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martes, 7 de febrero de 2012

Desarrollo del Capitalismo en Chile bajo Pinochet (2)



Consumo de  los Obreros
A la baja anotada en los salarios reales, se suma al aumento de la tasa de cesantía, y en conjunto determinan un fuerte empeoramiento absoluto del consumo de los obreros.
" No hay mejor indicador de la pobreza que el hambre, y de hecho éste es un fantasma que ronda sin descanso…en 1986, ocho de cada diez familias habitantes en poblaciones de Santiago ingerían menos calorías que el mínimo recomendado por la FAO/OMS. Pese a esto, la alimentación les consume hasta el 70 por ciento del gasto familiar "  [175].
En el gráfico siguiente se muestra como el consumo de los hogares, medido a  partir de las encuestas realizadas en 1969 y 1978, ha bajado en el 60% más pobre de la población.  Se ha mantenido en el quintil cuarto, y por el contrario, ha subido en el 20% de mayores ingresos.
Gráfico Nº 38
En el gráfico siguiente se muestran las variaciones en el consumo para los diferentes estratos, entre 1969 y 1978.

Gráfico Nº 39
Esta misma comparación, efectuada en relación a 1970, 1971 o 1972, años para los cuales no se dispone de la encuesta, serían más dramáticos aún.
El resultado de los menores ingresos reales es que la población obrera se alimenta peor, siendo el hambre y la desnutrición una condición normal para la mayoría de la población obrera. Esto se aprecia en los gráficos que siguen.

Gráfico Nº 40


El gráfico anterior presenta la evolución de la disponibilidad de alimentos por persona. Se aprecia que la misma subió fuertemente durante el Gobierno Popular, lo que demuestra que durante esos años, si bien hubo desabastecimiento relativo, frente al fuerte incremento del poder adquisitivo, hubo un aumento importante en el abastecimiento absoluto. Durante la dictadura, en cambio, la disponibilidad de alimentos ha bajado sostenidamente, siendo ya en 1977/79 un 15% inferior a 1971/73.
En el gráfico siguiente se presentan la evolución del consumo de calorías y proteínas entre 1969 y 1978.
Gráfico Nº 41
Se aprecia que, entre los años medidos por las encuestas, el consumo de calorías y proteínas por persona cae fuertemente para el 80% de la población de menores ingresos, es decir, para el conjunto de la clase obrera, y también para los sectores medios. Aumenta, en cambio, para el 20% de la población de mayores ingresos. Ya se ha mencionado que estas mismas comparaciones, efectuadas en relación al período del Gobierno Popular, serían más dramáticas aún.
En el gráfico siguiente se presenta la evolución de la disponibilidad de calorías y proteínas por persona para un período más largo. Allí se aprecia que entre 1971-72 y 1986 la disponibilidad de alimentos por persona se reduce en un 25%, aproximadamente.
Se puede ilustrar lo anterior suponiendo que la población se alimente sólo de pan. En ese caso, si antes en promedio se consumían cuatro panes por persona, hoy se dispone de sólo tres.
       Gráfico Nº 42
En el gráfico siguiente se presenta un fenómeno más complejo, que se ha producido entre los años medidos por encuestas. En dicho gráfico se aprecia que la fuerte disminución del gasto, y la mayor alza de precios, que han afectado a los sectores de menores ingresos, si bien han determinado una fuerte disminución en el consumo de calorías, por parte de esos sectores, esta disminución se ha visto amortiguada, en parte, por una recomposición de la canasta de alimentos que proporcionan las calorías consumidas.
De esta manera, mediante un consumo de alimentos de menor calidad, pero que proporcionan calorías más baratas, la población obrera ha logrado de alguna manera sobrevivir a la disminución de sus ingresos y alza de precios de productos. Este cambio en sus hábitos de alimentación, demuestra que en Chile también ha operado la ley de obtención de plusvalía relativa en su forma más general : se ha producido una disminución en el valor de la fuerza de trabajo. Esto ha sido planteado como tesis por algunos autores.([176])
Gráfico Nº 43      
Numerosos estudios apuntan consistentemente en la misma dirección. Entre estos parece importante destacar la opinión de organismos internacionales :
"Mientras que, en 1964, Chile se situaba en la categoría de riesgo alimentario(junto a otros seis paises de América Latina y el Caribe), entre 1969 y 1971 había pasado a la suficiencia plena. Entre 1979 y 1981, en cambio, Chile había vuelto a la categoría de riesgo, esta vez con sólo cuatro paises latinoamericanos, siendo además el único en la región que en 20 años pasa de la primera a la segunda categoría, según FAO y CEPAL…Mientras en 1969 el 47.6 % de los hogares no lograba alimentarse adecuadamente, en 1978 no lo hacía el 54.4 % y en 1984, el 61 % de los mismos"   [177].

Todo lo anterior " es consistente con un conjunto de otros indicadores. Según cifras oficiales en los últimos catorce años ha bajado : el ingreso en 14.1 por ciento; la disponibilidad de bienes en 16.8 por ciento; 'la disponibilidad de bienes de consumo en 22.7 por ciento…" [178]
Vivienda
Otro ámbito en que se aprecia el empeoramiento absoluto y relativo de la clase obrera es en la vivienda. En el gráfico siguiente se presentan algunos datos al respecto.
Gráfico Nº 44
Se aprecia que mientras la superficie total construida en promedio anual, durante el período fascista, ha sido algo menor que en los períodos anteriores, particularmente respecto a 1971/73, la verdadera situación de la clase obrera en relación a la vivienda se aprecia en la fuerte disminución, de un 30%, en el número de viviendas construidas anualmente.
En efecto, la construcción de viviendas se ha orientado también a los sectores de mayores ingresos, habiendo aumentado el tamaño de la vivienda promedio en alrededor de un tercio. Como resultado de lo anterior "Para el año 1983 la estimación oficial……[del déficit de viviendas]……era de 744.113 y la del Colegio de Arquitectos de 844.829. Arellano, por su parte……estima que  [entre 1974 y 1980] el déficit aumentó en, al menos, 167.000 unidades "  ([179]).
En el gráfico siguiente se presenta la evolución del déficit de viviendas en Chile. Se puede apreciar que el problema, a excepción de ciertos períodos, en lugar de disminuir, va en aumento.
      Gráfico Nº 45
El mejor indicador disponible de la situación de vivienda es la disponibilidad por cada mil habitantes. Al respecto :
"Comparando el resultado de 1987 con la labor habitacional de los tres gobiernos precedentes, se confirma que Chile ha retrocedido 30 años en la satisfacción de una necesidad tan básica como es la vivienda. En 1987, se ha construido 3,85 viviendas por cada mil habitantes, cifra que coincide exactamente con el promedio registrado por el gobierno de Alessandri (1959-1964), siendo de todas maneras una cifra inferior a la alcanzada en 4 de los 6 años de dicho gobierno (1959, 60, 61 y 62).

El resultado es también inferior en un 14,3% al promedio construido por la administración Frei y que ascendió a 4,4 viviendas por cada mil habitantes. Esta administración logró resultados superiores al de 18987 en 4 de los 6 años de su mandato : 1965, 67, 68 y 69. Finalmente es inferior en un 37,4% al promedio registrado durante el gobierno de Allende y que se elevó a 5,29 viviendas por cada mil habitantes.

Igual situación ocurre si se compara la superficie habitacional construida por cada mil habitantes y que alcanzó en 1987 a 231 m2, cifra notablemente inferior a los promedios alcanzados por los tres gobiernos anteriores. Alessandri : 260 m2; Frei : 271 m2; y Allende 294 m2.

Por si hubiera alguna duda, comparemos el consumo per cápita de cemento, el insumo básico en la construcción!Se observa que el promedio durante 1974 y 1987 alcanza a 2,80 sacos por habitante /año, mientras que el gobierno de Allende registra un consumo de 3,31 sacos, según las estadísticas proporcionadas por el Instituto Chileno del Cemento "  [180].
La carencia de vivienda se refleja en el drama de los "allegados", es decir, familias que comparten una vivienda con otras. Al respecto :
" El drama de los allegados, drama silencioso, hipócrita, que no se expresa en la calle, sino que se oculta en los patios interiores o dentro de las casas, existe, y afecta la vida cotidiana y directa de 750.000 familias.

Si agregamos las otras 750.000 familias que deben acoger a estos allegados y que por sus condiciones de precariedad de vida se afectan también profunda y directamente, se puede asegurar que el drama de los allegados llega a 1.500.000 familias de chilenos!un 485 de las familias chilenas…una de cada dos familias chilenas sufre el drama de ser allegada "  [181].
Las condiciones habitacionales de las familias chilenas se presentan en el gráfico siguiente :
Gráfico Nº 46
El resultado de la falta de vivienda es el hacinamiento creciente de la población en viviendas estrechas :
"Una encuesta realizada en 1985 descubrió en las poblaciones la presencia de 6,5 personas por domicilio, en circunstancias que el promedio nacional llega a 4,2.  Al mismo tiempo, ese estudio encontró que en el 41 por ciento de los hogares el número de personas por dormitorio era superior a tres; veinte años atrás, sólo el 21 por ciento de los hogares poseía un grado de concentración semejante "  [182].
Distribución del Ingreso
Finalmente, en el gráfico siguiente se presenta la evolución de la distribución del ingreso. Allí se aprecia claramente que, con excepción del período del Gobierno Popular, la distribución del ingreso ha ido empeorando progresivamente a medida que se desarrolla el capitalismo en nuestro país. En la actualidad, mientras el 20% de mayores ingresos percibe el 61% del ingreso, el 40% más pobre no alcanza a percibir el 9%.

                Gráfico Nº 47
Las cifras porcentuales del gráfico anterior no dan una idea de la magnitud de las desigualdades en la distribución del ingreso en Chile como la que se puede apreciar en las magnitudes absolutas de los ingresos de unos y otros chilenos. Es impactante analizar éstas, según han sido recopiladas por el profesor de la Universidad Católica de Chile, Dn. Arístides Torche.
El investigador mencionado, de reconocido prestigio académico, y que no puede ser acusado de ser un opositor al régimen de Pinochet, publicó su estudio a mediados de 1988, y su conclusión remeció la conciencia del país : según el profesor Torche en Chile hay cinco millones de pobres, casi la mitad de la población.
Los corifeos del régimen compitieron entre sí en intentar descalificar de todas las maneras posibles el estudio referido. Sus esfuerzos fueron vanos, sin embargo, y la verdad al respecto, conocida por todos los chilenos en base a su experiencia cotidiana,  fue demostrada inapelablemente por este estudio científico.
En el cuadro siguiente se presentan los resultados del profesor Torche, en cuanto a ingresos familiares de la población :
Cuadro Nº 17
En el cuadro se aprecia que alrededor de cinco millones de personas deben subsistir con un ingreso familiar de menos de $1.000, unos cuatro dólares, por día. Son los cinco millones de pobres del profesor Torche.
En el extremo inferior, un diez por ciento de las familias, las de menores ingresos, deben subsistir con un ingreso familiar de $295, poco más de un dólar, por día. Casi un millón y medio de personas se encuentran en esta situación.
Si se compara el ingreso familiar promedio del diez por ciento de las familias que tienen menores ingresos, con las del diez por ciento que tienen mayores ingresos, se comprueba que el ingreso de estos últimos es casi veinte y cinco veces mayor que el de los primeros.
Con todo, la encuesta en que se basa el estudio del profesor Torche considera sólo ingresos promedios de familias "normales". Es así que el ingreso promedio de las familias del decil superior no alcanza a los mil dólares mensuales.
Las verdaderas diferencias en la distribución del ingreso aparecen cuando se consideran los ingresos de los grandes capitalistas, y se los compara con los ingresos de los chilenos "normales".
Los dos grupos económicos principales del país, encabezados por las familias Matte y Angelini,  se embolsaron durante 1988 la suma de $400 millones de pesos al día[183], suma que corresponde a las utilidades de las empresas que controlan.
Dicha cifra es 1,35 millones de veces mayor que el ingreso promedio de las familias más pobres. Por otra parte, si se observa la columna quinta del cuadro anterior, que consigna los ingresos familiares totales acumulados de todas las familias, se puede apreciar que los deciles 1, 2 y 3, es decir, un treinta por ciento de las familias chilenas, sobreviven gastando diariamente un total de $446 millones de pesos.
En otras palabras, las dos familias más ricas del país se apropian diariamente de la misma cantidad de dinero con que sobreviven el treinta por ciento más pobre de las familias chilenas.
Como se puede apreciar en la última columna del cuadro, los ingresos de las dos familias más ricas equivale al ingreso de más de cuatro millones de chilenos.
Los ingresos de las familias chilenas más ricas empalidecen, sin embargo, cuando se consideran los pagos que se hacen al imperialismo. Sólo por concepto de intereses y amortizaciones de deuda externa,  entre 1982 y 1987  se han pagado un promedio de 1.879 millones de pesos diarios a los bancos extranjeros.
Como se puede apreciar en el cuadro anterior, esta cifra equivale a los ingresos familiares totales de un setenta por ciento de las familias chilenas, unos nueve millones de personas.
En otras palabras, los recursos que se pagan por intereses y amortizaciones de la deuda equivalen a los que serían suficientes para duplicar el ingreso del setenta por ciento de los chilenos.
Todo lo anterior demuestra, de manera bastante conclusiva, que la ley general de la acumulación capitalista se ha manifestado concretamente en Chile, de manera bastante evidente, durante los últimos años.
En nuestro país, de manera creciente : "…… lo que en un polo es acumulación de riqueza es, en el polo contrario, es decir, en la clase que crea su propio producto como capital, acumulación de miseria, de tormentos de trabajo , de esclavitud, de despotismo y de ignorancia y degradación moral "  (Subrayado en el original) [184].

Los Cambios Económicos y  la Clase Obrera

Como conclusiones de este trabajo, en relación al impacto sobre la clase obrera, de los cambios económicos más generales que han tenido lugar en la esfera de la producción del capital, durante el período fascista, pueden enumerarse las siguientes :
• La clase obrera en su conjunto ha crecido numéricamente en forma acelerada, más rápidamente que en cualquier otro período histórico. Los asalariados han aumentado su número en forma absoluta, y también relativa al resto de la población. Ello es consecuencia, y a su vez causa, del hecho categórico que Chile es hoy un país más capitalista que antes.
• En el campo, la culminación capitalista del proceso de reforma agraria aceleró violentamente la proletarización de los campesinos: despojando de tierra a decenas de miles de ellos; acelerando violentamente la transformación de la antigua hacienda en empresa capitalista, y; acentuando la descomposición del campesinado independiente.
• El sector más importante de la clase obrera, los obreros ocupados en la producción, ha aumentado su importancia numérica en forma absoluta, y ha crecido también su importancia cualitativa, debido al desarrollo de su sector principal: el proletariado de la gran industria capitalista.
• La gran industria capitalista se ha desarrollado no solamente en la industria "manufacturera", sino en todas las ramas productivas. En la industria transformadora, menos industrias, más modernas, concentran hoy día una importancia mayor en la producción.
• La clase obrera industrial ha acentuado su diferenciación: junto a un número creciente de obreros no calificados, se incorporan cada vez más a ella sectores profesionales y otros altamente calificados.
Esto tiene un doble efecto, por una parte  proletariza objetivamente a amplios sectores de las capas medias. Por otra parte, sin embargo, crea condiciones para que la burguesía, acentuando esta diferenciación, logre conformar una "aristocracia obrera", constituida por estos sectores.
Con ello puede crearse una base objetiva para desarrollo del oportunismo, y con ello, para la división del movimiento socialista. Algunos de estos elementos se hacen presentes en la actualidad.
• Un número importante de obreros ha pasado a desempeñarse en los  sectores no productivos de la economía.
• El grado de explotación de la clase obrera ha crecido hasta alcanzar límites inauditos. La lucha por la jornada de ocho horas, por una intensidad normal del trabajo, por salarios justos, por condiciones ambientales adecuadas, se desenvuelve sobre la base de problemas que son, hoy día, mucho más agudos que antes.
• La apropiación capitalista del producto del trabajo de los obreros: la contradicción fundamental de la sociedad capitalista; es hoy día más aguda que nunca, especialmente en condiciones de que la economía remonta la última crisis, y las utilidades de los capitalistas son fabulosas, mientras los salarios reales de los obreros se mantienen en su nivel más bajo, posterior a la última crisis.
•La ley general de la acumulación capitalista se ha manifestado en Chile con la claridad de una orden militar :
Con la acumulación ha crecido el capital, y su concentración; aceleradas por una violenta centralización de capitales; y también el número de obreros; incrementándose al mismo tiempo la composición orgánica del capital y la productividad del trabajo; siguiendo el curso cíclico de la acumulación; se ha multiplicado el ejército industrial de reserva; como consecuencia de lo cual se ha deteriorado  brutalmente la situación de millones de obreros, junto al resto de las masas del pueblo.
• Cabe hacer presente que la economía presenta en la actualidad síntomas de recuperación.
Ello debería tender a aumentar el empleo, reducir el ejército de reserva, y aumentar los salarios reales, creando con ello condiciones nuevas y más favorables para el desarrollo de la lucha sindical.
• La recuperación que hoy se vive, por otra parte, siendo la que corresponde esperar, luego de la última crisis, está, sin embargo, fuertemente condicionada por la evolución de la economía mundial.
Ello se expresa, principalmente, en la crisis de la deuda externa, pero repercute directamente también en la situación económica de la clase obrera, la que es hoy, principalmente por ese motivo, más angustiosa que nunca.
• La economía capitalista parece presentar, actualmente, a nivel mundial,  síntomas de que la inevitable crisis en que debe desembocar su movimiento, adquiere en esta oportunidad caracteres muy profundos.
Dicha crisis, que aún no se desata, podría crear condiciones también muy favorables, en otro sentido, para el desarrollo de la lucha revolucionaria en nuestro país.
• Aparte del impacto que tiene sobre la clase obrera, más arriba detallado, el desarrollo del capitalismo en Chile, durante los últimos años, ha significado la ruina o la expoliación de cientos de miles de pequeños productores, así como de miles de burgueses pequeños y medios, a manos de los monopolios;  acentuando de esta manera, más que nunca, la contradicción principal de la sociedad Chilena : la que enfrenta a la oligarquía financiera, aliada al imperialismo, con el resto del país.
• Es, finalmente, el acelerado desarrollo capitalista del país en los últimos años; determinado por la acción de las leyes generales de dicho modo de producción, con las particularidades derivadas de su desarrollo histórico, de la evolución del capitalismo a nivel mundial, de la situación  internacional en general, en la época actual, en la fase presente de cambios cualitativos de todo orden sobre la base de la aceleración de la revolución científico técnica, de la acción del imperialismo y su condición de país dependiente ; lo que está creando condiciones en la sociedad chilena en su conjunto, para que la clase obrera, encabezada por su núcleo fundamental, el proletariado de la gran industria, asuma la conducción de un amplio movimiento democrático, antiimperialista, y antioligárquico, que sea capaz de derribar a la dictadura, y encaminar al país por la senda del desarrollo independiente, en dirección al socialismo.


Aspectos del Desarrollo Reciente de la Circulación del Capital y la Producción Capitalista en su Conjunto

Como se ha explicado más arriba, la metodología del presente trabajo sigue la estructura de "El Capital" de Marx, avanzando de lo abstracto a lo concreto desde la esfera de la producción del capital a la de la circulación del capital y de ahí a la esfera de la producción y circulación capitalista en su conjunto.
El avance actual de la investigación sólo ha permitido tratar en forma más o menos completa la primera esfera, es decir, la que corresponde a la producción del capital. A ello está dedicada toda la sección anterior del trabajo, que constituye la parte principal del mismo.
El estudio de la esfera de la circulación del capital es más limitado en el presente trabajo, y sólo se mencionan algunos aspectos, como el desarrollo del mercado interno, la recomposición ramal y la desarticulación y rearticulación productiva.
El estudio de la producción y circulación en su conjunto es mucho más limitado aún, y se remite a la enumeración de los temas a tratar. Se incluye en este capítulo, sin embargo, un tratamiento teórico más o menos amplio de las crisis cíclicas.

Circulación del Capital

La circulación del capital incluye el estudio de los diferentes ciclos del capital : capital dinero, capital mercancías y capital productivo, la rotación del capital, y la reproducción y circulación del capital social en su conjunto. A este último aspecto corresponde el estudio de la composición ramal de la economía, sector I, sector II, mercado externo, mercado interno, etc.
La circulación del capital incluye, entonces, tanto fenómenos de la circulación de mercancías como de la producción de las mismas. En este sentido, es importante distinguir con claridad el concepto de circulación del capital de la circulación de mercancías. Este último concepto, a diferencia del primero, se refiere básicamente a la compra y venta de mercancías.
Los cambios más visibles de la economía chilena en el último tiempo, por ejemplo, se han manifestado en la esfera de la circulación del capital : a ella corresponden la baja de aranceles, recomposición ramal, reinserción en el mercado mundial, etc..
Se ha producido en Chile, durante los últimos años, un violento reacomodo ramal de la producción.
La producción de cobre, por ejemplo, aumentó de 0,9 a 1,4 millones de toneladas entre 1974 y 1986, la producción de uva aumentó en un 450% , la superficie plantada con pinos pasó de 290,000 a 1,300,000 has. en 1987, y la pesca aumentó sus exportaciones de 22 a 640 millones de dólares, en el mismo período. La industria manufacturera, en cambio, sólo aumentó su producción en un 8%, en el mismo período, aún cuando durante los últimos años, este sector crece más rápido que el conjunto, siendo así que en 1987, por ejemplo, mientras el empleo real total  aumentó un 5.8%, el empleo en la manufactura creció un 14.3%.
La articulación de la producción interna al mercado mundial en el período también ha sido muy rápida.
Las exportaciones totales han crecido a una tasa 2.3 veces más rápida que el PGB, y han aumentado de 1,250 a 7,000 millones de dólares nominales, entre 1973 y 1988. El número de productos exportados subió de 412  a 1,343 , las empresas exportadoras aumentaron de 208 a 2,780, y el número de paises de destino de las exportaciones desde 60 a 117, entre 1973 y 1987. El comportamiento de las importaciones ha sido similar.
Todo ello ha inducido a varios autores a caracterizar el período a partir de sus efectos en esta esfera, sin considerar debidamente lo que metodologicamente está primero, que son los cambios en la esfera de la producción del capital.
Ello ha sido tradicional, por lo demás, en el análisis económico, y es así que se aprecia, por ejemplo,  en la historia económica de América Latina, una tendencia a una periodización que podría calificarse de "arancelaria" : "desarrollo hacia afuera", "desarrollo hacia adentro", "sustitución de importaciones", etc.".
        La tendencia a explicar los fenómenos a partir de los cambios en la esfera de la circulación se relacionan muchas veces, también, con una concepción acerca del imperialismo que lo visualiza principalmente como fenómeno de exportación de mercancías, y no de exportación de capital, o enfatiza principalmente los efectos del imperialismo en la esfera de la circulación del capital. En este sentido, los aranceles ocupan también el centro de la preocupación de estos autores.
        Por otra parte, es común encontrar en varios autores una serie de errores en relación a la comprensión misma de las leyes de la circulación del capital. Algunos de estos errores se emparentan con viejas incomprensiones acerca de la forma en que el capitalismo desarrolla su mercado interno y realiza la plusvalía.
Se analizarán críticamente en este trabajo, por ejemplo, algunas incomprensiones relacionadas con la desarticulación de la economía debida a la transnacionalización, el espacio "extremadamente reducido" de valorización del capital en estos paises, etc.
En este estudio se mostrará como las tendencias generales, inherentes a la reproducción capitalista, si bien con dificultades y con determinadas deformaciones,  se imponen aún frente al entrabamiento que significa el dominio del imperialismo sobre estos paises. , sin que ello implique de manera alguna, como se menciona reiteradamente en este trabajo, que la explotación imperialista, y la dependencia del país se atenúen, muy por el contrario, ellas se incrementan, a medida que el capitalismo se desarrolla en estos paises.

Crecimiento del Mercado Interno

El problema del desarrollo del mercado interno capitalista es uno de los fenómenos difíciles de comprender en este modo de producción y se ha prestado permanentemente a confusiones, siendo  ilustrativa al respecto, por ejemplo, la polémica de Lenin con los populistas rusos, a principios de siglo.
La principal dificultad para comprender el problema del mercado interno proviene de la contradicción inherente a este régimen, entre su tendencia a producir cada vez más, por una parte, y a mantener a la gran masa del pueblo en una creciente miseria, por otra.
Solución del Problema por Marx
Marx resuelve este problema demostrando que, aún sin recurrir al comercio exterior, el capitalismo es capaz de crear, mediante su propia dinámica, un mercado interno suficiente para absorber la cantidad creciente de mercancías que genera en su reproducción ampliada.
En su demostración, Marx divide la producción en dos grandes sectores, el sector I, productor de medios de producción, y el sector II, productor de medios de consumo, y demuestra que el mercado interno capitalista crece, y crece más rápidamente en el sector I, es decir, aquel sector que produce materias primas, maquinarias e infraestructura, como edificios, caminos, etc. . Al interior del sector I, a su vez, la mayor importancia la adquiere el sector productor de maquinarias.
Lo anterior sin perjuicio de la necesaria ligazón del sector I con la producción del sector II. En efecto, en último término, la producción de medios de producción está determinada siempre por la producción de bienes de consumo, y en este sentido opera siempre, en último análisis, la  capacidad de consumo de las masas, siempre limitada en el capitalismo.
Por otra parte, el capitalismo también hace crecer el mercado interno a expensas de viejos modos de producción, a los que desarticula.
Al terminar el latifundio y la economía de autoconsumo que lo acompaña, por ejemplo, y verse despojados de medios de producción miles de campesinos, aunque estos bajan su consumo, sin embargo compran más mercancías.
Los capitalistas agrarios, por su parte se transforman en un mercado importante de medios de producción.
Mercado Interno en Chile
En Chile, dado que existe comercio exterior, la ley que establece que el sector I es mayor que el sector II, y que crece más rápidamente que éste, se verifica necesariamente para la suma de la producción interna más las importaciones, y menos las exportaciones, de ambos sectores.
Las diferentes ramas se entrelazan así unas con otras, desarrollando el mercado capitalista interno, y también con el mercado mundial.
También en la producción interna, sin embargo, se verifica esta tendencia, así como en el comercio exterior, en forma independiente.
Es decir, la producción interna del sector I es bastante mayor que la del sector II, y crece más rápidamente, y otro tanto ocurre con las importaciones. En las exportaciones, por el contrario, y como cabría esperar, crece más rápido el sector II.
En la producción interna, el sector I, que produce medios de producción, materias primas, productos intermedios y "bienes de capital", constituye ya la parte principal del producto total, y crece más rápidamente que el sector II, que produce bienes de consumo.
Producción Interna
 En la producción interna,  el sector I es predominante en forma absoluta en la minería y agricultura, y menor en otros sectores. Ponderando los diferentes sectores según su producción aproximada de medios de producción o bienes de consumo final, y agrupándolos, se ha estimado que el sector I, en la producción interna, es alrededor de un 60-70% del total, de acuerdo a esta estimación.
Esto se aprecia en el gráfico siguiente, donde se señalan las ponderaciones utilizadas en cada sector :
Gráfico Nº 48
El sector I crece también más rápidamente. La industria manufacturera, por ejemplo,  se desarrolló primeramente como elaboradora de bienes de consumo, y es aún, luego de casi un siglo de desarrollo capitalista, una industria transformadora muy incipiente.
Es así que en 1967 el sector I constituía aproximadamente el 41% del total del producto industrial. En 1979, sin embargo, dicho porcentaje había crecido al 46%, y en 1988 ya constituye más del 48% del producto industrial, aproximadamente. Esto se verifica en los gráficos siguientes:
Gráfico Nº 49
En el gráfico se puede apreciar que, entre 1967 y 1979, disminuye la proporción de las ramas que producen bienes de consumo, durable y habitual, en cambio crecen los bienes intermedios para la industria.
Ponderando cada sector en relación a su aporte al producto total, y agrupándolos según se trate de medios de producción o bienes de consumo final, se observa, en las últimas columnas del gráfico, que el sector I, productor de medios de producción, crece de un 41% a un 46% del total, como se ha dicho. Lo contrario se verifica en el período para el sector II, productor de bienes de consumo, el que se reduce de un 59% a un 54% del total, entre 1967 y 1979.
La evolución entre 1979 y 1988 se presenta en el gráfico siguiente.
Gráfico Nº 50 (*)
La estadística disponible a partir de 1979 es mejor que la anterior en lo que respecta a la estimación del sector I y el sector II, en la industria manufacturera. En efecto, a partir de 1979 SOFOFA (*) publica una estadística en que agrupa el producto de las diferentes ramas industriales atendiendo a su destino, según sea éste el consumo final o intermedio.
De acuerdo a esta clasificación, se aprecia como el sector I sigue creciendo más rápidamente que el sector II entre 1979 y 1988, tanto así que, mientras el sector I ha crecido un 28% entre los años considerados, el sector II lo ha hecho en un 16%.
Aplicando estas tasas de crecimiento anteriores a las proporciones válidas hasta 1979 para el sector I y II, entonces 46% y 54% del producto industrial total, respectivamente, se concluye que en 1988 el sector I constituye ya un 48,5 % del producto industrial total.
Estas tendencias, evidentes en plazos muy largos, no se expresan siempre en forma directa. Por el contrario, opera permanentemente, y en períodos en forma más aguda, una dialéctica de desarticulación-rearticulación de los enlaces productivos internos.
Ello ocurre cuando el capitalismo desarticula viejos modos de producción, pero también en la producción capitalista. Al bajarse los aranceles en 1975, por ejemplo, se produjo una fuerte desarticulación de la producción interna, la que volvió a articularse luego, pero sobre una base productiva superior. En otras palabras, se verifica, en el largo plazo, una tendencia al aumento del intercambio interno entre los sectores, sin perjuicio que, simultaneamente, aumente el comercio exterior. Por otra parte, en el comercio exterior se verifica una creciente tendencia a la exportación de productos manufacturados.
Comercio Exterior
El comercio exterior, por su parte, muestra también en el largo plazo una tendencia creciente hacia las importación de medios de producción y hacia la exportación de productos manufacturados.
Alrededor del 80% de las importaciones del país consisten en medios de producción, y sólo cerca del 20% son bienes de consumo, aunque esta proporción varía con la evolución del ciclo, aumentando la proporción de los bienes de consumo en las importaciones durante los períodos de auge económico.
Ello se puede apreciar en el gráfico que sigue :
Gráfico Nº 51


Esta proporción era muy diversa en el pasado, particularmente antes de 1929, cuando en las importaciones los bienes de consumo tenían mucho mayor importancia.
Con todo, Chile sigue siendo un país muy atrasado al respecto, ya que sus exportaciones mineras, aunque en forma decreciente, todavía más del 50% del total. 
En cuanto a las exportaciones, estas tienden a diversificarse, aumentando aquellas que tienen un mayor grado de elaboración, como son las industriales, que han pasado de poco mas de un diez por ciento del total, en 1970, a más de un 30%, en 1987.
Las exportaciones agropecuarias y del mar, por su parte, de un 3% del total, han subido a más de un quince por ciento del total. Sólo el cobre con 1,757 millones de dólares, representaba todavía, en 1986, el  42% de las exportaciones totales. Ese mismo año, por otra parte, el harina de pescado y el óxido de molibdeno, que son productos con escaso grado de elaboración, representaban todavía el 22% y el 9%, respectivamente de las exportaciones clasificadas como industriales.
El comportamiento de las exportaciones se presenta en el gráfico siguiente :
Gráfico Nº 52
Recomposición Sectorial del Producto de la Industria Transformadora y Crecimiento del Mercado Interno
Un fenómeno que indiscutiblemente se ha producido en el último tiempo, al interior de la industria transformadora así como en la economía en general, es una recomposición de la producción entre las diversas ramas.
Este fenómeno es propio de la acumulación capitalista, como lo señala Marx :
"Si nos fijamos en el capital global de la sociedad, vemos que la dinámica de su acumulación provoca a veces cambiosperiódicos, mientras que otras veces sus elementos se reparten simultáneamente entre las diversas órbitas de la producción. En algunas de éstas, cambia la composición del capital sin que crezca su magnitud absoluta, por efecto de la simple concentración; en otras, el aumento absoluto de capital va unido a la disminución absoluta del capital variable o de la fuerza de trabajo absorbida por él; en otras, el capital crece sobre su base técnica actual, asimilándose fuerza obrera sobrante en proporción a su crecimiento, o bien se opera en él un cambio orgánico que hace que el capital variable se reduzca. El crecimiento del capital variable, y, por tanto, el de la cifra de obreros en activo, va unido en todas las esferas de producción a violentas fluctuaciones y a la transformación transitoria de una población sobrante, ya revista ésta la forma ostensible de obreros que trabajan o la forma más o menos patente, pero no menos eficaz, que consiste en hacer más difícil la absorción de la población obrera sobrante por los canales de desagüe acostumbrados "  ( Subrayado en el original) [185].
El desarrollo desigual de las ramas, si bien es un fenómeno que se ha acentuado en la época del capitalismo monopolista, se verifica ya en la época de la libre competencia, como lo demuestran los datos que se dan a continuación, entregados por Marx en "El Capital":
El censo de Inglaterra y Gales arroja, por ejemplo, las siguientes cifras: Total de personas que trabajan en la agricultura…en 1851, 2.011.447; en 1861, 1.924.110; retroceso : 87.337. Manufactura lanera : 1851, 102.714; 1861, 79.242. Fábricas de seda: 1851, 111.940; 1861, 101.678. Estampado de percales : 1851, 12.098; 1861, 12.556, ascenso que, con ser tan pequeño, a pesar de la enorme extensión de esta industria, determina un gran descenso proporcional en cuanto al número de obreros en activo. Fabricación de sombreros: 1851, 15.957; 1861, 13.814. Fabricación de sombreros de paja y adornos para la cabeza: 1851, 20.393; 1861, 18.176. Cerveceros: 1851, 10.566; 1861, 10.677. Fabricación de velas: 1851, 4.949; 1861, 4.686. Este retroceso se debe, entre otras causas, a los progresos del alumbrado de gas. Peineteros: 1851, 2.038; 1861, 1.478. Aserradores de madera: 1851, 30.552; 1861, 31.647, pequeño descenso debido a los avances de las sierras mecánicas. Fabricantes de clavos: 1851, 26.940; 1861, 26.130, retroceso determinado por la competencia de las máquinas. Minas de zinc y cobre: 1851, 31.360; 1861, 32.041. En cambio, industria de hilados de algodón y tejidos: 1851, 371.777; 1861, 456.646. Minas de hulla: 1851, 183.389; 1861, 246.613. "El aumento del número de obreros es mayor, en general, en aquellas ramas en que hasta ahora no se ha conseguido aplicar con éxito la maquinaria "(Census of England and Wales for 1861) "   ([186]).
Este fenómeno en Chile, por otra parte, ha motivado algunas interpretaciones, que suponen que las únicas ramas que han crecido son las que producen para la exportación.
Hay que decir que tal interpretación está influenciada, en algunos casos, por el prejuicio que Chile tiene un "mercado estrecho", y que el capitalismo no es capaz de desarrollar su propio mercado interno.
Un interesante trabajo publicado por José De Gregorio, investigador de CIEPLAN, muestra, por una parte, las tendencias de la recomposición industrial hasta 1980, y por otra, demuestra que, tal como lo señala la teoría, el principal factor que explica el crecimiento de la producción industrial es el mercado interno.
En el cuadro siguiente se reproduce el cuadro resumen del trabajo citado :

