El ministro del Interior embarcó al gobierno en la persecución de un nuevo fantasma: la CAM, la principal sospechosa en su lectura de los trágicos incendios del sur. Desde la zona, Azkintuwe encontró otras versiones.
POR PEDRO CAYUQUEO - TEMUKO, WALLMAPU - 17 / 01 / 12
Tiene razón el ministro Rodrigo Hinzpeter. Los mapuches sí incendiaron Carahue. Lo hicieron el año 1600, comandados por el temible Toqui Pelantaro. Por entonces Carahue no se llamaba Carahue. Su nombre era “La Imperial”. Era la joya de la Capitanía General. La había fundado el propio Pedro de Valdivia en 1551, a orillas de un magnífico río con navegable desembocadura al Pacífico. Sería la primera capital de Chile, lejos del Mapocho, el clasismo de los habitantes de Chicureo y los dolores de cabeza del TranSantiago.
Poco duró sin embargo el sueño de Valdivia. Pelantaro y su ejército la sitiaron tras el levantamiento general de 1598, siendo abandonada por sus habitantes y quemada por los mapuches hasta sus cimientos. Tres siglos más tarde y ya cuando los españoles se habían despedido de América, fue refundada por el ejército chileno de ocupación. “Carahue”, llamaban los mapuches al lugar donde había estado emplazada la legendaria ciudad. Y así la bautizó el General Gregorio Urrutia en 1882. Carahue, “el lugar que fue”, en lengua mapuche. Humor negro mapuche. Convengamos que negrísimo.
“¿Por qué no se aplicó en el siglo XVI la Ley Antiterrorista a los mapuches?”, pregunté a un oficial de Carabineros que custodiaba el ingreso al Juzgado de Letras de Carahue el pasado jueves 6 de enero. “No entiendo su pregunta y no estoy autorizado a dar declaraciones”, me respondió. “¿No la responde por qué no la entiende o por qué no lo dejan?”, insistí. “¿Es periodista? ¿Me muestra su credencial, por favor?”. “Tengo información que mapuches sí estuvieron detrás del incendio en Carahue”, comenté a un colega corresponsal de medios de Santiago, enviado especial a la zona. “¿No wei’? ¿Te podemos grabar una cuña?”, me preguntó emocionado. “Mejor te doy el dato de mi fuente; Crónica del Reino de Chile, Capítulo 4, de Pedro Mariño de Lobera”, le respondí. “Cruzando la Plaza, biblioteca pública, dejas tu cédula de identidad y listo”, agregué.
El chiste, por cierto, no le causó mucha gracia. Como tampoco causó gracia a los habitantes de Carahue la querella por Ley Antiterrorista interpuesta aquella jornada por el ministro Rodrigo Hinzpeter. Proclamada a los cuatro vientos el día antes desde La Moneda, la acción judicial estaba dirigida contra los responsables del trágico incendio del fundo Casa de Piedra, el mismo que costó la vida a siete brigadistas que combatían su extinción. Eso en lo general. En lo específico, la querella apuntaba a sectores mapuches con nombre y apellido; la Coordinadora Arauco-Malleco, CAM.
“Quiero decir que hace pocos días se incendió un helicóptero destinado a apagar el fuego y ese atentado ha sido reivindicado por la CAM”, manifestó el secretario de Estado cuando los restos de los brigadistas aún ni siquiera eran levantados del sitio de la tragedia. “A partir de eso uno puede conjeturar y decir quiénes están detrás de otros incendios que pueden ser también intencionales”, agregó. Si bien días más tarde desde La Moneda intentaron bajar el perfil a la “conexión mapuche” deslizada por el ministro, finalmente la línea discursiva se mantuvo intacta. Ni siquiera el comunicado público emitido por el líder de la CAM, Héctor Llaitul Carillanca, modificaría el panorama.
“Frente a las acusaciones emitidas por personeros del actual Gobierno y parlamentarios de derecha señalamos, enfáticamente, que la CAM no tiene relación alguna con los hechos ocurridos en el Fundo Casa de Piedra en Carahue”, señaló Llaitul desde la cárcel de Angol, recinto donde cumple 14 años de condena. “Este comunicado solo demuestra que la CAM sí existe”, fue sin embargo la conclusión del ministro vocero de gobierno, Andrés Chadwick. Apuntó además que a partir del comunicado de la CAM, el gobierno podía concluir que esa agrupación estaba “organizada, jerarquizada y en acción”.
Un mal chiste. Es lo que opinan la mayoría de los habitantes de Carahue sobre la visita de Hinzpeter, la querella por Ley Antiterrorista y la publicitada “conexión mapuche”. “Se dice que la CAM estaría detrás del incendio y la muerte de los brigadistas. ¿Qué opina de ello?”, pregunté a un vecino que, el día de la visita del ministro, mataba el tiempo en una de las bancas de la Plaza de Carahue. “¿La queeé me dijo?”. “La CAM, unos mapuches”, le dije. “Esas son leseras, joven. Acá no hay problemas con los mapuches. Esta zona es tranquila, gente de trabajo, de mucho esfuerzo, uno comparte a diario con los mapuches aquí en Carahue. Todo esto es puro show de los políticos de Santiago”, me respondió. Lo mismo opinó el alcalde, Pedro Vera (PRSD), a quién Hinzpeter dejó literalmente plantado en la Municipalidad tras su visita relámpago.
