un país que se organiza así?

Se dirá que exagero. Juzgue usted. A continuación enumero motivos de votantes del Rechazo que he escuchado personalmente en la vía pública en Valparaíso y Viña del Mar, entre el lunes y el miércoles inmediatamente siguientes al plebiscito:

Lo hicimos porque no estamos de acuerdo con que se eliminen los juegos tradicionales chilenos, porque no queremos que el Estado nos expropie la casa a precio justo, porque Chile tiene una sola bandera y un solo escudo, y además van a sexualizar a los niños muy chicos, y mis papás no podrán heredarnos la casa porque estarán prohibidas las herencias y la riqueza.

Pero los más terribles -para mí- fueron: Rechazamos para que haya una nueva Constitución (¿?!!!), rechazamos para que la salud mejore, para que no hayan listas de espera, para que las isapres no nos sigan abusando, rechacé también para que se solucione el tema de las pensiones y porque quiero una Constitución hecha en democracia…

Este segundo grupo claramente no entendió lo que se estaba votando. Y quizás ante su confusión, los agarró algún militante de la campaña del terror contra el texto, amplificada hasta el cansancio por los medios de comunicación corporativos entre noticias dramáticas de portonazos y balaceras. Y terminaron rechazando. Puede ser.

Hacia el final del último día, escuché a dos señoras conversar y una le decía a la otra y a una niña que estaba con ellas, que votar Rechazo era para rechazar la Constitución actual. Y luego un amigo comentó que escuchó a un par de ambulantes decir que votaron Rechazo porque el Gobierno estaba en contra del comercio ambulante. Esto, finalmente, me hizo pensar que mucha gente a lo mejor, todavía, aún, ni siquiera sabe lo que votó. Y nunca se enterará, quién sabe. Lo cierto es que ha quedado en evidencia una desconexión brutal en buena parte de los electores del Rechazo, respecto a sus intenciones y lo que realmente votaron. Y muchos seguramente quedaron convencidos de haber hecho lo correcto. Probablemente, puede ser. Digo, y no se enterarán del engaño jamás. O a lo mejor sí.

¿Es correcto ganar de esta forma?

¿Cómo reacciona usted cuando se da cuenta que alguien lo engañó?

La cola más peluda en todo caso es lo endeble que queda el ejercicio democrático con esta irrupción multimasiva de noticias falsas, tergiversaciones y demases. Por ahora, es muy poco lo que se puede hacer frente a un poder tan enorme y capaz de llegar donde nadie más puede hacerlo. Pero siento que lo podríamos lamentar muchísimo si no lo enfrentamos desde ya. Las consecuencias de seguir permitiendo envenenamientos así de tóxicos en la vida social y pública se volverán muy pronto catastróficas pues lo que está en peligro es la democracia misma como concepto.

En ese sentido, legislar al respecto es una buena posibilidad. Impulsar una ley de medios debiera ser ya la siguiente jugada -urgente- del mundo democrático. Aún estamos a tiempo.

https://twitter.com/delosquesobran/status/1567902769989779461



https://twitter.com/delosquesobran/status/1567902769989779461
https://www.elciudadano.com/chile/rechazamos-para-que-haya-una-nueva-constitucion-el-terrorismo-mediatico-en-evidencia-en-los-argumentos-de-los-votantes/09/08/

¿Por qué la convención constitucional es una trampa?

El proceso constituyente está controlado por los partidos tradicionales, desde la UDI al Frente Amplio. Contiene una diversidad de trampas y “trabas” que facilitarán que los Convencionales, es decir, delegados a la Convención, serán principalmente miembros de los partidos políticos de siempre, los de los 30

Puede ser sorprendente ver cómo en las últimas semanas se han alineado con la opción “Apruebo” personajes como Pablo Longueira (aunque luego dijo que estaba por mantener lo más posible la constitución de Jaime Guzmán), Joaquín Lavín, el diario La Tercera a través de su editorial, e incluso sectores empresariales llamaron a un “reformismo sin refundación”, donde plantean “no refundar desde cero” pero tampoco “mantener el status quo.

Es que hay algo que es claro: La gran mayoría de los grandes empresarios, los sectores “dirigentes” de la sociedad, los verdaderos representantes de este régimen heredado de la dictadura militar, se han decidido por el camino de ir a un proceso constituyente tranquilo, sin mayores convulsiones. Es decir, un proceso que sirva para impedir el retorno de las calles y de la movilización, que es a lo que verdaderamente le temen.

Esto lo hacen para lograr llegar a acuerdos “moderados” que no impliquen grandes transformaciones y les permitan continuar con su modelo de ganancias.

Y no es extraño que esa sea la decisión que tomaron, porque este proceso constituyente les da una serie de garantías, acordada por los partidos tradicionales que firmaron el “Acuerdo por la paz y la Nueva Constitución”, de que no van a ser grandes transformaciones las que allí sucedan, ni se verán afectados seriamente sus bolsillos. Tienen mecanismos de control a su favor.