Cuadro Nº 18
Fuentes de Crecimiento de la Producción Bruta Industrial
Período 1974-75 a 80-81
(Porcentajes)
________________________________________________________________________
Agrupación Industrial                Demanda    Expansión   Sustituc    Variación     Variación
                                                    Interna         Export        Import         Total            VBP
________________________________________________________________________
Productos Alimenticios                          53,4                   19,0                 27,6              100,0                   35,0
Bebidas                                                        101,7                      2,0                  -3,7              100,0                   64,9
Tabaco                                                          138,3                         ,2               -38,5              100,0                   12,4
Fab, de Textiles                                       140,0                      2,3               -42,3              100,0                   10,5
Fab, Prendas de Vestir                       725,7                      3,3            -829,0              100,0                    -1,7
Industrias de Cuero                                     7,8                      3,4            -111,2             -100,0                 -14,4
Fab, de Calzado                                         17,8                    -3,8            -114,1             -100,0                 -10,4
Industrias de la Madera                           80,9                   19,0                    0,1              100,0                127,7
Fab, de Muebles y Acc,                      104,3                      0,5                  -4,8              100,0                161,5
Fab, de Papel                                           120,4                 -13,5                  -6,9              100,0                   33,0
Imprentas, Edit,  y Conexos                65,8                      1,5                 32,7              100,0                   20,2
Sust, Químicas Industriales               -86,4                   39,0               -52,5             -100,0                 -20,7
Otros Prod, Químicos                          125,3                      1,2               -26,5              100,0                   23,1
Refinación de Petróleo                        -71,4                      8,6              162,8              100,0                   11,2
Deriv, Petróleo y Carbón                    144,2                   11,6               -55,9              100,0                      7,0
Productos de Caucho                            54,4                      5,0                 40,7              100,0                   19,6
Objet, Barro, Loza, Porcelana         411,8                 -34,0            -477,8             -100,0                    -4,1
Vidrio, Prod de Vidrio                           120,7                      2,2               -22,9              100,0                   90,1
Minerales no metálicos                           53,3                    -0,8                 47,5              100,0                   19,7
Ind, Básicas Hierro y Acero                  79,4                 -19,4                 40,0              100,0                   15,6
Productos Metálicos                             121,2                   19,3               -40,4              100,0                      9,4
Maquin, no Eléctrica                               -26,3                      2,2               -75,8             -100,0                 -60,2
Const, Maq, Eléctrica                              81,6                      1,6                 16,8              100,0                   85,6
Mater, de Transporte                               76,3                   18,3                    5,3              100,0                   61,6
Fab, Equipos Prof, y Otros               126,7                   22,3            -249,0             -100,0                 -34,4
Otras Ind, Manufactureras                 122,7                      0,1               -22,8              100,0                166,1
Total                                             82,1              11,4              6,5           100,0              28,8
________________________________________________________________________
Fuente : De Gregorio, José, "Crecimiento del Sector Industrial : La Experiencia Chilena 1974-1982", Mimeo Encuentro Anual de Economistas 1985,
Las conclusiones del Cuadro anterior son de una relevancia extraordinaria.
Se aprecia que la producción industrial en su conjunto aumenta en cerca de un 30%, en el período analizado. Es cierto que el estudio de CIEPLAN analiza el desenvolvimiento de la industria transformadora entre 1974-75, período que incluye una crisis, y 1980-81, es decir, pleno auge. Con todo, dado que el propósito del estudio consiste en develar las tendencias de la producción industrial, así como las fuentes de su crecimiento, el período estudiado parece válido para ese objeto.
Los únicos sectores verdaderamente "desmantelados", durante ese período, son los de fabricación de maquinaria no eléctrica, equipos profesionales y sustancias químicas industriales. Otros sectores, en cambio, como la industria alimenticia, madera y vidrio, fabricación de maquinaria eléctrica y material de transporte, entre otros, aumentan significativamente su producción, llegando en algunos casos a duplicar o triplicar el valor de ésta.
Lo más significativo del estudio, sin embargo, es que el 82.2% del crecimiento de la producción industrial se explica por expansión de la demanda interna, el 6.5% por sustitución de importaciones, y sólo el 11.2% por la expansión de las exportaciones.
Aún cuando la importancia de los dos últimos conceptos seguramente ha aumentado en la recuperación que va de 1982 a 1988, la tendencia general expresada contundentemente en el período anterior no tendría porque haberse modificado sustancialmente.
El cuadro demuestra, por otra parte, que se aprecian incrementos de la producción en sectores muy disímiles de la industria transformadora, productores tanto de bienes de consumo como de medios de producción.
Este aspecto será analizado a continuación, cuando se critiquen las tesis de la "desarticulación interna" de la economía chilena, a causa del "modelo".
Desarticulación Productiva : Un Momento en el Proceso de Desarrollo del Mercado Interno
Las tendencias anteriormente señaladas del desarrollo del mercado interno, siendo evidentes en plazos muy largos, no se expresan siempre en forma directa. Por el contrario, opera permanentemente, y en períodos en forma más aguda, una dialéctica de desarticulación-rearticulación de los enlaces productivos internos.
Esto se verifica claramente en relación a viejos modos de producción.  Allí el mercado capitalista crece a costa de la destrucción de la vieja articulación productiva sustentada por la economía del latifundio o los pequeños productores.
Ello ocurre también, sin embargo, con ramas capitalistas que, bajo la presión de la competencia, sufren continuamente este proceso de desarticulación de sus viejos enlaces y de rearticulación de los mismos sobre una base productiva superior.
Lo que prima sin embargo, es la tendencia a la articulación creciente de la producción interna, en la que se manifiesta la ley del crecimiento del mercado interno capitalista .
Como se ha dicho, las tendencias anteriores son evidentes en plazos muy largos.
En efecto, en Chile hacia principios de siglo la producción interna capitalista fundamental, la minería, estaba destinada casi exclusivamente a la exportación, e importaba la mayoría de sus insumos.
A medida que se desarrolla el capitalismo, sin embargo, se desarrollan industrias de medios de producción al interior del país, precisamente para abastecer la minería.
Esto se puede apreciar en el gráfico siguiente, en que se demuestra que las principales ramas que constituyen el mercado de la  industria del carbón, a principios de siglo, son precisamente el salitre y, por otra parte, los ferrocarriles.
Gráfico Nº 53
Es decir, el entrelazamiento interno de la economía aumenta principalmente en el sector I.
Por otra parte, aumenta gradualmente el grado de elaboración interna de los minerales, aparecen las fundiciones nacionales, etc.
Más tarde, el desarrollo de la industria transformadora, unida al desarrollo minero, estimula el desarrollo de la siderurgia, la electrificación, etc. Nuevas ramas se desarrollan sucesivamente.
A lo largo de un siglo de desarrollo capitalista la producción interna se ha ido entrelazando crecientemente, desarrollándose de esta manera el mercado interno capitalista, principalmente en función del mercado de medios de producción.
Ello es claro, asimismo, cuando se observan paises en un grado más elevado de desarrollo capitalista, como Brasil por ejemplo, donde aún en condiciones de dependencia del imperialismo esta ley ha continuado manifestándose hasta el punto que hoy tienen una producción multirramal, con una importante presencia, además, de las ramas productoras de maquinarias. Estas ramas en Chile son incipientes.
Lo anterior no debe interpretarse en el sentido que necesariamente, en todos los paises, se desarrollen eventualmente todas las ramas. Ello ciertamente no es así, tampoco en paises muy altamente desarrollados.
La ley del desarrollo del mercado interno actúa, sin embargo en tal dirección, sin perjuicio que otras tendencias, como la internacionalización de la producción y las ventajas comparativas, sin contar con la acción de los monopolios transnacionales, determinen una estructura ramal dada.
Durante los últimos años, en Chile, el proceso de desarticulación y posterior rearticulación descrito se verifica de manera dramática.
En un primer momento, el aumento violento de la competencia, provocado por la apertura al exterior, impulsada por la dictadura, provoca una importante desarticulación productiva, y muchos insumos intermedios, así como productos de consumo, antes abastecidos por la industria nacional, pasan a ser importados. Ello ocasiona una fuerte recomposición ramal de la industria.
En un segundo momento, sin embargo, y una vez que la industria se recompone tecnológicamente para competir con las mercaderías importadas, el proceso se revierte, y los viejos enlaces se recomponen, con algunos cambios, sobre esta base productiva superior, y se establecen nuevos enlaces internos.
Las tendencias anteriores se pueden apreciar en la evolución de la proporción de compras nacionales sobre el total de compras de la industria manufacturera, la que primero baja, desde un 85% en 1967, a un 66% en 1979, para volver a recuperarse luego, hasta llegar a un 79% en 1984 y a un 80% en 1985. Esto se puede apreciar en el gráfico siguiente :
Gráfico Nº  54
Lo anterior sin perjuicio que simultaneamente se incremente el comercio exterior.
El ejemplo más claro de lo anterior, es decir, del entrelazamiento creciente de la producción interna a partir de la producción para la exportación, lo constituye el desarrollo reciente de las ramas industriales que producen insumos intermedios para la agricultura.
Como es sabido, y se ha mencionado más arriba, la producción agrícola para el mercado externo se ha desarrollado ampliamente durante los últimos años, alcanzando en la actualidad un volumen de un orden de magnitud parecido al de la industria transformadora. Es así que el número de trabajadores de la agroindustria alcanza aproximadamente al medio millón en plena temporada, siendo el empleo de la industria manufacturera de alrededor de seis a setecientos mil.
Pues bien, el desarrollo de la agricultura y agroindustria ha creado un importante mercado industrial de insumos intermedios : fertilizantes, maquinaria agrícola, envases, etc.
Lo anterior se comprueba al observar el crecimiento espectacular de la ramas industriales que abastecen de insumos a la agricultura, en relación al resto de las ramas industriales. Ello se presenta en el gráfico siguiente :
Gráfico Nº 55
Como se aprecia en el gráfico, mientras la industria manufacturera en general ha crecido en un 20% entre 1980 y 1988, las ramas que abastecen de insumos intermedios a la silvoagricultura prácticamente se han duplicado en el período, creciendo en un 94%.
El ejemplo anterior ilustra elocuentemente el error que se comete cuando se tiende a oponer en forma absoluta el mercado externo con el mercado interno.
De hecho, una economía que exporta mucho, es decir, que desarrolla su mercado externo, es al mismo tiempo, y necesariamente, una economía que compra mucho, es decir, que desarrolla su mercado interno.
Nuevamente cabe hacer acá la precisión que en este trabajo se estudian primero las manifestaciones directas de las leyes más generales del modo de producción capitalista. Estas leyes, en su forma simple, no bastan para comprender las formas más desarrolladas y complejas en que las mismas se manifiestan, en toda su riqueza concreta, en cada momento.
En este caso, las transformaciones cualitativas que se han producido recientemente en la estructura ramal de la economía no pueden ser comprendidas a cabalidad sin considerar factores como la creciente internacionalización de la producción capitalista y su reestructuración en su crisis actual, el dominio de los monopolios transnacionales sobre este proceso, por una parte, y por otra la forma omnímoda en que los monopolios ejercen el poder en Chile, lo que les ha permitido realizar los ajustes ramales de manera más radical que en otras economías latinoamericanas, donde la resistencia de la burguesía afectada por los cambios, y del conjunto del pueblo, ha obligado a los monopolios a actuar de manera más pausada.
Por otra parte, el estudio del desarrollo del capitalismo en Chile, como en otros paises dependientes del imperialismo y de desarrollo tardío es, en este aspecto, extremadamente particular. Un estudio acabado de estas particularidades es sin duda indispensable, y se aborda en parte en capítulos posteriores.
Con todo, sin embargo, es importante establecer primero la dirección en que necesariamente se desenvolverá el proceso, lo que es posible sólo si se estudia éste en general, como se ha hecho acá.
Interesa dejar establecido,  finalmente, el necesario incremento del mercado interno, de medios de producción y de bienes de consumo, a raíz del incremento de los capitalistas agrarios y obreros agrícolas :
"Comparado con el campesino medio, …[y en nuestro caso comparado con los inquilinos]… el proletariado rural consume menos -y además emplea artículos de peor calidad, patatas en vez de pan, etc.-, pero compra más . La formación y el desarrollo de la burguesía campesina crea mercado por un camino doble : en primer término, y de manera principal, a cuenta de los medios de producción (mercado de consumo productivo), ……… En segundo término, el mercado se forma aquí también a cuenta del consumo personal, como resultado de la ampliación de las demandas de los campesinos más pudientes"  (los comentarios entre […] son nuestros) ([187]).
Es difícil exagerar la importancia de las transformaciones agrarias ocurridas en el último tiempo en cuanto al desarrollo del mercado interno.
En efecto es notorio, por una parte, el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores agrícolas : es sensiblemente mayor el grado de penurias a que está sometido en su trabajo un trabajador temporero, por ejemplo, e inferior el nivel de su dieta alimentaria, comparados con la situación de un inquilino de las antiguas haciendas.
Es evidente sin embargo, por otra parte, que los actuales trabajadores agrícolas compran mucho más mercancías que los antiguos inquilinos : muchos temporeros viven de hecho en la ciudad, comprando todos sus víveres, ropa. etc., los trabajadores agrícolas que viven el campo hoy día compran también la mayor parte de sus medios de vida, utilizan preferentemente la bicicleta en lugar del antiguo caballo para transportarse, etc.; su situación no puede compararse, en este sentido, con la de los antiguos inquilinos, quienes producían directamente lo principal de sus víveres, y buena parte de sus ropas, habitaciones, medios de transporte, etc.
El impacto del fenómeno anterior, unido al significativo crecimiento de la población ocupada que se ha señalado antes, más que compensa el descenso experimentado por las remuneraciones medias, y puede afirmarse con seguridad que aquella parte del mercado interno de bienes de consumo constituido por las compras de los trabajadores ha crecido también en forma significativa durante los últimos años.
Dicho sea además, este es un fenómeno social progresivo en grado sumo, aunque significa, como se ha mencionado, que cientos de miles de personas viven hoy peor que antes, en el sentido que consumen menos.
En efecto, la incorporación al mercado capitalista, como vendedores de fuerza de trabajo y consumidores de mercancías, ha hecho de cientos de miles de trabajadores agrícolas ciudadanos que han roto para siempre las cadenas del aislamiento, la sumisión y la ignorancia que durante siglos apresaron a los campesinos al viejo régimen del latifundio.

Producción Capitalista en su Conjunto

El análisis del desarrollo reciente en la esfera de la producción capitalista en su conjunto incluye la formación de la tasa de ganancia, ley de tendencia decreciente de la tasa de ganancia, capital comercial, capital a interés, sistema de crédito y, finalmente, la renta del suelo.
En Chile, el desarrollo capitalista reciente en esta esfera ha sido importante, más aún que en las otras, y, siendo más evidente el desarrollo del sistema de crédito, no ha sido por ello menos importante, por ejemplo, el desarrollo del sistema de renta capitalista de la tierra.

Crisis Cíclicas Capitalistas

Las crisis cíclicas no son fenómenos aislados, sino están unidos a los demás momentos del ciclo capitalista : depresión, animación media, auge, y se dan en una sucesión histórica en el desarrollo general del capitalismo.
"En la crisis del mercado mundial estallan todas las contradicciones y los antagonismos de la producción burguesa"  [188], y en este sentido constituyen momentos cuyo análisis tiene un gran valor teórico, puesto que ponen en evidencia cuestiones que no se aprecian con claridad en los períodos más "pacíficos" del ciclo capitalista.
En el último tiempo,la agudización general de los ciclos capitalistas, unida a las condiciones particulares imperantes en Chile, ha significado que las últimas dos crisis cíclicas hayan alcanzado gran profundidad en el país, en 1975 y 1981. Ello ha quedado en evidencia en varios gráficos de este trabajo. El impacto de estos fenómenos, principalmente de la crisis de 1981,  sobre el desarrollo reciente de la teoría económica fue decisivo, en Chile y en el mundo. De hecho, incluso el proceso de elaboración teórica del presente trabajo se inicia precisamente con una polémica en torno a la interpretación de la crisis de 1981.
A nivel del capitalismo mundial, los últimos ciclos capitalistas han presentado características particulares que los hace destacarse en relación a los ciclos que, con la regularidad de una ley de la naturaleza, han tenido lugar durante los últimos cincuenta años.
Característicos de estos ciclos han sido su particular agudeza, la que ha producido lo que los economistas denominan "depresiones", como opuestas a las "recesiones", es decir bajas considerables en la producción, en lugar de disminuciones en sus ritmos de crecimiento, hecho que dio por tierra, en el fenómeno de "estagflación", con las esperanzas puestas por muchos en la capacidad de las políticas estatales de regulación "keynesianas", éstas en el capitalismo pueden condicionar, pero nunca determinar las alternativas del ciclo; Por otra parte se ha vuelto a imponer su carácter global,  sincronizado, que afecta a todos los paises del mundo capitalista.
Existen diversos enfoques para asumir la necesaria elaboración de nuevas categorías teóricas, de carácter más concreto, que permitan explicar el fenómeno descrito. Entre estas conceptos se pueden mencionar : Crisis estructural, Ciclos Largos o de Kondratiev, Patrón de Reproducción y Crisis de Regulación.
Un análisis más detallado de estas conceptualizaciones, y la crítica de algunas de ellas, parece indispensable para abordar el problema en su totalidad.  Sin embargo, la limitación del tratamiento que sigue es que en éste, "en un primer nivel de abstracción, las crisis son consideradas independientes unas de otras, y del proceso de desarrollo social" [189].  

Los Ciclos: Fenómeno Determinado por la Evolución de la Producción Capitalista.
Entre las explicaciones de la crisis reciente han sido dominantes aquellas que atribuyen sus causas a un fenómeno externo, radicado en la esfera del crédito.
Con variantes, que asignan mayor o menor responsabilidad a la política económica del gobierno, los economistas y el público chileno en general atribuyen la crisis de 1981 fundamentalmente a la interrupción del flujo de créditos externos que habría sustentado la recuperación de la economía a partir de 1975, y el "boom" de 1981.
Estos fenómenos, la entrada masiva de crédito externo, especialmente durante el auge 1980-81, y la interrupción del mismo durante la crisis posterior, efectivamente ocurrieron. En este sentido, las explicaciones comunes aluden más bien a una descripción de la apariencia del hecho y, desde este punto de vista, son muchas veces acertadas. Desde el punto de vista científico, sin embargo, el problema consiste en comprender el fenómeno en su esencia, por lo tanto en su necesidad, y, las explicaciones ofrecidas son insuficientes.
Cabe preguntarse, en primer lugar, cuales son los elementos generales que están detrás no sólo de este ciclo, sino de todos los que con regularidad cronométrica se han sucedido en la economía capitalista a partir de 1825.  En relación a la reciente crisis no queda claro, además, porqué el flujo de créditos  producido durante el período del auge se corta posteriormente.
Se han dado explicaciones sobre ciertos aspectos de este fenómeno, como la disponibilidad de petrodólares en el período, por ejemplo.  Sin embargo las mismas no responden el porqué dichos petrodólares quedan disponibles como capital de crédito excedente, en lugar de ser absorbidos por las demandas "normales" de dinero. Es claro que el alza de precios del petróleo transfirió una importante cantidad de recursos a inversionistas petroleros, quienes a su vez depositaron parte importante de los mismos en bancos internacionales. Pero dicha alza de precios difícilmente pudo significar creación de riquezas, por lo cual es probable que los mismos recursos hubiesen estado disponibles de todas maneras, sólo que la gente los habría llamado dólares en lugar de petrodólares. Ello sin desconocer la importancia que el alza de precios del petróleo tuvo en la crisis de 1975, y  en el desarrollo del ciclo siguiente. Tampoco se explica, porqué los petrodólares fluyen a la economía chilena, y porque dejan de fluir, en los momentos que lo hacen, puesto que su sola abundancia o escasez no basta para aclarar este fenómeno.
Para ir al fondo de los problemas señalados es indispensable partir de los elementos más generales de los ciclos económicos, y estos se encuentran en los fundamentos mismos de la producción capitalista.
"La crisis real sólo puede exponerse a base del movimiento real de la producción capitalista, de la competencia y el crédito en la medida en que nace de las determinaciones de forma del capital, que en cuanto tal capital le son peculiares "   (destacado en el original)   [190].
Las Formas de las Crisis
En su análisis de las crisis, Marx parte por las formas más generales de las mismas, por su posibilidad general. Esta viene dada ya por las características del dinero.
El hecho de que la venta y la compra con dinero se disocien en dos fases, a diferencia del simple trueque en que son una sola fase, hace posible que se pueda vender sin comprar de inmediato. Así se crea la posibilidad más general de la crisis, puesto que si algunos se abstienen de comprar luego de haber vendido, habrá otros que no pueden, a la vez, vender sus mercancías.
Por otra parte, en las ventas a plazo, si en el intervalo entre el momento en que se pactan el precio y el plazo y aquel en que efectivamente hay que pagar el compromiso adquirido, cambia el precio de la mercancía, o ésta se hace invendible, el comprador inicial no va a poder cumplir con la obligación adquirida. Como se establece además, una cadena de operaciones a plazo, el hecho de que en un punto ésta se interrumpa acarrea la insolvencia generalizada.
Esto, sin embargo, explica sólo la posibilidad de la crisis, no su necesidad:"La posibilidad general de la crisis es lametamorfosis formal del capital mismo, la disociación en el tiempo y en el espacio de la compra y la venta. Pero esto no es nunca la causa de la crisis. No es, en efecto, otra cosa que la forma más general de la crisis, por tanto, la crisis misma en suexpresión más general. No se puede decir, sin embargo, que la forma abstracta de la crisis sea la  causade ella. Cuando preguntamos por su causa, tratamos precisamente de saber por qué su forma abstracta, la forma de su posibilidad, se convierte en realidad "  (destacado en el original)   [191].
De lo anterior se deduce además que las expansiones y contracciones del crédito que, como se ha visto, son unánimemente presentadas como las causas de la última crisis, son en realidad un síntoma de ésta, y no su causa:
"Cuando se investiga por qué la posibilidad general de la crisis se convierte en realidad, cuando se investigan las condiciones de la crisis, resulta, pues, totalmente superfluo preocuparse de la forma de las crisis que surgen del desarrollo del dinero como medio de pago, Precisamente por eso gustan los economistas de dar preferencia a esta forma evidente por sí misma como causa de la crisis. (en la medida en que el desarrollo del dinero como medio de pago coincide con el desarrollo del crédito y del overcredit, hay que desarrollar, naturalmente, las causas de este último, lo que no tiene cabida aquí.) " (destacado en el original)   [192].
Marx define la crisis como :"el restablecimiento por la fuerza de la unidad entre momentos sustantivados y la sustantivación por la fuerza de momentos que escencialmente forman una unidad "  [193]. Ejemplifica lo primero en el caso de la disociación de ventas y compras, dos momentos que forman de hecho una unidad, puesto que para que unos puedan vender es necesario que otros que ya han vendido decidan comprar, pero cuando se "sustantivan", independizándose unos de otros, es decir, cuando se vende sin comprar de inmediato, se hace necesaria la crisis para restablecer la unidad de ambos momentos por la fuerza.
Otra manera de ejemplificar lo anterior es la siguiente : "El proceso total de reproducción del capital constituye la unidad de su fase de producción y su fase de circulación, un proceso que recorre ambos procesos como sus fases. En ello va implícita una posibilidad más desarrollada o forma abstracta de la crisis. Por eso los economistas que niegan la crisis se aferran a la unidad de estas dos fases. Si aparecieran disociadas sin entremezclarse en unidad, no sería posible, en efecto, restablecer su unidad por la fuerza, no podría darse la crisis. Si formasen una unidad, sin desglosarse, no sería posible desglosarlos por la fuerza, lo que, a su vez, es la crisis"  [194].
En otra parte, Marx define el lugar que ocupan las crisis en el proceso de reproducción del capital :"Las crisis son siempre soluciones violentas puramente momentáneas de las contradicciones existentes, erupciones violentas que restablecen pasajeramente el equilibrio roto" [195] . Es decir, las crisis son un momento necesario de la acumulación capitalista, un "remedio" transitorio por así decirlo, a las tensiones que periodicamente se acumulan con la reproducción capitalista.
En el nivel del proceso de producción del capital, tratado en el libro primero de El Capital, aunque la crisis "de por sí se contiene en él, puesto que el proceso de producción es apropiación y, por lo tanto, producción de plusvalía "  , ésta no se manifiesta, " ya que en él no se trata de la realización del valor simplemente reproducido, sino de la plusvalía. La cosa sólo puede ponerse de manifiesto en el proceso de circulación, que es al mismo tiempo, proceso de reproducción "   [196]. En el libro segundo de El Capital expone lo relacionado con el desarrollo capitalista del mercado interno y la rotación del capital variable desde el punto de vista social. Es en el libro tercero de El Capita, sin embargo, que trata"la unidad de su fase de producción y su fase de circulación" [197]donde Marx completa el tratamiento de las crisis.
La Crisis y el Mercado Capitalista : La Realización de la Plusvalía
Marx resuelve el problema de la realización de la plusvalía y el desarrollo del mercado interno capitalista a partir de la inversión de la plusvalía en medios de producción, es decir, en el llamado sector I de la economía. Esta solución de Marx refuta aquellas explicaciones de las crisis que se basan en la incapacidad del capitalismo para encontrar mercado donde realizar la plusvalía. Como dice Lenin, estas teorías explican las crisis en base a la contradicción entre la producción y el consumo de la clase obrera, mientras Marx explica las crisis en base a la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación, en el capitalismo, "la primera …[explicación]…encuentra pues las raices del fenómeno fuera de la producción; la segunda busca esas raíces precisamente en las condiciones de la producción. Dicho en términos más concisos, la primera teoría explica las crisis como efecto de un déficit de consumo, la segunda como obra de la anarquía en la producción "  (los comentarios entre […] son nuestros) [198].
Entre los argumentos con que  Lenin refuta la teoría que explica las crisis por déficit del consumo destaca el siguiente :  " es precisamente en los períodos que preceden a las crisis cuando aumenta el consumo de los obreros…el consumo insuficiente (con el que se pretende explicar las crisis) ha existido bajo los más diversos sistemas económicos, mientras que las crisis son características de un sistema solamente, del capitalismo "  (destacado en el original) [199].
Contradicción Entre Producción y Consumo.
Señala Lenin, finalmente, el lugar que ocupa la contradicción entre la producción y el consumo en el análisis marxista de las crisis :
"¿Pero es que la …[teoría de Marx]…contradice la existencia de una contradicción entre la producción y el consumo?Evidentemente, no. Reconoce este hecho, pero le asigna el lugar secundario que le corresponde, como u hecho que sólo se refiere a un sector de toda la producción capitalista. Nos dice que este hecho por sí solo no puede explicar las crisis, puesto que responde a una contradicción más profunda y fundamental del sistema económico vigente : a la contradicción existente entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación"  (destacado en el original, los comentarios entre […] son nuestros) [200].
El papel de la contradicción entre la tendencia capitalista a la producción ilimitada, por una parte, y a mantener dentro de límites estrechos el consumo de las masas, por otra, es complejo, y afecta diversos planos del análisis. Luego de afirmar el carácter secundario de esta contradicción en un plano determinado el de la causa inmediata de las crisis, Lenin amplía el marco de análisis del problema :
" …un cierto nivel de consumo de la sociedad constituye uno de los elementos determinantes de la proporcionalidad. En efecto, el análisis de la realización ha demostrado que la formación del mercado interior para el capitalismo no se realiza tanto a expensas de los medios de consumo como a expensas de los medios de producción. De donde se sigue que el primer sector de la producción social (la fabricación de medios de producción) puede y debe desarrollarse más rápidamente que el segundo ( la fabricación de medios de consumo). Lo que, naturalmente, no se sigue de aquí ni en lo más mínimo que la fabricación de los medios de producción pueda desarrollarseindependientemente en absoluto de la fabricación de medios de consumo y sin la menor conexión con ella. Marx dice, refiriéndose a esto:  " Además, como hemos visto (Libro II, sección 3ª), se opera una circulación continua entre el capital constante y el capital variable (aun prescindiendo de la acumulación acelerada), la cual es, por el momento, independiente del consumo individual en el sentido que no se incorpora a él, pero se haya, sin embargo, definitivamente limitada por él, ya que la producción de capital constante no se realiza nunca en gracia a sí misma, sino solamente porque se emplea una mayor parte de ella en las ramas de producción cuyos productos se destinan al consumo individual" (El Capital, tomo III). Por tanto, en último resultado el consumo productivo (el consumo de medios de producción) se haya siempre vinculado con el consumo individual, depende siempre de él. Sin embargo, el capitalismo lleva siempre implícita, de una parte, la tendencia a la ampliación ilimitada del consumo productivo, a la ampliación ilimitada de la acumulación y la producción y, de otra parte, la tendencia a la proletarización de las masas del pueblo, que traza límites bastante estrechos a la ampliación del consumo individual. Es evidente que estamos ante una contradicción inherente a la producción capitalista, contradicción que Marx señala en el citado pasaje…Es exactamente en el mismo sentido que presenta…el siguiente pasaje sobre las crisis : " La causa última de toda verdadera crisis es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuviera más límite que la capacidad absoluta del consumo de la sociedad "…De suyo se comprende que sería un burdo error querer deducir de esta contradicción del capitalismo (o de otras contradicciones inherentes a él) la imposibilidad o el carácter regresivo del régimen capitalista en comparación con otros sistemas económicos anteriores (como gustan de hacerlo nuestros populistas) El desarrollo del capitalismo sólo puede concebirse a través de una serie de contradicciones, y el señalamiento de estas contradicciones no hace sino esclarecernos el carácter histórico transitorio del capitalismo, las condiciones y las causas de su tendencia a tran­­­­sformarse en una forma superior "  (destacado en el original)[201].
Es frecuente encontrar en medios de izquierda la explicación de un supuesta inviabilidad del desarrollo capitalista en America Latina en una también supuesta particularidad del capitalismo de la región, que consistiría en que las desigualdades sociales serían en esta región de tal magnitud, que no habría posibilidad de encontrar mercado interno donde realizar la producción. Al respecto se puede argumentar que si bien la pobreza es efectivamente mucho mayor en la región latinoamericana que en los paises capitalistas centrales, no se puede afirmar otro tanto en relación a las desigualdades. Estas son mayores aún en los paises desarrollados que en los subdesarrollados, si se consideran las riquezas de que se apropian los mayores consorcios, en relación a los ingresos promedio de la población.
Las desigualdades sociales y la pobreza, si bien plantean una contradicción creciente en el capitalismo, no son obstáculo para que el sistema capitalista se desarrolle en medio de sus contradicciones, en general y también en la región.Son estas contradicciones, sin embargo, las que, al acumularse, estallan periodicamente, creando condiciones de gran inestabilidad social y política. Sobre ellas se abre paso la acción consciente de las masas que provoca las revoluciones sociales.
Evolución de la Balanza Comercial : Síntoma de las Alternativas del Ciclo Industrial
A nivel de la circulación del capital, Marx analiza otro aspecto del ciclo industrial que incide en las crisis: se trata de la influencia del período de rotación del capital variable sobre la oferta y demanda agregada de bienes.
En el caso de proyectos de largo período de rotación, como construcción de edificios o plantas industriales, se adelanta dinero a los obreros durante largo tiempo sin que se incorpore al mercado un producto equivalente: "Se sustraen, pues al mercado fuerza de trabajo, medios de subsistencia para esta fuerza de trabajo, capital fijo bajo la forma de los medios de trabajo empleados…y materiales de producción. Y para reponer todo esto se lanza al mercado un equivalente en dinero, pero no se lanza durante el…[período de rotación]… ningún producto para reponer los elementos materiales del capital productivo sustraídos al mercado…[debido a esto]…en la sociedad capitalista …pueden producirse y se producen necesariamente y sin cesar grandes perturbaciones…"  (los comentarios entre […] son nuestros) [202].
Este fenómeno puede producirse porque el período de rotación del capital se amplía, producto de la extensión del período de producción, como cuando se abordan proyectos de larga duración, o se extiende el período de circulación. En este caso es necesario considerar la distancia real entre el centro de producción y el mercado.
Una implicancia importante de lo anterior se deriva el incremento sostenido de las exportaciones en relación al producto global. En este caso, los productos exportados no se incorporan al mercado interior sino hasta que son vendidos en el exterior, se importan productos por un valor equivalente, y estos últimos ingresan al mercado interior. Durante todo el período en que esto no se completa, el efecto sobre el mercado interno es el adelanto de dinero sin un producto en contrapartida.
En una economía abierta, esto presiona al comercio exterior. De allí la tendencia creciente al déficit en la balanza comercial a medida que el ciclo se aproxima a su punto de auge. Dicha tendencia, debido a una serie de otros factores, no tiene porqué expresarse en un déficit absoluto de la balanza comercial ni siquiera en el punto más alto del auge, pero actúa en esa dirección. Usualmente, sin embargo, cuando el ciclo se acerca al auge, se genera un déficit creciente en el comercio exterior. En los hechos, ya en algunos meses de 1989 la balanza comercial ha mostrado déficit.


Gráfico Nº 56
 La crisis del comercio exterior no es nunca causa, sino por el contrario, consecuencia, de la evolución del ciclo que lleva además a la crisis general. Consecuencia que ciertamente actúa de vuelta sobre el ciclo y la crisis real, pero que no lo determina, sino que es determinada por éste.
Muchas teorías al respecto atribuyen precisamente al déficit del comercio exterior las causas de la crisis, cuando éste no es sino un síntoma, o consecuencia, de la acción de los mismos factores que provocan la crisis.
Crisis y Contradicciones de la Ley de la Ganancia
"El  verdadero límite de la producción capitalista es el mismo capital es el hecho de que, en ella, son el capital y su propia valorización lo que constituye el punto de partida y la meta, el motivo y el fin de la producción; el hecho de que aquí la producción sólo es producción para el capital y no, a la inversa, los medios de producción simples medios para ampliar cada vez más la estructura del proceso de vida de la sociedad de los productores. De aquí los límites dentro de los cuales tiene que moverse la conservación y la valorización del valor-capital, la cual descansa en la expropiación y depauperización de las grandes masas de los productores, choquen constantemente con los métodos de producción que el capital se ve obligado a emplear para conseguir sus fines y que tienden al aumento ilimitasdo de la producción, a la producción por la producción misma, al desarrollo incondicional de las fuerzas sociales productivas del trabajo. El medio empleado - desarrollo incondicional de las fuerzas sociales productivas - choca constantemente con el fin perseguido, que es un fin limitado: la valorización del capital existente, Por consiguiente, si el régimen capitalista constituye un medio histórico para desarrollar la capacidad productiva material y crear el mercado mundial correspondiente, envuelve al propio tiempo una contradicción constante entre esta misión histórica y las condiciones sociales de producción propias de este régi­­­men "   (destacado en el original) [203].
La contradicción central del capitalismo es que, por una parte, persigue un fin limitado, la valorización del capital, la producción de plusvalía y por otra, para alcanzar dicho fin utiliza como medio el desarrollo al máximo de la producción social. Este medio, sin embargo, choca constantemente con el fin perseguido.
Es decir, el propio desarrollo de la producción, deteriora de diversas maneras las condiciones de valorización del capital. Al llegarse a un determinado punto, se hace necesaria una crisis que restablezca los desequilibrios producidos. Así se crean nuevamente condiciones de valorización para el capital, con lo que se inicia un nuevo ciclo.
Ley de Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia
Algunas de las formas en que el desarrollo de la producción  contradice la valorización son tendencias de largo plazo. La principal es la tendencia decreciente de la tasa de ganancia debida al incremento de la composición orgánica del capital.
La ley de incremento en la composición orgánica del capital hace que, a medida que se desarrolla la producción, aumente la cantidad de medios de producción que maneja cada obrero. Expresado en valor, es el aumento de la razón capital constante/capital variable.
Puesto que la tasa de ganancia, se define como la plusvalía dividida por todo el capital desembolsado, y la plusvalía por su parte depende sólo del capital variable, resulta que el capital total tiende a crecer más rápido que la plusvalía a medida que se desarrolla la producción capitalista, y la tasa de ganancia tiende, por ello, necesariamente, a disminuir.
Expresando lo anterior en fórmulas :
(1)               Tasa de ganancia = plusvalía / capital total
pero             (2)          capital total = capital variable +  capital constante
                      (3)          plusvalía = capital variable x tasa de explotación
                      (4)          capital constante  =  capital variable x composición orgánica
luego, reemplazando (2), (3), y (4) en (1), queda
Tasa de ganancia = tasa de explotación x capital variable /  capital variable  x (1+composición orgánica)
     Tasa de ganancia =  tasa de explotación x 1 / (1+ composición orgánica)
El factor 1/ (1+Composición Orgánica) tiene una tendencia decreciente a medida que crece la composición orgánica, como se aprecia en el gráfico siguiente :
Gráfico Nº 57

Si se supone que la tasa de explotación también crece, y que ambas, la composición orgánica y la tasa de explotación, tienen un comportamiento cíclico, el resultado es que la tasa de ganancia se mueve en ciclos, con tendencia a decrecer en el largo plazo. Esto se aprecia en el gráfico siguiente :
Gráfico Nº 58




El gráfico representa la función :


            Tasa de ganancia =  tasa de explotación x 1 / (1+ composición orgánica)
La tendencia inevitable a la caída de la tasa de ganancia, en el largo plazo, es amortiguada por una serie de factores, entre los que Marx destaca el aumento del grado de explotación del trabajo, la reducción del salario por bajo el valor de la fuerza de trabajo, el abaratamiento de los elementos que forman el capital constante, la superpoblación relativa, el comercio exterior y el aumento del capital-acciones.
La acción de los tres primeros elementos es clara, puesto que inciden directamente en el aumento de la tasa de ganancia, los dos primeros aumentando la tasa de explotación, y el tercero haciendo disminuir la composición orgánica del capital. La superpoblación relativa tiene incidencia en la baja de los salarios, y en el estímulo del desarrollo de ramas intensivas en mano de obra, es decir, de baja composición orgánica. De esta manera, aumenta la tasa de explotación, y disminuye la composición orgánica, en promedios. El comercio exterior, tiene efectos inmediatos sobre el abaratamiento de la fuerza de trabajo y de los elementos del capital constante, cuestiones ambas que inciden en aumentar la tasa de ganancia. Este factor tuvo gran incidencia en Chile, cuando se bajaron bruscamente los aranceles, en el período 1975-80. El aumento del capital por acciones saca importantes masas de capital, invertidos precisamente en las ramas de mayor composición orgánica y por lo tanto de menor tasa de ganancia, de la determinación media de ésta, evitando así una baja de este promedio. En otras palabras, las acciones permiten amasar capitales para operar bajo la tasa media de ganancia. Otras formas que cumplen el mismo objetivo, son los fondos previsionales de los trabajadores, cuando éstos se transforman en capital, en manos, por ejemplo de las AFP.
A pesar que la tendencia general decreciente de la cuota de ganancia debido al incremento de la composición orgánica del capital opera en el largo plazo, fija de todas maneras límites históricos del capitalismo. En palabras de Marx :"  …como …la cuota de ganancia constituye el acicate de la producción capitalista (que tiene como finalidad exclusiva la valorización del capital), su baja amortigua el ritmo de formación de nuevos capitales independientes, presentándose así como un factor peligroso para el desarrollo de la producción capitalista, alienta la superproducción, la especulación, las crisis, la existencia de capital sobrante junto a una población sobrante.…el régimen de producción capitalista tropieza en el desarrollo de las fuerzas productivas con un obstáculo que no guarda la menor relación con la producción de la riqueza en cuanto a tal. Este peculiar obstáculo acredita precisamente la limitación y el carácter puramente histórico, transitorio, del régimen capitalista de producción; atestigua que no se trata de un régimen absoluto de producción de riqueza, sino que, lejos de ello, choca al llegar a cierta etapa con su propio desarrollo ulterior " [204].
La baja tendencial de la cuota de ganancia, y la necesidad periódica de grandes transformaciones estructurales del capitalismo para recuperar el nivel de ésta, han sido relacionadas con la recurrencia en períodos largos, de crisis prolongadas, que abarcan dos o más ciclos normales. La ley descendiente de la tasa de ganancia estaría relacionada, de esta manera, con los llamados ciclos largos de Kondratiev, o crisis estructurales, cambios en patrones de reproducción o crisis de regulación.
Disminución de la Tasa de Ganancia a Corto Plazo
En el plazo más acotado de un ciclo económico "normal", es decir inferior a diez años, sin embargo, actúan una serie de factores de corto plazo que inciden en definitiva en la reducción de la tasa de ganancia, en la disminución de la inversión y por lo tanto, en la precipitación de las crisis periódicas.


