El 11 de septiembre de 1973, siendo aún un niño (un “Machuca”) mi padre me esperaba en el patio de la casa familiar cuando yo regresaba del Colegio, con clases suspendidas por razones obvias. Allí, mientras escuchaba su radio a transistores, el hombre que trabajaba incluso en Año Nuevo me contó que esa mañana iban a matar al Presidente…
Escuchamos juntos al Presidente Allende cuando en su último discurso en La Moneda señalaba que, mientras se desarrollaba el Golpe de Estado, estarían algunos “celebrando porque, con mano ajena, van a recuperar sus prebendas y privilegios…”
Solo en los años ’80 y ’90, cuando llegaron los “renovados” desde el exilio para hacerse cargo de la libertad que habíamos conseguido nosotros, los que dejamos la infancia y la juventud luchando contra la Dictadura, entendí lo que esa mañana del 11 de septiembre de 1973, junto a mi padre, escuché decir al Presidente.
Vi como los nuevos Gerentes de la Libertad se robaban todo lo que podían y como se instalaban en el mismo Palacio de La Moneda donde cayó Allende, una recicladora de corruptos, la primera puerta giratoria del país, donde los ladrones salían de los ministerios y se convertían en Embajadores o funcionarios de la ONU. Habíamos cambiado a una tropa de asesinos por una manga de langostas…
Si mi padre viera lo que hoy pasa en Aysén, donde se ha instalado una Rebelión Derechista, habría recordado lo mismo que yo: aquella frase del último discurso del Presidente que se enfrentó solo a todo un Ejército, como escribió alguna vez Gabriel García Márquez.
En efecto, la Rebelión de Aysén se inició, en los primeros días de Febrero, con la toma del aeródromo de Melinka por parte de los pescadores artesanales, en rechazo a la Ley de Pesca ya en trámite en el Congreso y contra las cuotas de pesca asignadas por el Gobierno de Piñera. Ninguna de esas apenas dos demandas básicas planteadas por los pescadores de Melinka están hoy en las Propuestas de la Mesa Social por Aysén.
¿Por qué?
Porque en esa Mesa Social, integrada por “representantes” de sectores que ni siquiera se enteraron de que estaban siendo “representados”, donde se mezclaron funcionarios de Hidroaysén con opositores a Hidroaysén, la pesca artesanal ha sido “representada” por dos comerciantes que se han especializado precisamente en conseguir que la pesca artesanal desaparezca lo antes posible, apoyando la privatización del mar austral, el traspaso de cuotas de pesca desde la pesca artesanal hacia el sector industrial, la apertura de las “zonas contiguas” entre Aysén y la Región de Los Lagos, facilitando la expansión salmonera y guardando silencio ante el más grave problema que enfrenta la pesca artesanal austral: la pérdida de sus espacios de operaciones.
Por ello, no es extraño entonces que en las demandas de la auto-designada Mesa Social de Aysén, no solo no aparezcan las demandas básicas de la pesca artesanal que inició un proceso que hoy es conducido por dos comerciantes de Derecha, sino que a través de la propuesta ya mencionada (la famosa pero nunca leída Demanda de 11 puntos) estos dos funcionarios de la pesca industrial y de la industria salmonera buscan consolidar sus propias demandas: el traspaso TOTAL de las cuotas de pesca artesanales hacia las manos de la pesca industrial.
Monitoreados y asesorados por el ex funcionario de la Dictadura Militar, Antonio Horvath, reciclado como ECO-Senador, opositor a HIDROAYSÉN apenas percibió la masividad de las marchas en contra del infame proyecto y gurú de esta Mesa Social, los dos “voceros” han encontrado en la bronca aisenina, en los heridos y mutilados, la “mano ajena” para conseguir sus objetivos personales, sus propias “prebendas y privilegios”.