“Es una falta de respeto venir a nuestra comuna, estar a 200 metros de la alcaldía y no tener la deferencia de conversar con quienes hemos estado día a día viviendo esta situación en terreno… Todo esto ha sido pura parafernalia comunicacional”, señaló el edil a los medios, más que choreado. “Para nosotros fue un accidente lo de Casa de Piedra. Lo que vino a hacer el ministro solo apunta a estigmatizar a las comunidades y atemorizarlas. Es racismo y discriminación contra la gente de nuestra comuna. ¿Por qué no aplicaron esta ley en Quillón o en el caso de Torres del Paine?”, interrogó hastiado.
¿Lo que Casa de Piedra un lamentable y trágico accidente? El alcalde no es el único que así lo cree. Lo ha sostenido desde el día de la tragedia el propio Comandante de Bomberos de la comuna, Héctor Rebolledo. Consultado por los escasos medios interesados en conocer su testimonio, Rebolledo señaló que su institución jamás había manejado la tesis de un “ataque terrorista” como causa de los incendios forestales en la comuna. Desde el día antes de Año Nuevo, dijo, él y sus hombres estaban combatiendo varios focos que avanzaban sin control, defendiendo la hipótesis de que los siniestros se originaron por la quema de carbón realizada por lugareños del sector Los Laureles. Y así lo dijo a los medios al día siguiente de la tragedia, desmarcándose por completo de la hipótesis “terrorista” de La Moneda y la paranoia del ministro:
-Desde el sábado, día en que se informó del incendio de Los Laureles, manejamos el antecedente de que el foco principal se produjo debido a que un grupo de personas estaba haciendo carbón en el sector. Es lo que manejamos nosotros como institución.
LOS LAURELES
A 35 kilómetros de Carahue, en dirección noroeste y en plena cordillera de Nahuelbuta, se encuentra el sector de Los Laureles. Allí, la tarde del 31 de diciembre, el descuido de un lugareño habría originado un gigantesco incendio que se prolongó por una semana y sin control por los cerros y quebradas de Nahuelbuta, pudiendo expandirse eventualmente hacia el sector de Casa de Piedra.
Habitada por colonos que arribaron a comienzos del siglo XX desde la vecina región del Biobio, Los Laureles es conocida por su producción de carbón vegetal. Producción legal e ilegal, un secreto a voces en Carahue, según reconocen incluso funcionarios y autoridades del municipio local. A juicio del alcalde, el manejo negligente de alguno de los hornos artesanales habría desencadenado el mega incendio, con diversos focos y el lamentable saldo posterior de siete jóvenes víctimas fatales.
-Los vecinos tienen identificado al responsable del foco principal. Al parecer la información no ha sido entregada, pero algunos vecinos están viendo qué van a hacer. Es un solo lugareño, un campesino, un humilde campesino que se dedica a la agricultura de subsistencia – le dijo el alcalde Vera a Radio Agricultura. Huelga destacar que ni La Moneda ni los grandes medios se interesaron mayormente en eso.
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La hipótesis de un incendio accidental que escapó trágicamente de control no es descabellada en la zona. Según cifras oficiales de CONAF, de los incendios forestales acontecidos en la región de La Araucanía en la última década, un 54 por ciento corresponde a provocados pero de manera accidental, ya sea por descuido o negligencia de terceros. En tanto, un 23 por ciento correspondería a incendios provocados pero de manera intencional y un porcentaje muy bajo responde a causas naturales. “Si existe un 54 por ciento de probabilidades de que el incendio en Carahue sea provocado pero de manera accidental, ¿por qué cree que el gobierno insiste en la hipótesis intencional criminal de sectores mapuches?”, pregunto en Temuco al dirigente José Nain Perez, ex vocero del Consejo de Todas las Tierras y representante mapuche ante los foros de Naciones Unidas en temas de Biodiversidad y Áreas Protegidas.
-Es un acto de racismo, uno más de todos los que hemos debido sufrir en 130 años de ocupación de nuestro territorio. En el caso mapuche, el Ministerio del Interior tiene intereses propios. Hay una clara intención de solidarizar con las empresas madereras y los dueños de fundo en la región, que se hacen las víctimas. Pero no nos olvidemos que los mapuches somos víctimas de la violación de nuestros derechos ya por más de 130 años -dice Nain.
Para el consejero, en la región existe una presión evidente de las forestales. “Ellos están sacando cuentas materiales, pero poco y nada se han preocupado de las pérdidas humanas del accidente y sus familias que quedaron. Esto es responsabilidad de las empresas forestales, que no tenían la gente ni la capacidad para enfrentar este tipo de emergencias que son típicas en el verano. Decían de los brigadistas que se trataba de gente experta. Mentira, resultaron ser jóvenes recién salidos del liceo a quienes llevaron a la muerte. Esta posición política del gobierno no contribuye en nada y esperamos todos que sea replanteada”, dice.