Gráfico Nº 59 (*) 
La masa de ganancias medida es máxima hacia 1978, y baja en los años siguientes, hasta hacerse negativa en 1981, precisamente el año culminante del "boom" y cuando se inicia la crisis. Durante los dos años de la crisis la ganancia es fuertemente negativa, se recupera a partir de 1984 y sube espectacularmente en los dos últimos años.
Gráfico Nº 60
La actividad llega al máximo en 1981, en el mismo punto en que la masa de ganancias, que ya viene bajando desde 1978, se hace negativa. La recuperación de la actividad se inicia en 1984, una vez que las ganancias recuperan un nivel positivo y empiezan a crecer fuertemente.
La disminución de la inversión provocada por la baja de la tasa de ganancia es siempre causal de la crisis y su recuperación es siempre la base de recuperación de la actividad.
Crisis y Desembolso de los Capitalistas
Quienes atribuyen las crisis a la falta de capacidad de consumo de los trabajadores difícilmente pueden explicar, porqué las crisis se precipitan cuando las remuneraciones y el empleo son máximos, en el punto culminante del "boom". Más difícil de explicar aún resulta, desde ese punto de vista, el porqué las crisis terminan, y las recuperaciones se inician, precisamente cuando el consumo de los trabajadores es mínimo, los salarios son mínimos y la cesantía máxima, en plena crisis.
Ciertamente el consumo de las personas difícilmente explica tanto la precipitación como la recuperación de las crisis, que no pueden entenderse sin considerar el  consumo productivo, es decir, el desembolso o inversión realizados por los capitalistas
Al respecto es interesante verificar como, en la economía de los EEUU, el consumo baja poco durante las crisis, en cambio si lo hace fuertemente el gasto en bienes de capital.
Gráfico Nº 61
El consumo ni siquiera disminuye, sólo deja de crecer, en el promedio de las seis últimas crisis en los EEUU. El gasto en vivienda, sin embargo, que aunque aparece como inversión general es parte del consumo, baja ostensiblemente. Lo que baja significativamente en las crisis, en cambio, es el gasto en bienes de capital, que, en promedio, unido a la baja en los inventarios, da cuenta de 2/3 partes de la disminución total del PGB durante las últimas seis crisis en los EEUU[205].
El mecanismo general de precipitación y recuperación de la crisis es que las ganancias bajan, en los últimos años del ciclo, caen fuertemente durante la crisis, y se recuperan a la salida de ésta. Siguiendo éste indicador, la inversión, es decir el desembolso productivo de los capitalistas, cae fuertemente al llegar el auge a su climax, precipitando la crisis, y luego se recupera cuando la ganancias se recomponen, dando salida así a la crisis e inicio a un nuevo ciclo.
Respecto a la inversión, cabe señalar que este concepto se utiliza acá en una acepción diferente a la que está implícita en las cuentas nacionales.  En ellas se considera inversión el gasto en capital fijo, formando parte de este concepto en forma destacada el gasto en construcción, incluida la construcción de viviendas. No forman parte del concepto inversión utilizado en las cuentas nacionales, en cambio, el gasto en remuneraciones y capital circulante en general, es decir, no se considera inversión, por ejemplo, el gasto en materias primas.
Lo que determina la actividad, en realidad, no es el gasto en capital fijo por parte de los capitalistas y el estado, y vivienda por parte de las personas, que es lo que las cuentas nacionales consignan como inversión.  Es decisivo, en cambio el desembolso global de los capitalistas, cuya parte principal la constituyen remuneraciones y materias primas, es decir, el capital variable y la parte circulante del capital constante, rubros que no quedan registrados como inversión en las cuentas nacionales.
Lo anterior explica la paradoja, que ha desconcertado a no pocos economistas de que en Chile, la actividad económica haya crecido aceleradamente durante varios años, sin que la inversión consignada por las cuentas nacionales haya aumentado en forma significativa.
Ello no resta importancia al indicador inversión, tal como se registra en las cuentas nacionales, puesto que, tarde o temprano el desembolso de los capitalistas debe reflejarse, y de hecho se refleja, en la inversión registrada en las cuentas nacionales. Es importante considerar, sin embargo, las limitaciones del mismo, y consignar que existen indicadores mucho más significativos que éste para medir la actividad económica y predecir su comportamiento.
Causas de la Caída Periódica de la Tasa de Ganancia y de su Posterior Recuperación
Un elemento que incide en la baja cíclica de las ganancias, y su posterior recuperación cíclica, se refiere a las remuneraciones.A medida que el ciclo avanza hacia el auge, crece el empleo y las remuneraciones tienden a subir, haciéndose máximas en el punto previo a la crisis. Este factor incide sobre la tasa de ganancia, empujándola hacia la baja, puesto que, el efecto principal del alza de las remuneraciones no es un alza en los precios, como afirma la economía burguesa, sino una baja de las utilidades.
Si no hubiera ningún otro factor, sólo éste llevaría a un comportamiento cíclico, puesto que el mecanismo de freno capitalista actúa también acá: para aumentar sus ganancias los capitalistas aumentan sin cesar la producción, con ello incrementan el empleo y empujan las remuneraciones al alza, lo que retruca en una baja de las ganancias.  Al disminuir las ganancias se reduce el desembolso de capital, baja la contratación, disminuye el empleo, y las remuneraciones también tienden a bajar, con lo cual se recompone la tasa de ganancia y se abren posibilidades de aumentar nuevamente el desembolso de los capitalistas, e iniciar la recuperación de la crisis.
Otro mecanismo importante en la baja coyuntural de las ganancias y su posterior recuperación cíclica tiene que ver con los el alza deprecios de las materias primas.  Esta implica un fuerte aumento en el valor del capital constante, sin cambios en la plusvalía producida, y por lo tanto una baja en la tasa de ganancia(*). Marx explica, por ejemplo, el efecto de una crisis algodonera originada en una mala cosecha en los EEUU ocurrida hacia 1860, que se tradujo en un alza importante en los precios del algodón, y derivó en la crisis de la industria textil inglesa, lo que arrastró a la economía de este país en su conjunto a una crisis. La explicación de aquella crisis servirá para explicar también la crisis del petróleo de 1975, por ejemplo.
Aparte de la incidencia recién mencionada, que es más bien fortuita y no cíclica, los precios de las materias primas tienden a subir en los momentos previos a las crisis, simplemente por un problema de demanda; ésta sube en los últimos períodos del auge más rápido que lo que la oferta puede atender. En términos técnicos, se produce un aumento de la "cuasi renta", es decir de la renta transitoria debido a aumentos de demanda sobre recursos que, aunque son flexibles a largo plazo, se mantienen fijos a corto plazo.  Así, la mayor parte de las crisis cíclicas de la historia del capitalismo registran este fenómeno de incremento de precios de materias primas en los momentos finales del auge[206].
Dicho sea de paso, ello ocurre sólo porque la plusvalía depende exclusivamente del capital variable, es decir, del trabajo vivo que agrega valor en el proceso productivo. Si, como afirma la economía vulgar, la ganancia dependiera indistintamente de todos los factores productivos, un alza en el precio de uno de ellos no incidiría para nada en la tasa de ganancia.El efecto de esta alza de precios sobre la tasa de ganancia es que puesto que la producción de plusvalía sólo depende del trabajo vivo, un alza del capital constante se traduce en un aumento del capital total sin el correspondiente incremento de la plusvalía producida y, luego, en una baja de la tasa de ganancia.
Un efecto similar al anterior se debe al incremento de la renta de la tierra - tierra agrícola, tierra urbana, agua de riego, recursos marinos - en los momentos finales del auge, debido al incremento general de la demanda. Este aumento incide en un alza de precios en los elementos del capital constante y produce una baja en la tasa de ganancia hacia el término del auge.
Las alzas de precios de elementos del capital constante, anotadas, se revierten, por las mismas causas, en bajas de precios de estos mismos elementos, y por lo tanto en alzas en la tasa de ganancia, una vez que la crisis se ha producido.
Sobreproducción Capitalista
El mecanismo principal que precipita la crisis cíclicas es, sin embargo, el fenómeno cíclico de la sobreproducción capitalista.  Al respecto es necesario recordar que ésta es siempre relativa, es decir, es sobreproducción en relación a las necesidades del capital, no en lo que se refiere a las necesidades reales de las masas. El absurdo de la sobreproducción capitalista es que coincide una sobreproducción de mercancías destinadas al consumo, con la pobreza de la mayoría de la población, y la sobreproducción de capital con la existencia de un enorme contingente de población a la cual el capitalismo no da posibilidades de trabajo.
La causa de la sobreproducción es que los capitalistas basan sus decisiones en la necesidad de maximizar sus ganancias individuales, y el mecanismo que utilizan para ello consiste en el aumento incesante de la producción y la productividad.
El fenómeno producido se asemeja al del atochamiento en general.  Dicho en términos técnicos, existen externalidades negativas vinculadas con el aumento de la producción de cada capitalista, en relación a la tasa de ganancia del conjunto. Es decir, cada individuo se preocupa sólo de la ganancia media que él obtiene, pero no toma en cuenta el efecto que su incremento de producción tiene sobre la ganancia de todo el conjunto, es decir, no considera su ganancia marginal.
En términos comunes, el fenómeno guarda algunas similitudes con aquel que cualquier productor de verduras conoce, y que conduce a la sobreproducción y subproducción sucesiva, año tras año, de las diferentes variedades de productos de chacarería. Esta analogía, sin embargo, sólo formal, puesto que es sabido que los productores de verduras no son, en general, capitalistas, sino pequeños productores mercantiles, y el fenómeno de las crisis es exclusivo de la producción capitalista. Es especificamente la producción de plusvalía, es decir, la apropiación máxima del trabajo de otros, lo que constituye la base que hace necesarias las crisis.
Para muchos es difícil aceptar que la base de las crisis es precisamente la sobreproducción generalizada. En parte, es necesario advertirlo, esta aprensión se explica por aquella visión existente en ciertos sectores, que niega al capitalismo posibilidades de producir desarrollo en general, menos aún de generar sobreproducción. En estos sectores no es raro encontrar la explicación de las crisis en la falta de inversión. Esta produciría determinados "cuellos de botella"que ahogarían el desarrollo subsecuente de la producción capitalista. Dicha visión es profundamente errada pues lo que ocurre es precisamente lo contrario. El exceso de desembolso de los capitalistas, hacia el auge del ciclo, en busca de maximizar sus ganancias, en determinadas ramas y en todas ellas conduce a la sobreproducción parcial y general, al exceso de producción de bienes de consumo y de capital, en relación a las necesidades del capital, no de la población. Esto hace disminuir la ganancias a partir de cierto punto, y luego precipita las crisis, aún en el momento de máximo consumo de la población en general, debido a que los capitalistas dejan de desembolsar capital.  La causa inmediata de las crisis no es, entonces, la falta de inversión, sino la sobreinversión, o, más bien, el excesivo desembolso productivo de los capitalistas hacia el final del auge.
Por otra parte, se menciona a menudo, y con razón, que la sobreproducción es ante todo contradictoria con las condiciones de pobreza en que el capitalismo mantiene a la mayoría de la población. Ello es así, en el largo plazo.   En el corto plazo, sin embargo, que es el relevante para las crisis cíclicas, la sobreproducción es perfectamente general, es decir, se puede dar  tanto en aquellas ramas que producen medios de producción, como en las que producen bienes de consumo final.  Basta, además, con que exista sobreproducción en una o dos ramas importante, para que las mismas arrastren al conjunto de la economía a la crisis. En el caso de Chile, por ejemplo, la crisis de 1981 tuvo entre sus causas inmediatas la sobreproducción en la rama de la construcción, entre otras. La próxima crisis, en cambio, probablemente se desencadenará a partir de la sobreproducción en las ramas frutícolas, que producen medios de consumo, y de cobre, que produce medios de producción. Ambas ramas fijan, además, sus condiciones de acuerdo al mercado mundial.
Como en los casos anteriores, también en el caso de la sobreproducción la crisis viene a recomponer la tasa de ganancia y así posibilita la recuperación e iniciación del ciclo siguiente. En este caso, el mecanismo de la crisis consiste en desvalorizar el capital constante: maquinarias, instalaciones, materias primas y mercancías excedentes en general, de modo de recomponer la tasa de ganancia y resolver los atochamientos de mercancías invendidas. De esta manera posibilita nuevamente el reinicio de un nuevo ciclo capitalista.
La sobreproducción es el caso general, y no excluye aquellos casos en que las crisis se producen por el fenómeno inverso, es decir, por subproducción que incide sobre los precios de las materias primas.
Marx resume este fenómeno en su análisis del capítulo 15 del libro tercero de "El Capital", denominado "Desarrollo de las contradicciones de la ley (de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia) ":" …todas las objeciones que se hacen contra los fenómenos tangibles de la sobreproducción (fenómenos que no se preocupan en lo más mínimo de tales objeciones) tienden a sostener que los límites de la producción capitalista no son límites de la  producción en general, ni por tanto de esta forma específica, capitalista, de producción. Pero la contradicción inherente a este régimen de producción capitalista consiste precisamente en su tendencia a desarrollar de un modo absoluto las fuerzas productivas, tendencia que choca constantemente con las  condiciones específicas de producción dentro de las que se mueve y tiene necesariamente que moverse el capital. No es que se produzcan demasiados medios de subsistencia en proporción a la población existente. Al revés. Lo que realmente ocurre es que se producen pocos para sostener decorosa y humanamente a la población.

No es que se produzcan demasiados medios de producción para dar ocupación a la parte de la población capaz de trabajar. Al revés. En primer lugar, se produce una parte excesivamente grande de población que en realidad no se haya en condiciones de trabajar y que tiene que vivir de explotar el trabajo de otros o de trabajos que sólo pueden considerarse como tales dentro de un mísero sistema de producción. En segundo lugar, no se producen bastantes medios de producción para que toda la población capaz de trabajar trabaje en las condiciones más productivas, es decir, para que su tiempo absoluto de trabajo se acorte por la masa y la efectividad del capital constante que durante ese tiempo de trabajo se emplea.

Lo que sí ocurre es que se producen periodicamente demasiados medios de trabajo y demasiados medios de subsistencia para poder emplearlos como medios de explotación de los obreros a base de una determinada cuota de ganancia. Se producen demasiadas mercancías para poder realizar y convertir en nuevo capital, en las condiciones de distribución y de consumo trazadas por la producción capitalista, el valor y la plusvalía contenidos en ellas, es decir, para llevar a cabo este proceso sin explosiones constantemente reiteradas.

No es que se produzca demasiada riqueza. Lo que ocurre es que se produce periodicamente demasiada riqueza bajo sus formas capitalistas, antagónicas.

El límite con que tropieza el régimen capitalista de producción se manifiesta en lo siguiente :

1º    En que el desarrollo de la capacidad productiva del trabajo engendra, con la baja de la cuota de ganancia, una ley que, al llegar a un cierto punto se opone del modo más hostil a su propio desarrollo y que, por tanto, tiene que ser constantemente superada por medios de crisis.

2º    En que la apropiación de trabajo no retribuido y la proporción entre este trabajo no retribuido y el trabajo materializado en general o, dicho en términos capitalistas, en que la ganancia y la proporción entre esta ganancia y el capital empleado, es decir, un cierto nivel de la cuota de ganancia sobre la extensión o la restricción de la producción es lo que decide, no la proporción y las necesidades de los hombres socialmente progresivos. Por eso, tropieza con límites al llegar a un grado de expansión de la producciónque en otras condiciones sería, por el contrario, absolutamente insuficiente. Se paraliza, no donde lo exige la satisfacción de las necesidades, sino allí donde lo impone la producción y la realización de la ganancia" (destacado en el original) [207].

Renta de la Tierra

La renta de la tierra se refiere a aquella parte de la plusvalía que se apropian los propietarios de la tierra, entendida esta en un sentido amplio como tierra agrícola o forestal, yacimientos mineros, mar territorial, aguas de riego, tierras urbanas o recorridos de transporte, en virtud de que poseen el monopolio sobre ellas.
Existe la renta absoluta, que es aquella que reciben aún los propietarios de las tierras menos productivas, y la renta diferencial, que es la que perciben además los propietarios de tierras, yacimientos o concesiones pesqueras, relativamente más productivos.
La renta es una suerte de sobreganancia que reciben los propietarios de la tierra por sobre la ganancia normal de los capitales invertidos en su negocio, exceptuando el "valor" de la tierra[208]. Si dos yacimientos se explotan exactamente con la misma tecnología y nivel de inversiones, el de mayor ley producirá más que el otro. Esa diferencia, que corresponde exclusivamente a las características naturales del yacimiento, constituye la renta diferencial de éste en relación al otro. Todos los yacimientos, excepto el menos productivo, que es el que fija el precio, obtienen renta diferencial.
En el caso de otros recursos como el mar, por ejemplo, la renta puede ser disipada debido a la sobre explotación y atochamiento, lo que ocurre necesariamente si, a partir de cierto nivel de desarrollo de la industria pesquera, se permite acceso libre. La solución para evitar el atochamiento, la sobreexplotación y la sobreinversión,  consiste en regular el ingreso mediante algun mecanismo. La regulación del acceso inmediatamente genera una renta, puesto que elimina los problemas señalados sobre los recorridos de transporte urbano se puede establecer una analogía con lo señalado en relación a la pesca.
El problema de la renta de la tierra adquiere en Chile una importancia particular, puesto que incide sobre la propiedad minera, agrícola, pesquera, en una región del mundo privilegiada en muchos aspectos, puesto que la ley de sus yacimientos, su clima y dotación de recursos pesqueros, entre otros factores, permite que el país obtenga una abundante renta diferencial en relación a otros paises del mundo en productos cuyo valor se determina en el mercado internacional.  Esta renta constituye, en esencia, plusvalía transferida desde otros paises del mundo, competidores del nuestro en estos rubros, pero con productividades naturales más bajas, hacia Chile.
El asunto de quien se apropia de la renta es, entonces, una cuestión de la mayor importancia. La situación actual al respecto es vergonzosa. La ley minera, al no estar acompañada de una ley tributaria rigurosa, permite que las empresas extranjeras que adquieren la concesión de minerales no paguen impuestos, ni siquiera los normales al capital, ni menos los que corresponderían sobre la renta que obtienen. La ley de fomento forestal exime de impuestos a este sector. La tributación por renta presunta permite que la agricultura tribute muy poco. Finalmente la ley pesquera actualmente en discusión asigna cuotas, con lo cual resuelve el problema del atochamiento, pero no cobra por ellas.

Cuadro Nº 19
CONCENTRACION ECONOMICA EN EL SECTOR FORESTAL CHILENO, 1988
(%)
GRUPOS                                         Propiedad                        Control                            Control                        Control
DOMINANTES                           Plantaciones                 Producción               Exportaciones               Valores
                                                               Forestales                     Forestales                     Forestales                Promedios
ANGELINI                                              22,2                                 27,0                                38,9                                    30
MATTE                                                   17,4                                 36,3                                30,1                                    28
OTROS NUEVE GRUPOS            8,7                                 18,2                                13,1                                    13
(EXTRANJEROS)
TOTAL CONTROL                            48,3                       81,5                       82,1                         71
GRUPOS ECONOMICOS
RESTO DE LOS                               51,1                                 18,5                                17,9                                    29
EMPRESARIOS
TOTAL                                                     100%                              100%                             100%                             100%
Fuente : Contreras, Rodolfo, "Más Allá del Bosque", Amerinda, pg. 187
Incorporar la recuperación de la renta de la tierra para todos los chilenos es una reforma democrática necesaria.
La renta de la tierra da origen a la tercera clase fundamental del capitalismo: los terratenientes. Las otras dos clases fundamentales de dicho modo de producción son los capitalistas y los obreros.
Los terratenientes no deben ser confundidos con la clase de los latifundistas. Estos eran a su vez terratenientes de la mayor parte de la propiedad agrícola de chile hasta antes de la reforma agraria, pero integraban una clase superviviente del viejo modo de producción precapiltalista, en descomposición, del latifundio-inquilinaje.En la formación social de Chile otras clases, como los pequeños productores mercantiles o comuneros indígenas provienen también de viejos modos de producción precapitalistas.
Las clases propiamente capitalistas, sin embargo, consideran sólo a capitalista, obreros y terratenientes. Esta última clase está conformada por decenas de miles de personas que viven principalmente de una renta asociada a la tierra. Son los miles de propietarios de inmuebles urbanos, agrícolas o mineros, que viven del arriendo de los mismos y su importancia política, como clase no es menor.
En los casos principales, sin embargo, los rentistas se funden con los capitalistas. Es el caso de los propietarios de grandes minerales, tierras agrícolas, forestales, que a la vez explotan como empresas capitalistas.
La renta de la tierra en Chile ha sido abordada desde el punto de vista científico y existen estudios muy completos que abordan este problema, particularmente en el caso de la propiedad minera y pesquera. Dichas investigaciones han sido elaboradas por economistas y centros de estudios de inspiración democrática, que consideran el problema de la recuperación de la renta de la tierra para todos los chilenos como una de las reformas principales al sistema económico del país para hacerlo menos injusto que en la actualidad.


Desarrollo Reciente del Imperialismo en Chile

La evidencia del desarrollo reciente del capitalismo en Chile, país extremadamente dependiente del imperialismo, confirma la vigencia de la concepción leninista del imperialismo como un fenómeno contradictorio, que, muchas veces "repercute en el desarrollo capitalista de estos paises… acelerándolo extraordinariamente"  [209], mientras, al mismo tiempo,  actúa como freno deformador del mismo. Entre ambos aspectos contradictorios predomina, sin embargo, el primero.
La forma principal en que se expresa la explotación imperialista es a través del condicionamiento y control, en su beneficio, del desarrollo capitalista en el país.  En este sentido, ejerce una permanente influencia económica, y despliega su intervención extraeconómica, incluso militar, con el objetivo de mantener al capitalismo en el país.
El Imperialismo y los monopolios transnacionales explotan fundamentalmente a la clase obrera chilena y, en mayor o menor medida al resto del país. Su propósito principal ha sido y es la producción de plusvalía, y además de que se apropian de plusvalía producida para otros capitalistas, saquean también las riquezas producidas bajo otros modos de producción.  Ello está en la esencia del Imperialismo, que basa su dominio sobre otros pueblos en la exportación de capital, es decir, en la exportación de las relaciones capitalistas de producción.
"Si fuera necesario dar una definición lo más breve posible del imperialismo, debería decirse que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo…sin olvidar lo convencional y relativo de todas las definiciones en general, que jamás pueden abarcar en todos sus aspectos los múltiples vínculos de un fenómeno en pleno desarrollo, conviene dar una definición que contenga los cinco rasgos fundamentales siguientes: 1) la concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado que ha creado los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica; 2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este capital "financiero" ,de la oligarquía financiera; 3)la exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías adquiere una importancia particularmente grande; 4) la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y 5) la terminación del reparto territorial del mundo… "   [210].
Por otra parte, sin embargo, y ello es bien sabido, el Imperialismo actúa como un freno al desarrollo capitalista interno de los paises dependientes, a través de múltiples mecanismos.
Si, en algún momento, sus intereses directos son amenazados por la burguesía nacional - lo que ocurrió, por ejemplo, cuando el presidente Balmaceda quiso recuperar el salitre a fines del siglo pasado - el Imperialismo no vacila en aliarse con los latifundistas mercantilistas y otros sectores reaccionarios, para defender sus intereses directos, aunque ello signifique perpetuar el latifundio, y retrasar el desarrollo capitalista del país.
El Imperialismo se lleva la mayor parte de la plusvalía que obtiene de los obreros que explota directamente, o la que obtiene de otros capitalistas, así como del valor que arrebata a otros productores. En la actualidad lo hace principalmente imponiendo el pago de intereses expropiatorios por la deuda externa y  promoviendo la fuga de capitales.
El imperialismo siempre ha mirado "con indiferencia cuando no con hostilidad el desarrollo de la industria"  [211]en el país dependiente. La presencia imperialista deforma el desarrollo en su beneficio, inhibiendo las ramas de punta, sobredesarrollando otras en desmedro del desarrollo armónico y, muchas veces, deteriorando el medio ambiente.
Acentúa la dependencia tecnológica, de la cual el Imperialismo obtiene cuantiosos beneficios mediante el pago de "royalties"[212] y otras formas, reservándose las industrias cerebro intensivas, promoviendo la fuga de cerebros y los proyectos "llave en mano".  Además se beneficia del carácter no equitativo de la división internacional del trabajo capitalista, mediante el cual logra que los términos de intercambio[213] evolucionen a su favor.
Sometido a la influencia contradictoria del Imperialismo y condicionado por su evolución histórica  el movimiento de las relaciones de producción capitalistas internas, que afecta a millones de chilenos, se desenvuelve sin embargo, inexorablemente, de no mediar el cambio revolucionario, en dirección del desarrollo capitalista.
La economía ora entra en crisis, ora avanza aceleradamente; en períodos se estanca relativamente, en otros se desarrolla más aceleradamente que el resto de los paises. Las diferentes ramas económicas se destruyen, se  reconstruyen, nacen nuevas, otras se amplian; se desarticulan viejos enlaces productivos, y se rearticulan luego sobre una base productiva superior. Se desarrolla el mercado interno, principalmente el del sector que produce medios de producción y sigue la dialéctica del desarrollo desigual.
El desarrollo capitalista de estos paises, sin embargo, en lugar de atenuar  sus contradicciones internas, las agudiza, y  lejos de eliminar  la dependencia y la explotación imperialista, las acentúa. Es el desarrollo capitalista y no la carencia del mismo, es la acumulación capitalista y no la falta de ésta, lo que produce el fortalecimiento  de la clase obrera, y al mismo tiempo la creciente explotación de ésta. En esencia es el desarrollo capitalista, y no la falta de éste, en nuestros paises, lo que agrava la situación de dependencia y agudiza sus contradicciones con el Imperialismo.
Desde este punto de vista, por ejemplo, son precisamente Brasil y México, los paises capitalistas más desarrollados de América Latina, los más explotados por el Imperialismo en la región. Como contrapartida son también estos paises los que presentan más contradicciones nacionales con el Imperialismo.

Deuda Externa

En parte, este carácter contradictorio del imperialismo en cuanto incide sobre el desarrollo capitalista de un país dependiente, se aprecia durante los últimos años en Chile, al analizar la principal manifestación del imperialismo en el período : la deuda externa.
La deuda externa del país supera hoy los veinte mil millones de dólares, y entre 1974 y 1985, antes de iniciarse las operaciones de conversión de deuda en capital, ésta se multiplicó por cuatro, en términos nominales. En 1985, una deuda de 19.757 millones de dólares, equivalía a 5.3 veces las exportaciones y 1.2 veces el valor nominal del PGB de ese año. 25 años antes, en 1960, la deuda externa total alcanzaba a 746 millones de dólares de esa época, cifra que era equivalente a 1.6 veces el valor de las exportaciones y 0,2 veces el PGB nominal de ese año.
Mientras tanto el flujo real neto de recursos hacia el país, restando los pagos de intereses, es casi nulo, sólo 416 millones de dólares de 1985, para todo el período  1974 - 1985. En los últimos tres años, salieron por este concepto, en forma neta, 2,714 millones de dólares de 1985. En 1986, la salida neta fue de 1,074  millones de dólares de ese año.
El monto de intereses pagados por la deuda externa, en 1985 correspondió, en forma gruesa, a alrededor de una sexta parte de toda la plusvalía producida ese año[214].  Esto da una idea de la magnitud del tributo que impone el capital imperialista extranjero a los capitalistas chilenos, y de las gigantescas contradicciones que genera entre ellos la deuda externa.
Los pagos de intereses alcanzan grandes magnitudes si se considera el tamaño de la economía chilena. En 1985 se pagaron sólo por este concepto 1,943 millones de dólares de ese año. En 1986 y 1987 el pago de intereses ascendió a 1,772 y 1,372 millones, respectivamente. Entre 1970 y 1985, los pagos totales por deuda de mediano y largo plazo casi triplicaron las importaciones de maquinaria y equipos efectuadas en el período.
Entre enero y septiembre de 1989, los pagos totales por intereses y amortizaciones de la deuda externa alcanzaron la increíble suma de 2,300 millones de pesos de 1989 ! al día ! . Dicha cifra equivales aproximadamente al total lo que gastan en su vida cotidiana los diez millones de chilenos de menores ingresos, quienes podrían duplicar su nivel de vida si dispusieran del tributo que se paga al capital imperialista.
Estos antecedentes dejan de manifiesto que el imperialismo, en este caso a través del capital dinero de préstamo, exige un drenaje de recursos, que alcanza a duras penas a ser compensado por el ingreso de nuevos préstamos, y en el último tiempo ni siquiera eso, mientras el monto de la deuda sube sin cesar.
Sin embargo, dicho análisis presenta sólo un aspecto del fenómeno, y oculta un elemento relevante: los créditos nuevos, en su gran mayoría, no se utilizan directamente en pagar amortizaciones o intereses de créditos viejos y tampoco se utilizan directamente, por ejemplo, en importaciones, sino en una proporción menor.
Tal aseveración puede parecer extraña a más de alguien, puesto que ha sido común durante este tiempo establecer comparaciones entre el monto de la deuda contraída y varias magnitudes, por ejemplo, las importaciones de suntuarios o las inversiones de capitalistas chilenos en el exterior.
A partir de tales comparaciones se ha concluido, que el endeudamiento habría sido destinado a tales fines.  Pero tal criterio no toma en cuenta el carácter de capital que tienen los préstamos internacionales. El grueso de tales préstamos son entregados a los capitalistas, para ser valorizados. Y en última instancia, el capital sólo puede ser valorizado recorriendo su ciclo, es decir, a través de la producción capitalista como eslabón principal. 
Sólo después de recorrer el ciclo del capital, o en el medio de éste, el grueso del capital dinero prestado por los bancos imperialistas puede retornar a estos, incrementado o no en los intereses. De esta manera, el grueso del capital extranjero prestado atraviesa por todos sus intersticios el tejido de la economía del país, transformándolo significativamente en el proceso, antes de retornar al extranjero.
Esto permite comprender que parte del dinero prestado puede efectivamente haber sido destinado a la compra de suntuarios, por ejemplo, pero sólo luego de haber sido desembolsado previamente como capital, para valorizarse como tal. Un crédito externo contraído para ampliar una planta de cemento, se desembolsa, en parte, en salarios de ejecutivos, especialistas, y estas personas pueden gastar, y de hecho gastan, parte de sus salarios en importaciones suntuarias.
Es importante considerar entonces, la magnitud de los flujos, y no sólo el balance neto de los mismos, para apreciar debidamente el impacto de los préstamos externos en la economía nacional.  En este sentido, basta observar la enorme magnitud de estos flujos - alrededor de 30,000 millones de dólares nominales entre 1975 y 1987 - para constatar que el capital imperialista, también en su forma de créditos, tiene un impacto importante en la aceleración del desarrollo capitalista en el país.

Desnacionalización del Patrimonio Productivo

En los últimos tres años, la penetración del capital imperialista está sufriendo cambios cualitativos. La capitalización de la deuda se ha traducido aceleradamente en control extranjero sobre empresas chilenas y a esto se suma la creciente inversión extranjera directa.
Por el mecanismo consiste en que los acreedores originales chilenos del fisco y privados, prepagan al 100% de su valor los pagarés de deuda externa, con la condición de que dicho pago se reiinvierta en el país.  Puesto que los pagarés se pueden comprar a más o menos el 60% de su valor, hay muchos interesados en dicho negocio.
Los propios acreedores originales privados, que hasta fines de 1988 habían prepagado 3,000 millones de dólares, compran los pagarés, obteniendo el beneficio directo del diferencial de precio, además del beneficio indirecto de rebajar su deuda.
Cuando el acreedor original es el fisco, - que hasta fines de 1988 había prepagado otros 3,000 millones de dólares - no obtiene ningún beneficio directo con el prepago. Sólo rebaja de sus cuentas una deuda que se sabe impagable.
Los pagarés de deuda externa, han beneficiado tanto al capital imperialista y a los grupos económicos internos. Ello ha impedido que se exprese la contradicción entre estos sectores expresada en la deuda externa. Aunque obviamente en este negocio el capital imperialista ha llevado las de ganar.  El beneficio directo obtenido por este concepto es de aproximadamente 4,440  millones de dólares hacia fines de 1988, un 74% de la operación total.
Grandes beneficiados con las operaciones realizadas con estos pagarés son los  bancos extranjeros, que se han cobrado alrededor de 3,600 millones de dólares de una deuda impagable, los que han capitalizados en activos de empresas chilenas, por quienes realizaron la operación. Además se cobraron alrededor de 100 millones de dólares por comisiones de la operación.
Los inversionistas extranjeros, a veces los mismos bancos acreedores, que completaron la operación canjeando pagarés por activos han obtenido el beneficio del diferencial de precio de los pagarés. En el caso de pagarés capitalizados por extranjeros, por el capítulo 19, DFL 600 y otros, este diferencial de precios suma 800 millones de dólares, aproximadamente.
Por otra parte, los grupos económicos chilenos que controlan los bancos y empresas nacionales que han capitalizado pagarés o reducido deuda,  se han beneficiado directamente en 1,200 millones[215].
Como incentivo adicional, la dictadura ha incluido en dicho mecanismo la privatización de empresas públicas con un valor superior a 1,500 millones de dólares. Ello a cambio de pagarés cuyo valor nominal era inferior a los 500 millones de dólares, que entonces se transaban en menos de 300 millones de dólares y que, como todo el mundo lo sabe, en el largo plazo no tendrían valor alguno.
En sólo dos de estos negocios, PROVIDA y Pilmaiquén, una institución de previsión y una central hidroeléctrica, bancos norteamericanos obtuvieron en un año una utilidad adicional del 100%, reconocida en sus libros, por el sólo aumento de valor de mercado de los activos adquiridos con pagarés.
" trece de las diecinueve empresas sometidas al proceso privatizador son actualmente controladas por grupos económicos extranjeros; en cuatro de estas trece, el porcentaje de control accionario es superior al 50%; y en ocho de las trece empresas entregadas al capital foráneo, los grupos económicos extranjeros tienen en su poder más del 50% de las acciones controladas por los 10 mayores accionistas privados "[216].
El gran perdedor de este negocio, el país, no ha logrado tampoco reducir en absoluto su deuda externa, puesto que se ha vuelto a endeudar en una cantidad similar a la capitalizada, pero en el proceso ha perdido parte importante de su patrimonio, por el cual prontamente empezará a pagar tributos al extranjero en forma de utilidades.
El ritmo de estas operaciones se ha ido acelerando, y es así como, mientras, desde mediados de 1985 hasta fines de 1987, alcanzaron un total aproximado de 3,000 millones de dólares, en 1988 se incrementaron en otros 3,000 millones de dólares.  Sólo en Diciembre de 1987, se entregaron al capital extranjero la Compañía de Teléfonos de Chile, el 20% de la compañía que genera la electricidad para Santiago, y la central hidroeléctrica Pullinque, entre otras empresas productivas.
Mediante este proceso, el capital extranjero está recomponiendo rápidamente el control directo de las empresas nacionales que detentara en el pasado, y que hacia 1965 alcanzaba a alrededor del 50% del patrimonio productivo del país.  En 1973 dicho control se había reducido casi a cero, luego de la nacionalización del cobre y demás riquezas básicas, así como de las principales industrias y servicios en manos extranjeras, realizada por el Gobierno Popular.
Durante la dictadura de Pinochet, a pesar de los denodados esfuerzos realizados por el gobierno para atraer inversiones extranjeras directas, hasta muy recientemente, éstas no se concretaron en forma masiva. Hacia 1979, las inversiones norteamericanas directas en Chile no sobrepasaban los US$300 millones.  Entre 1985 y 1988, en cambio, la entrega de patrimonio nacional al capital extranjero bordea los US$2.000 millones, sólo considerando los mecanismos de conversión de deuda.
Esta cifra sin precedentes,  equivale aproximadamente a 2/5 del patrimonio de las 50 mayores sociedades anónimas del país, o a poco menos del patrimonio de CODELCO, la compañía estatal del cobre.  A lo anterior hay que agregar la inversión extranjera directa. Entre 1986 y 1988, la inversión extranjera total materializada por el DFL 600 alcanza a 1,426 millones de dólares.  Y el total de inversión extranjera ingresada entre 1986 y 1988, considerando capitalizaciones de pagarés vía capítulo 19, y operaciones DFL 600, alcanza a 3,481 millones de dólares.
Para formarse una idea de la magnitud de esta cifra, cabe señalar que los principales componentes del patrimonio productivo total de Chile son CODELCO, con un patrimonio de 2,157 millones de dólares, las empresas públicas como FFCC, ENAP, etc, que suman 2,139 millones de dólares, y las 51 mayores sociedades anónimas, que en conjunto tienen un patrimonio de 4,600 millones de dólares[217].
De las cifras anteriores, y considerando que el patrimonio de todas las restantes empresas del país probablemente no excede los tres a cuatro mil millones de dólares, puede concluirse que el patrimonio productivo total del país es del orden de los doce mil millones de dólares.
Pues bien, como se ha visto, en los últimos tres años, el capital extranjero se ha apropiado de aproximadamente una cuarta parte del total del patrimonio productivo nacional.
Mientras en 1978 entre los 6 mayores grupos económicos del país no había ningún grupo extranjero, en 1986 ya 2 de los principales grupos eran extranjeros, y a fines de 1987, al menos cuatro grupos extranjeros, CCT (Tabacos), Bin Mahfouz, Carter Holt, y ahora Bond, han alcanzado un control patrimonial suficiente como para ser incluidos entre los seis mayores grupos de 1986.