Así, en las Propuestas de la Mesa Social por Aysén, aparecen las “demandas” de la pesca artesanal que quizás escribieran para ellos las Consultoras privadas o la Subsecretaría de Pesca. Allí se señala que entre las “demandas” de la pesca artesanal (Iván Fuentes y Misael Ruíz SON la pesca artesanal aisenina, según los medios de incomunicación) está el que las cuotas de merluza austral sean TRANSFERIBLES, al igual que las cuotas de congrio dorado, de erizo y algunas algas y la almeja a favor de las regiones contiguas a Aysén (páginas 10 a 12 de las Propuestas)
La demanda REAL de la pesca artesanal es que el 100% de la biomasa disponible sea para explotación de la pesca artesanal en las “aguas interiores”, donde las actividades de extracción, según señala la propia la Ley General de Pesca y Acuicultura, son EXCLUSIVAS de la pesca artesanal. NUNCA se ha planteado la “transferencia” ni de merluza ni de ninguna otra especie pelágica o demersal. Pero la “pesca artesanal” de la Mesa auto-designada está en otra, está en el bando industrial.
Como excusa para este traspaso de cuotas, los “representantes” de la pesca artesanal han escrito en las Propuestas:
“Las transferencias de cuotas fueron una solución a la baja demanda del recurso producto de la crisis financiera mundial, sin embargo la Contraloría anuló definitivamente la posibilidad de que exista esta opción por la vía de la pesca de investigación. En la última modificación a la Ley General de Pesca, en el que el acuerdo legislativo que determinó que solo el 50% de la asignación es sujeto de una posible transacción legal…”
( Propuestas Movimiento Social por la Región de Aysén, página 8)
Sólo el 50% de la cuota asignada de merluza austral es un traspaso INSUFICIENTE para la pesca artesanal representada en esta Mesa Social: la idea es que TODA la cuota sea Transferible a favor de la pesca industrial, haciendo innecesaria, entonces, la existencia de la pesca artesanal.
Así, haciendo desaparecer a una cultura, se respondería a la situación de baja demanda de los recursos causada por la crisis financiera mundial. Ni a Milton Friedman se le habría ocurrido semejante “solución”.
Subyace, en este planteamiento de la “pesca artesanal” de la Mesa auto-designada, una teoría casi esquizofrénica: que al sector industrial (que recibiría estos recursos traspasados) los mercados le pedirían más pescados y le pagarían mejor… o bien, que al sector industrial la crisis financiera mundial le pasa por el lado.
Más aún, la explicación para esta insólita aspiración de la “pesca artesanal” de la Mesa Social no podía ser otra que una explicación capitalista neo-liberal, como corresponde a cualquier seguidor de Pinochet y pupilo de Antonio Horvath:
“La pesca Artesanal considera además que es esencial el control de acceso y control de cuota y desembarque para que los recursos tengan valor en el mercado, y se fiscalice adecuadamente el uso de los recursos en el marco del manejo pesquero que se propone, ajustándose la actividad a las necesidades del mercado, elementos que permitirían sustentar las pesquerías por medio de la mantención de una oferta menor a la demanda obteniendo de esta manera mejores precios y anulando de esta forma presión sobre el recurso…”
(Propuestas Movimiento Social por la Región de Aysén, página 9)
Como para cualquier economista charlatán del sistema, la sustentabilidad de los recursos no responde a las leyes propias de la Naturaleza y los ciclos de vida de las especies, sino… a la mano invisible del mercado… En otras palabras, Aysén podría consolidarse como una “Reserva de Vida” sólo si existe un “mercado” interesado en ello.