Y uno de esos mecanismos es el hecho de que el proceso constituyente está firmemente controlado por los partidos tradicionales. De hecho, no debe sorprendernos que de cara a la elección de los miembros de la Convención, la gran mayoría de los rostros que veamos sean de representantes de esos sectores.

Sobre la inscripción y presentación de candidaturas

Primero que todo el mecanismo de presentación de candidaturas es injusto para los candidatos independientes y favorece a los partidos tradicionales. Es sencillo: por ejemplo, en la Región Metropolitana, un partido puede presentar o inscribir 58 candidatos en toda la región, esto si logran legalizarse allí reuniendo 6.400 firmas.

Pero los límites para candidatos independientes son enormes: requieren reunir firmas de patrocinio iguales al 0,4% de la votación total de la última elección, en plena pandemia y frente a notario (cuestión que el SERVEL discutirá estos días), lo que en los hechos significa prácticamente un bloqueo para que puedan presentar candidaturas. Y esto para presentar candidaturas individuales, es decir, sólo en un distrito y no en toda la región como en el caso de los partidos.

Pero también los nuevos partidos tienen grandes limitaciones frente a este proceso, ya que la inscripción para nuevos partidos políticos está reglamentada por la Ley 18.603, la cual no contempla hechos extraordinarios como una pandemia, lo que se transforma en un veto en los hechos, ya que se han mantenido los mismos requerimientos de firmas cuando prácticamente todas las reglas del país han cambiado producto del coronavirus.

Esto lleva al absurdo de que los nuevos partidos nacidos después de octubre del 2019 tendrán enormes dificultades para poder legalizarse, empujando a que se hagan parte de “listas” o coaliciones de los partidos tradicionales o de los ya existentes, como ocurrió con el partido en formación “Fuerza Común” de Fernando Atria, que terminó integrándose al Frente Amplio luego de ver que no podían conseguir las firmas producto de la pandemia.

Es decir, es muy probable que la gran mayoría de las listas serán conformadas por partidos tradicionales ya existentes, debido a todas estas limitantes. Pero aún así, en la elección misma hay más trabas y dificultades.

Una elección desfavorable a nuevas voces

Esto debido a que los distritos electorales se expandieron para la elección del 2017 y eso se mantendrá para esta elección. Esto evidentemente favorece a los partidos que tengan más recursos y dinero para poder hacer campaña y llegar a más amplios sectores.

Por ejemplo, el distrito 10 se amplió cerca de 5 veces, pasando de ser sólo la comuna de Santiago Centro a incluir también a las comunas de Providencia, Ñuñoa, Macul, La Granja y San Joaquín.

Esto a su vez debilita el peso electoral de comunas populares como San Joaquín o la Granja frente a comunas más acomodadas como Providencia o Ñuñoa, donde la tasa de votación es más alta. Lo mismo ocurrió en el caso de Peñalolén que se integró al distrito 11 junto a las comunas de Vitacura, La Reina, Las Condes y Lo Barnechea.

Es sencillo, la elección de la Convención Constitucional (en caso de que esta gane que será lo más probable, aunque si es en el caso de la Convención Mixta es más restrictivo aún porque se reduce a la mitad la cantidad de convencionales electos) es un “reflejo” de la elección de diputados del año 2017.

Es decir, se utilizará el modelo electoral llamado Método d’Hondt, el cual emplea un sistema de listas a las cuales estarán asociados los candidatos según los partidos políticos o listas de independientes.

Para hacer el cálculo, la votación total obtenida por una lista se divide tantas veces como cupos a la Convenció entrega el Distrito, y los cupos se van llenando según los votos más altos. Es decir, si una lista arrasa por la votación de un candidato individual, tendrá la posibilidad de “arrastrar” a algún otro candidato de su lista, dejando fuera a candidatos con mayor votación de otras listas.

Y si bien este mecanismo es más democrático que el binominal que garantizó el cogobierno entre la derecha y la ex Concertación durante décadas, sigue siendo totalmente excluyente para nuevas alternativas, y en los hechos lo que sucederá es que la gran mayoría de los representantes electos serán miembros de los partidos tradicionales.

¡Vamos por una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana!

Es claro que quieren que sean los mismos de siempre quienes decidan, usurpando la demanda de la rebelión y la exigencia por una Asamblea Constituyente que se planteó en las calles.

Por eso, frente a este escenario, es que vemos la necesidad de plantear la lucha por una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana, sin vetos ni restricciones.

Una Asamblea donde haya un delegado por cada 10 mil electores, donde los mayores de 14 años y menores de 18 puedan votar y ser electos, al igual que los dirigentes sindicales y vecinales sin necesidad de “suspender su cargo” como lo estipula la ley al día de hoy.