El Capital Monopolista Interno

A fines de 1986, los dos principales grupos internos, Angelini y Matte, controlaban patrimonios de 600 y casi 1,000 millones de dólares, respectivamente.
Las privatizaciones de empresas realizadas por la dictadura, las crisis y los créditos externos, entre otros factores y sobre la base del desarrollo capitalista, han sido determinantes en el brusco desarrollo de los grupos internos, y de los cambios en los mismos. Al respecto cabe señalar que la crisis de 1982 liquidó a los dos principales grupos de entonces, Cruzat-Larrain y Vial.
El velocidad del desarrollo de los grupos económicos y el paso interno al capitalismo monopolista necesariamente debería generar en estos grupos algunos rasgos imperialistas.  Así, en sentido directo, el fenómeno imperialista sería un fenómeno externo e interno, que se expresaría crecientemente en los grupos económicos nacionales.
En otros paises dependientes de mayor desarrollo capitalista, estos rasgos empiezan a aparecer, siendo el más claro, el caso de Brasil, ello no se manifiesta en los grupos económicos nacionales, excepto en la no despreciable inversión en forma de capital dinero de préstamo que efectúan en el extranjero, y que según bancos norteamericanos es de alrededor de 2,000 millones de dólares.
En Chile, aunque la mayoría de las nuevas inversiones extranjeras son norteamericanas, una parte no despreciable de ellas corresponde a grupos imperialistas australianos, neozelandeses y sudafricanos.
Lo anterior debería producir contradicciones crecientes entre los grupos económicos internos y el capital imperialista internacional. En el caso de América Latina, pareciera también que son los paises de mayor desarrollo capitalista interno, como Brasil, los que presentan, en un grado superior, contradicciones nacionales con el Imperialismo.
Esto, sin embargo, no puede llevarnos a abrigar ilusión alguna respecto a que se produzcan trizaduras en la alianza de los clanes internos con la burguesía imperialista, en particular la norteamericana, para enfrentar cualquier alternativa de poder popular. Tampoco es posible que la burguesía nacional, por poderosa que se torne, encabece un proceso de liberación nacional frente al imperialismo.
Sólo el pueblo, encabezado por la clase obrera, es capaz de resolver las crecientes contradicciones que el propio desarrollo capitalista, estimulado por el imperialismo, genera crecientemente con éste.

Burguesía Nacional

La literatura de izquierda suele negar el carácter nacional de  de la gran burguesía chilena. Pero a  la luz de lo vivido en los últimos veinte años, este criterio debe ser revisado en profundidad.  Es frecuente también encontrar en ella una notable confusión entre la contradicción burguesía nacional-burguesía extranjera, y la contradicción burguesía no monopólica-burguesía monopólica.
Utilizando alegorías geométricas  podría decirse que las clases del país están cortadas por planos horizontales, y de arriba hacia abajo por planos verticales.  Este entrecruzamiento de planos horizontales y verticales se verifica, en diversos espacios : en la armazón de las relaciones económicas y en otros espacios más difusos, determinados, pero igualmente independientes y condicionantes, de la ideología, la política o la cultura.
Además de las clases principales, otras sobreviven y gozan de buena salud. Principalmente lo que en el espacio de la estructura económica constituyen las pequeñas producciones, latifundistas e inquilinos. Si bien en este espacio estas clases están muertas, sus sombras se siguen proyectando en los espacios de la ideología y la estructura política.
Los dos dilemas planteados, nación-imperio y democracia-dictadura, se resuelven solo si se recorren de arriba abajo, las direcciones verticales y de parte a parte, las horizontales.
Nuestra nación burguesa, tal como la conocemos hoy, es fundamentalmente el resultado, del proyecto nacional de la gran burguesía chilena. Esta fracción dirigente ha sabido conducir al conjunto de la burguesía y a las demás clases sociales, en la construcción de la nación chilena burguesa moderna.
La gran burguesía, ha desarrollado su proyecto nacional, y ha sabido mantener a raya al único proyecto alternativo que existe: el que le opone la clase obrera. Supo también derrotarlo por la fuerza, en un momento decisivo, en virtud, precisamente, de las limitaciones históricas de este otro proyecto.
El proyecto nacional del conjunto de la burguesía se ha desarrollado en alianza, unidad y lucha, y mantiene una relación contradictoria, con el imperialismo.  Esta se agudiza en la medida en que el conjunto de la burguesía nacional, y en primer lugar su fracción dirigente, la gran burguesía financiera chilena, desarrolla su proyecto, lo que equivale exactamente a desarrollarse a si misma.
La contradicción entre la nación chilena burguesa y el imperialismo es, en primer lugar, la contradicción entre la gran burguesía financiera local y el capital imperialista.
En las maniobras necesarias de construcción de su proyecto nacional, la gran burguesía maniobra, estrechando a su alianza con el imperialismo y en otras oportunidades, llegando a enfrentarlo. A nivel latinoamericano el grado más alto de confrontación se vivió durante la guerra de las Malvinas.
La gran burguesía descarga permanentemente duros golpes sobre otras fracciones burguesas, abusa de la pequeño-burguesía, y explota a la clase obrera, pero sin perder de vista su interés hegemónico sobre el conjunto de las clases de la sociedad, en la perspectiva de su proyecto nacional.
Esta clase aprendió su capacidad de alianza y maniobra, y la ejercitó desde su nacimiento, de otra maestra en absorciones: la vieja clase latifundista.
Los latifundistas fueron capaces de impedir, y con el apoyo del imperialismo de derrotar en su momento, el intento burgués de levantar un proyecto capitalista puro, - hasta donde pudieron- absorbieron, corrompieron, entrabaron, mediatizaron y controlaron a la gran burguesía, y terminaron sufriendo exactamente el mismo trato, al diluirse lentamente como clase en la vieja oligarquía latifundista-burguesa, luego burguesa-latifundista.
El proyecto burgués nacional puro se diluyó así en el otro más reaccionario y subdesarrollado, que sobrevivió durante todo este siglo y hasta 1964.
Hoy la vieja clase latifundista no existe. Fue aventada principalmente por la clase obrera, y la reforma agraria rápida, drástica y masiva, del Gobierno Popular. En parte también por la propia burguesía y el imperialismo, en un momento en que la vieja alianza reaccionaria ponía en peligro el proyecto burgués en su conjunto. Este entró en su crisis general local, luego de la revolución cubana.  Así la vieja oligarquía ya no existe más, excepto en la cabeza de algunos, y en otros espacios donde los fantasmas gozan de buena salud.
La gran burguesía nacional no es homogénea, ni tiene un proyecto único. Nació laica y revolucionaria. En sus primeros diez años de vida pública, en los años cincuenta del siglo pasado, hizo dos revoluciones. Luego, se lanzó al asalto del cielo burgués con Balmaceda. Derrotada en sus intentos juveniles, se desarrolló atenazada, entrelazada, con los viejos latifundistas y el imperialismo, maniobrando y siendo objeto de maniobras, por parte de estos.
A medida que la burguesía se desarrollaba, también se desarrollaban en su seno diferentes proyectos. Uno, liberal-conservador, dominante por muchos años y más entrelazado con los latifundistas. Pero junto a él la descendencia del viejo proyecto laico, el que luego de dar lo mejor de sí en los tiempos del Frente Popular, terminó en la figura maloliente de González Videla.  Junto a estos, a su vez, se desarrolló el proyecto burgués DC.
Hoy en día, el desarrollo capitalista pujante del último período, en el espacio de las relaciones económicas, ha permitido que se desarrollen, en el espacio de las relaciones políticas, al menos tres correlatos internos de al menos tres de las grandes fracciones de la burguesía mundial.
Del viejo tronco oligárquico, brotó la fracción hoy día dominante, la Chicaguiana, Pinochetista, Buchista.
Ante la evidencia de la forma facista de dominación a que dicha fracción recurrió durante los últimos años, hoy en día se perfila en ella una profunda división, entre aquellos que comienzan a abandonar con decisión el modelo facista y a recuperar su tradición democrática buscando alianzas con la fracción DC, y quienes persisten en la defensa del sistema de dominación ya empleado.
Presenciamos por primera vez en la historia de nuestro país la puesta en práctica de un proyecto nacional, puramente burgués en lo interno y, aunque todavía maniobrado y maniobrando con el imperialismo, lo suficientemente fuerte en lo externo como para augurar a corto plazo una posición más independiente.
Junto a esta fracción, se recompuso hace unos años, la alternativa DC, con su proyecto, global, atractivo y factible.
Finalmente está la fracción más joven, de mayor bagaje intelectual, la más desprejuiciada, la de mayor audacia, que se compone con importante apoyo externo y de gran proyección interna, representada por el PPD y ciertas fracciones DC.
Como alternativa para iniciar la transición a la democracia, se ha consolidado la alianza de estas dos últimas fracciones, que conforman el núcleo fundamental de la Concertación de Partidos por la Democracia.
Todos estos proyectos son más o menos democráticos, porque la gran burguesía chilena, golpe y todo, constitución y todo, Pinochet y todo, ha sido y sigue siendo, democrática, hasta donde este concepto tiene sentido burgués. La fuerza ha sido para ella sólo resorte transitorio. Sabe que sólo la hegemonía es segura. Y si, para asegurar ésta es necesario cierto grado de democracia, bienvenida sea.
Todos esos proyectos, de una u otra manera, incluyen a la burguesía en su conjunto, con mayor o menor participación en su dirección, de la burguesía media y pequeña.  Todos involucran a sectores como los llamados "marginales".  Todos ellos incluyen también, con un no despreciable grado de participación en la dirección, en el caso de los proyectos más a la izquierda, a la clase obrera.
¡ Resulta fácil -en el discurso- destrozar una gran burguesía yanacona, parasitaria, incapaz de reformular un proyecto nacional al que renunció hace un siglo, fundida hoy inextrincablemente con los monopolios transnacionales y arrastrada por éstos a las esferas donde tales fuerzas se conciertan para "transnacionalizar" la economía de nuestro país. Es decir, para impedir que éste se desarrolle "a la capitalista" !
Hay quienes sostienen que quedan algunas reservas nacionales en la burguesía media, única posible burguesía nacional, la que además podría tener ciertas reservas democráticas, a pesar de sus Jarpas, Fantuzis o Rodríguez.  Sin embargo, los porfiados hechos nos indican que, no hay más burguesía nacional que la gran burguesía. No hay proyecto nacional históricamente posible de la burguesía media.
La burguesía media no es más nacional, ni menos, que la gran burguesía. Sus contradicciones con lo no nacional, probablemente son menores que las de la gran burguesía, y ciertamente no tienen, ninguna posibilidad de desarrollarse hasta conformar un proyecto nacional propio.
Por otra parte nos parece relevante descartar de plano la supuesta contradicción entre la burguesía que produce para el "mercado interno", supuestamente más nacional, y la que produce para el mercado externo, supuestamente más "transnacionalizada".  Esta no tiene más realidad que la contradicción entre mercado interno y mercado externo.
El mercado externo y el mercado interno, siendo diferentes, forman una sola unidad, el mercado capitalista del país. La producción para el mercado externo genera mercado interno en la misma medida en que la producción para el mercado interno genera demanda sobre el mercado externo. En este sentido, resulta inadecuado pretender definir a la burguesía nacional a partir de quienes son sus clientes.
En condiciones históricas muy particulares, y ciertamente sólo ante la certeza de su desaparición como clase, puede la burguesía media alinearse con el único proyecto nacional alternativo al de la gran burguesía: el proyecto nacional de la clase obrera.  Ello sería producto, de otras contradicciones, que operan sobre el plano horizontal, y que la pueden enfrentar al conjunto de la oligarquía financiera, nacional y extranjera. Es posible que dichas contradicciones se agudicen en determinados momentos, producto de las maniobras de la gran burguesía aliada con el imperialismo, en el desarrollo de su proyecto nacional.
El avance del proyecto de la clase obrera se sustenta sobre las tensiones que se agudizan en las grietas verticales, que enfrentan en forma creciente a todas las clases del país, con el capital extranjero. También sobre aquellas que se profundizan en las grietas horizontales, que separan a la gran burguesía financiera, nacional y extranjera, del resto de las clases en Chile.
Portando los intereses de las clases explotadas por el capital financiero, y aprovechando las concesiones de la gran burguesía al imperialismo, la clase obrera conforma su proyecto nacional.  Este se plantea no en alianza sino en oposición al imperialismo, y no discurre sobre las zigzagueantes y espinosas vías del desarrollo capitalista, sino por los rieles, no perfectos pero más progresivos, de la vía nacional, no capitalista, de desarrollo.


Desarrollo Reciente de la Economía Mundial

Muchas de las transformaciones anotadas no son exclusivas de Chile, y se aprecian a nivel mundial. En ellas inciden en forma determinante no sólo las transformaciones que se desarrollan en los paises capitalistas desarrollados, sino también la presencia y vitalidad del campo socialista.
Por otra parte la economía capitalista mundial forma un sistema único, "una totalidad que se autodesarrolla" compuesta por diversas economías concatenadas unas a otras por los mismos elementos generales, emparentadas en su esencia "en virtud de la unidad de génesis, en virtud de que todos tienen un mismo antepasado común, en virtud de que surgieron en calidad de modificaciones variadas de una misma sustancia, que tiene carácter completamente material (es decir, que es independiente del pensamiento y de la palabra) "  [218] : las relaciones de producción capitalistas.
En el sistema, algunos paises ocupan el papel dominante y otros lugares subordinados, pero esto no invalida el hecho de que en cada uno de ellos se desarrollan en forma particular los mismos elementos generales en su conjunto.
La evolución actual de la economía capitalista mundial es altamente compleja y presenta una acumulación de contradicciones sin precedentes.  Las últimas dos últimas crisis cíclicas del capitalismo, en 1975 y 1982, así como la que probablemente sobrevendrá a corto plazo, tienen una dimensión mundial, extraordinariamente profunda.
Las convulsiones que sacuden en la actualidad al sistema capitalista se originan en la aceleración de la revolución científico técnica y la creciente internacionalización de las fuerzas productivas en la recomposición de la estructura ramal de la economía producto de la multitudinaria reubicación del trabajo social. También en las violentas transformaciones que  sufre el capital a nivel internacional, en su centralización a niveles sin precedentes, la transnacionalización y la renovada competencia antimperialista y las consecuencias dramáticas del proceso para la clase obrera a nivel internacional, son las más agudas que haya experimentado en su historia y superan incluso a la crisis de 1930.
"En la economía mundial se está dando un profundo proceso de reestructuración, que se expresa tanto en el sistema capitalista mundial como en el sistema socialista. Ambas reestructuraciones tienen, en común, el elemento de que están siendo pensadas desde el punto de vista del funcionamiento cada vez más universal de la economía mundial, lo que representa una nueva etapa de desarrollo de la sociedad humana. Eso se debe a que el desarrollo de las fuerzas productivas adquiere cada vez más un carácter universal, por encima de las fronteras. Me refiero al desarrollo de la ciencia, de la tecnología, de las ciencias básicas, de la informática, de las comunicaciones. Entonces, es ese desarrollo de las fuerzas productivas el que exige que las relaciones sociales de producción, que se definen más a nivel de las economías nacionales y en el seno de los dos sistemas, se adapten, digamos, a esta situación, a esta tendencia"   dice Orlando Caputo[219].
Para definir el actual período de la economía capitalista mundial se han desarrollado diversas categorías, entre éstas :
a) Crisis estructural: Se utiliza para describir aquellas crisis que se prolongan por más de un ciclo capitalista y que se denominan estructurales porque son consecuencia del dominio monopólico. De allí que se considera crisis estructural, por ejemplo, la crisis energética.
También se utiliza el concepto para designar un momento de cambio cualitativo en las relaciones de producción, una etapa determinada de profundización de las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción capitalistas.
La crisis estructural, así entendida, se expresa en las formas predominantes que adquiere la contradicción principal, entre el imperialismo y el capital financiero local, por una parte, y el resto de la sociedad chilena, por otra. Estas formas predominantes son la deuda externa y las relaciones de intercambio.
También se utiliza la categoría "estructura económica", no en el sentido del " conjunto de la  relaciones de producción"  [220], sino para describir fenómenos de composición ramal de la economía. CEPAL por su parte le da a la crisis estructural una connotación de atraso-progreso, de la industrialización o modernización y toca poco las contradicciones sociales.
b) Cambio del Patrón de Reproducción: Se acerca a la interpretación de la crisis estructural, como un momento de cambio cualitativo en las relaciones de producción, dentro del capitalismo en que se acentúa la concentración de capital y de poder.
c) Ciclos Largos o de Kondratiev: Alude al economista soviético Nicolai Kondrátiev(*) y , se relaciona con el de crisis estructural, porque según Menshikov identifica "períodos de desarrollo prolongados, que abarcan alrededor de dos decenios y en los que algunos de los más importantes sectores de la economía se encuentran en situación de crisis o estancamiento. Y aunque en esos momentos pueden aparecer nuevos sectores en rápido desarrollo, todavia no alcanzan dimensiones suficientes para determinar las tasas generales de crecimiento económico"   [221], con la particularidad de que remarca la recurrencia cíclica de estos períodos de crisis estructurales, cada 40 ó 50 años.
d) Crisis de Regulación: Tiene también varias acepciones, que van desde las que enfatizan los aspectos no puramente económicos de regulación, como los mecanismos estatales, hasta aquellos que definen la regulación como la acción del conjunto de las leyes económicas capitalistas. En todos los casos, sin embargo, caracterizan las grandes crisis estructurales como crisis de regulación.
"Nosotros coincidimos bastante con la caracterización de ,crisis estructural,, ligada a crisis cíclicas, que se define fundamentalmente como una crisis de largo alcance, y que está exigiendo modificaciones de las bases técnicas en que ha venido funcionando el sistema. Es decir, ya no se trata, como en las crisis anteriores o de más corta duración, de mejorar los equipos y maquinarias sobre la misma base técnica, sino de crear equipos y maquinarias sobre una base técnica nueva, que el desarrollo de las fuerzas productivas ya está en condiciones de permitir" [222].
La crisis actual abre a la economía capitalista mundial, la posibilidad que la reestructuración esté ya completa en lo fundamental, o que se encuentre en pleno proceso, y proporciona elementos decisivos para el debate actual:
"Tomando un período bastante largo, es decir, desde el 70 hacia acá, son 18 años de crecimiento lento, con dos crisis cíclicas profundas y un ascenso en el último período. Todo lleva a pensar que las modificaciones que la crisis estructural estaba exigiendo ya se están produciendo y tienen un cierto nivel de desarrollo. Se han dado profundas modificaciones en los procesos de producción, en las estructuras productivas del capitalismo, principalmente a través de la incorporación de nueva tecnología. Pero, además, toda la reestructuración del capitalismo en la economía mundial se realiza ahora sobre la base<de pensar, precisamente, en escala mundial. Las empresas ya no se crean para participar en el mercado interno de un país, sino para participar en el mercado mundial. Su mercado interno es ahora solo una esfera de la competencia global. Esta es una situación de una calidad nueva y es un proceso masivo"   [223].
Las formas en que esto afecta a la economía chilena son múltiples, y de efectos a menudo contradictorios. Su acción está determinada no sólo por el grado de interrelación de la economía chilena con la economía mundial, sino por la propia estructura interna de la economía local.
Desde este punto de vista, las particularidades de la actual coyuntura económica mundial, como la violencia de las últimas crisis cíclicas, la reestructuración de la producción, el crecimiento acelerado de la composición orgánica del capital, el aumento general del ejército industrial de reserva, el grado cualitativamente más alto de centralización de capitales o el incremento de la presencia del capital transnacional, se manifiestan también en nuestro país.
En este sentido, puede afirmarse que las tendencias generales que afectan al capitalismo a escala global, y, a la economía mundial en su conjunto, son las mismas que se han evidenciado en Chile, provocando una profunda reestructuración económica.
La transnacionalización de economía determinada por el rol preponderante que han adquirido las corporaciones capitalistas transnacionales, es un rasgo fundamental de la actual economía capitalista mundial.
Algunas visiones han interpretado que el proceso de transnacionalización haría que las economías de paises capitalistas subdesarrollados vean disminuidas, relativamente, su capacidad productiva, cobrando más importancia relativa en estos paises la realización de plusvalía ya generada que la producción de la misma. Tal parece una interpretación equivocada. No es posible concluir que los obreros de los paises subdesarrollados, dejarían de estar sometidos a la explotación capitalista, y pasarían a disfrutar de la participación en el reparto internacional del valor ya generado ……por los obreros Japoneses,  Norteamericanos o Alemanes. 
Según esta interpretación, si se la analiza con detención, en  la inmensa mayoría de los paises, el capitalismo dejaría de ser tal, puesto que su ley fundamental  ya no sería la producción de plusvalía.  Al respecto parecen oportunas las siguientes palabras de Marx : "…La producción de plusvalía, la obtención de lucro; tal es la ley absoluta de este sistema de producción".(subrayado en el original).[224]
Las conclusiones de este modelo serían inexorablemente, las siguientes:
a) Si no rige la ley fundamental del capitalismo en estos paises, es decir, si en ellos ya no se produce plusvalía, la contradicción fundamental dejaría de ser la apropiación por parte de la  la clase capitalista del producto del trabajo de la clase obrera.
b) Las clase fundamentales en pugna dejarían de ser la burguesía y la clase obrera. Esta perdería su rol protagónico en la revolución, y
c)  La tendencia histórica del devenir de la sociedad ya no sería el socialismo.
La pérdida del rol protagónico de la clase obrera no es la única implicancia política de la concepción aludida, entendida como desmantelamiento de los sectores productivos.
Al respecto es interesante mencionar la siguiente advertencia del PC de Uruguay  : "…no debemos afiliarnos a la tesis… que algunos paises (los dominantes) pueden expandirse y autoimpulsarse en tanto que otros (los dependientes) solo lo pueden hacer como reflejo de esta expansión…No podemos negar el relativo aunque deforme desarrollo capitalista de nuestros paises…… trabado por el imperialismo y el monopolio privado de la tierra…El relativo desarrollo capitalista, más allá de la explotación rapaz de los imperialistas, ha determinado la posibilidad de la existencia de sectores de la gran burguesía -no hablamos ya de los típicos sectores de la burguesía media o propiamente nacional- sino de la gran burguesía nacional reformista que sin romper con el imperialismo, que con conexiones con la oligarquía financiera, tienen determinadas contradicciones con el imperialismo, no son propiamente burguesía entreguista, aunque sus proyectos puedan conducir a una mayor dependencia "  [225].
Sin sobrevalorar "determinadas contradicciones" de la gran burguesía de estos paises, con el imperialismo; que se producen a raíz del "relativo desarrollo capitalista" de los mismos, éstas deben ser tenidas en cuenta y aprovechadas para mejorar la correlación de fuerzas a favor del movimiento popular, en estos paises.
El modelo referido, tal como es sostenido por algunos autores, puede vincularse a una visión unilateral del desarrollo capitalista, en Chile y otros paises subdesarrollados.
Esta concepción parte de algunos elementos que condicionan de manera decisiva el desarrollo del capitalismo en Chile y otros paises subdesarrollados. Particularmente del desarrollo actual del capital monopolista transnacional sobre la base de la acentuación de la internacionalización de la producción capitalista y  producto de un salto cualitativo en el desarrollo de las fuerzas productivas.
La absolutización de estos rasgos valederos conduce, sin embargo, en algunos casos, a considerar en forma mecánica la influencia del capital transnacional,  y, a negar la esencia capitalista del modo de producción dominante en estos paises. El capital transnacional aparece, según estas concepciones, determinando, "desde afuera",  los fenómenos internos de estos paises, y en los hechos, impidiendo que se exprese en ellos la ley fundamental del capitalismo.
Esto significa que el capitalismo en Chile se desenvuelve  a partir de sus contradicciones internas, regido por las leyes generales del modo de producción,  pero condicionado por las particularidades de la época actual de crisis general del capitalismo. Entre éstas, la ubicación del país en el sistema mundial del imperialismo, su situación de país dependiente y el dominio de los monopolios transnacionales.
La explotación imperialista del país solo es posible porque internamente predominan y se desarrollan las relaciones  capitalistas de producción. Expresado en estos términos, la principal expresión de la explotación imperialista de nuestro país es su intervención permanente con el objetivo de mantener el capitalismo en Chile, para favorecer al capital transnacional.


Elementos Históricos

Ninguna de las transformaciones ocurridas en el último tiempo habría sido tan profunda de no mediar el gran salto adelante que implicó para nuestro país el período de transformaciones progresivas, nacionales y democráticas que culminó en el gobierno del presidente Salvador Allende.  Al respecto cabe mencionar la reforma agraria, que barrió de una plumada con el viejo latifundio que entrababa por décadas el desarrollo agrario, y la nacionalización de las riquezas básicas, que recuperó para Chile sus principales industrias.
Con todo, parece indiscutible que profundas transformaciones han sido también empujadas con violencia en el último período, por la dictadura de Pinochet. Por su intermedio los grandes clanes económicos nacionales y extranjeros han buscado con coherencia despiadada, generar condiciones favorables al desarrollo del capitalismo en el país.
La política de la tiranía ha lanzado a cientos de miles de chilenos, desposeidos de medios de producción, al "mercado" del trabajo asalariado. Simultáneamente ha reprimido desde todos los ángulos a los obreros ocupados y ha impulsado el fortalecimiento de la clase propietaria, especialmente la vinculada al gran capital nacional y al extranjero, que han disfrutado de todas las ventajas imaginables.
Se abrieron de par en par las puertas a la competencia externa, forzando de esta manera la transformación de la producción interna y amputando, varios miembros del viejo organismo económico, para permitir así su regeneración. Sin embargo en la actualidad, la dictadura facista se ha transformado en un escollo para el desenvolvimiento capitalista del país.
El odio del pueblo y de sectores de la propia burguesía hacia el tirano, puso en jaque a la dictadura durante el período de las protestas nacionales y dificulta la aplicación de cualquier política favorable al desarrollo capitalista, debido a la resistencia que despierta por provenir de Pinochet.
Esto quedó demostrado por primera vez en 1987, cuando la unanimidad de la comunidad universitaria se levantó contra las reformas capitalistas que la dictadura quiso introducir en la Universidad de Chile, infringiendo al dictador una derrota histórica.
Posteriormente la crisis dictatorial se ha acentuado, especialmente después del plebiscito de 1988, hasta el punto que hoy, en sus postrimerías, el Régimen ya no es capaz de impulsar como lo hizo en el pasado, las transformaciones que el propio desarrollo capitalista exige.

Breve Reseña Histórica [226]

Desde el punto de vista de la economía política, y su ligazón con la historia, parecieran existir determinados momentos del desarrollo lógico que no aparecen con un correlato histórico de manera adecuada.
Momentos como el equivalente a la abolición de la servidumbre, la acumulación originaria, la transformación del capital mercantil en capital comercial, la supervivencia y transformación del latifundio, no aparecen recogidos en forma precisa por los análisis históricos.
Desde otro punto de vista, llama la atención en la historia económica una cierta tendencia a considerar más aspectos relacionados con la esfera de la circulación que aquellos que dicen relación con la producción. Es así, por ejemplo, la historia económica, y eventos tan relevantes como el proceso de independencia aparecen periodizados por aspectos relacionados con la esfera de la circulación: monopolio colonial, desarrollo hacia adentro o desarrollo hacia afuera, entre otros.
Al respecto cabe señalar que en la interpretación de la historia de Chile parecieran estarse acumulando antecedentes capaces de producir en el curso de los próximos años síntesis nuevas que alteraran ciertas visiones hoy más o menos extendidas acerca del tema.


Orígenes, Transplante del Feudalismo y Nacimiento del Capitalismo

Se ha calculado que, a la llegada de los conquistadores españoles habitaban el territorio más de un millón de personas, que formaban parte de comunidades con diferente grado de desarrollo en su vida económica y social. Las más importantes se dedicaban a la agricultura y estaban asentadas desde los valles nortinos hasta el reloncaví.
En las más desarrolladas; que estaban ubicadas hacia el norte, y poseían instrumentos de trabajo más avanzados incluso de bronce, aparentemente el régimen comunitario se haberse encontraba en proceso de desintegración. Lo sugiere el nivel alcanzado por la división social del trabajo, la especialización, comercio externo y la existencia del patriarcado y del cacicazgo hereditario, instituciones que corresponden al último período de la comunidad primitiva.
Según Alejandro Lipschutz, al encontrarse en desintegración, estas comunidades estaban de alguna manera maduras para recibir el "traslado exitoso del feudalismo decadente europeo a las tierras conquistadas '"  [227].
Conquista y Colonia
La conquista española se implantó de esta manera, por una parte, con el sometimiento violento de la población indígena, que significó la muerte por las armas, el trabajo forzado y las enfermedades, de 800 mil personas; pero también, y principalmente, por el dinamismo económico de las instituciones semifeudales que, como la encomienda, se adecuaban de alguna manera, tanto a las condiciones preexistentes entre los aborígenes, como a las que imperaban entonces en la metrópoli española.
Sin ser el único, este factor desempeñó un papel importante en el sometimiento de los pueblos más avanzados de América, y las comunidades más avanzadas de Chile al dominio español. No ocurrió así con las tribus de más al sur, entre las cuales el régimen de comunidad primitiva estaba aún en plena vigencia, los vínculos entre sus miembros eran más fuertes, la desigualdad económica menos acentuada y la conciencia del interés común más arraigada. Estas virtudes se dieron con especial fuerza entre los araucanos. Después de resistir 300 años de guerra, y otro siglo de presiones económicas, legales, y de todo tipo para su desintegración, este pueblo heroico aún conserva elementos de régimen comunitario, de propiedad colectiva.
El trabajo de los indios y mestizos fue la fuente de la riqueza inicial de la sociedad chilena. Su labor, principalmente en la extracción de metales preciosos, contribuyó a la expansión del capitalismo y al progreso de los estados de Europa Occidental, sin compensación alguna por los inmensos sacrificios realizados. En los lavaderos de oro de Andacollo, cerca de Concepción, por ejemplo, pasaban de 20 mil los indios, hombres mujeres y niños, que trabajaban para sus encomenderos. Junto a los encomendados, eran "contratados" indios, mulatos y mestizos.
Sobre esta base se desarrollaron las fuerzas productivas del país durante la colonia. Junto con el aumento de la población trabajadora, la mayor disponibilidad de medios de producción importados de Europa y el aprovechamiento de los recursos naturales del país, permitieron el desarrollo de la minería, la agricultura y la ganadería, y la instalación de diversas manufacturas. A este crecimiento contribuyó el activo comercio con el Perú, luego el intercambio directo con la Metrópoli y, finalmente, la demanda de las colonias de Buenos Aires.
En la cúspide de la sociedad colonial se hallaban los terratenientes, criollos o españoles, y los funcionarios coloniales. Los comerciantes enriquecidos pronto adquirían tierras. La Iglesia fue en Chile un gran terrateniente y algunas congregaciones, como los jesuitas, alcanzaron fuerte poder económico con sus explotaciones ganaderas, obrajes y talleres artesanales.
Entre explotadores y explotados continuó la lucha de clases. Las formas de protesta eran el pillaje, el robo, la sublevación y las incursiones guerreras de los araucanos.
Independencia
A pesar de las contradicciones entre las clases nacionales que se formaron en la colonia, el conflicto principal, determinante de los rumbos que tomó el desarrollo del país, se planteó entre la nación en su conjunto y la metrópolis imperial.
En el mundo, el avance del capitalismo, las revoluciones burguesas y las guerras napoleónicas sacudían entonces el viejo orden feudal.
En Chile, luego de más de dos siglos de régimen colonial, y alcanzado un determinado nivel de desarrollo, la economía del país se encontraba ahogada por las reglamentaciones y prohibiciones impuestas por parte de la Metrópoli. A pesar que se habían adoptado medidas para liberalizar el comercio, la monarquía continuaba detentando el monopolio del comercio exterior chileno. Para proteger la industria española estaba prohibido manufacturar los productos propios. Los comerciantes y armadores que llegaban a las costas chilenas vendían caros y compraban baratos nuestros productos.
Entre los dirigentes de la emancipación se encontraban hombres de negocios, como Mateo de Toro y Zambrano y terratenientes de formación burguesa, como O"Higgins. No es posible, sin embargo, referirse a una "poderosa burguesía" que se rebelaba contra los españoles, puesto que ella era sólo incipiente. Los terratenientes constituían aún la clase principal.
La guerra de la independencia fue una lucha popular y nacional liberadora que conmovió a la sociedad chilena. La masa del pueblo, desde la reconquista, se incorporó al lado de los patriotas. Apoyó a las guerrillas de Manuel Rodriguez, se enroló en el ejército libertador, trabajó en la reconstrucción y contribuyó a la consolidación de la independencia.
Las medidas adoptadas por los primeros gobernantes se encaminaron a la organización del Estado y al fomento de la economía y la cultura nacionales. Se organizaron el ejército y la marina. Se estableció el comercio con todas las naciones. Se estipuló el cobro de derechos de aduana. se autorizó el cultivo del tabaco y se prohibió la importación de vinos y licores. Se suspendieron los impuestos excesivos sobre la producción agropecuaria. Fueron abolidos los títulos de nobleza y confiscados los bienes de los contrarrevolucionarios. La esclavitud fue abolida completamente. Se fundaron la Biblioteca y la Escuela Secundaria Nacionales.
La independencia no removió la estructura semifeudal del agro, aunque sí la sometió a un cambio profundo : "el tremendo hecho de que en el siglo de la independencia de las repúblicas latinoamericanas se produjo en grandísima escala, como no lo hubo nunca antes desde México hasta Chile, la inquilinización del campesinado indígena porque se "repartieron" las tierras de las comunidades indígenas. De la división y subdivisión de las tierras de las comunidades indígenas, resultó no la propiedad particular del indio campesino, sino resultó el latifundio "  [228].
La jefatura de los terratenientes criollos, antiguos encomenderos, ahora convertidos en latifundistas. imprimió un carácter oligárquico al proceso liberador y mantuvo intacta la explotación del pueblo y el monopolio de la riqueza por una minoría.
Nacimiento de la Burguesía y del Proletariado
La consolidación del nuevo Estado, permitió una expansión sin precedentes de la economía chilena, cuya producción se triplicó en menos de 40 años. El descubrimiento de Chañarcillo abrió la ruta al auge de la minería. La producción y exportación de plata se elevó vertiginosamente. Se descubrieron yacimientos de oro y otros minerales. Copiapó se convirtió en un gran emporio. Se levantaron trapiches, pequeños molinos para refinación del oro, aparecieron las fundiciones de cobre, surgieron las ruedas hidráulicas y, en Lota, la explotación del carbón. California se convirtió en un gran mercado para las exportaciones de trigo chileno. Valparaíso adquirió la categoría de primer puerto del Pacífico y centro comercial.
La política despejó el camino al capitalismo. En 1852 fueron abolidos los mayorazgos y, al año siguiente, el diezmo eclesiástico. Rengifo estableció la protección del cabotaje para los barcos nacionales. Se otorgaron subvenciones para la instalación de diversas industrias y en la construcción de ferrocarriles el Estado aportó capitales junto a los particulares.
La minería del norte y el auge económico nutrieron a la burguesía. Se amasaron fortunas como las de los Cousiño, Urmeneta, Ossa, Edwards y Matte. Un artículo del diario "El Mercurio" de 1882, afirmaba que la mitad de éstas provenían de la minería, de los negocios ferroviarios, marítimos y del comercio exterior, es decir, ramas predominantemente capitalistas, y el resto de la agricultura, donde predominaba el régimen de latifundio semifeudal.
Los capitalistas comenzaron a dominar la producción, en calidad de comerciantes mayoristas, sometiendo a los trabajadores de las minas al régimen de trabajo asalariado. Los hombres que trabajaban en las minas eran campesinos arruinados, antiguos inquilinos o artesanos que emigraban hacia la zona minera sin poseer elementos de trabajo. Estos eran provistos por los "aviadores" y "habilitadores", comerciantes mayoristas que, en la misma medida que los pequeños mineros se proletarizaban, se transformaban en capitalistas industriales. Este fue el comienzo del capitalismo en Chile.
Los primeros núcleos obreros se formaron en las minas, en las construcciones ferroviarias y en las fundiciones del norte. Se trabajaba doce y más horas. Era frecuente el empleo de mujeres y niños. El pago se hacía con fichas que permitían el abuso en las pulperías. La violencia y el castigo eran parte del trato habitual. La clase obrera no se resignaba y manifestaba su protesta en múltiples formas, desde la "cangalla" o robo de metales preciosos, asonadas con saqueos de almacenes y tiendas, huelgas y paros.
Las condiciones favorables al desarrollo del país fueron, ante todo, la consecuencia de la derrota del régimen colonial. El acceso libre al mercado mundial dominado por el capitalismo en expansión dio impulso al desarrollo capitalista interno. Los gobiernos de la época crearon un sistema ajustado a los intereses de los terratenientes, pero que contemplaba también las conveniencias de la burguesía en expansión.
La dominación de los terratenientes fue, sin embargo, muy sólida. La mayoría de la población vivía en el campo, bajo un régimen semifeudal que, aguijoneado principalmente por el comercio, mostraba rasgos de deterioro y transformación gradual en capitalismo. Este proceso fue, sin embargo, tan largo que se necesitó, más de un siglo después, la Reforma Agraria, para que liquidara violentamente el viejo régimen cuya persistencia constituyó la principal traba interna para el desarrollo capitalista del país.
El régimen semifeudal predominó en Chile durante los tres siglos de la colonia, bajo las formas de encomienda y otras. Luego, transformado en latifundio-inquilinaje resistió durante más de un siglo de vida independiente. Esto se puede explicar, por su adecuación económica a las condiciones históricas creadas por la conquista, y luego la independencia, y la incapacidad de la burguesía industrial de liquidar oportunamente al viejo régimen no puede entenderse sin considerar al gran aliado que tuvo la vieja oligarquía terrateniente chilena en el otro factor determinante del atraso del país : el dominio imperialista.