-El Gobierno no ha trepidado en transformarse en el mayor racista contra los mapuches. Lo que ha sucedido pienso que es una declaración de guerra para nuestro pueblo -dice sin pelos en la lengua, José Santos Millao, histórico dirigente mapuche y consejero de la gubernamental Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI)-. Yo sostengo que el señor Piñera y el señor Hinzpeter son racistas. A ellos les gustaría ver en la práctica como una especie de apartheid, como una especie de nazismo, de fascismo y eso se viene practicando desde los primeros años de la ocupación de la Araucanía, cuando se nos pretende someter por las armas para hacernos desaparecer de nuestro territorio.
Y agrega, recordando a los brigadistas muertos:
-Ellos eran nuestros hermanos, sus familias son gente nuestra.
Santos Millao estuvo en el velorio de los brigadistas de Casa de Piedra. Ese día ardió la casa de una de sus hermanas, en Purén. Santos Millao acusó que era un acto de amedrentamiento en su contra. Ninguna autoridad solidarizó con el consejero de la CONADI. Nadie habló de “terrorismo”, tampoco.
Natividad Llanquileo, la ex vocera de los presos de la CAM durante la huelga de hambre de 2010, también critica al ministerio del Interior. La intención de Hinzpeter al culpar a los mapuches, dice, sería bastante lógica: “esto viene a justificar algo que se buscaba hace tiempo en la zona; la aplicación de la Ley Antiterrorista y la militarización de las comunidades movilizadas por sus derechos. Este gobierno está encontrando el argumento, tal como lo hicieron los anteriores de la Concertación de forma brutal para aplicarnos leyes de excepción”.
La misma crítica tiene José Ancalao, de la Federación Mapuche de Estudiantes y miembro de la Confech. “El ministro Hinzpeter es claramente una piedra en el zapato para resolver los conflictos sociales que persisten en el país. El ministro debería asumir su responsabilidad política y renunciar a su cargo”.
Mientras, en Carahue, los bomberos advierten que antes de lo previsto podría haber novedades respecto de la real autoría de los incendios. Una nueva hipótesis, que involucra a ex trabajadores forestales, descontentos por despidos injustificados en la empresa Mininco a fines de 2010, toma fuerza en la comuna. Tanto esta última hipótesis como la del incendio accidental originado en Los Laureles –distante en verdad a pocos kilómetros de Casa de Piedra y no a ¡100 kilómetros! como indicó ante los medios Hinzpeter, confundiendo torpemente “Los Laureles” de Carahue con “Los Laureles” de Cunco- en absoluto involucran a comunidades. Menos a la temida CAM, de inexistente presencia en la zona, como han subrayado diversos dirigentes locales.
¿Torpeza política de La Moneda o montaje comunicacional para justificar un mayor control policial en la región? Materia de investigación. Por lo pronto, violentos allanamientos policiales registrados al cierre de esta edición en Ercilla y Padre Las Casas, sumados a diversos cortes de ruta e incluso ataques de desconocidos a móviles de prensa, dan cuenta de un escenario de conflicto que escala de manera peligrosa. Es la pradera que incendió la actuación del ministro Hinzpeter, coinciden no pocos al sur del Biobio.
RECUADRO
Pedro Vera, alcalde de Carahue:“El ministro Hinzpeter vino en una actitud matonesca”
- ¿Por qué cree que Hinzpeter culpó a la CAM del incendio en el que murieron siete brigadistas que trataban de controlar un incendio en la Forestal Mininco?
Los dichos del ministro fueron poco acertados. Él debiera haber actuado con más cautela. Si bien es cierto, el accidente es lamentable, no se puede actuar de forma apresurada acusando sin tener antecedentes. Que haya venido a la comuna de Carahue a presentar la querella, invocando la ley antiterrorista, sólo infunde temor en la comunidad. La gente hoy se siente amenazada porque a esta ciudad se le dio un matiz de cuna de criminales. El ministro buscaba generar un punto de prensa fuerte y una parafernalia comunicacional.
- ¿Por qué una parafernalia?
Porque el ministro, cuando llegó, se hizo acompañar de una serie de elementos disuasivos de la policía, como un guanaco, un zorrillo… a estos elementos nosotros no estamos acostumbrados a verlos en esta ciudad. Este tipo de cosas molestan mucho. Además, el ministro y las autoridades que lo acompañaron a poner la querella cometieron el grave error de estigmatizar a las comunidades mapuches y eso no ayuda al encuentro.
- ¿Quiso demostrar que Carahue era más peligroso de lo que se creía?
Claro, pero cada vez que nosotros hemos tenido desencuentros con las comunidades mapuches de la zona hemos participado en reuniones con los dirigentes y hemos acordado puntos de encuentros. Pero acá el ministro Hinzpeter vino en una actitud matonesca, infundiendo temor. Por eso nuestros dirigentes mapuches están molestos. La gente acá se pregunta por qué el gobierno no aplicó el mismo trato en Quillón o en las Torres del Paine. Nadie anda allá buscando criminales ni invocando la ley antiterrorista.
http://www.azkintuwe.org/20120117_001.htm