Pero esta “pesca artesanal” capitalista neo-liberal, que con tanto afecto han acogido los rebeldes de Aysén, va aún más lejos y señala el futuro al que debieran aspirar los Hombres Libres y a Mar Abierto, un futuro de acuicultores:
“La pesca Artesanal considera además que parte de la solución a la problemática, es la acuicultura en áreas de manejo AMERB. Debe iniciarse un proceso de diversificación productiva dentro de estas áreas, focalizado en el cultivo de especies de interés comercial y rápido crecimiento. Y aunque la AMERB se diseñó desde una perspectiva conservacionista del manejo sustentable de los recursos bentónicos (repoblamiento) solo se han ejecutado proyectos como el recurso loco y erizo principalmente. Este diseño tan acotado a solo dos recursos, ya que los demás son de largo tiempo de crecimiento, no generan rentabilidad y desincentivan el uso de esta medida administrativa pesquera, por lo tanto el abrirse a nuevas formas de administración de las áreas de manejo en la región, como es la acuicultura en un espacio determinado, generaría en ellas la oportunidad valida de manejar estos espacios marinos desde una perspectiva menos conservacionista, pero igual de sustentable por la vía de la rentabilidad, diseñando sistemas de acuicultura innovadores para especies de valor comercial y rápido crecimiento…”
(Propuestas Movimiento Social por la Región de Aysén, página 9)
Si los pescadores artesanales fueran trabajadores forestales en crisis, esta “pesca artesanal” neo-liberal de la Mesa Social de Aysén, sin duda, ofrecería la plantación de pino y de eucaliptus como solución, mucho menos “conservacionista” que plantar bosque nativo, pero…de más rápido crecimiento y mayor rentabilidad…
Lo que NO DICEN estas Propuestas, por cierto, es mucho más aclaratorio respecto a las aspiraciones de la “pesca artesanal” neo-liberal que no solo integra la Mesa Social de Aysén, sino que la conduce: Ni una palabra sobre la Privatización del Mar, ni sobre la expansión salmonera y el borde costero dividido en Barrios Salmoneros; ni una palabra sobre las fiscalizaciones por encuesta que se hacen a la industria tóxica.
Tampoco, nada sobre el rol “industrial” de la Subsecretaría de Pesca o la reivindicación de las 12 millas náuticas de espacio exclusivo que ha levantado la pesca artesanal QUE NO ESTÁ en la Mesa social de Aysén…
Por supuesto, tampoco la “pesca artesanal” neo-liberal de la Mesa Rebelde reclama por el retiro inmediato de la Ley de Pesca que le entregará, por otros 25 años y de manera gratuita, el 95% de los peces del Mar Chileno a las 6 familias que dominan la pesca industrial del país. Toda la pesca artesanal del país reclama aquello, el retiro inmediato de esa Ley de Pesca….MENOS la “pesca artesanal” que se encuentra en la Mesa Social de Aysén.
No es un asunto trivial el que sea la Derecha quien conduce la Rebelión de Aysén. Cuando los procesos sociales son mal conducidos, hasta los “guachiturros” pueden ser dirigentes.
La Región de Aysén, seguramente, nada ganará con este proceso mal conducido y orientado por la ideología capitalista neo-liberal y obsecuente de sus voceros.
En Aysén no se ha cuestionado el Modelo económico capitalista, sino que se le piden más subsidios. El sueldo “regional” exigido por esta mesa auto-designada es incluso INFERIOR al que la CUT ha señalado como “sueldo mínimo ético”. Más aún, se quiere legitimar la patente acuícola de 20 PESOS POR METRO CUADRADO DE MAR AL AÑO que pagan las salmoneras, exigiendo que el AUMENTO en el monto de la patente señalada (antes, los salmoneros pagaban 7 PESOS EL METRO CUADRADO DE MAR AL AÑO) se reasigne como recursos regionales. Es decir, esta Mesa neo-liberal que conduce la Rebelión Aisenina, exige que se reasigne parte del saqueo y de la destrucción ambiental que generan las salmoneras: 13 PESOS por metro cuadrado de mar… al año.