Imperialismo y Desarrollo Capitalista Hasta 1964

La penetración del capitalismo inglés en Chile fue creciente a partir de la independencia. En su época pre-imperialista, durante la mayor parte del siglo pasado, se caracterizó por controlar al comercio más que a la producción que, no realizaba todavía mayoritariamente sobre bases capitalistas. En el decenio de 1820-30 se instalaron -en Chile- numerosos ciudadanos británicos. En 1849, más de 50 firmas comerciales británicas operaban en el comercio exterior. Entre los años 1860 y 1875, Gran Bretaña recibía el 56-58% de nuestras exportaciones, mientras nos abastecía con el 34-41% de las importaciones.
A mediados del siglo pasado, ya integrado al mercado capitalista mundial, Chile empezó a sentir los efectos de uno de los grandes e inevitables males del capitalismo : las crisis económicas.
A fines de la década del 50, vinculada al cierre de los mercados de California y Australia, la primera crisis mundial repercutió en todas las actividades nacionales. En el campo, el hambre apareció entre los pequeños propietarios, e incluso en algunos inquilinos de las haciendas. De esta manera, también las crisis jugaron un papel en cuanto a la esencia de la acumulación originaria capitalista, es decir, a la expropiación masiva de propietarios quienes se vieron forzados a vender su fuerza de trabajo y transformarse en proletarios. La segunda crisis importante comenzó en 1873 y marcó en Inglaterra, el comienzo del tránsito desde el capitalismo premonopolista al monopolista.
La penetración del capitalismo extranjero, principalmente inglés, que en sus inicios se tradujo en un fuerte incremento del intercambio mercantil, impulsó poderosamente la descomposición del viejo régimen, y el nacimiento de la producción capitalista verificados durante el siglo pasado en el país.
Por otra parte, junto al efecto económico, que impulsa inevitablemente el desarrollo de la producción capitalista en el país, también el gobierno inglés, a instancias de algunos capitalistas de esa nacionalidad, contribuyó a frenar dicho desarrollo.
Es así como los fundidores británicos se movilizaron durante largo tiempo para impedir que capitalistas chilenos establecieran fundiciones de cobre. No lograron completamente su objetivo ya que, debido a las ventajas económicas que ello significaba, finalmente las fundiciones se establecieron en el territorio nacional, pero pusieron todas las dificultades posibles a ello. Se conocen varios casos de intervención concertada entre los negocios ingleses y el Foreign Office en los asuntos internos de Chile. Así fue como la Pacific Steam Navigation Co. obtuvo, con la mediación de su gobierno, el monopolio de la navegación en nuestras costas. Otro tanto sucedió con la oposición inglesa al impuesto al carbón importado, establecido para proteger la naciente industria carbonífera nacional.
Hacia fines del siglo pasado, y coincidiendo con la transformación del capitalismo Inglés en Imperialismo, éste pasó a controlar la producción, allí donde ésta había adquirido en Chile un carácter predominantemente capitalista, principalmente en la minería del salitre.
La incorporación de la riqueza salitrera a territorio nacional, luego de la guerra del Pacífico, tuvo lugar simultáneamente con paso de la industria a control británico. Los capitalistas ingleses adquirieron a precio insignificante los certificados de los antiguos propietarios peruanos de las oficinas. Estos fueron pronto reconocidos por el gobierno chileno. También se sabe que los capitales iniciales empleados provinieron en gran medida de empréstitos de bancos chilenos.  Realizaron nuevas inversiones, muchas de ellas con las ganancias obtenidas, que se extendieron al negocio bancario, a los ferrocarriles, plantas de agua potable, abastecimiento de todo tipo a las oficinas y adquisición de acciones y propiedades. En 1878, los capitales británicos representaban el 13%; en 1884 el 34%, y en 1901 el 55% de los capitales invertidos en la minería chilena.
La presencia imperialista en Chile ejerce, en el plano económico, un impulso al desarrollo capitalista del país. Desde luego la producción misma de salitre, dominada por el capital imperialista, adquirió en breve tiempo características de gran industria capitalista.
Por otra parte, aunque la evolución de las industrias dominadas por el Imperialismo fue hasta tal punto desarticulada del resto de la economía, que éstas se denominaron "enclaves", no es menos cierto que el resto del desarrollo industrial del país se gestó en parte importante en torno a éstas. Es así como durante la primera década de este siglo, por ejemplo, el salitre, controlado mayoritariamente por el capital imperialista, constituia el principal mercado de la minería del carbón, dominado por capitalistas chilenos, y consumía 1/3 de su producción[229].
Similar efecto se produjo sobre el desarrollo de los transportes e insumos en general, así como respecto al abastecimiento de mercancías para un número de obreros en rápido crecimiento. Es decir, se aceleró también el desarrollo del mercado interno, principalmente de medios de producción, pero también de artículos de consumo. La formación del proletariado industrial, que se venía gestando desde mediados del siglo pasado, se aceleró durante la expansión del salitre.
La clase obrera se forjó en lucha; por su derecho a la vida, por la limitación de la jornada de trabajo, contra los abusos de las pulperías, por el derecho a constituir sus propias organizaciones, contra la desvalorización monetaria, exigiendo que sus salarios se fijaran en monedas de oro y plata; principalmente contra el capital británico, que dominaba la industria salitrera, que lo sometía a una brutal explotación. Las huelgas generales del año 1890, iniciadas en el norte y extendidas a todo el territorio, y en medio del conflicto de Balmaceda contra la oligarquía y el Imperialismo, demostraron la presencia de una "tercera fuerza", consciente de sus derechos y de su papel en la vida social.
Los obreros concientes se daban cuenta que su suerte no mejoraría con el progreso y el aumento de la riqueza social en un régimen que los excluia de sus beneficios. "hay progresos evidentes en el siglo transcurrido, ello no puede negarse"decía Recabarren, al enjuiciar el primer centenario de la República. Pero agregaba a continuación: "…de todos los progresos de que el país se ha beneficiado, al proletariado no le ha correspondido sino contribuir a él pero para que lo gocen sus adversarios".[230]
Junto al inevitable efecto económico de acelerar el desarrollo capitalista interno, el Imperialismo inglés jugó un fuerte papel en el sentido inverso.  Por una parte, se enviaban a la metrópoli imperialista enormes capitales, que bien podrían haberse invertido en el país si la producción hubiese correspondido a capitalistas nacionales. Se estima que más del 60% del valor del nitrato chileno, por ejemplo, quedaba en Inglaterra. Por otra parte, se deformó el desarrollo interno en función de los intereses del capital extranjero, al estimularse principalmente la producción de materias primas para la exportación, e inhibirse el desarrollo de las ramas industriales que de alguna manera compitiesen con la producción de los paises imperialistas.
Este efecto fue, por una parte, el resultado de la acción de las leyes económicas. Por otra parte, jugó también un importante papel la acción extraeconómica, la defensa de sus intereses mediante una u otra expresión de fuerza, ejercida por el estado imperialista. Nunca esta acción imperialista aparece más clara, y relevante para el entrabamiento del desarrollo del capitalismo en Chile, que durante la guerra civil de 1891.

Balmaceda y la Contrarrevolución del 91

A fines del siglo, junto a la burguesía comercial, vinculada a los intereses británicos, se había formado una importante burguesía industrial. Ligada a la minería, a la elaboración del cobre y salitre, a las plantas concentradoras y fundiciones, maestranzas, industrias derivadas de la agricultura y la ganadería. Se había constituido la Sociedad de Fomento Fabril. El capitalismo penetraba en la agricultura. Se habían introducido en algunas partes modernas herramientas y roturado e incorporado nuevas tierras, como las de la antigua araucanía. La ganadería ovejuna se iniciaba en las estepas magallánicas.
Esta burguesía nacional era representada en sus intereses por el presidente Balmaceda, si bien en los momentos decisivos no lo apoyó en bloque. Su programa correspondía a una posición patriótica contraria al Imperialismo inglés. En su mensaje al congreso del año 1889, se declaró partidario de reservar los mejores terrenos salitreros para sociedades formadas exclusivamente por chilenos, rechazó el clericalismo y defendió la industrialización y extensión de la educación a las masas. Era, en suma, una línea progresista.
El Imperialismo inglés consideraba una amenaza la presencia de Balmaceda en el poder. El apoyo de los británicos fue decisivo en el éxito de los golpistas del 91, que expresaban principalmente los intereses de los terratenientes y la burguesía comercial. La campaña contra Balmaceda se dirigía desde la propia City. Está comprobado que los ingleses constituyeron un fondo de soborno de políticos chilenos y prestaron toda clase de medios materiales a los sublevados.
Ciertamente hubiera sido otra la evolución del capitalismo chileno de no mediar en este conflicto la intervención imperialista, que determinó un desenlace del mismo que retrasó probablemente por décadas la liquidación del latifundio y consecuentemente el desarrollo capitalista del país.
Rivalidad Interimperialista y Supremacía del Imperialismo Norteamericano
Junto al capital británico, comenzaron a operar en Chile los capitales alemán, francés y norteamericano.
Los banqueros alemanes colocaron el primer empréstito en 1889. Luego invirtieron capitales en la producción salitrera, llegando a tener una importante participación en ella. Aparte de sus inversiones en el salitre, los alemanes instalaron filiales de sus empresas eléctricas, fundando los primeros servicios tranviarios electrificados, La Siemenns y otros consorcios industriales levantaron talleres mecánicos y agencias comerciales para la comercialización de sus productos en el país. El comercio alemán se especializó en maquinarias y materias primas industriales, comprendiendo que éste sería un rubro de importancia creciente. También abrieron sucursales de bancos, compañías navieras y de seguros, y se dedicaron a explotar algunas minas de cobre. En las vísperas de la guerra del 14, Alemania se había colocado en el segundo lugar entre los estados que mantenían relaciones mercantiles con Chile.
El Imperialismo francés se adjudicó importantes proyectos de construcción, como el viaducto del Malleco, inició la explotación del mineral de hierro de El Tofo, trató de establecer la siderurgia en Corral, y mantuvieron hasta 1970 minerales de cobre como Disputada de las Condes.
El capitalismo norteamericano, entonces en su fase pre-monopolista, mostró su codicia ya en los albores de la independencia de Chile. Las primeras generaciones de chilenos sentían desconfianza hacia Estados Unidos. Este recelo se acentuó al proclamarse la doctrina Monroe; Washington quiso intervenir durante la guerra del pacífico y más tarde aprovechar el conflicto de Balmaceda con los ingleses.
Convertido en potencia imperialista hacia fines de siglo, Estados Unidos inventó el panamericanismo como medio de intervención en los asuntos del continente. El recelo de las clases gobernantes demoró el ingreso de Chile a la Unión Panamericana, pero cuando la oligarquía vio acrecentarse el poderío norteamericano, sobre todo después de la guerra del 14, se rindió y le abrió las puertas de par en par.
Hacia 1880, EEUU absorbía el 5% de  nuestras transacciones con el exterior. En 1913 se acercaban al 20%. Entre 1900 y 1914 se opera una gran expansión de capitales norteamericanos. En ese período se apoderan de los principales minerales de cobre, y la Braden Copper, y la Anaconda se instalan en El Teniente y Chuquicamata. A partir de 1929, los capitales norteamericanos, personificados en los hermanos Guggenheim y la Cía. Anglo-Lautaro, pasan a controlar el salitre. En el hierro, la Bethlehem Steel pasa a controlar el mineral El Tofo, y la Minera Santa Fe. En 1927, la ITT adquiere la Compañía de Teléfonos de Chile. La Electric Bond and Share controla la Compañía Chilena de Electricidad.
La Crisis de 1929
Las crisis económicas mundiales, que empezaron a mediados del siglo pasado, continuaron afectando regularmente a la economía chilena. Es así como luego de las primeras crisis de 1857 y 1873, el fenómeno se repitió los años 1882 y 1890. Posteriormente en 1900, 1907, 1920, 1929, 1937, 1948, 1953, 1959 , 1963, 1969, 1975 y 1981 la economía volvió a ser afectada por la crisis cíclica capitalista.
La crisis de 1929 marcó, sin embargo, un momento de profunda transformación del capitalismo, que bajo el impacto de profundos cambios en las fuerzas productivas, aparece la producción en serie, sufrió un período de grandes modificaciones en sus relaciones de producción. Por una parte se acentuó violentamente la tendencia a la monopolización cada vez mayor del capital, y por otra, se abrió un período en que el monopolio estatal, y la regulación estatal monopolista pasaron a tener un gran relevancia. Los trabajadores sufrieron a través de todo el mundo los embates de la crisis.
En Chile, dicha crisis tuvo un impacto profundo. Las exportaciones bajaron en un 84% en pocos años. Las reservas metálicas del banco central disminuyeron de 448 millones de pesos oro en 1929 a 166 millones en 1932. Vino una ola de quiebras y liquidaciones. Disminuyeron las ventas del comercio y la producción fabril. Se produjo una cesantía como no había conocido el país en su historia.
La crisis de 1929 demostró la extrema vulnerabilidad de la economía chilena por su dependencia del mercado capitalista mundial. La industria del salitre que venía afrontando desde hace algunos años la competencia del salitre sintético recibió su golpe de gracia. Chile experimentaba una vez más en carne propia las consecuencias de una economía mundial regulada por la sed de lucro de los consorcios internacionales y las luchas entabladas entre ellos. Se demostró como en la economía capitalista, un progreso técnico, el salitre sintético, en vez de traducirse en bienestar material, provocaba ruina y miseria.
Desde el punto de vista del desarrollo capitalista del país, la crisis de 1929 cumplió, sin embargo, un papel importante. Estimuló el desarrollo de la industria transformadora, en el proceso de "sustitución de importaciones". La restricción de importaciones; unida al avance de las relaciones capitalistas internas, en el cual no deja de tener importancia el abrupto incremento del ejército industrial de reserva y, con ello la cantidad de obreros disponibles para la explotación capitalista, a un nivel salarial que aseguraba elevadas ganancias; estimuló el desarrollo de la industria nacional en ramas de artículos de consumo como textiles, cuero, papel y vidrios. A partir de 1938, se crearon las industrias siderúrgicas, petrolífera y metalúrgica. La composición de las importaciones cambió sustancialmente, reduciéndose la importación de artículos de consumo, y aumentando, en cambio, la importación de materias primas y productos semimanufacturados.
Capitalismo de Estado y Desarrollo de la Industria Tranformadora
El Estado comenzó a jugar una función activa en el desarrollo del capitalismo industrial   después de la crisis del 29, pero particularmente después de la ascensión del Frente Popular. Se había producido un cambio en la correlación de fuerzas dentro de la sociedad chilena. La burguesía industrial, al acceder al poder en 1938 en alianza con la clase obrera y otros sectores populares, adquirió importancia por sobre los terratenientes y la burguesía puramente mercantil.
Se puso en práctica una política proteccionista. Se creó la empresa Nacional de Minería, que actuó como poder comprador de los capitalistas medianos y pequeños productores. El Estado intervino en la construcción, constituyéndose en el principal poder comprador de viviendas, edificios urbanos y obras de infraestructura.
A partir de 1938 cobró importancia el Estado como organismo financiero del capitalismo industrial. En la Corporación de Fomento se crea fondos que se utilizaron en la creación de nuevas ramas de la industria. En su conjunto, el aparato estatal pasó a tener un peso preponderante en el financiamiento de las inversiones nacionales. Al Estado se le asignó la tarea de desarrollar, sobre la base de los recursos naturales del país, ramas básicas de la industria, siderurgia, energía y combustibles. Fue importante  para que esta tarea se realizara sobre la base de empresas estatales, la composición de fuerzas sociales componentes del Frente Popular.
Las empresas industriales del Estado se construyeron, generalmente, en medio de una tenaz oposición del gran capital extranjero y sus agentes dentro del país. Rockefeller y otros consorcios petrolíferos no se conformaron con que existiese una empresa estatal que tuviese la exclusividad de la extracción y refinación del petróleo. La Electric Bond & Share veía con malos ojos la competencia de una empresa como ENDESA, que amenazaba su monopolio en el suministro de energía eléctrica. Grace y otros dueños de refinerías de azúcar de caña tampoco aceptaron tranquilamente la construcción por IANSA de refinerías de azúcar de betarraga.
Para la burguesía monopolista, en cambio, sólo a través del Estado se podían reunir los capitales necesarios para  construir industrias que permitiesen disponer de las materias primas que necesitaban. La crisis de divisas que les dificultaba la importación, los estimulaba adicionalmente.  Para el proletariado que formaba parte del frente popular, las empresas estatales implicaban una oportunidad de impulsar el desarrollo industrial independiente del país, el aprovechamiento de los recursos naturales, la creación de fuentes de trabajo estables y la deformación de la economía por parte del capital extranjero.
Una vez concluidas estas empresas, los consorcios privados nacionales e internacionales optaron por utilizarlas en su provecho. La ENDESA fue convertida en abastecedora de la Cía. Chilena de Electricidad, en condiciones muy convenientes para ella. La ENAP fue obligada a entregar a compañías particulares la distribución de los combustibles. La CAP fue traspasada a accionistas privados. Sectores de la burguesía monopolista, junto con elementos allegados a las esferas gobernantes, se adueñaron de las empresas estatales que resultaron lucrativas. Este objetivo se operó mediante el traspaso de las acciones en poder de CORFO a los socios particulares de estas empresas. Junto con poner a su servicio las empresas estatales, los monopolios nacionales orientaron los recursos de CORFO y el Banco del Estado al financiamiento de sus propios negocios. Entre los consorcios favorecidos se encuentran la CMPC, que obtuvo un préstamo de 20 millones de dólares. También han obtenido avales y créditos  las compañias Lota y Schwager, Cementos Bío-Bío, Industrias Forestales, Said, Madeco, Mademsa y Minera Mantos Blancos, entre otras.
En definitiva, el Estado cumplió en este período un importante papel en la centralización de capitales, dando un fuerte impulso al capitalismo nacional.
Gran Capital Extranjero y Nacional
Los monopolios norteamericanos se opusieron al desarrollo del capitalismo industrial por el Estado, mientras lo consideraron una amenaza en su contra. Sin embargo, tan pronto las clases gobernantes cedieron a las exigencias norteamericanas, Wall Street empezó a intervenir activamente en el planeamiento, administración y beneficios de las nuevas empresas. Un banco del gobierno de EEUU, el Eximbank, ha cumplido un papel decisivo en estas actividades. Ha tenido un papel destacado en el desarrollo de CAP y otras empresas mixtas, otorgó préstamos y CORFO avales en beneficio de firmas norteamericanas como Bethlehem, Anglo-Lautaro y American Power, para que extendiesen sus negocios en Chile. Junto al Eximbank intervinieron en la política industrial la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) y el Banco Mundial. Así los consorcios norteamericanos lograron convertir la CORFO en un colaborador para el desarrollo de negocios norteamericanos en Chile, financiando empresas mixtas como RCA, INSA, Electromat, y otras.
Aún cuando las inversiones extranjeras estuvieron orientadas principalmente a la minería y a los servicios productivos, crecientemente se orientaron también hacia la industria transformadora especialmente a partir de la crisis de 1929. La casa Grace, por ejemplo, controlaba hacia 1960 el 20% de las telas de algodón, el 25% de las pinturas, el 15% del azúcar refinado y el 25% del aceite de linaza. Controlaba además un 33% de la principal fábrica de bujías eléctricas.
El control extranjero sobre la industria se tradujo en la explotación directa de sus trabajadores.  También se apropiaron, en el caso de la industria extractiva, de la enorme renta de la tierra que se originó en la mayor ley de los minerales chilenos en relación al promedio mundial.
En el caso del cobre, por ejemplo, durante la primera mitad de este siglo, las empresas norteamericanas remesaron a la metrópoli alrededor de US$4,000 millones, mientras el valor de sus inversiones en chile, durante el mismo período, no superaba los US$ 800 millones. En otras palabras, el capital imperialista norteamericano dejó en el país apenas una quinta parte de lo que se llevó a Estados Unidos. Se calcula que alrededor del 40% del valor del cobre exportado no retornaba al país.
Además del control directo de empresas productivas, comienzan a desarrollarse una serie de mecanismos de control indirecto, principalmente a través de la dependencia tecnológica.
Junto al desarrollo del capital extranjero en la producción nacional se conformaron poderosos capitales chilenos. Hacia 1954, el 5% superior de las empresas de las principales ramas de la industria transformadora controlaba el 45% de las ventas. En 1957, las empresas con más de 200 trabajadores concentraban el 46% de la producción de la industria transformadora. Hacia 1963, sólo 12 unidades industriales controlaban el 40% de la producción de la industria de más de 200 personas, y el 20% del total de la producción fabril.
Hacia 1960, los principales clanes capitalistas, Edwards y Matte, controlaban las mayores empresas privadas del país, a través de su control de CCU y la Cía Manufacturera de Papeles y Cartones. Otros clanes importantes en la época eran Yarur, Gildemeister, Said y Bulnes. Los grandes capitalistas industriales monopolizaron la mayor parte de la producción en estrecha unión con el capital extranjero, que ocupaba una posición estratégica en la estructura industrial. Los grandes capitalistas nacionales integraron sus negocios industriales, comerciales y bancarios. Se avanzó así hacia la conformación del capital financiero, fusión del capital industrial y bancario.
Hacia la década de 1960, el patrimonio total de las empresas industriales se dividía más o menos por igual entre el capital extranjero y el gran capital nacional, predominando el primero en la minería y el segundo en la industria transformadora.
Cuadro Nº 20
CAPITAL EN LA INDUSTRIA, 1963
(En millones de dólares de la época)
                                                        Extranjero                    Nacional                     Total
Industria Extractiva                              700                                     15                        715
Industria Transformadora                                       45                                                    705                                  750
Total Industria                                       745                                   720                      1465

Fuente: J. Cademártori; La Economía Chilena, Pg. 139,Ed. Universitaria, 1972.
Burguesía Media y Pequeña
Junto al capital imperialista y los grandes capitales nacionales, y en la base de estos últimos, se desarrolló la producción capitalista pequeña y mediana. Hacia 1963, el 38% de la producción de la industria manufacturera fue generado por empresas capitalistas medianas y pequeñas, que ocupaban entre 20 y 200 trabajadores. Dichas empresas empleaban entonces alrededor del 40% de los trabajadores de la industria transformadora, pero constituían, en cambio, el 90% de las empresas capitalistas del sector.
Clase Obrera Industrial
Con el desarrollo de la industria transformadora, se desarrolla la clase obrera en este sector.
Como se ha visto, el proletariado se desarrolló primero junto a la gran industria minera. Hacia 1928, en el auge máximo, sólo la minería del salitre contaba con alrededor de 40.000 trabajadores. En 1940, alrededor del 25% del proletariado industrial se concentraba todavía en las minas. Hacia 1960, en cambio, esa proporción había bajado a menos de un 15%, y aumentaba la proporción de la industria transformadora.
La construcción, que ocupaba 30,000 personas en 1940, adquirió un auge importante hacia la década del 60 llegando a emplear a 140,000 personas.
La composición del proletariado industrial, en 1960, era aproximadamente la que se señala en el cuadro siguiente :
Cuadro Nº 21
OBREROS Y EMPLEADOS EN LA INDUSTRIA Y CONSTRUCCION, 1960
Industria Manufacturera                                                                354,000
Fábricas                                                                                                                           224,000
Grandes y Medianas                           180,000
Pequeñas                                                    44,000
Talleres Semiartesanales                                                                                      130,000
Industria Extractiva                                     87,500
Cobre                                                                                                                                  28,000
gran minería                                              17,000
mediana                                                          7,000
pequeña                                                        4,000
Carbón                                                                                                                                20,000
Salitre                                                                                                                                  19,000
Hierro                                                                                                                                      6,000
Petróleo                                                                                                                                2,000
Otros                                                                                                                                    12,500
Construcción                                                                                            130,000

TOTAL                                                                                                             581,500
Fuente : J. Cademártori, "La Economía Chilena", Pg. 153, E.Universitaria,1972.
En la industria transformadora, las ramas que primero se desarrollaron fueron las de bienes de consumo. Hacia 1960, la rama principal fue la textil, seguida de alimentos, industria metalmecánica, vestuario y calzado.
Ya en esa época, más del 20% de los trabajadores fabriles eran mujeres, que ganaban salarios un 40% inferiores a los de los varones.
Pequeña Producción Mercantil, Latifundio y Comunidad Indígena
Al margen de la producción capitalista, pero en la base de la misma, se desarrolló la pequeña producción mercantil. En la industria manufacturera, en 1963, se produjo sobre la base de pequeña producción mercantil[231] el 13% del valor producido en el sector, y estaba sujeto a este modo de producción el 16% de los trabajadores de esa rama. Mucho más importante era la pequeña producción mercantil en el campo, donde hacia 1955 al menos un 42% de los trabajadores, y un 20% del producto pertenecían a ese modo de producción. Muy importante fue también la pequeña producción mercantil, en cuanto al número de trabajadores, en el transporte, la pesca, la minería, el comercio y los servicios profesionales.
La descomposición de la pequeña producción mercantil, que, por otra parte, se reproducía constantemente, proveyó al capitalismo de obreros que, expropiados de sus medios de producción, se vieron forzados a vender su fuerza de trabajo a los patrones capitalistas. Este proceso de acumulación originaria, que se reprodujo constantemente, y en forma masiva durante las periódicas crisis capitalistas, junto al medio principal de reproducción de obreros, que es la propia reproducción ampliada capitalista, proveyó a este régimen con su materia prima fundamental: los obreros.
En el campo, la antigua hacienda continuó hacia mediados del siglo su lenta transformación en empresa agrícola capitalista. Este proceso fue tan lento, sin embargo, que hacia 1955, el 79% de las tierras, y el 58% del valor de la producción agrícola pertenecían a las haciendas tradicionales.
Estas relaciones de producción, el inquilinaje y el capital extranjero, se han transformado desde mediados de siglo en las principales trabas al continuado desarrollo de las fuerzas productivas del país.
El desarrollo de estas contradicciones, y las tensiones económicas que empiezan a sacudir al sistema capitalista mundial y que se expresarán plenamente en las grandes crisis mundiales de los años 70 y 80;  junto a los profundos cambios en la correlación de fuerzas entre los dos sistemas sociales predominantes en el mundo, -el capitalismo y el socialismo- que en América Latina se expresan en el triunfo de la Revolución Cubana; originaron las transformaciones sociales que sacudieron al país a partir de 1964.
El desarrollo capitalista del país generó también a su contrario, la clase obrera, que se ha constituido en la principal fuerza social progresiva chilena. Esta encabezó entonces un potente movimiento popular que se propuso introducir profundos cambios democráticos y antiimperialistas. Dice Ramírez Necochea:
"Las fuerzas populares……llegaron a la conclusión de que el insuficiente y precario desarrollo de Chile, el retraso de sus estructuras económicas…, son -en medida decisiva- consecuencia directa de la nefasta sujeción imperialista que se ha hecho sentir crecientemente en el país por cerca de cien años y que en los últimos tiempos se ha intensificado considerablemente"   [232].

Reformas Democráticas y Gobierno Popular

En 1960, América Latina se estremeció con la Revolución Cubana que expresó en América la Crisis General del Capitalismo. Fue la comprobación de que en nuestra época ya no es el capitalismo la verdadera fuerza de progreso. Un país mucho más atrasado que Chile demostró que era posible  una vía no capitalista de desarrollo. Y, lo que es más importante, que era posible a pocos kilómetros de Estados Unidos.
A pesar de la importancia que pueden tener las influencias externas en la sociedad, lo determinante en su desarrollo parece ser, sin embargo, el conjunto de contradicciones que se van generando al interior de esta sociedad.  En Chile, por ejemplo, en esos años, se conformaba un cuadro de auge de las luchas del pueblo, que, encabezado por la clase obrera, se perfilaba como una alternativa a las distintas fracciones burguesas.
Este parece haber sido el factor determinante, para que en 1964, con ocasión de la elección presidencial, se concretara la "Alianza para el Progreso", promovida por el Imperialismo para detener la revolución en América Latina. De esta nueva alianza, destinada a acelerar el desarrollo capitalista en el continente , se excluyó a los latifundistas, principal traba interna para este proceso.
En el país, ello tuvo su expresión en el gobierno de Eduardo Frei. Su gestión significó un progreso para Chile, en muchos aspectos. Se inició la reforma agraria, se planteó la recuperación del cobre, se dio un fuerte impulso a la industrialización del país, se realizaron reformas en la educación y la salud, se creó ODEPLAN, y se efectuaron numerosas modernizaciones.
Sin embargo, como decían entonces los representantes de los latifundistas y las facciones más reaccionarias del capital financiero, para los capitalistas es peligroso atentar contra la propiedad privada. Si la burguesía cuestionaba el monopolio de los latifundistas sobre la tierra, y los inquilinos, ¿porqué no podía cuestionarse después el pueblo el monopolio de la burguesía sobre los medios de producción?
El experimento progresista que, ante la presión de las masas, quiso hacer la clase burguesa en el país, tropezó con el hecho de que el pueblo quiso llevarlo consecuentemente hasta el final. La burguesía trató de detener la revolución ofreciendo otra revolución "en libertad", es decir, una revolución burguesa. La ciudadanía la apoyó, pero luego el pueblo buscó transformarla en una revolución de verdad.
Frente a esta situación, revelando su esencia reaccionaria, la burguesía, impulsó inicialmente el movimiento democrático, se volvió rápidamente contra él.  Este culminó con la conquista del Gobierno que realizó en pocos meses las transformaciones nacionales y democráticas fundamentales.
Nacionalizó las riquezas básicas, culminó la reforma agraria, nacionalizó la banca y las industrias estratégicas, realizó avances sin precedentes en la satisfacción de las necesidades básicas de la población, haciendo hacer realidad el derecho  al pan, al trabajo, al abrigo, a la educación y a la salud.
Desde el punto de vista del desarrollo de las fuerzas productivas, se dio un impulso sin precedentes a la investigación científica, a la industrialización, a la mecanización de la agricultura, a la planificación económica. La producción conoció un auge que no ha alcanzado posteriormente en más de una década. Todos estos son hechos indiscutibles demuestran el carácter profundamente progresivo de aquel proceso revolucionario.
La burguesía, sin embargo, luchó con todas sus fuerzas, como clase, contra dicho movimiento progresista y consiguió derrotarlo. Conspiraron para ello tanto el apoyo del Imperialismo, como los graves errores del movimiento popular y principalmente, las debilidades de su estrategia para la toma del poder.
La burguesía consiguió aislar a la clase obrera, principal sostén del Gobierno, de sus aliados naturales: los campesinos, y principalmente la pequeña-burguesía urbana. Estos sectores, e incluso algunas capas obreras, fueron neutralizados o se volcaron en contra del gobierno, en los momentos decisivos. El golpe militar reveló también que todo pueblo que hace una revolución debe estar preparado para defenderla, con las armas en la mano.
Antes de su derrota, el Gobierno Popular había alcanzado a remover los grandes obstáculos internos que enfrentaba el desarrollo del país: el latifundio y el dominio del capital extranjero sobre las principales industrias.
De estas conquistas históricas, una de ellas, la liquidación del latifundio, demostró ser irreversible. El desarrollo capitalista posterior en el campo, del cual se vanagloria la dictadura, es fruto, en primer lugar, de este proceso, empezado en el gobierno de Eduardo Frei, y culminado durante la administración de Salvador Allende.
La segunda conquista histórica de la Unidad Popular, la nacionalización de las principales industrias en poder del capital extranjero, parcialmente sigue aún en pie, puesto que la principal industria, el cobre, aún es chilena.
Fue necesaria una década de renovada penetración imperialista, apoyada por una dictadura servil, para que esta última traba al desarrollo, ahora en forma de deuda externa, nuevamente adquiriera la preponderancia que tenía antes de la nacionalización del cobre.
Recién en 1987, quince años después de la derrota del gobierno popular, mediante la desnacionalización del patrimonio chileno que significa el reconocimiento de la deuda externa, y su pago en activos de empresas, el capital extranjero está recuperando el control sobre los medios de producción del país.
El golpe entregó el poder a los representantes de los grandes monopolios capitalistas, aliados estrechos del Imperialismo. Y ellos, representantes genuinos del capitalismo de nuestra época, implantaron la política económica más favorable al desarrollo de este régimen de producción.
La contrarrevolución triunfante contra un Gobierno Popular que culminó con éxito la remoción de importantes trabas al desarrollo del país: el latifundio y el control extranjero sobre las principales industrias, llevó al poder a la gran burguesía financiera interna, aliada del Imperialismo, que estableció una dictadura terrorista; en un momento de profunda crisis estructural del capitalismo a nivel mundial.
Tal es el marco en que el capitalismo y la clase obrera se han desarrollado en Chile, durante los últimos años.
La agudización de sus contradicciones, en este período, ha llevado a algunas personas a concluir que el desarrollo capitalista se habría estancado en Chile, y que el deterioro sufrido por los trabajadores en este tiempo sería precisamente en razón de dicho estancamiento.Los aspectos de la realidad estudiados en este trabajo apuntan  hacia conclusiones diferentes.