Una Asamblea así que pueda discutir sobre todo, sin vetos, que pueda debatir sobre los tratados internacionales, y que no tenga ninguna institución de este régimen heredado de la dictadura encima de ella.

Necesitamos organizarnos todos y todas quienes luchamos por esa perspectiva, para en este escenario político/electoral, podamos plantear con claridad esa alternativa, junto con la demanda del Fuera Piñera y de la necesidad de retomar la pelea por una huelga general, única vía para poder lograr que sea el pueblo trabajador el que decida, y no los grandes empresarios y los partidos de los 30 años.




https://www.laizquierdadiario.cl/Por-que-la-convencion-constitucional-es-una-trampa-172375

El sistema D’Hondt: otra trampa del proceso constituyente

El proceso constituyente está controlado por los partidos tradicionales, desde la UDI al Frente Amplio. Contiene una diversidad de trampas y “trabas” que facilitarán que los Convencionales, es decir, delegados a la Convención, serán principalmente miembros de los partidos políticos de siempre, los de los 30

El año 2015 se puso fin al sistema electoral binominal, una herencia de la dictadura que favorecía especialmente a los partidos tradicionales para repartirse los escaños electorales entre ellos mismos.

Mediante la Ley 20.840 el sistema binominal se reemplazó por uno proporcional moderado llamado sistema D’Hondt, que además amplió el número de escaños parlamentarios. Si bien esta modificación abrió paso a un sistema más proporcional no se resolvieron los problemas de representatividad.

Esto debido a que se conservó el grueso de la legislación que impone enormes obstáculos para la participación en elecciones, privilegiando a los partidos tradicionales y con representación parlamentaria.

Si quieres saber como opera el sistema D’Hondt revisa el anexo al final de esta nota.

No solo debido a que la legalización de un partido político requiere enormes esfuerzos (como las 100 firmas iniciales ante notario, la legalización obligatoria en 3 regiones consecutivas, entre otras), sino que además los partidos tradicionales reciben, entre otras garantías, enormes recursos para sus campañas.

Así mismo, tal como explicamos en la nota “¿Por qué la convención constitucional es una trampa?” la elección, al realizarse mediante un sistema de listas, produce el arrastre de candidatos, produciendo incoherencias en donde candidatos con mayoría de votos quedan fuera.

Bajo este sistema serán electos los futuros Convencionales Constituyentes, los cuales en su mayoría serán miembros de los partidos de la cocina que armaron un traje a su medida con el “Acuerdo por la Paz”, con el objetivo de procurar conservar el grueso del Chile de los 30 años.

Ante las diversas trampas que impone el proceso para evitar que el pueblo pueda decidir, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Es por esto que organizaciones sociales, políticas, dirigentes sindicales y activistas han levantado el Comando por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, una alternativa para retomar las demandas de octubre y el camino trazado por el paro nacional del 12 de noviembre.

Este Comando no solo busca denunciar cada uno de los engaños del proceso constituyente, sino que además pretende reinstalar la lucha por una Asamblea Constituyente que no sólo discuta una nueva constitución, sino que permita la verdadera deliberación democrática de todo el pueblo, sin límites para determinar reformas inmediatas urgentes, que permita dar respuesta a los problemas de la población, como salud, educación , empleo, vivienda, entre otros.

Una Asamblea de este tipo la podemos conquistar si retomamos la huelga general, no solo para echar a Piñera, sino que para que sea el conjunto de la población la que decida de manera soberana sobre los destinos de la nación.

Anexo:

El sistema D’Hondt es una fórmula matemática que permite determinar la asignación de cargos electorales de manera proporcional a los votos obtenidos mediante un sistema de listas que posibilita el arrastre de candidatos ampliamente votados a candidatos con menores votaciones de su misma lista, un ejemplo de esto es lo ocurrido con la candidatura de Dauno Tótoro el 2017 en el distrito 10.

En esa ocasión Tótoro fue el único candidato independiente del distrito, con una campaña basada en dos ideas clave: "que todo parlamentario gane lo mismo que un trabajador" y la "renacionalización del cobre y recursos naturales bajo gestión de los trabajadores", obteniendo más de 7.500 votos.

Sin embargo, Tótoro no obtuvo un escaño, mientras que Natalia Castillo y Gonzalo Winter, con 4.449 votos y 5.226 votos respectivamente, resultaron electos diputados gracias al arrastre de la votación de Giorgio Jackson.

Si quieres saber más acerca del sistema D’Hondt puedes revisar el siguiente link.https://www.servel.cl/nuevo-sistema-electoral-chileno-metodo-dhont-2/


Fuente https://www.laizquierdadiario.cl/El-sistema-D-Hondt-otra-trampa-del-proceso-constituyente

La Historia Oculta del Régimen Militar

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