La propuesta donde se menciona (por única vez) a la industria salmonera, es digna de un Premio Nobel:
“Los fondos del aumento de las patentes de Salmonicultura debe ser utilizada en su totalidad para proyectos de cultivo de algas en Áreas de Manejo, ya que esta actividad compensa el daño ambiental que genera la actividad intensiva que actualmente realizan las empresas salmoneras en la Región. Solo podrán acceder a estos fondos, proyectos de organizaciones artesanales que con equipos técnicos adecuados presenten proyectos de cultivo de algas en áreas de manejo…”
(Propuestas Movimiento Social por la Región de Aysén, página 13)
Así, según el genio que redactó este párrafo, cultivando algas se eliminan los residuos de antibióticos, se oxigena el sedimento “anaeróbico” bajo y alrededor de las balsas-jaulas, se extermina el virus ISA (sintomático y a-sintomático) el SRS, el IPN, el BKD, la nefro-calcinosis, se eliminan los residuos de pinturas anti-fouling, de desinfectantes, de pesticidas y el Cáligus huiría despavorido ante los primeros brotes de esta medida compensatoria. Los buzos ya no se ahogarían sumergidos a 40 metros de profundidad: sólo tendrían que buscar, en caso de problemas, un área de manejo con algas “compensatorias”…
Si eso no es para Premio Nobel, Chile tendrá que esperar muchos años y muchos “voceros” para alcanzarlo.
En definitiva, lo efectivamente probable es que Aysén nos seguirá aportando “personalidades” para integrar el Poder Legislativo, con nuevos Zaldivar, nuevos Horvath y nuevos Alinco y quizás si hasta un nuevo Carlos Ibáñez para que asuma el Poder Ejecutivo, para que, después de tan generoso y rebelde aporte, los aiseninos sigan luchando contra las leyes que este tipo de sujetos escriben y que mantienen a casi toda una Región en una eterna lucha por la sobrevivencia. Los futuros candidatos están ahí, de voceros de una Mesa Social donde no están aquellos que iniciaron la rebelión.
Sin embargo, que en esta Mesa Social no esté la pesca artesanal porque a sus dirigentes legítimos incluso los bajaban de los helicópteros para que se instalaran, en representación de la pesca artesanal, los actuales “voceros”, sin duda genera un cierto alivio: la pesca artesanal de Aysén no tiene obligación alguna de amarrarse a lo que se resuelva en este proceso con mucha bronca pero con pocas ideas que se ha dado en Aysén, simplemente porque nunca fue siquiera considerada por la Mesa Social. Así lo ha señalado la propia pesca artesanal a través de Declaraciones Públicas donde ha aclarado que sus demandas NO ESTÁN representadas en la Mesa Social de Aysén.
La pesca artesanal es otra cultura que, por obra y gracia del tótem del “mercado” y sus voceros y parlamentarios, también debiera desaparecer, a menos que se observe a sí misma como lo que es: la única actividad productiva que es capaz de garantizarnos, a todos los chilenos y demás naciones, una alimentación sana, orgánica, que se produce sin colorantes, sin hormonas de crecimiento, sin antibióticos, sin pesticidas y sin publicidad engañosa. Una cultura que, sin embargo, no ha podido dotarse, hasta ahora, de dirigentes acordes con la responsabilidad que tiene como proveedor de proteínas sanas para el consumo humano. La presencia de los voceros de la Mesa Social de Aysén es una demostración de aquella carencia.
Cuando la pesca artesanal se reconozca como cultura y como proveedor de alimentos para todo un país, será ella misma la que se hará dueña de su propio destino y no habrá suficientes “voceros” en el mundo para suplantarla en el rol histórico que tiene desde hace milenios: brindarnos seguridad y soberanía alimentaria. Nadie podrá usarla como la “mano ajena” que sirve para darle a unos pocos “privilegios y prebendas”.
Ese auto-reconocimiento de la pesca artesanal, es la Rebelión que falta.
Por Héctor Kol, Biólogo.
http://www.elciudadano.cl/2012/03/20/49845/aysen-la-derecha-rebelde/
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