Análisis de la Coyuntura Económica

Entre los aspectos generales de la coyuntura económica se considera en primer lugar la evolución del ciclo económico interno, cuyo período general se estima, en este momento, aproximadamente en ocho años. Se caracteriza el momento del ciclo actual como iniciando su fase de auge.
Las tendencias generales, que corresponden a la fase del ciclo, deberían impulsar el crecimiento de la actividad, el empleo y las remuneraciones, mostrar cierta normalidad en las ganancias y tendencia al incremento de los precios, al déficit en el comercio exterior, el alza gradual de los intereses y el incremento rápido del dinero y el crédito.  Estas tendencias anotadas se manifiestan en forma directa en la actividad y el empleo, que crecen con fuerza.
En las remuneraciones, el incremento es menor que el esperado, y éstas aún se mantienen por debajo del nivel del último auge, las ganancias se aprecian elevadas, el comercio exterior manteniendo un superávit a pesar de una fuerte presión de las importaciones, que suben muy rápido. El resto de las variables se comporta en forma normal.
Las particularidades económicas principales de la coyuntura se refieren a los cambios estructurales de la economía capitalista mundial, a la deuda externa y a la evolución del ciclo económico de los principales paises capitalistas.
Existe una alta probabilidad de que la próxima crisis cíclica capitalista  mundial se desencadene en el curso de pocos meses, y que la misma sea extremadamente profunda. El primer impacto de ésta será un aumento del flujo de capitales hacia el país, y consecuentemente un estímulo a la aceleración del ciclo interno, acercando así también la crisis interna.
Las particularidades extraeconómicas de la coyuntura se refieren al dominio imperialista, orientado principalmente a cobrar por la fuerza una deuda externa económicamente impagable, a la dictadura facista, cuya política económica es expresión fiel dicho imperialismo.
La particularidad extraeconómica mencionada se expresa principalmente en el bajo nivel de remuneraciones, que no corresponde a la tendencia general de las mismas en la fase actual del ciclo. Las remuneraciones se mantienen bajas para impedir una presión mayor sobre las importaciones, y mantener de esa manera un superávit comercial que permita servir la deuda.
Algunas particularidades extraeconómicas importantes consisten en las políticas de privatizaciones y capitalizaciones de deuda, en marcha. Estas son, por una parte, intentos de resolver la contradicción entre el capital imperialista y el gran capital local a costa del patrimonio fiscal. Por otra,  estímulos a la centralización de capitales.
Otra característica extraeconómica se refiere a la deuda interna de la burguesía no monopólica y capas medias, producto de la imposición de los bancos nacionales de cobrarse una deuda económicamente imposible de pagar, luego de la crisis con la consecuente ruina de empresarios y baja de las remuneraciones, fenómenos derivados de la última crisis cíclica.
También la campaña electoral, es un elemento que crea importantes distorsiones frente a la evidencia del cambio de gobierno.
Entre las contradicciones principales de la coyuntura, producto de la evolución ascendente de la economía, destaca, como principal, la contradicción entre remuneraciones y empleo, expresión a su vez de la contradicción imperialismo-monopolios internos. También la deuda interna, que enfrenta al gran capital interno con la burguesía no monopólica y las capas medias.
Como consecuencia de las anteriores cobra importancia la contradicción entre las ganancias y la actividad, puesto que el desusado nivel de las primeras empuja a los empresarios a desembolsar capital, constituyendo éste a su vez el principal motor de la actividad. El auge de ésta presiona a su vez sobre el empleo y éste de vuelta sobre los salarios, agudizándose el problema.
La deuda externa, como contradicción entre imperialismo y monopolios internos, puede activarse en la medida en que la lucha reivindicativa de trabajadores y capas medias logre subir los salarios y repudiar la deuda interna, lo cual, al afectar las importaciones, crearía ciertas condiciones para una eventual moratoria.
Las tensiones que generarán inevitablemente una nueva fase recesiva o de crisis de la economía, principalmente la sobreproducción generalizada que incide ya en una cierta estabilización y aún disminución de la tasa de ganancia, están acumulándose también de manera sostenida.

Aspectos Generales : La Fase del Ciclo Económico

El elemento más general de la coyuntura económica,  es la fase por la que atraviesa, el ciclo económico capitalista. La economía capitalista se mueve en ciclos, que últimamente han durado aproximadamente seis a ocho años, y que se inician con la crisis.  A ésta sigue un período de depresión, otro de animación media, y uno de producción a todo vapor, luego del cual se da, inevitablemente, una nueva crisis.
En la actualidad, la economía chilena está en los primeros momentos de la fase de auge. De acuerdo a estos elementos, que son sólo los más generales, cabría esperar que, la economía entre en una crisis cuya probabilidad de ocurrencia se haría máxima durante 1990.
Los elementos más generales de la fase actual del ciclo son los siguientes:

Tendencia General de la Actividad :

La tendencia general apunta a que la actividad económica, la producción y el intercambio, deberían seguir aumentando fuertemente en el curso de los próximos meses, con velocidad creciente, hasta entrar en crisis. Esta se producirá precisamente por los desequilibrios generados en el auge, en primer lugar por la superproducción relativa.
Entre el punto mínimo del ciclo anterior, 1975, y el punto máximo, 1981, la actividad se recuperó en un 52%.  Esta tendencia parece estar imponiéndose claramente también en la actualidad. Entre el cuarto trimestre de 1982, punto mínimo del último ciclo, y el cuarto trimestre de 1988, la actividad creció un 36 % [233]. Ya durante el primer trimestre de 1987, se alcanzó el máximo de actividad del ciclo anterior, alcanzada el tercer trimestre de 1981, el que a su vez superó en alrededor de un 20% el máximo anterior de 1972.
La base de lo anterior es el crecimiento de la actividad productora de valor y plusvalía [234] : entre el tercer trimestre de 1982 y el tercer trimestre de 1988, mientras el PGB se recuperó en 32%, el transporte lo hizo en   49%, la construcción 45%, la industria transformadora 42%, la electricidad en 39%, la agricultura en 24%, la minería en un  7%, y la pesca en -9%. Todos los sectores productivos superaron sus máximos niveles históricos. [235]

Tendencia General del Empleo :

La tendencia general del empleo es a aumentar al máximo en el momento anterior a la crisis. Lo principal es el crecimiento del empleo productivo capitalista que está en la base, y es el sostén principal, del crecimiento de la producción de valor, que se refleja aproximadamente en el crecimiento del PGB; la plusvalía y las ganancias. También crece el empleo capitalista no productivo, finanzas y comercio.
Junto al crecimiento del empleo capitalista, aumentan también el empleo en la pequeña producción el pequeño comercio y los servicios personales. El énfasis sobre el aumento del empleo en estos últimos sectores que hacen algunos economistas, sin embargo, tiende a minimizar el rol creciente que debe jugar la clase obrera, en primer lugar la clase obrera ocupada productivamente, en el proceso.
En el curso del ciclo anterior, la ocupación total, excluido PEM y POJH, se recuperó en 18%, entre 1975 y 1981.  En el actual, la ocupación total alcanzó en marzo de 1989 a 4,298,100 personas. Se trata del mayor nivel histórico de ocupación, que supera los máximos de los ciclos anteriores, en un 39% a los 3.100.000 ocupados, excluyendo el empleo mínimo, en diciembre de 1981, y en un 48% a las 2.900.000 ocupados en Junio de 1972.[236]
Entre el punto mínimo del ciclo, en septiembre de 1982, y septiembre de 1988, la ocupación total se recuperó en 1,123,000 de personas, un 38%, correspondiendo a la industria manufacturera 355 mil ocupaciones adicionales, una recuperación de 88%, a la agricultura y pesca 143 mil ocupaciones adicionales, una recuperación de 26%, a la construcción 150 mil ocupaciones adicionales, una recuperación de 126%, al transporte 67 mil, una recuperación de 34%. Todos los sectores productivos sobrepasaron los niveles de ocupación máximos de 1981.[237]

Tendencia General de las Remuneraciones :

La tendencia normal, "puramente económica", es que las remuneraciones reales crezcan a medida que el ciclo se aproxima al auge, y se hagan máximas, al igual que el empleo, en el momento previo a la crisis.
Entre el mínimo del ciclo anterior y su punto máximo, los salarios reales se recuperaron en un 55%. Cabe recordar que entonces estaba en vigencia legal el reajuste automático, por lo que, en condiciones de inflación decreciente, los salarios reales tendían a subir solo por este efectoDe esta manera, la legislación se adecuaba, entonces, a la tendencia "puramente económica" de alza de salarios en el ascenso del ciclo.

En el presente, sin embargo, esta tendencia está siendo obstruida, y los salarios reales, aunque últimamente han comenzado a recuperarse se han mantenido bajos, siendo en la actualidad un 10% inferiores a 1981, auge anterior. La importancia de esta particularidad del actual ciclo será analizada en detalle más abajo.[238]

Tendencia General de las Ganancias

El principal motor de actividad son las ganancias de los capitalistas que, como trasfondo, tienen la plusvalía producida. En cuanto a masa, las ganancias siguen creciendo hasta la crisis, en cuanto a tasa, las utilidades son máximas precisamente en esta fase del ciclo. La tasa de ganancia presenta una tendencia decreciente en el ciclo. Mientras más elevadas son las tasas de ganancia en  esta fase, más se acelera la actividad, y por lo tanto, más se acerca la crisis.
La ganancia depende, por otra parte, dado un nivel de actividad, del nivel de las remuneraciones reales. Su fluctuación de los salarios reales lo que explica en parte la fluctuación de las ganancias a nivel de un ciclo económico. Como es sabido, el alza de remuneraciones a medida que avanza el ciclo, se traduce en una disminución de las ganancias. Por el contrario, en la medida que las remuneraciones reales se mantienen bajas, éstas tienden a mantenerse elevadas.

Tendencia General de los Precios, Comercio Exterior, Tasa de Interés, Dinero y Crédito:

Conforme aumenta la actividad, se da una tendencia al alza de los precios reales. Es decir, descontada la desvalorización del signo monetario, en los bienes "no transables"; tendencia creciente al déficit del comercio exterior por alza de importaciones mayor que exportaciones, en lo cual juega un rol principal el alza de salarios; tendencia al aumento gradual de la tasa de interés, que se hace explosivo en la crisis; tendencia al aumento en el dinero y principalmente en el crédito, que se interrumpe bruscamente como consecuencia de la crisis.
El aumento de la actividad, la mayor demanda interna, de medios de producción, pero también de medios de vida, por el mayor empleo y mayores salarios reales, presiona sobre los precios, generando, independientemente de la política monetaria o fiscal, es decir, aparte de la inflación propiamente tal o desvalorización del signo de valor, una tendencia al alza de precios. En condiciones de apertura al exterior, esto genera, por una parte, una tendencia al aumento de los precios "no transables" en relación a los "transables", y una presión sobre las importaciones.
A lo anterior hay que agregar el hecho de que el desembolso creciente de capital, particularmente en salarios, se produce crecientemente antes de la entrada, por el otro extremo, del producto resultante al mercado. Aumenta además el tiempo de rotación del capital, a medida que los capitalistas emprenden obras que demoran más en terminarse, grandes edificios, obras públicas. Ello origina que se vaya produciendo un desequilibrio entre un poder de compra que crece más rápido que la oferta interna, lo que se traduce en una tendencia a aumentar crecientemente las importaciones, y a crear un déficit en la balanza comercial.
Por lo tanto, la tendencia "puramente económica" más general es que las importaciones crezcan más rápidamente que las exportaciones, a medida que el ciclo se acerca al auge, lo que se acelera en la medida en que aumentan los salarios reales.
Tal tendencia se manifestó con entera claridad en el ciclo anterior, donde, si bien las exportaciones crecieron en un 59% entre 1975 y 1980, las importaciones crecieron un 282% en el mismo período, culminando esta situación en 1981, con un déficit comercial de 2.700 millones de dólares.
En el ciclo actual, dicha tendencia recién se está manifestando durante 1989. Hasta 1988, aún cuando las importaciones habían subido de 2,700 a 4,800 millones de dólares entre 1983 y 1988, es decir, un 78%las exportaciones habían pasado de 3,800 a 7,000 millones de dólares, es decir un un 84%, en el mismo período. si se comparan los primeros semestres de 1988 y 1989, mientras las exportaciones crecen un 20%, de 3,397 a 4,064 millones de dólares,  las importaciones crecen un 36%, de 2,221 a 3,031 millones de dólares. Con esto el superávit baja de 1,176 a 1,033 millones de dólares.
Han influido en la mantención del superávit el elevado precio del cobre durante los últimos dos años, y por otra parte, las medidas de fomento a las exportaciones adoptadas en virtud de la necesidad de pagar la deuda externa.
Durante la depresión que sigue a la crisis, el capital dinero es abundante, y la tasa de interés baja. A medida que el ciclo se desenvuelve, la tasa de interés tiende a crecer, primero lentamente, y luego más rápido, hasta hacerse máxima durante la crisis misma, por la crisis de dinero que la acompaña.
El dinero real tiende a aumentar, a medida que aumentan las transacciones con el ascenso del ciclo. Más rápidamente aumenta el crédito, que tiende progresivamente a dominar todas las transacciones a medida que el ciclo llega a su cima. Al desencadenarse la crisis, se rompe la cadena de pagos, y se produce una crisis al aumentar bruscamente las necesidades de dinero como medio de pagos, lo que, siendo consecuencia de la crisis, la agudiza.
En Chile este fenómeno se apreció con gran fuerza en el ciclo anterior, hasta el punto que prácticamente los economistas achacaron unánimemente en 1982 a la ruptura del crédito la causa de la crisis. El total de activos financieros, que incluye el dinero propiamente tal y los diversos instrumentos del crédito, aumentó desde un 18% del PGB en 1970, hasta un 49% en 1982, y los instrumentos de crédito excluyendo el dinero, que eran un 50% del total de activos financieros, llegaron a un 86% del total.
Luego de una brusca baja con motivo de la crisis, actualmente el dinero y crédito están creciendo fuertemente. Sólo en 1988 el dinero privado (M1A) creció en un 46,6%, pasando de 347 a 427 miles de millones de pesos. Las colocaciones efectivas del sistema financiero, por su parte, aumentaron en un 44% en 1984, en un 42% en 1985, en un 13,7% en 1986, en un 26,3% en 1987, y en un 25,5% en 1988, alcanzando en este último año los dos billones de pesos, como promedio mensual.[239]

Particularidades Económicas Principales de la Coyuntura

Entre las particularidades del ciclo actual están las "puramente económicas", que se derivan del grado de desarrollo de la estructura económica chilena, de la evolución actual de la economía capitalista en su conjunto, de la coyuntura por la que ésta atraviesa, y del papel subordinado de la economía chilena en la economía capitalista mundial.

Cambios Estructurales de la Economía Capitalista Mundial

La evolución actual de la economía capitalista mundial es altamente compleja y presenta una acumulación de contradicciones sin precedentes. En el trasfondo de la agudización actual de las contradicciones se encuentran los profundos cambios cualitativos que tienen lugar en la producción capitalista, los cambios tecnológicos que aceleran el desarrollo de las fuerzas productivas, y los cambios en las relaciones de producción y de cambio, caracterizados por la centralización de capitales, fusiones de empresas y privatización de monopolios estatales, por un rol preponderante de los monopolios transnacionales, así como un incremento de la competencia interimperialista. Todo lo anterior en una escala y agudeza sin precedentes.
La forma en que lo anterior afecta a la economía chilena es múltiple, sus efectos son a menudo contradictorios, y su acción está determinada no sólo por el grado de interrelación de la economía chilena con la economía mundial, sino por la propia estructura interna de la economía chilena. Desde este punto de vista, especificidades de la actual coyuntura económica mundial, como la reestructuración de la industria, el aumento acelerado de la composición orgánica del capital, el aumento general del ejército industrial de reserva, el grado cualitativamente más alto de centralización de capitales, y el incremento de la presencia del capital transnacional, se manifiestan también en nuestro país.
Algunos resultados de estos cambios estructurales, que afectan directamente a Chile, se refieren, por ejemplo, al uso más eficiente de las materias primas en las economías desarrolladas, en particular de cobre que ha disminuido su consumo unitario de 1.800 a 1.200 toneladas por cada millón de dólares de producto bruto norteamericano, entre 1973 y 1984. Esto se traduce en una disminución de la demanda del metal, y tendencia a la baja sostenida de los precios. En el caso chileno, esta particularidad está detrás del deterioro de los términos de intercambio, ya que, mientras la producción de minerales, por ejemplo, se ha incrementado en un 50% entre 1974 y 1985, y el valor real de los embarques mineros ha disminuido en un 33%, en el mismo período.[240] Dicha tendencia al deterioro de los términos de intercambio se ha revertido, sin embargo, durante los dos últimos años, a raíz del fuerte incremento del precio del cobre, estimulado por el comportamiento del ciclo mundial, que será analizado a continuación.
Por otra parte, el dominio económico del monopolio en la economía capitalista mundial y en Chile, generan una serie de distorsiones y desequilibrios de todo orden, que no alcanzan a ser resueltos por las crisis cíclicas "normales", y se arrastran a lo largo de varios ciclos.  La principal es en la actualidad, la deuda externa.  Esta se origina en fenómenos económicos, propios del capitalismo monopolista, del capital imperialista. Es una forma de la exportación del excedente de capital de los paises imperialistas, fenómeno que se agudiza en determinadas fases del ciclo económico de los paises más poderosos, particularmente en el período 1980-81.
Las características de la deuda externa chilena, canalizada  fundamentalmente hacia el capital financiero local, que desde sus bancos la orienta principalmente hacia sus empresas productivas relacionadas, a otros capitales productivos más pequeños y que también, en medida menor la presta como capital usurario a particulares para financiar consumo, se deriva también de la estructura económica interna, en que domina el monopolio .
Se ha apreciado cierta tendencia a atribuir a la deuda externa un carácter puramente usurario, es decir precapitalista, al afirmar, por ejemplo, que ésta se habría empleado principalmente en compra de suntuarios u otros. Dicha afirmación no se compadece con el carácter capitalista de la economía del país. En efecto, el grueso de la deuda sigue el curso ciclo del capital dinero, es decir, se presta a los capitalistas, quienes la contraen con la finalidad de producir plusvalía, no para consumirla. La plusvalía se produce sólo si el dinero se desembolsa en comprar fuerza de trabajo y los medios de producción necesarios para hacerlo producir mercancías. Ello se confirma al analizar el destino de la deuda externa, que no es otro que la deuda interna, de la cual solo un 2.9% corresponde a préstamos de consumo y un 9.3% a préstamos hipotecarios, mientras que el 87.8% restante corresponde a deuda de sectores productivos, industria, agricultura, minería y comercio[241]. Lo anterior no contradice el hecho de que parte importante de la deuda pudiera haberse efectivamente traducido en importación de suntuarios, pero sólo mediatizada por la producción, es decir, luego de su desembolso en salarios, los que, a su vez, se gastaron en importaciones. La magnitud de los intereses cobrados, ciertamente tiene relación también con el dominio del monopolio, extranjero y local.

El Ciclo Económico Mundial y el Ciclo en Chile :

La evolución del ciclo económico interno está subordinado a través de múltiples lazos, a la evolución de la economía mundial, particularmente a la norteamericana, y la de los principales paises capitalistas.
Entre los canales principales de transmisión del impacto del ciclo de los paises principales sobre el chileno, se cuentan el comercio exterior, el flujo de capitales, la tasa de interés. El impacto del ciclo externo es a menudo contradictorio. Por ejemplo, al entrar en fase de recesión el ciclo externo, se produce un incremento del excedente de capitales, con lo cual se acelera su transferencia hacia paises como el nuestro. Su impacto en nuestro país, bien puede ser, en un primer momento, acelerar la fase de auge del ciclo interno, para caer luego en la inevitable crisis. En cuanto al comercio exterior, el impacto es directo, ya que disminuye la demanda por exportaciones chilenas, a la vez que aumenta la oferta de excedentes exportables. En general, sin embargo, la crisis de las economías desarrolladas arrastra inevitablemente a la economía chilena, si bien puede haber un período de rezago.
Durante los últimos años, el movimiento de la economía mundial ha sido altamente inestable y contradictorio:"Según nuestros estudios, el capitalismo estuvo muy cerca de una posible crisis cíclica en 1986. Sabemos que hubo una crisis de 1980 a 1982. La recuperación de esta crisis llegó a un nivel máximo en 1984. En 1985 todavía crece el producto, pero es bastante inferior a 1984. En el 86 hay un descenso neto con respecto al 85. Ese año 1986, la producción industrial permaneció estancada varios trimestres en los principales paises capitalistas desarrollados. La tasa de ganancia, que venía recuperándose, dejó de recuperarse. Este fue el momento en que se pensó que venía una nueva crisis cíclica.

Para el capitalismo, la situación era extremadamente grave a comienzos de 1987. Esa situación grave llevó a reuniones especiales urgentes, de coordinación de las políticas económicas internacionales, del grupo de los siete, constituido por los principales paises desarrollados. A través de estas medidas subjetivas el capitalismo logró producir cambios en elementos objetivos, como por ejemplo el aumento de la tasa de ganancia en los principales paises capitalistas desarrollados… que estuvo determinado por la reducción del precio del petróleo y también por la disminución, que se registró hacia el 86, de los precios de las materias primas. En la economía norteamericana, la recuperación de la tasa de ganancia fue favorecida adicionalmente por la devaluación del dólar. Esto permitió un aumento de la capacidad competitiva de las empresas norteamericanas que exportan, y también de las que compiten con las importaciones que la economía de EEUU hace de Japón y otros paises.

Estos factores empezaron a dar pie al crecimiento de la producción real. Ya en el segundo semestre de 1987 empiezan a crecer estos indicadores y a fines de año, la economía del mundo capitalista desarrollado se encuentra ya en un nivel de actividad bastante elevado.

En ese momento y en esas condiciones llega el crack, la caída de los valores , en la bolsa de Nueva York…Bien, en aquel momento todos los economistas, creo, y los organismos económicos internacionales, pensaron en la posibilidad cierta de una recesión y del desarrollo de una nueva crisis cíclica, que podía llegar a ser crisis monetaria…pero las cosas no sucedieron así. Todos los indicadores demuestran que a fines de 1987 y a lo largo de 1988, el capitalismo ha funcionado en forma bastante dinámica"  [242].
De acuerdo a muchos analistas, que siguen la evolución del ciclo económico a nivel de los principales paises capitalistas, existe una alta probabilidad de que en ellos la próxima crisis se desencadene en el curso de pocos meses, se menciona, en muchos casos, al año 1990 como momento probable para que ello ocurra, y se pronostica que ésta será extremadamente profunda.
La consecuencia directa de lo anterior, para Chile, es que, si bien es probable que en las fases iniciales de la crisis externa aumente el flujo de capitales hacia el país, muy pronto la crisis externa arrastrará a la economía interna a la crisis, y que ésta empezará por las ramas exportadoras.

Particularidades Extraeconómicas de la Coyuntura

Entre las particularidades extraeconómicas de la coyuntura, se pueden mencionar aquellas que se originan en la acción del estado y las políticas económicas. En general, estos factores corresponden a la acción económica de la superestructura y, en esencia, constituyen la imposición por la violencia, de determinadas acciones económicas.  Los elementos extraeconómicos juegan, en general, el papel de aceleradores de las transformaciones económicas, pero pueden actuar también como freno de las mismas.
Un elemento fundamental de la acción extraeconómica lo constituye la regulación[243] capitalista sobre la evolución del ciclo económico y la economía en general. En nuestro país, son preponderantes la acción del imperialismo, en particular a través de organismos como el FMI, y la política económica y social de la dictadura.

Dominio Imperialista

La principal particularidad extraeconómica que afecta la coyuntura actual se deriva del carácter de país dependiente de Chile, respecto del imperialismo, particularmente el Norteamericano, y toma cuerpo principalmente en el tratamiento de la Deuda Externa.
Ciertamente la deuda externa se origina, en fenómenos económicos, principalmente en la acción del monopolio. Sin embargo, la evolución posterior de la misma, la crisis que ha significado que la deuda se ha hipertrofiado hasta un punto en que no puede ser pagada, no puede ser comprendida a partir de fenómenos estrictamente económicos. Se explica, principalmente, por factores extraeconómicos, principalmente por la presión violenta del imperialismo para obtener el cobro de esta deuda impagable .
En este sentido, la evolución "normal", "puramente económica", de los préstamos en dinero en el capitalismo, consiste en que los mismos corran la misma suerte que los acreedores, y si, por las alternativas del ciclo, en particular de la crisis, una proporción del capital de éstos se desvaloriza, entonces se desvaloriza también el capital dinero que los mismos han tomado a préstamo. La ganancia del capital dinero proviene de la producción de plusvalía, y si -como ocurre durante las crisis- no hay valorización del capital, sino desvalorización del mismo, cualquier intento por cobrar íntegramente, no ya los intereses de los préstamos, sino también de recuperar el capital prestado, se transforma en un intento expropiatorio, por parte del dueño del capital dinero, respecto de sus acreedores.
En el caso de la deuda externa, todo el poder del imperialismo se ha movilizado con la finalidad de obtener el pago íntegro de la deuda, es decir, la expropiación de los paises dependientes. En tal sentido se movilizan las "recomendaciones" del FMI y las presiones de las embajadas.  El tributo neto que significó para Chile, entre 1982 y 1986 el servicio de la deuda externa, intereses y amortizaciones, fue superior a los 1,800 millones de pesos diarios, suma equivalente a la que gasta para vivir el 70% de los chilenos menores ingresos.Entre enero y septiembre de 1989, los pagos totales por intereses y amortizaciones de la deuda externa alcanzaron la increíble suma de 2,300 millones de pesos de 1989 ! al día ! . Dicha cifra equivale aproximadamente al total lo que gastan en su vida cotidiana los diez millones de chilenos de menores ingresos, quienes podrían duplicar su nivel de vida si dispusieran del tributo que se paga al capital imperialista.
Al presionar por el pago de la deuda externa, el imperialismo entra en contradicción directa con el gran capital local, con el capital financiero[244]  de los paises deudores. Esto es evidente en el caso Argentina, México, y otros paises, y particularmente en los casos de Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia, donde el gran capital local ha optado por la moratoria en los pagos.
En nuestro país, esto es también evidente en aquellos casos en que el capital financiero local debe negociar directamente con el capital imperialista el pago de su deuda externa particular. En estos casos, la negociación del capital financiero local ha sido firme, obteniendo generalmente la condonación de la mayor parte, alrededor del 70%, de la deuda. Sucede con INDUS, CCU y, principalmente, INFORSA. En este último caso, el grupo Matte declaró la moratoria en las deudas de PASUR, filial INFORSA, al Banco Exterior de España. Entre los argumentos esgrimidos, se arguyó el "riesgo político" del país y actualmente está planteado un conflicto abierto entre ambos monopolios financieros.
En la deuda en su conjunto, sin embargo, el conflicto entre el gran capital local y el capital imperialista no se ha desatado por circunstancias particulares, las que, en general, se refieren a la acción de la dictadura, que ha establecido mecanismos de mediación de este conflicto, descargando el peso del mismo sobre los trabajadores, sobre la burguesía mediana y pequeña, sobre la pequeña burguesía, y sobre el patrimonio del estado, representado por las empresas públicas, las de la llamada "área rara", y por el erario fiscal.

Dictadura Fascista

La dirección económica fundamental de la tiranía es dictada por el imperialismo, y consiste, en lo fundamental, en crear las condiciones internas para lograr el pago de la deuda externa.
Sin embargo, puesto que, en lo fundamental, el imperialismo pretende alterar lo que es la evolución "normal", "puramente económica" de la situación, su intento por imponerla deriva en un cúmulo de contradicciones extraordinariamente agudas, que crean, en la hipótesis de este trabajo, condiciones favorables para el desarrollo de la lucha de masas.

Las Remuneraciones

La primera particularidad extraeconómica de la coyuntura actual, y la más importante, la constituye el nivel de remuneraciones. En lugar de haber subido de acuerdo a lo que establece su movimiento más general para esta fase del ciclo, los salarios reales están actualmente un 10% más abajo que el punto más alto del ciclo anterior, punto que ha sido superado con creces por la actividad general.
El nivel actual de remuneraciones no puede explicarse, sino por razones extraeconómicas. La política económica dictatorial se ha orientado principalmente a mantener bajos los salarios, siguiendo los dictados del FMI. Esta orientación de la política económica ha sido confesada públicamente en innumerables oportunidades por el "equipo económico" de Buchi.
El país debe generar un excedente de aproximadamente US$ 1.000 millones en su balanza comercial, anualmente, para cubrir el servicio neto de la deuda externa. El excedente comercial, por otra parte no es sino un préstamo de bienes, con valor real, de Chile al resto del mundo, a cambio de signos de valor, dólares, que no tienen valor en sí.
Como se ha visto también, a medida que el ciclo avanza, las importaciones tienden a subir más rápidamente que las exportaciones, y ello depende principalmente de las remuneraciones reales. Por lo tanto, la mantención de las remuneraciones a un bajo nivel es la condición esencial de la economía para servir la deuda externa.
La reducción de los salarios es el contenido principal de la política de devaluaciones que ha aplicado sistemáticamente el gobierno desde 1982. Estos alteran radicalmente la proporción entre los precios "transables" y los "no transables", en perjuicio de estos últimos. El principal, entre los "no transables", es el precio de la fuerza de trabajo, que se redujo violentamente en 1982, para seguir bajando, con pequeñas fluctuaciones, en los años siguientes e iniciar una leve recuperación a partir de 1987.
Simultáneamente, el gobierno derogó las disposiciones vigentes desde 1974, que establecían el reajuste automático de remuneraciones. Cuando no rebajó las remuneraciones nominales, las reajustó menos que el IPC, y reforzó las medidas coercitivas que frenaban la lucha reivindicativa de los trabajadores, de las cuales la más importante es el plan laboral.
En la actualidad, las devaluaciones continúan efectuándose en forma automática, respecto del dólar, y a ello hay que agregar la fuerte devaluación de esta moneda respecto al marco y al yen.
Esta es una de las principales causas de la inflación actual, la que a su vez, es el mecanismo principal de rebaja sostenida de las remuneraciones reales y, de mantención del superávit en la balanza comercial que requiere el imperialismo para pagarse de la deuda externa.

Intervenciones, Privatizaciones y Pagarés

Otra particularidad, de importancia decisiva, es la política seguida por la dictadura en relación a la intervención de los monopolios en quiebra, y las subsecuentes privatizaciones de empresas y recompra de pagarés de deuda externa.
En su conjunto, estas políticas han tendido a resolver la contradicción de la deuda, entre el imperialismo y la gran burguesía local, a costa de algunos de los principales grupos internos, cuyo patrimonio fue expropiado, y del patrimonio del estado, representado principalmente por las empresas estatales, y los fondos del presupuesto destinados a "salvar" bancos y empresas en quiebra, y a recomprar pagarés de la deuda externa.
Por otra parte, estas medidas se han orientado a recomponer la propiedad capitalista, concentrándola a un nivel superior, en manos de los grupos económicos locales sobrevivientes, y del capital extranjero.
La tendencia general es hacia la solución de la crisis mediante la quiebra de empresas, con la consecuente desvalorización del capital y recomposición de la tasa de ganancia, por una parte, y la centralización de capitales en manos de los capitalistas sobrevivientes, por otra. Tal tendencia habría sido la causa de que, en 1982, hayan quebrado masivamente los burgueses medianos y pequeños endeudados, y algunos de los grupos económicos, con las evidentes pérdidas para sus acreedores, principalmente el capital imperialista.
La intervención de los bancos, implicó la nacionalización de los mayores grupos económicos de entonces; significó, además de otros programas de ayuda financiera a los monopolios el desembolso de alrededor de US$ 5.600 millones[245] por parte del Banco Central entre 1982 y 1986 y evitó la pérdida por parte del capital imperialista.
Sin embargo, como toda intervención extraeconómica aplicada en contra de tendencias "puramente económicas", tal política terminó generando nuevas contradicciones. En este caso, nada menos que la crisis de la deuda externa.
Para resolver esta nueva contradicción, además de reducir los salarios, se implementaron, a partir de 1985, durante 1986 y con velocidad creciente en 1987, las privatizaciones y, simultáneamente, los mecanismos de los capítulos 18 y 19 de la ley de cambios, para la recompra de pagarés de la deuda externa.
Estas políticas han permitido, al margen de la cosmética del llamado "capitalismo popular", que el gran capital local resuelva sus contradicciones con el capital imperialista.
Operaciones con Pagarés de Deuda Externa
Mediante diversos mecanismos, alrededor de un 30% de la deuda externa chilena ha sido convertida, en el curso de los últimos tres años. Los mecanismos han sido básicamente dos: recompra de pagarés de deuda externa, y renegociaciones directas con los acreedores.
La recompra de los pagarés se ha efectuado a través de los capítulos 18 y 19 del compendio de normas de cambios, promulgada en 1985 especialmente para este efecto, y el decreto con fuerza de ley 600, que regula la inversión extranjera en general.
El capítulo 18 ha sido utilizado casi exclusivamente por capitalistas nacionales, mientras el capítulo 19 y el DFL 600 han canalizado principalmente inversión extranjera.
Las negociaciones directas, por su parte, han consistido principalmente en condonaciones de deudas y nuevas condiciones de pago obtenidas por las empresas de sus acreedores. El caso más destacado es CCU, que logró de éstos una condonación de US$ 60 millones.
Las operaciones realizadas alcanzaban, a fines de 1988, aproximadamente los 6,000 millones de dólares. A mediados de 1989, dicha cifra alcanzaba ya a los 7,000 millones de dólares.
Cuadro Nº 22
   Deuda Externa Convertida a 1988
(US$ Millones)
Mecanismo                           Monto                                     %
Recompra de Pagarés                    4,142                                                       71%
Capítulo 18                            2,087                                                    36%
Capít. 19 y DFL 600         2,055                                                    35%
Negociación Directa                         1,700                                                       29%
TOTAL                                                     5,842                                                    100%
Fuente:Bco.Central
Como se aprecia en el cuadro, el 35% de las operaciones totales, y cerca de la mitad de las operaciones con pagarés, se han realizado mediante el capitulo 19 y DFL 600, mecanismos de uso exclusivo de los capitales extranjeros.
En todos los casos de recompra de pagarés, se requiere que el deudor original, o su garante, esté dispuesto a cancelarlos de inmediato al comprador del pagaré. Dicha cancelación puede ser en pesos, al contado, en nuevos pagarés en UF, o directamente en acciones. A su vez, los pesos o pagarés en UF así obtenidos pueden ser invertidos, y en el caso del Cap. 19 deben serlo, en acciones u otras inversiones.
Como se puede apreciar en el cuadro que sigue, en parte importante ha sido el Estado quien ha prepagado su deuda externa, habiendo alcanzado este desembolso público, en mayo último, a alrededor de US$ 550 millones. Estos fondos han sido utilizados luego, principalmente, en la compra de empresas privatizadas.


Cuadro Nº 23
Origen de Pagarés Cancelados a 1988
(US$ Millones)
Mecanismo                    Monto                                     %
Públicos                                                $2.960                                            51%
Privados                                                $2.882                                            49%
Total Recompra Pagarés             $5.842                                         100%
Fuente: Bco. Central   
El resto de los prepagos efectuados han sido hechos por bancos y empresas que, utilizando intermediarios, transformaron su propia deuda externa en patrimonio, o en deuda en pesos en mejores condiciones.
Los pagarés han sido recomprados en el extranjero por intermediarios, inicialmente en alrededor de un 70% de su valor original, porcentaje que bajó a 60% luego de que los bancos norteamericanos, encabezados por el Citybank, entraron masivamente a este mercado, en 1987.
En todos los casos de recompra de pagarés, la deuda ha sido pre-pagada por el deudor original al intermediario, en valores cercanos al 100% de su valor, incluyendo intereses. Este, a su vez, ha destinado los fondos así obtenidos, en la generalidad de los casos, a adquirir o capitalizar empresas.
Sólo a fines de 1988 el gobierno de chile realizó una operación de prepago de la deuda, por alrededor de 300 millones de dólares, en la cual el diferencial de precio quedó a su favor.  Las mayores transacciones hasta ahora efectuadas han sido destinadas a la adquisición o capitalización de empresas de la llamada "área rara", o de empresas estatales.
Cuadro Nº 24
 Principales Casos de Recompra de Deuda
Adquirente                         Deudor Original                           Destino Inversión          Monto (US$ Mill.)
Carter Holt                        COPEC, Bco. Central, Lan Ch., Var. Bcs.                COPEC                                      160
Bankers Trust                 Bco. Central, Corfo, Varios Bcs.                     PROVIDA/Pilmaiquén                         60
Security Pacific              Corfo, Endesa, Bcos.                                                   Sec Pacif Chile                                 65
Banesto                             Bco. Central, Bcs.                                                                    INDUS                                          48
Fuente: Bco. Central
El procedimiento de recompra de pagarés de deuda externa (Cap. 18, 19, DFL 600), consiste, desde el punto de vista del deudor original, en el prepago de su deuda y, en la transformación de la misma en deuda en UF, o en capital. Desde el punto de vista del intermediario, un beneficio por la diferencia entre el precio de compra y cobro del pagaré; y desde el punto de vista del acreedor original, en la recuperación de un 60-70% del valor prestado.
El mecanismo tendría cierta lógica sólo si, como suponen los que lo impulsan, la deuda externa debiera pagarse íntegramente. En este caso, se beneficia el acreedor original, quien recibe el 60-70% de su préstamo, lo que sumado a los intereses ya cobrados constituye un excelente negocio, especialmente si ha habido una crisis de por medio. También el deudor original, quien puede pre-pagar su deuda mediante la emisión de acciones, transformándola así en capital, o mediante nuevos pagarés en UF a mayor plazo. Finalmente el intermediario, que obtiene un beneficio que va desde el 3% en el Cap. 18, al 25% en las operaciones del Cap. 19 y DFL 600.
Desde el punto de vista del país, el principal beneficio consiste en disminuir su deuda externa, pero puesto que ésta, en muchos casos, se transforma en propiedad extranjera sobre las empresas, la ventaja inicial por no pago de intereses se transforma a corto plazo en pago de utilidades, las que usualmente son mayores que los intereses. En otros casos, la deuda externa se convierte en deuda interna en UF, o en patrimonio de los capitalistas nacionales que han comprado los pagarés.
La gravedad del asunto es que la deuda externa es impagable, y que, por lo tanto, tarde o temprano, los pagarés que hoy se reconocen por su valor íntegro, perderán parte importante, sino todo su valor. Según cálculos del propio Banco Central, la capacidad de pago de Chile respecto de su deuda externa, con recursos propios, no alcanza al 40%
Por otra parte, la privatización de empresas se realiza a precios muy bajos. Solamente en lo que concierne empresas del Estado, el Comité de Defensa del Patrimonio, que preside Raúl Sáez, estima que los adquirente, principalmente grupos económicos, obtuvieron utilidades adicionales por alrededor de US$ 1.000 millones.
Como resultado de lo anterior, que redunda en una gigantesca centralización de capitales, se obtiene, además, el fortalecimiento sin precedentes de los grupos económicos locales, así como la penetración, sin precedentes, del capital extranjero en la propiedad de empresas, en Chile.  Mediante este mecanismo, dado que beneficia simultaneamente a los monopolios nacionales y transnacionales, la contradicción entre ellos se resuelve sin enfrentamientos mayores.  ¡ Tal es la "genialidad" de Buchi, y su mentor, José Piñera : poner de acuerdo al gran capital local y al capital imperialista, a costa de los trabajadores chilenos y del patrimonio nacional !
Sin embargo, el mecanismo tiene límites, puesto que es evidente que no se puede capitalizar la totalidad de la deuda, dado que ello significaría expropiar la totalidad de las empresas del país. Para dar una idea del problema, el patrimonio de las 50 mayores sociedades anónimas a diciembre de 1986 era de algo más de US$ 4,600 millones, es decir, aproximadamente la cuarta parte de la deuda externa total.
Por otra parte, las "inversiones" con pagarés de deuda no significan la entrada de divisa alguna al país, y sólo afectan la balanza de pagos a futuro, reduciendo los pagos de intereses y amortizaciones que los pagarés recomprados habrían generado más adelante. Este mecanismo reduce la cantidad de inversión extranjera real, puesto que dificilmente un capitalista invertirá en dinero, cuando al hacerlo mediante la recompra de pagarés puede obtener ganancias de hasta 30%. Consecuencia de lo anterior es que el mecanismo puede operar en la medida que el excedente de la balanza comercial permita pagar los intereses de la deuda aún no capitalizada.

La Deuda Interna de la Burguesía no Monopólica y Capas Medias

Otra particularidad importante la constituye el tratamiento de la deuda interna de la burguesía no monopólica, y de los llamados "sectores medios", (en este caso, pequeña burguesía y sectores asalariados altos).
Parte menor de la deuda externa fue canalizada por  los bancos hacia la burguesía no monopólica, fundamentalmente hacia la burguesía agraria. Ya en 1983, la crisis tenía a estos sectores al borde de la quiebra. Esta habría sido la solución "normal", "puramente económica" de la crisis, con la consecuente centralización masiva de capitales, puesto que miles de medianas empresas capitalistas habrían cambiado de manos, principalmente hacia las de los monopolios.
Otra parte, cerca de un 10% de la deuda, fue canalizada fuera del ciclo del capital, como préstamos personales propiamente usuarios. Muchos pequeño burgueses, principalmente campesinos, transportistas o comerciantes, contrajeron importantes deudas, tanto para la adquisición de medios de producción, tierra, camiones, taxis, como para consumo, principalmente compra de vivienda. En esta situación se encuentran asalariados de estratos superiores  y trabajadores. Al verse los pequeño burgueses arruinados por la crisis y bajar sus remuneraciones o perder su empleo los asalariados, parte importante de esta deuda se transformó en incobrable. En el caso de la pequeño burguesía, su ruina ha sido mecanismo de descomposición y paso al capitalismo. Tal fue el método "puramente económico" de solución al problema.
Esta situación económica estaba detrás de la participación masiva de estos sectores en las protestas nacionales, en 1983, y ante la debilidad a que se vio enfrentada entonces, la dictadura optó por aliviar transitoriamente la situación de estos sectores para recuperar su adhesión. Tal fue, en esencia, el papel del gabinete Escobar-Jarpa. Se reprogramaron sus deudas  y se inició un programa de reactivación masiva en el campo, mediante el establecimiento de bandas de precios.
Con todo, la intervención extraeconómica sólo logró diferir el problema, generando nuevas contradicciones, principalmente con el imperialismo, a raíz de la crisis de balanza de pagos de 1984, lo que llevó al cambio de gabinete, esta vez por el de Buchi.
En la actualidad, la deuda que pesa sobre estos sectores, principalmente sobre los agricultores, que deben unos mil millones de dólares, es tal que, de ser cobrada, los llevaría a la quiebra. "Las deudas superan la capacidad de pago del sector agrícola"  [246], como declaró recientemente el presidente del Consorcio de Sociedades Agrícolas del Sur, Miguel Loayza. En cuanto a los préstamos hipotecarios vencidos, éstos se elevan actualmente a $6.296 millones, un 26% más que hace un año.[247]
Los monopolios, sintiéndose más fuertes, presionan por el fin de las facilidades dadas a estos sectores, principalmente por el término de las bandas de precios en la agricultura.

Campaña Electoral

Otras particularidades extraeconómicas relevantes se refieren a las políticas de corto plazo monetarias y fiscales, que aplica el "equipo económico" . En general, la política económica ha estado orientada, hasta ahora, a mantener las condiciones que permitan pagar la deuda externa, es decir, las cuentas externas equilibradas.
Estos factores, así como las expectativas de los agentes económicos, están siendo influenciados en forma importante por la posibilidad cierta de que a fines de 1989 se produzca un cambio de gobierno. Por lo pronto, dicho factor está influyendo para que las importaciones, el aumento de las cuales "no sólo puede atribuirse a la expansión económica que se está experimentando, ya que en un grado no despreciable están siendo influidas por la incógnita en cuanto a lo que podría ser la política de comercio exterior en el evento que triunfara el candidato de la concertación "  [248].

Contradicciones Principales de la Coyuntura

Las principales contradicciones de la coyuntura se derivan precisamente de la evolución particularmente acelerada del ciclo actual, producto de la necesidad de mantener bajos los salarios a raíz de la imposición imperialista del pago de la deuda. La consecuencia de ello no sólo es que tiende a  acortarse el período que media antes de la próxima crisis "momento en que -según Marx- estallan todas las contradicciones del sistema", sino que también se están generando tensiones que pueden constituir condiciones favorables para el desarrollo de la lucha de masas.

Remuneraciones y Empleo

Una importante contradicción pareciera ser, en la actualidad, la desproporción acumulada entre la evolución de la actividad y el empleo, por una parte, y las remuneraciones reales, por otra.  Esta desproporción entre la tendencia general, representada por el crecimiento de la actividad, del empleo, y de los salarios, es tal,  que sólo para adecuar las remuneraciones al aumento de la actividad, éstas deberían reajustarse en alrededor de un 20%. Si se considera que la ocupación ha aumentado en un 38% desde 1982 a la fecha, se puede suponer que hay condiciones "puramente económicas" para un reajuste de remuneraciones mayor aún.
Esta es una contradicción real, entre una tendencia "puramente económica", que tiende a impulsar hacia arriba los salarios simplemente por oferta y demanda, a medida que crece el empleo, y la necesidad, extraeconómica, de mantener bajos los salarios para disponer de una balanza comercial excedentaria, que permita el pago de la deuda externa.
Las condiciones "puramente económicas" para el despliegue de una lucha sindical masiva que sobrepase el plan laboral y cualquier otro obstáculo que intente oponerle la dictadura, hoy parecen favorables. Los factores subjetivos determinarán si esta posibilidad se transforma en realidad. Está aún demasiado fresco en los trabajadores el pasado reciente para que hayan perdido el temor a perder el trabajo, si despliegan la lucha. En ello también ha sido decisiva la propia concepción de un sector de la oposición, acerca de las supuestas inviabilidad de desarrollo capitalista en Chile, destrucción de la producción, disminución de la clase obrera y artificialidad del aumento del empleo.
En la medida en que los trabajadores comprendan la parcialidad de tales aseveraciones; se convenzan que realmente, como fruto del desarrollo capitalista, su importancia cuantitativa y cualitativa es hoy día mayor; de que en la presente coyuntura, como fruto del crecimiento, esperable para la etapa actual del capitalismo acelerado por las particularidades del presente ciclo, existen condiciones para lograr importantes aumentos salariales; en la medida en que ello ocurra, ciertamente se facilitará el despliegue abierto de sus luchas.
Si todo ello es superado, y efectivamente se despliega una lucha sindical reivindicativa masiva y exitosa, la misma podría desencadenar el conjunto de las tensiones hoy día presentes en la economía.

Ganancias y Actividad

La contradicción anterior, genera a su vez otra, que consiste en que, bajo el acicate de ganancias extraordinarias, creadas precisamente por el bajo nivel de los salarios reales, los capitalistas desembolsan capital, de tal manera que están una acelerando la actividad más de lo esperable en la fase actual del ciclo.
En la actualidad, las ganancias, en tasa y en masa, se mantienen a un nivel sin precedentes.


Cuadro Nº 25
Utilidades de los Principales Grupos Empresariales
1988
(Millones de Pesos por Día)
Empresas                       Monto             % de aumento 87/88
55 Mayores S.A.                                  1.100                                            62%
Grupo Angelini                               238                                                       25%
Grupo Matte                                     197                                                       36%
Grupo Luksic                                   149                                                    554%
Grupo Bin Mafhous                         48                                                          7%
Grupo Claro                                         47                                                       85%
Grupo Bond                                        44                                                       77%
Fuente: Superintendencia Sociedades Anónimas. Nota : el 30% de menores ingresos de la población chilena, cuatro millones doscientas mil personas, gastan en conjunto para vivir 450 millones de pesos al día.    
Considerando que el principal motor del crecimiento, en el capitalismo, lo constituye el mercado generado por el desembolso de capital de los capitalistas, lo principal de dicho desembolso lo constituyen el capital circulante, las materias primas y las remuneraciones,. Sólo en último lugar están los rubros que usualmente se denominan inversión en capital fijo.
Durante el primer trimestre de 1989, la economía creció a una tasa anual de 9 % y las contradicciones que genera un crecimiento demasiado rápido son evidentes. En primer lugar, se crean problemas con la balanza comercial, por lo que el equipo económico, preocupado ante todo de satisfacer los dictados del FMI, ha procedido recientemente a aplicar varios "miniajustes", tendientes a disminuir la actividad por la vía de subir los intereses.
Todo indica, sin embargo, que a pesar del esfuerzo de la dictadura por frenar el crecimiento, éste se acelera.  No es extraño que sea así, puesto que las posibilidades de regulación estatal son siempre limitadas, y más aún en las condiciones de agudas contradicciones económicas actuales.  En este sentido, la actividad debería crecer sustancialmente durante el presente año y las proyecciones oficiales suben la marca a un 8%.
La principal contradicción generada por el crecimiento acelerado es la superproducción relativa, y esta es precisamente la razón de base de las crisis periódicas del capitalismo.
Existen indicios de sobreproducción en varios rubros, algunos externos como la fruta, que se dan en el mercado norteamericano, principalmente, pero también en algunos internos como la construcción. Cabe esperar que éstos se hagan más patentes durante los próximos meses.
En toda crisis, el nivel de consumo de las masas, restringido en el capitalismo, es una contradicción siempre presente. Obviamente no es ciertamente esta contradicción la que precipita la crisis y el consumo de las masas es máximo precisamente en el momento previo a las crisis. Esta se precipita principalmente porque los capitalistas dejan de desembolsar capital, y por lo tanto dejan de consumir productivamente.
No obstante, es necesario considerar que en la actual coyuntura, lo señalado, en relación a las remuneraciones deprimidas, agudiza la contradicción entre la producción y el consumo y es probable que, si no se produce un alza importante en la lucha sindical, que conduzca a ubicar las remuneraciones en su nivel "normal", se presenten problemas de mercado en algunas ramas industriales productoras de medios de vida. Cabe recordar también que el sector II, productor de medios de vida, constituye en Chile alrededor del 40%, de la economía en su conjunto, y de la industria en particular. El 60% restante corresponde al sector I, productor de medios de producción.
Es necesario destacar asimismo, que en la medida en que el crecimiento es más rápido, el empleo también tiende a aumentar, y con ello se incrementa la contradicción, entre el empleo creciente y las remuneraciones estancadas.
Esta contradicción acumulada en el período de auge capitalista se expresa en la disminución de la tasa de ganancia. La contradicción entre el objetivo capitalista - aumentar la ganancia - y las formas empleadas para lograr dicho objetivo  - el aumento incesante de la producción y la productividad - es lo que en definitiva genera las crisis cíclicas capitalistas.
La tasa de ganancia, luego de crecer en forma desmesurada en los últimos años, y mantenerse desusadamente elevada para esta fase del ciclo, presenta ya, algunos síntomas de que su crecimiento habría alcanzado un máximo, y que empezaría a disminuir.

Deuda Externa

En la medida en que la lucha sindical lleve las remuneraciones a su nivel, necesariamente se desencadenará la contradicción entre el país en su conjunto y el imperialismo. Chile no podrá pagar la deuda externa, y el próximo gobierno se verá obligado a declarar la moratoria. Ello significa, ni más ni menos, que al llevar la situación de remuneraciones a su nivel "normal", también la deuda será llevada a su nivel "normal", es decir, será repudiada. Esto ha ocurrido ya en Brasil, Argentina, México, y otros paises.
En esta perspectiva, pasa a primer plano la lucha contra la privatización de las empresas estatales, y contra la capitalización de pagarés de deuda externa. Esto permitirá que la contradicción entre la gran burguesía local y el imperialismo implícita en la crisis de la deuda, se exprese en toda su magnitud.
Ciertamente a este respecto la gran burguesía no constituye un bloque homogéneo y, mientras más se ahonda su contradicción con el imperialismo, más se agudizan las contradicciones en su seno, y  entre ella y un gobierno, servil a los intereses extranjeros.

Deuda Interna

Es importante también la contradicción entre el gran capital y la burguesía no monopólica, así como su contradicción con la pequeño burguesía, y el conjunto de los llamados "sectores medios".
En la medida en que la lucha de la clase obrera por mejores salarios desencadene la contradicción de la gran burguesía con el imperialismo, es dable esperar que ésta intente resolver la misma descargando el problema sobre la burguesía no monopólica, y los sectores medios. Su principal expresión des, en la actualidad, la deuda interna de estos sectores.
Es importante destacar, que la mayor actividad económica, junto con generar otro tipo de contradicciones, como la contaminación ambiental, que la gran burguesía trata de resolver a costa de los sectores medios, genera también, condiciones nuevas y mejores para el despliegue de la lucha de estos mismos sectores. Ello quedó de manifiesto, en el paro reciente de la movilización colectiva, en Santiago.
Desarrollo del Capitalismo en Chile y Lucha Popular
El marco en que el capitalismo se ha desarrollado aceleradamente en Chile, durante los últimos años, es el de la contrarrevolución triunfante contra un Gobierno Popular que culminó con éxito la remoción de las principales trabas al desarrollo del país, que ningún gobierno burgués fue capaz de enfrentar: el latifundio y el control extranjero sobre las principales industrias; que llevó al poder a la oligarquía financiera interna, aliada del Imperialismo, quienes establecieron una dictadura terrorista; en un momento de profunda crisis estructural del capitalismo a nivel mundial.
        El carácter contradictorio del desarrollo capitalista por las particularidades anotadas, se agudizó en este período, en el país. Creció el número de trabajadores y la producción de valor. Se ha desarrollado la gran industria maquinizada e incrementado la productividad del trabajo y la tasa de explotación. Aumentó la composición orgánica del capital y éste se ha centralizado y concentrado y la economía ha acentuado su forma cíclica de movimiento. Como consecuencia de todo ello ha crecido el ejército industrial de reserva y se han deteriorado en forma absoluta y relativa las condiciones de vida de las masas.
        Siguiendo la dialéctica del desarrollo desigual, las diferentes ramas económicas sucesivamente se destruyen, se  reconstruyen, nacen nuevas, otras se amplian, se desarticulan viejos enlaces productivos, y se rearticulan luego sobre una base productiva superior, creciendo el mercado interno, principalmente del sector que produce medios de producción, se produce también una rápida integración al mercado capitalista mundial.
        La clase obrera en su conjunto, ocupados y cesantes, ha crecido numéricamente, modificando su composición y dislocación según los profundos cambios ocurridos. El grado de explotación ha crecido hasta alcanzar límites inauditos. La lucha por la jornada de ocho horas, por una intensidad normal del trabajo, por salarios justos, por condiciones ambientales adecuadas, se desenvuelve sobre la base de problemas que son, hoy día, mucho más agudos que antes. La apropiación capitalista del producto del trabajo de los obreros: la contradicción fundamental de la sociedad capitalista; es hoy día más aguda que nunca, especialmente en condiciones de que la economía remonta la última crisis, y las utilidades de los capitalistas son fabulosas, mientras los salarios reales de los obreros se mantienen en su nivel más bajo.
        Como consecuencia del desarrollo del capitalismo en Chile, fenómeno que se ha acelerado en el último tiempo, la clase obrera chilena ha emergido, se ha fortalecido, y constituye crecientemente la principal fuerza revolucionaria y de progreso en el país.
        Aparte del impacto que tiene sobre la clase obrera, más arriba detallado, el desarrollo del capitalismo en Chile, durante los últimos años, ha significado la ruina o la expoliación de cientos de miles de pequeños productores, así como de miles de burgueses pequeños y medios, a manos de los monopolios;  acentuando de esta manera, más que nunca, la contradicción principal de la sociedad Chilena : la que enfrenta a la oligarquía financiera, aliada al Imperialismo, con el resto del país
        A pesar de su derrota, el Gobierno Popular removió los grandes obstáculos internos que enfrentaba el desarrollo del país : el latifundio y el dominio del capital extranjero sobre las principales industrias. De estas conquistas históricas, una de ellas, la liquidación del latifundio, demostró ser irreversible. El desarrollo capitalista posterior en el campo, del cual se vanagloria la dictadura, es fruto, en primer lugar, de la liquidación del latifundio, empezada bajo el gobierno de Eduardo Frei, y culminada bajo el gobierno de Salvador Allende.
        En cuanto a la segunda conquista histórica del Gobierno Popular, la nacionalización de las principales industrias en poder del capital extranjero, ella parcialmente sigue aún en pie, puesto que la principal industria, el cobre, aún sigue en poder del país. Luego de una década de renovada penetración imperialista, apoyada por una dictadura servil, esta traba al desarrollo, ahora en forma de deuda externa, nuevamente adquirió la preponderancia que tenía antes de la nacionalización del cobre. Recién en 1987, quince años después de la derrota del Gobierno Popular, mediante la desnacionalización del patrimonio chileno que significa el reconocimiento de la deuda externa, y su pago en activos de empresas, el capital extranjero está recuperando el control sobre los medios de producción del país que antes detentó, con lo cual se agravará la traba estructural anotada.
        Por otra parte parece razonable concluir que las tensiones actuales de la economía capitalista mundial, presentes en sus rasgos más profundos en la economía chilena, que necesariamente deberán desembocar en el corto plazo en una crisis , y que requieren en todo caso un período más o menos prolongado de convulsiones para resolverse, apuntan también hacia una barrera estructural que, unida a la renovada presencia imperialista, abre un período de condiciones favorables al cambio social en el país.
        Ello se agudiza hoy frente a la vitalidad renovada que exhibe el socialismo que, habiendo demostrado su superioridad frente al capitalismo, al abolir para siempre  la explotación, la miseria, las crisis, y lograr un crecimiento rápido y estable en beneficio del pueblo, está impulsando profundas transformaciones, que le permitirán enmendar parte de sus problemas económicos específicos, y avanzar hasta equiparar y superar al viejo capitalismo en todos los terrenos.
        Las tensiones económicas inmediatas generadas por la evolución de la coyuntura que pueden servir de apoyo a la evolución del accionar político de las masas, y que son diferentes en el auge o en la crisis, señalan en la actualidad condiciones favorables para la lucha reivindicativa de amplios sectores, especialmente de la clase obrera ocupada.
        El movimiento de las masas, sobre el cual se desenvuelve la acción consciente de los partidos y organizaciones, que interactúan dialécticamente con éste, ha demostrado seguir la misma trayectoria que múltiples dinámicas de la naturaleza, es decir, una trayectoria cíclica en el curso de su ascenso. Desde este punto de vista, luego del salto cualitativo experimentado a partir del 2 y 3 de Julio de 1986, y superado el reflujo subsecuente, el movimiento objetivo de las masas, por el sólo influjo de su propio desarrollo, ascendió aceleradamente en los meses siguientes que culminaron en la victoria plebiscitaria del 5 de Octubre de 1988. Dicha movilización evidenció algunos rasgos nuevos en relación al período anterior. Entre ellos la actividad desplegada de la clase obrera en su núcleo principal, la clase obrera ocupada, y particularmente la de la gran industria. Cabe esperar que al calor del auge económico y la campaña presidencial y parlamentaria en curso, dichas características se acentúen durante 1989.
        La dictadura facista, luego de ser la tabla de salvación del capitalismo en Chile, y un estímulo poderoso para su desarrollo, se ha transformado en una traba, puesto que el odio de las masas hacia Pinochet asume la forma resistencia creciente frente a cualquier medida del Gobierno.
        Las condiciones anteriores configuran el cuadro de las principales condicionantes objetivas de la lucha de clases en Chile, es decir aquellas que van más allá del control consciente de clases o de partidos. Determinada en última instancia por dicho cuadro objetivo, pero con un grado creciente  de influencia sobre el mismo, se desenvuelve activamente, en todos los planos y utilizando las formas de combate, la lucha consciente de los partidos y clases existentes en el país.
Esta lucha consciente decidirá el curso de los acontecimientos en la medida en que las condiciones objetivas vayan madurando hasta posibilitar puntos de ruptura. De las dos clases principales, será aquella que despliegue mayor habilidad y organización en el curso de la lucha desplegada la que se asegure la victoria. La comprensión científica de la evolución del capitalismo en el país constituye un elemento más para mejorar la capacidad de combate de la clase obrera.
        La cadena de paises del sistema mundial del imperialismo se encuentra sometida a grandes tensiones. Hay abundantes razones para pensar que Chile puede ser uno de sus eslabones más débiles. La clave para que estas condiciones objetivas se transformen en posibilidad real de cambios está en la lucha que sea capaz de desplegar la clase obrera, consciente que el capitalismo, por grandes que sean las contradicciones que genera su desarrollo, "no caerá si no se lo hace caer".

Una Economía Democrática para la Transición y Después

El desarrollo del presente trabajo hasta este punto puede haber sorprendido a más de un lector, puesto que en el mismo se cuestionan una serie de concepciones del sentido común izquierdista tradicional de nuestras latitudes subdesarrolladas.
El trabajo afirma categóricamente, por ejemplo, la posibilidad del desarrollo del capitalismo y la burguesía nacional en un país subdesarrollado y crecientemente dependiente del imperialismo, como es Chile.
Tales concepciones, por otra parte, no son sino el reflejo teórico de la evidencia del desarrollo capitalista del país en el período reciente.
El impacto teórico de estas concepciones, sin embargo, aunque polémico y novedoso en un país subdesarrollado, no contiene novedad especial en relación  a la teoría del desarrollo capitalista en general, la que sí se ha enriquecido en el ultimo tiempo, en cambio, con los desarrollos teóricos relacionados con las crisis de largo período, por ejemplo, reflejo teórico, a su vez, de la evolución reciente del capitalismo a escala mundial.
La mayor revolución teórica reciente en el campo de la economía política, sin embargo, está inspirada en un proceso que trasciende las fronteras de la sociedad capitalista : la perestroika del campo socialista.
La asimilación consecuente de las profundas implicancias teóricas de dicho proceso revolucionario en curso en los paises socialistas, junto a la asimilación igualmente consecuente de las transformaciones recientes en la estructura económica de Chile a las cuales está dedicado el presente trabajo,  constituyen un punto de partida indispensable para plantearse el estudio de las formulaciones programáticas que la izquierda propone al pueblo de Chile.
En lo que sigue se presentan algunos elementos que parecen relevantes para iniciar dicho análisis.

Mercado y Propiedad en el Socialismo

Los cambios revolucionarios que tienen lugar en la actualidad en los paises socialistas no pueden ser abordados cientificamente, desde el punto de vista del marxismo, sin referirse a las bases económicas que los sustentan.  A su vez, el estudio de la Perestroika no puede sino partir de las relaciones económicas básicas de toda sociedad, que son las relaciones de propiedad.
Sin embargo, este proceso es un fenómeno concreto, que abarca todos los aspectos de la vida social, principalmente la política, y no puede, de manera alguna, ser reducido a estos aspectos , por determinantes que sean. Desde el punto de vista de los objetivos de este trabajo, sin embargo, dicho plano de análisis, puramente económico, parece suficiente.

Esencia de la sociedad Mercantil en general

Las relaciones de propiedad en el socialismo están determinadas por un rasgo esencial relativamente desdibujado hasta ahora en el análisis teórico de este modo de producción y que la perestroika ha puesto de relieve de manera dramática: el carácter mercantil del socialismo.
Un rasgo esencial de la sociedad mercantil en general es que en la misma el carácter social de la producción se impone de manera indirecta a los productores.
Como es sabido, en toda sociedad la producción tiene carácter social, es decir, los hombres no producen para sí mismos, sino para otros. Este hecho, sin embargo, no es evidente para los productores mercantiles en general. Ellos no producen para otros directamente, sino que producen para el mercado. No saben para quien producen. Simplemente lo hacen para la venta y el mercado les señala si su producción fue útil, según se venda o no se venda.
Los límites de las sociedades primitivas estaban restringidos a la tribu.  En esas micro-sociedades la producción era directamente social, es decir, los productores sabían para quien producían y conocían con exactitud, hasta qué punto se requerían sus  productos.
En dichos sistemas no existían mercancías, simplemente productos. No se transferían valor ni dinero. Aunque se producía para otros, las cosas no se vendían ni se intercambiaban. Simplemente se producían y distribuían colectivamente. En las tribus predominaba el comunismo primitivo.
En la sociedad feudal, por su parte, "precisamente por tratarse de una sociedad basada en los vínculos personales de sujeción, no es necesario que los trabajos y los productos revistan en ella una forma fantástica …[es decir, la forma de mercancías]…distinta de su realidad. Aquí, los trabajos y los productos se incorporan al engranaje como servicios y prestaciones. Lo que constituye la forma directamente social del trabajo es la forma natural de éste, su carácter concreto, y no su carácter general, como en el régimen de producción de mercancías " (los comentarios entre […] son nuestros) [249].

Otro ejemplo dado por Marx acerca de la producción no mercantil, es decir, directamente social, se refiere a la economía campesina : " Para estudiar el trabajo común, es decir, directamente socializado, no necesitamos remontarnos a la forma primitiva del trabajo colectivo que se alza en los umbrales históricos de todos los pueblos civilizados. La industria rural y patriarcal de una familia campesina, de esas que producen trigo, ganado, hilados, lienzo, prendas de vestir, etc., para sus propias necesidades, nos brinda un ejemplo mucho más al alcance de la mano. Todos esos artículos producidos por ella representan para la familia otros tantos productos de su trabajo familiar, pero no guardan entre sí relación de mercancías"   [250].
Algo parecido ocurre hoy cotidianamente con los productos y servicios que diferentes miembros de una familia, principalmente las mujeres, producen para el consumo de los demás miembros. La esposa no vende al marido ni a los hijos los alimentos que produce, ni tampoco el aseo o el ornato que realiza. El hecho de que se contrate a una empleada doméstica para estos menesteres no cambia la cosa, puesto que a ésta se le compra su fuerza de trabajo, y no los productos que cocina o los servicios que desempeña. El marido o los hijos tampoco venden a los restantes miembros de la familia los escasos trabajos hogareños que realizan.
Estos productos y servicios por lo tanto no tienen valor, no son mercancías, aunque no se diferencien físicamente en nada de otros similares que se adquieren en el mercado, en un restaurant o en un hotel, por ejemplo, que son mercancías con todas las de la ley.
La razón es que como en la tribu, al interior de la micro-sociedad "familia", la producción es "social": se sabe para quien se produce y las necesidades se imponen directamente al productor. La esposa sabe exactamente que el aseo que realiza o la comida que prepara atienden necesidades "sociales" al interior de la micro-sociedad "familia", y produce para satisfacer esas necesidades precisas, no para vender en el mercado.
Marx señala que la producción mercantil se inicia, en la historia, no al interior de las comunidades primitivas, sino con el intercambio entre comunidades lejanas.  Es decir, el nacimiento de las mercancías, y del valor está asociado precisamente al momento en que la producción se hace indirectamente social, es decir, cuando los productores dejan de conocer el destino preciso de su producto.  El mercado es el mecanismo mediante el cual la sociedad mercantil, es decir, aquella donde la producción es indirectamente social, afirma al productor, en forma positiva o negativa, el carácter social de su producción.
Cuando el productor puede vender en el mercado su producto a buen precio, está recibiendo del resto de la sociedad la señal de que dicho producto es socialmente útil. Si, por el contrario, no puede venderlo, o sólo lo hace a un precio inconveniente para él, quiere decir que su producto no es socialmente útil. Esto ocurre por mala calidad, alto costo del producto o producción en exceso, entre otras razones.
La base de la producción mercantil es, entonces, en general, la división social del trabajo "condición de vida de la producción de mercancías, aunque ésta no lo sea, a su vez de la división del trabajo. Así, por ejemplo, la comunidad de la India antigua, supone una división social del trabajo, a pesar de lo cual los productos no se convierten allí en mercancías. O para poner otro ejemplo más cercano a nosotros : en toda fábrica reina una división sistemática del trabajo, pero esta división no se basa en el hecho de que los obreros cambien entre sí sus productos individuales" (destacado en el original)[251].
Condición indispensable para la existencia de la producción mercantil, es lo que Marx formula de la siguiente manera: "Sólo los productos detrabajos privados independientes los unos de los otros pueden revestir en sus relaciones mutuas el carácter de mercancías "  (destacado en el original) [252].
Desarrollo de la sociedad mercantil
Mucha gente identifica la producción mercantil en general con la forma particular de producción mercantil predominante en la actualidad : la producción mercantil capitalista. Grandes responsables de este error son los economistas burgueses, para quienes en la historia sólo ha existido y existirá este tipo de producción. No es raro que así piensen, puesto que para ellos es difícil aceptar que la producción capitalista no ha sido ni será eterna, sino muy efímera.
Por ello su propaganda insiste sobre este punto, y permanentemente confunde las cosas presentando cualquier producción mercantil como producción capitalista. Para ellos es tan capitalista un campesino independiente que trabaja con sus familiares como un empresario agrícola que ocupa cientos de trabajadores, un propietario de taxi y un enorme grupo económico que ocupa a miles de asalariados.
Por otra parte, frente a la evidencia de que una mitad de la humanidad produce al modo socialista, niegan el carácter mercantil de dicho modo de producción, hablando de "economías centralmente dirigidas".  Cuando estas economías reafirman su carácter mercantil, las acusan de estar regresando al capitalismo.
Independientemente de la propaganda burguesa,  no es raro que se encuentre muy difundida la idea de que sólo existe la producción mercantil bajo el capitalismo, puesto que tal es hoy la forma predominante en muchas sociedades.
Además, el carácter mercantil de la sociedad socialista ha sido confusamente velado por las formas concretas que, hasta ahora, habían adoptado estas sociedades, así como también en el reflejo teórico de dichas realidades en las concepciones predominantes hasta ahora en la economía política del socialismo.
Marx dilucidó, hace tiempo , el enigma teórico de la producción capitalista. Develó las diferencias entre la producción mercantil en general y la producción mercantil capitalista, demostró como, en la historia, la producción mercantil existió, por muchos siglos antes de la aparición histórica de la producción mercantil capitalista, bajo la forma de producción mercantil simple. Esta última se mantiene como tal también en los poros de la producción mercantil capitalista de nuestros días.
Fin de la Sociedad Mercantil y Paso al Comunismo
Marx sentó también las bases teóricas de la desaparición de la producción mercantil en general en la sociedad comunista, donde están creadas las bases materiales para que la producción recupere su carácter directamente social.  Por ello en el comunismo la humanidad se liberará para siempre del fetichismo de la mercancía, es decir, de la necesidad de atribuir a las cosas un valor, que en el fondo representa el trabajo de sus productores, quienes no los intercambian directamente, sino sólo a través del mercado.
En la sociedad comunista  - porque en ella la producción volverá a ser directamente social -  desaparecerá el mercado porque ya no será necesario. Desaparecerá también el valor de las mercancías y el oro, por sus características técnicas, se utilizará probablemente, como dice Lenin, para fabricar urinarios.  Se tratará de"una asociación de hombres libres que trabajen con medios colectivos de producción y que desplieguen sus numerosas fuerzas individuales de trabajo , con plena conciencia de que lo hacen, como  una gran fuerza de trabajo social…La forma del proceso …material de producción, sólo se despojará de su halo místico cuando ese proceso sea obra de hombres libremente socializados y puesta bajo su mando consciente y racional. "  (destacado en el original) [253]

Habrá llegado entonces la hora final de la producción mercantil en general, " Más, para ello, la sociedad necesitará contar con una base material o con una serie de condiciones materiales de existencia, que son, a su vez fruto natural de una larga y penosa evolución "  [254].
Ha sido frecuente identificar las bases materiales del comunismo exclusivamente con una productividad del trabajo extremadamente elevada, que permitirá a los hombres satisfacer sus necesidades materiales con muy poco trabajo. Gracias a ésta habrá terminado el reino de la necesidad para dejar paso al reino de la libertad, la distribución dejará de regirse por el principio de "a cada cual según su trabajo"  y se guiará por la consigna de "a cada cual según su necesidad".
Es difícil imaginar la desaparición del mercado, es decir, el imperio a escala nacional y mundial de la producción directamente social, sin un inmenso desarrollo de las fuerzas productivas, y por lo tanto sin que la productividad del trabajo sea extremadamente elevada. Pero la esencia del mercado, y por lo tanto de su desaparición, no está ligada directamente a la productividad del trabajo. Lo que ocurre, en cambio, con los principios distributivos en el socialismo. En el caso del mercado, su nacimiento y desaparición están determinados por la forma indirecta o directa en que el carácter social de la producción se impone a los productores.
Es así como han existido y existen sociedades no mercantiles allí donde la productividad del trabajo es extremadamente baja, como son los ejemplos señalados, de la sociedad comunista primitiva, la sociedad feudal o la economía campesina.
Nadie puede sostener que el mercado desaparecerá antes que el "reino de la necesidad", pero sí se puede afirmar que son momentos de naturaleza diferente, uno ligado al carácter directamente social de la producción y el otro a la productividad del trabajo. Si lo primero es requisito para lo segundo, es decir, si la desaparición del mercado es condición para el comunismo, no ocurre lo contrario, es decir, el comunismo no es condición para la desaparición del mercado.
Puede afirmarse, incluso en relación al mercado y al socialismo algo análogo a la teoría leninista de la extinción del Estado: en el socialismo, a raíz de la socialización de los principales medios de producción, el mercado comienza a extinguirse en un proceso que puede durar un largo período.
Es interesante hacer notar que uno de los aspectos más relevantes de la revolución tecnológica actual dice relación con el manejo de la información. Los sistemas computacionales permiten hoy, por ejemplo, la coordinación estrecha de gigantescos complejos productivos, de manera que cada componente de éstos se programa para atender demandas específicas de los demás, en lugar de producir a ciegas, para el mercado.
Un cliente de cualquier parte del mundo que coloca un pedido por un computador a IBM, por ejemplo, pone en acción todo el proceso requerido para que dicho computador sea producido y sus componentes adquiridos o producidos en forma directamente social, en el ámbito "restringido" de la gigantesca compañía IBM. Todo el proceso se realiza a sabiendas de que dicho computador está destinado al cliente que ingresó el pedido referido.
Es perfectamente concebible que en un tiempo relativamente breve la economía entera esté coordinada mediante un gigantesco sistema de información, que permitirá ligar crecientemente la producción de cada sección, de cada empresa, de cada complejo industrial, directamente con las de otros, y todas ellas con la demanda final.   De esta manera, las bases materiales para una producción directamente social, y por lo tanto para la desaparición del mercado, se desarrollan aceleradamente en el mundo actual.  Sin embargo, también es cierto que este carácter crecientemente social de la producción enfrenta una complejidad cada vez mayor de la misma.
Esta se debe, por una parte, a la variedad cada vez mayor de los productos y, por otra , a la tendencia a la miniaturización y flexibilización de la unidades productivas. En otras palabras, es mucho más complejo programar la producción de cientos de miles de artículos diferentes la que de unos pocos, y es más complejo también, programar un centro de manufactura flexible que una empresa con una línea de producción y montaje rígida.
La mayor complejidad de la producción actúa como contratendencia frente a los avances en la capacidad de planificación directa de la producción, y esta contratendencia, en ocasiones, por períodos, y en determinados planos, se impone a la tendencia principal.
En otras palabras, el avance tecnológico en cuanto a la capacidad de planificar la producción social, en la creación de las condiciones para una producción directamente social, o hacia la creación de la base material para la desaparición del mercado, no es un proceso lineal. Por el contrario, se desarrolla, como la mayoría de los procesos, en medio de un juego de tendencias y contratendencia, de avances y retrocesos.
Evidentemente es más difícil planificar una sociedad compleja como la actual, que lo que era planificar la economía en la primera mitad del siglo, donde predominaba la rigidez de la producción en serie, era poca la variedad de productos, y se requería concentrar recursos relativamente escasos en la habilitación de grandes proyectos de infraestructura, represas, carreteras e industrias básicas.
En aquel período  la participación del estado en grandes proyectos, la capacidad de fijar precios y establecer cuotas, en una palabra, las posibilidades de dirección central de la economía, tanto en el socialismo como en el capitalismo, eran mayores que lo que son en la actualidad, en muchos aspectos.
La reestructuración general de la economía mundial, producto de los cambios tecnológicos que están teniendo lugar, los cambios en la productividad del trabajo, que exigen redislocaciones mundiales de ejércitos de trabajadores, entre las diferentes ramas productivas y al interior de cada rama, la flexibilización de las unidades productivas y la multiplicación de la variedad de los productos son factores que tornan extremadamente complejo el momento actual, desde el punto de vista de la capacidad de planificar directamente el mismo.
Todo esto se encuentra en la base de la tendencia actual a la reafirmación del mercado en todo el mundo. Esta, tanto en la economía capitalista como en la socialista, no es sino el reflejo del juego de tendencias y contratendencias.  No cabe confundirse, sin embargo, en lo que respecta a la tendencia general que consiste en la socialización creciente de las fuerzas productivas, cuestión que también se impone en la actualidad, en el sentido del entrelazamiento creciente de la producción a nivel local y mundial.
A consecuencia de lo anterior, la tendencia general es, también, hacia una producción cada vez más directamente social. es decir, no sólo la producción es cada vez más entrelazada, sino que también cada vez más se impone la posibilidad, y la necesidad, de que dicho entrelazamiento sea  consciente, y no se imponga ciegamente por medio del mercado.
Apuntan en la dirección de la producción social, los gigantescos avances en las técnicas de manejo de información y de planificación, así como en las capacidades de comunicación.  Estos avances están imponiendo, principalmente cambios en los métodos de planificación alinterior de las grandes corporaciones capitalistas, o en los grandes complejos socialistas. Al mismo tiempo el mercado se impone alexterior de dichos conglomerados, así como para todo el resto de la producción mercantil a escala menor, la que, a su vez, adquiere un renovado estímulo mientras los grandes conglomerados crecen hasta alcanzar magnitudes sin precedentes,

A través de este proceso lleno de sinuosidades y que se mueve en oleadas, se va imponiendo el carácter directamente social de la producción..
Este, por una parte, y la posibilidad de hacer de la producción algo directa o conscientemente social  - que es una consecuencia, aunque no mecánica, de lo anterior - chocan con el carácter privado de la apropiación capitalista, aunque ello ocurre también en diversos grados en los diferentes momentos del proceso.
Forma y Esencia del Socialismo Real
Como consecuencia de lo anterior, mucho antes de que llegue la hora final de la sociedad mercantil en general, es decir, antes que se crearan las condiciones para que la producción sea consciente o directamente social, en diferentes momentos y para diferentes sociedades, a partir de la revolución de Octubre, ha ido llegando su hora al modo mercantil capitalista de producción.  En su reemplazo se ha instalado, adoptando formas históricas concretas, la sociedad mercantil socialista.  Su nacimiento se produce en un momento en que son elevadas las posibilidades de la producción directamente social.
La guerra mundial y la movilización militar de la sociedad, por ejemplo, crearon momentos de gran centralización de la producción, la que, por lo mismo, se simpificaba al máximo. La escasa variedad de productos y el predominio de formas productivas relativamente rígidas, como la producción en serie, la tecnología de las grandes plantas, de la industria pesada o las grandes obras de infraestructura, contribuyen durante un largo período a facilitar la dirección consciente, centralizada, directamente social, de la economía.
Todo ello crea bases materiales para que las formas históricas que adopta inicialmente la sociedad socialista, desde su nacimiento mismo como comunismo de guerra, encubran casi completamente el carácter necesariamente mercantil de dicha forma de producción.
Junto a ello, la novedad del socialismo, los ensayos iniciales del comunismo de guerra, la brevedad de los reacomodos posteriores del período de la NEP, y sobretodo las condiciones políticas de la etapa estalinista, hicieron que, durante un largo período, también en la teoría económica del socialismo su carácter mercantil quedase relegado a un segundo plano, y aún cuando es siempre reconocido formalmente, no se saquen consecuentemente todas las conclusiones teóricas de tal afirmación.
Se hace necesaria la crisis actual de la economía socialista para que el carácter escencialmente  mercantil  de este modo de producción(*) se abra paso con nitidez hacia la superficie, rompiendo las envolturas que, habiendo sido adecuadas a un período histórico, no lo eran más.
Las viejas formas económicas de la sociedad socialista, cuyo valor no puede ser menospreciado, considerando que abrieron paso a la sobrevivencia y desarrollo de esa sociedad , representaban su contenido esencial de manera transfigurada, como su contrario.
La teoría económica del socialismo en su versión oficial, - y en esto tal vez es justa la opinión de quienes cuestionan su carácter científico hasta ahora - no pareciera haber sido capaz de develar la esencia oculta tras estas formas, limitándose a la descripción del fenómeno concreto, tal como éste se representaba en la mente de sus conductores y no a desentrañar sus leyes esenciales.
Desde el punto de vista de los observadores lejanos y menos informados del socialismo, su esencia se confundió inevitablemente en alto grado con la forma histórica concreta que el socialismo adquirió, y las leyes que aparecían rigiendo las sociedades socialistas concretas y reales se confundieron inevitablemente con las leyes generales, es decir esenciales, del socialismo.
La necesidad de que la sociedad socialista actual sea una sociedad mercantil, deriva directamente de que aún falta mucho trecho al desarrollo de las fuerzas productivas para que se alcance el punto en que la producción pueda ser directamente o conscientemente social.
En este sentido, el que el socialismo sea una sociedad mercantil, a diferencia del comunismo que inevitablemente le seguirá, es fruto del relativo retraso en que aún se desenvuelven las fuerzas productivas las que, a pesar de todo su inmenso desarrollo y socialización, aún no permiten a los productores saber exactamente para quien producen.
La reiteración de las bondades del socialismo real no sirve para que éste demuestre su superioridad sobre el capitalismo mediante la única forma posible: superándolo efectivamente.  Tampoco es suficiente para plantear a la sociedad chilena un camino hacia el socialismo que sea capaz de conquistar la hegemonía, es decir, la dirección por la razón además de la fuerza, de los vastos sectores sociales, intelectuales y políticos que necesariamente deberán concurrir para hacer realidad dicho proyecto.
Tampoco basta la reiteración de las conquistas históricas del socialismo real para salir al paso a las "lecturas" de derecha de los procesos que hoy tienen lugar en esas sociedades.
Sólo es posible extraer lecciones "de izquierda" de la Perestroika, es decir conclusiones que no renieguen teoricamente de lanecesidad de la revolución socialista y la dictadura del proletariado, en la medida que se profundice sin temor hasta la esencia de los fenómenos que hoy sacuden el socialismo.
Sólo así será posible argumentar con fuerza acerca de la superficialidad de determinados enfoques, parciales e interesados, de estos fenómenos, que pretenden utilizar alguna evidencia de los mismos para justificar posiciones políticas reformistas.
Son, precisamente el cariño y la admiración por la audacia histórica del pueblo soviético que se lanzó sólo y exitosamente a la conquista del cielo, por sus sacrificios y sus logros en favor de toda la humanidad, lo que nos exige mirar con respeto la profundidad con que ellos mismos enfrentan hoy, llenos de renovado espíritu revolucionario, la lucha de lo viejo contra lo nuevo, también en la sociedad socialista.

Rasgos de la Sociedad Mercantil

Algunas conclusiones evidentes sobre el carácter mercantil del socialismo apuntan a la revalorización del rol que deben jugar en dicha sociedad los rasgos esenciales de la sociedad mercantil en general, como la ley del valor, la competencia, el intercambio o el mercado como mecanismo de asignación de recursos.
En cuanto a la ley del valor, lo más significativo desde el punto de vista de la forma es, tal vez, el rol de los precios. En efecto, la necesidad que éstos reflejen efectivamente el valor de las mercancías  - más bien sus precios de producción -   aparece como una conclusión evidente. Ello cuestiona en su base misma las concepciones tradicionales que identificaban la sociedad socialista con la fijación arbitraria de los precios.
Todo lo relacionado con el dinero, la vigencia reiterada de las leyes cuantitativas del mismo, tanto en su esencia como en su forma de papel moneda o dinero crédito, lo que en lenguaje cotidiano se expresa como la vigencia de los llamados equilibrios macroeconómicos, recobra el nivel teórico que corresponde. Aunque dichas formulaciones han sido respetadas en general rigurosamente en el socialismo real, no aparecen fijadas de manera muy firme en la conciencia del sentido común izquierdista de estas latitudes.
El rol de la competencia, como sano mecanismo de la sociedad mercantil en general, y por lo tanto de la sociedad socialista, se abre paso rompiendo toda una serie de esquemas mentales más propios del socialismo utópico que del socialismo científico.
La vigencia real de los principios de distribución propios de la sociedad mercantil en general, basados en el intercambio de equivalentes, adquiere su nivel adecuado en la nueva concepción del socialismo que se abre paso.  La abolición de las formas capitalistas que adopta la distribución basada en el intercambio de equivalentes, en que es el capitalista quien se apropia del equivalente del valor creado por sus obreros, dejando para estos sólo el equivalente al valor de su fuerza de trabajo, no significa el reemplazo de estas formas por otras basadas en el igualitarismo.
Por el contrario, la vigencia real, y no formal, del principio socialista de distribución basado en el intercambio de equivalentes: en la forma de las consignas marxistas ahora subrayadas de modo especial por la Perestroika ¡A cada cual según su trabajo ! ¡El que no trabaja no come! adquiere toda su vigencia y justicia en una sociedad en que todavía reina la desigualdad, pero no la desigualdad capitalista, basada en la explotación, sino la que se basa en la desigualdad de los trabajos.
Estas cuestiones, son relevantes y extraordinariamente clarificadoras para el pensamiento socialista, cuando llega el momento de proponer un modelo de sociedad.  Todo es insuficiente, sin embargo, si no se va al fondo del asunto. Y éste no puede ser otro que la relación económica básica, que es la relación de propiedad.

La Propiedad Adecuada  a la Producción Mercantil

La forma de propiedad adecuada a la producción mercantil en general es la propiedad privada de los poseedores de las mercancías: "Las mercancías no pueden acudir ellas solas al mercado, ni cambiarse por sí mismas. Debemos pues volver la vista a sus guardianes, a los poseedores de mercancías…para que éstas…se relacionen las unas con las otras como mercancías, es necesario que sus guardianes se relacionen entre sí como personas cuyas voluntades moran en aquellos objetos, de tal modo que cada poseedor de una mercancía sólo puede apoderarse de la de otro por voluntad de éste y desprendiéndose de la suya propia; es decir, por medio de un acto de voluntad común a ambos. Es necesario, por consiguiente, que ambas personas se reconozcan comopropietarios privados " (destacado en el original)[255].
La afirmación anterior ha sido repetida por décadas en todos los cursos de economía política del mundo, y corresponde a la sección primera de El Capital. Sin embargo, ha sido necesaria la Perestroika,  para parar mientes en que dicha afirmación de Marx es válida para la producción mercantil en general. Esto significa, ni más ni menos, que la forma de propiedad adecuada a la producción mercantil simple y a la producción mercantil capitalista es también la adecuada a la producción mercantil socialista, y esta no es otra que la  propiedad privada de los productores de mercancías.
Tal afirmación contradice en forma flagrante lo que hasta ahora el sentido común ha considerado la esencia de la economía socialista: la propiedad estatal de los medios de producción.  Esta no es tal esencia, sino la forma histórica predominante adoptada por lapropiedad privada de los productores de mercancías, bajo el socialismo.
Además, como ocurre con otras formas en relación al contenido,  bajo la forma "propiedad estatal de los medios de producción" , la esencia mercantil "propiedad privada de los poseedores de las mercancías" aparece ante la conciencia de miles de teóricos y millones de personas precisamente como su contrario, es decir, como la ausencia de propiedad privada sobre los medios de producción.
Es conocido el clásico texto en que Marx presenta el desarrollo histórico de la propiedad en la sociedad mercantil, bajo el impulso de la socialización creciente de las fuerzas productivas :
"…[El régimen de pequeña producción mercantil]…supone la diseminación de la tierra y de los demás medios de producción. Excluye la concentración de éstos, y excluye también la cooperación, la división del trabajo dentro de los mismos procesos de producción, la conquista y regulación social de la naturaleza, el libre desarrollo de las fuerzas sociales productivas. Sólo es compatible con los estrechos límites elementales, primitivos, de la producción y la sociedad. Querer eternizarlo equivaldría…a 'decretar la mediocridad general'. Al llegar a cierto grado de progreso, él mismo alumbra los medios materiales de su destrucción…Su destrucción, la transformación de los medios de producción individuales y desperdigados en medios sociales y concentrados de producción, y, por lo tanto, de la propiedad raquítica de muchos en propiedad gigantesca de pocos…esta espantosa y difícil expropiación de la masa del pueblo, forma la prehistoria del capital…Una vez que el régimen capitalista de producción se mueve ya por sus propios medios, el rumbo ulterior de la socialización del trabajo…y por lo tanto la marcha ulterior de la expropiación de propietarios privados, cobra una forma nueva. Ahora, ya no se trata de expropiar al trabajador independiente, sino de expropiar al capitalista explotador de numerosos trabajadores…Esta expropiación la lleva a cabo el juego de las leyes inmanentes de la propia producción capitalista, la centralización de los capitales…Paralelamente con esta centralización del capital se desarrolla en una escala cada vez mayor la forma cooperativa del proceso de trabajo, la aplicación técnica consciente de la ciencia, la explotación sistemática y organizada de la tierra, la transformación de los medios de trabajo en medios de trabajo utilizables sólo colectivamente, la economía de todos los medios de producción al ser empleados como medios de producción de un trabajo combinado, social, la absorción de todos los paises por la red del mercado mundial y, como consecuencia de esto, el carácter internacional  del régimen capitalista. Conforme disminuye el número de magnates que usurpan y monopolizan este proceso de transformación, crece la masa de la miseria, de la opresión, del esclavizamiento, de la degeneración, de la explotación; pero crece también la rebeldía de la clase obrera, cada vez más numerosa y mas disciplinada, más unida y más organizada por el mecanismo del mismo proceso capitalista de producción. El  monopolio del capital se convierte en grillete del régimen de producción que ha crecido con él y bajo él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatible con su envoltura capitalista. Esta salta hecha añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados "(subrayado en el original, los comentarios entre […] son nuestros) [256].
Sin embargo, hasta ahora no parecen haberse sacado a fondo las conclusiones necesarias del hecho de que, los trabajadores no hayan esperado, y seguirán negándose a esperar, la hora final de la sociedad mercantil, para hacer sonar la hora final de la propiedad privada capitalista. Marx aparentemente sí lo previó, y por ello concluye su desarrollo histórico de la propiedad mercantil de la manera siguiente :
"El sistema de apropiación capitalista que brota del régimen capitalista de producción, y por lo tanto la propiedad privada capitalista, es la primera negación de la propiedad privada individual, basada en el propio trabajo. Pero la producción capitalista engendra, con la fuerza inexorable de un proceso natural, su primera negación. Es la negación de la negación. Esta no restaura la propiedad privada ya destruida, sino una propiedad individualque recoge los progresos de la era capitalista : una propiedad individual basada en la cooperación y en la posesión colectiva de la tierra y los medios de producción producidos por el propio trabajo(subrayado en el original) [257].
Es esta propiedad individual basada en la posesión colectiva la que Marx define como propiedad social.  Basada en la cooperación esta es la forma que históricamente adoptó, hasta ahora, en el socialismo, predominantemente la forma de propiedad estatal, erróneamente confundida por muchos con la esencia del socialismo.
 Es esta propiedad individual la que ahora impone su necesidad también en la sociedad mercantil socialista cuando, al definir la esencia de la perestroika, M. Gorbachov recuerda que: "…la propiedad socialista tiene un rico contenido, incluye un polifacético sistema de relaciones en la utilización de los medios y resultados de la producción y en la distribución de los frutos entre los hombres, las colectividades, las ramas y regiones del país, todo un abanico de intereses económicos. Este complicado conjunto de relaciones exige una combinación determinada y una regulación permanente, tanto más por cuanto se haya en movimiento. Sin comprender en profundidad dichos cambios en el plano teórico, tampoco podremos encontrar soluciones prácticas acertadas y, por consiguiente, elaborar a tiempo medidas para formar la actitud de dueño auténtico respecto a la propiedad socialista" [258] .
Cabe preguntarse entonces:  Si no son ni la propiedad estatal de los medios de producción ni la ausencia del mercado, rasgos esenciales del socialismo, ¿ en que consiste entonces la esencia del socialismo, desde el punto de vista económico?  La respuesta es conocida, pero no está de más reafirmarla: el socialismo es una sociedad en que los expropiadores han sido expropiados, donde no hay burguesía, no existe una clase que se apropia del trabajo de otra en virtud del monopolio que ejerce sobre la propiedad de los medios de producción, no existe otra clase obigada a vender su fuerza de trabajo porque ha sido expropiada de medios de producción.
El socialismo es económicamente, aquella sociedad donde, precisamente en virtud de la expropiación de los expropiadores, los trabajadores han recuperado la propiedad privada individual sobre los medios de producción, sólo que en una forma adecuada a su explotación en cooperación.
Plan y Mercado
La producción mercantil será predominante mientras la humanidad esté condenada a que el carácter social de su producción se le imponga de manera indirecta a los productores. Por eso mismo éstos serán durante todo ese período histórico productores privados que actúan en forma independiente.
El paso de la producción indirectamente social a la directamente social no se produce en un instante, sino que abarca un largo período histórico. Gradualmente, y no en forma lineal, sino de manera sinuosa, con avances y retrocesos, cambiando de calidad por acumulación de cambios de  cantidad, la producción se va haciendo cada vez más directamente social y la sociedad mercantil se va extinguiendo.
Dicho proceso está determinado por el desarrollo de las fuerzas productivas, y en este sentido es hasta cierto punto independiente del régimen social imperante, pero choca constantemente con las viejas relaciones de producción capitalistas, y es impulsado por la revolución socialista, sin perjuicio de que determinadas formas de las relaciones socialistas de producción se hayan transformado, en cierto momento en un freno a este mismo desarrollo.
El grado objetivo en que la producción es directamente social en que objetivamente deja de ser mercantil, determina el dominio del plan sobre el mercado, o viceversa, y también el que la propiedad estatal sea dominante sobre la privada de los productores, es decir de los trabajadores.
Tal grado variará de una a otra rama de la economía, de uno a otro momento en el desarrollo de las fuerzas productivas, siguiendo en general un curso ascendente.  Como se ha dicho, éste no excluye retrocesos más o menos pronunciados y si se quiere, tiene relación con el desarrollo del grado de monopolio.
Desde el punto de vista concreto, además, debe tenerse siempre presente que la política, como " expresión concentrada de la economía", es en definitiva determinante para definir las formas que adquiere la propiedad en cada proceso revolucionario concreto.
La necesidad de afirmación del poder proletario, la desesperada resistencia que la burguesía, opone a la revolución y la actitud del imperialismo ante el proceso revolucionario, son factores que muchas veces han determinado, y determinarán en el futuro que el grado de propiedad estatal sobre los medios de producción sea elevado, especialmente durante el período de consolidación del nuevo régimen.
Frente a tal necesidad histórica, ninguna teoría mercantil puede oponerse. El movimiento de las leyes esenciales del socialismo, sin embargo, determinará necesariamente que, tarde o temprano, las formas históricas deban adecuarse a sus exigencias generales.

Reformas Democráticas en el Capitalismo y Avance hacia la Revolución Socialista

La nueva comprensión de las leyes económicas del socialismo, y del rol de la propiedad en dicha sociedad, abren campo a las fuerzas populares en sus luchas por la conquista de reformas democráticas en el capitalismo que permitan avanzar hacia la revolución socialista.
En general, el carácter de la revolución en nuestro país, está determinado por la contradicción económica principal de esta sociedad, que es la que se da entre el gran capital financiero, nacional y extranjero, y el resto de la sociedad.
A partir de dicha contradicción, la revolución chilena tiene un carácter democrático, antiimperialista y antioligárquico, entendida la oligarquía en su acepción puramente capitalista, es decir, oligarquía financiera.[259]
La contradicción democracia-dictadura, expresa el conflicto entre la base económica y una superestructura no adecuada a ella. Esto se ha acentuado en la medida en que la dictadura se ha prolongado mucho más allá del tiempo en que esta fue la forma de dominio útil a los intereses del imperialismo y la oligarquía.
De allí que a la alianza antidictatorial concurran hoy, junto a las fuerzas antiimperialistas fracciones del imperialismo, y junto a las fuerzas antioligárquicas, incluso algunas fracciones del propio capital financiero, que comprenden que la dictadura facista, como forma de gobierno, ya no es adecuada para el propio desarrollo capitalista.  Por eso, las posibilidades de transitar en un proceso único desde la revolución antifascista a la revolución antiimperialista y antioligárquica estarán determinadas por el grado de conducción que las fuerzas populares alcancen sobre el movimiento antifascista.
Parte importante de la táctica para avanzar en la dirección del movimiento corresponderá al programa que impulsan las fuerzas populares. Dicho programa debe ser lo suficientemente amplio como para abarcar a todas las fuerzas antifascista, y a la vez lo suficientemente avanzado como para plantear reformas que permitan profundizar el proceso en la dirección de la revolución antiimperialista y antioligárquica.

Democratización de la Economía

El análisis del mercado y de la propiedad en el socialismo ha mostrado que, en esencia, ésta es una sociedad mercantil en que los productores directos, es decir los obreros, luego de expropiar a los capitalistas, han recuperado la propiedad individual sobre sus medios de producción, sólo que bajo formas adecuadas a su explotación colectiva.
La propiedad social, definida como propiedad individual basada en la posesión colectiva y en la cooperación, aparece como un concepto muchísimo más rico y multifacético que la pura propiedad estatal, que aparecía hasta hace poco como su forma única.  Tal concepción de la propiedad social, unida a la idea de que la sociedad socialista es, cabalmente, una sociedad mercantil no capitalista, ofrece una gama muy amplia de posibilidades para el planteamiento de reformas económicas al capitalismo que avancen en la perspectiva de la sociedad socialista.
Incluso posible concebir que gérmenes de propiedad social aparezcan ya en el seno del capitalismo. Algunas formas cooperativas, o de amplia participación de los trabajadores en la propiedad de las empresas donde laboran se dan en el capitalismo, pero constituyen diferentes alternativas de propiedad social.
En la actualidad, en el seno del propio capitalismo se reconoce la necesidad de avanzar hacia formas que involucren una amplia participación de los trabajadores en la gestión de sus empresas, tanto a nivel de sus grupos de trabajo, como a nivel de departamentos y de la empresa en general.
Los salarios también está sufriendo transformaciones bajo el capitalismo, y en la actualidad se promueven formas salariales que contemplan partes asociadas a la productividad del grupo de trabajo y a la rentabilidad de la empresa.  Estos tipos de participación tienen su correlato en los intentos capitalistas de hacer participar a los trabajadores en la propiedad de las empresas, mediante la venta de acciones a sus empleados a cambio de sus fondos de retiro acumulados por éstos.
En el caso de EEUU en la actualidad, tales formas involucran a una cantidad de trabajadores que ha crecido de cuatro a doce millones de trabajadores entre 1982 y 1989, y a un número de empresas que ha aumentado de 6,000 a 10,000, aproximadamente, en el mismo período. Algunas de estas empresas son tan importantes como AVIS, Procter &Gamble, TEXACO, Polaroid. Los patrimonios en poder de trabajadores llegan a los 1,750 millones de dólares en el caso de AVIS, que pertenece en un 100% a sus trabajadores.
Es importante también, el grado de participación formal que tienen que los trabajadores en el patrimonio de las empresas a través de inversiones realizadas por las administradoras de sus fondos de pensiones. En paises desarrollados tales fondos manejan grandes paquetes accionarios. En Chile alrededor de un 7% de la cartera de inversiones de las AFP - varios cientos de millones de dólares -  corresponde a acciones de las empresas.
Ciertamente esta no es la tendencia predominante en el capitalismo, pues, paralelamente al proceso arriba señalado, se ha verificado en estos años un proceso de fusiones de grandes conglomerados jamás experimentado antes por el capitalismo.
Aún así, la propiedad de los trabajadores sobre sus empresas alcanza cifras no despreciables en algunos casos. Por ejemplo, en la compañía de aceros CAP, los trabajadores-accionistas poseen más del 20% de la propiedad de la empresa.
En Chile, el "capitalismo popular", que con justa razón ha merecido el rechazo de los trabajadores, ha sido una gran pantalla para la entrega de importantes empresas y bancos que estaban en poder del estado a los grandes grupos económicos, nacionales y extranjeros.
La forma misma de participación en la propiedad que este sistema ofrece, la tenencia de acciones, oculta además el carácter diferente que tiene la propiedad de un trabajador sobre su empresa en relación a otra empresa, o a otro accionista cualquiera.  Mal puede ser "capitalista" un trabajador  puesto que se estaría explotando a sí mismo.
Es lícito pensar, en cambio, en formas diferentes de participación en la propiedad, por ejemplo, a través del colectivo de trabajadores, en cuanto tales, en la propiedad de su empresa, mientras trabajen en ella. Al ingresar, los trabajadores podrían acceder gradualmente a la propiedad, simplemente mediante sus años de servicio y al retirarse, lograr que la empresa le cancelara su cuota de propiedad, que equivaldría, más o menos, a los actuales fondos de desahucio.  Tales formas de participación podrían transformarse en consignas importantes de las fuerzas populares en el futuro inmediato.
La exigencia de una amplia participación democrática, así entendida, de los trabajadores, en la propiedad, en los resultados y en la gestión de sus empresas, en los diferentes niveles de la misma, recogería las tendencias económicas actuales, y a la vez prepararía el cambio de sociedad.  Este paso implicaría un cambio de calidad, pero para que el mismo se produjese a nivel de toda la sociedad sería necesaria la revolución socialista y la toma del poder por parte de los trabajadores.
Sin embargo, no es posible imaginar que el tránsito del capitalismo al socialismo se realizara de manera gradual, mediante la simple acumulación cuantitativa de grados crecientes de participación de los trabajadores en la propiedad de sus empresas.
De todos modos la incorporación de los trabajadores a la propiedad de sus empresas y su participación en la gestión de la misma, irá dejando cada vez más en claro el carácter parasitario de la burguesía, su inutilidad como clase, y que los trabajadores son perfectamente capaces de dar una dirección eficiente y democrática a las empresas.
Además, el hecho que los trabajadores se acostumbren a la competencia mercantil y que adquieran crecientes responsabilidades en relación a los éxitos o fracasos comerciales de sus empresas, lejos de ser un factor negativo  - como tiempo atrás bajo la influencia de una concepción estrecha del socialismo pudo haberse considerado -  constituye un factor importante en relación a la educación de la clase obrera y a su formación como clase dirigente.
Respecto a las privatizaciones de empresas, la participación de los trabajadores ofrece también perspectivas interesantes en cuanto a diseñar fórmulas alternativas no obstante su justo rechazo al actual programa de privatizaciones.
Esta corriente privatizadora constituye la respuesta capitalista a un momento de intensa reestructuración económica en el cual se hace necesario rescatar el rol del mercado y la competencia.  Las privatizaciones planteadas aparecen como el correlato capitalista al programa de descentralización y autogestión de empresas impulsado en los paises socialistas.
Aunque teoricamente no existen grandes contradicciones entre los intereses de los trabajadores y una mayor autonomía mercantil de sus empresas, o una racionalización administrativa y tecnológica de las mismas, estas se perfilan con nitidez cuando el programa privatizador burgués, descarga todo el peso de la racionalización sobre los trabajadores. 
Si el proceso de privatización redundara en mayores ingresos para los trabajadores que permaneciesen en la empresa, y en compensaciones adecuadas, económicas, de capacitación o de garantía de empleo alternativo en nuevas filiales, para los que no pudiesen mantenerse en la empresa una vez racionalizada, entonces el proceso de privatización en sí mismo no atentaría contra los intereses de los trabajadores.
Exigir la participación de los trabajadores no como accionistas populares, sino en cuanto tales, en la propiedad, gestión y resultados de las empresas privatizadas, podría ser una forma de garantizar sus intereses.
Si éstos participan, digamos, en un tercio de la propiedad, gestión y resultados, de las empresas privatizadas, el estado mantiene en representación de la comunidad toda, digamos, otro tercio de participación, y se abre al capital privado el restante, podría impulsarse un proceso de privatización de empresas estatales que no atentara contra los intereses de los trabajadores, cumpliendo al mismo tiempo su finalidad de racionalización y competitividad.
En cuanto a las empresas ya privatizadas, el proceso de revisión propuesto podría conducir a que el mayor valor que se exigiera por las empresas, en relación a aquel por el cual fueron vendidas, se capitalizara en forma de que los trabajadores pudieran acceder, en cuanto tales, a parte de su propiedad, gestión y resultados.
En el caso de las empresas que fueron adquiridas mediante capitalización de pagarés de deuda externa, bien pudiera exigirse que la diferencia entre el 100% del valor nominal de los pagarés, que fue reconocido en su oportunidad por la dictadura, y el valor de mercado de dichos pagarés, pudiera también capitalizarse para dar a los trabajadores acceso a parte de la propiedad gestión y resultados de dichas empresas.
Posibilidades similares ofrecen en los bancos, las AFP o las ISAPRES, de modo que cotizantes y trabajadores puedan acceder a la propiedad, gestión y resultados de este tipo de empresas.
En el caso de las que serán afectadas por la ley pesquera, pudiera también exigirse participación de los trabajadores para garantizar que dichos procesos en vez de perjudicarlos los beneficien.
En otras instituciones cuya racionalización parece urgente, la autogestión de sus trabajadores puede resolver el problema de la racionalización.  Tal pudiera ser, el caso de la Universidad de Chile. Esta Universidad, la principal del país, aparece sumida en una profunda crisis, de la cual dan cuenta los prolongados conflictos que ha sufrido últimamente, así como sus múltiples problemas de funcionamiento.
Quizás la propuesta, por parte de las fuerzas de izquierda, de racionalizar la universidad, traspasándola a la autogestión económica de académicos y funcionarios, manteniendo el aporte fiscal a partir de subsidios directos de matrículas para aquellos alumnos que no puedan pagarlas, y mediante la contratación de proyectos de investigación, entre otros mecanismos, pudiera dar una respuesta a la crisis de esta Casa de Estudios.
En resumen, pareciera que las nuevas formulaciones teóricas respecto del mercado y de la propiedad en el socialismo constituyen una fuente riquísima de proposiciones de reformas también para el movimiento popular que lucha en el seno de la sociedad capitalista.  Tales propuestas le permiten a éste y a la clase obrera la posibilidad de tomar la iniciativa frente a la solución de los graves problemas que se originan en la reestructuración capitalista del momento presente, impulsando alternativas progresistas que cautelen al mismo tiempo los intereses de los trabajadores.
Cabe señalar que los trabajadores han respaldado con decisión la democratización del acceso al crédito, el control de las prácticas de mercado monopólicas, o monopsónicas, es decir, monopolios de compra, y otras reformas democráticas, dirigidas a proteger a los capitalistas medianos y pequeños, y a los productores independientes, frente a los abusos de los grandes grupos económicos.

Otras Reformas Económicas Nacionales y Democráticas

Otras reformas nacionales y democráticas que parecen se refieren a la recuperación de la soberanía nacional, la distribución de la renta de la tierra y el pago de la deuda social.
Recuperación de la Soberanía Nacional
La recuperación de la dignidad y soberanía nacional es frente a la agresión del imperialismo significa en primer lugar una cambio radical en el tratamiento de la deuda externa.
La crisis de la deuda externa se origina en el intento del imperialismo de imponer por la fuerza un pago una deuda que económicamente es inaceptable, puesto que gran parte de los capitales prestados no se valorizaron, se desvalorizaron, durante la última crisis económica.
Es evidente que los pagos de amortizaciones e intereses ya efectuados superan con creces el valor de la deuda. Desde el punto de vista económico, y desde el punto de vista moral, continuar pagándola constituye un atropello a la dignidad y soberanía del país.
Los programas económicos de la Concertación de Partidos por la Democracia, de la Izquierda Unida,  del partido PAIS, y del programa de la Central Unitaria de Trabajadores, recogen esta justa reivindicación nacional.
En ellos se propone renegociar la deuda sobre la base de reducir su valor. El programa del PAIS plantea explícitamente que Chile debe reservarse la posibilidad de suspender los pagos como herramienta de renegociación, si ello es necesario.
Capítulo especial merecen las operaciones de prepago de la deuda mediante la transformación de ésta en capital, a través de los pagarés de deuda externa.
Por la magnitud de las cifras involucradas; prepagos totales por más de siete mil millones de dólares, de los cuales el fisco ha prepagado el 50%, y más de dos mil millones de dólares se han transformado en control extranjero sobre patrimonio productivo nacional parece indispensable exigir una revisión de las operaciones realizadas con el objeto de cautelar el interés nacional.
Un planteamiento justo al respecto podría ser que se reconociese por los pagarés canjeados no el 100% de su valor, como ha sido hasta el momento, sino algo parecido a su valor de mercado, que ha fluctuado alrededor del 60% para las operaciones realizadas hasta ahora.
En el futuro los programas aludidos exigen aportes frescos en divisas, tecnología y mercados, para aprobar este tipo de operaciones. Se podría agregar que el valor a reconocer por los pagarés nunca podría exceder su valor de mercado.
El problema de la soberanía nacional no termina, sin embargo, con el problema de la deuda, aunque este es el principal.
En relación a este tema cabe hacer mención, por ejemplo, al caso de las patentes farmacéuticas, en el cual los industriales chilenos han denunciado una "agresión económica" de parte del gobierno norteamericano que, actuando en representación de los grandes monopolios farmacéuticos, pretende imponer a Chile el pago de patentes.
Para dar una idea del impacto de esta medida sobre la población, cabe mencionar que el precio promedio de los medicamentos sujetos al pago de patentes es actualmente en Chile de US$2,40, mientras los mismos medicamentos son vendidos por laboratorios nacionales, que no pagan patentes, a un precio promedio de US$1,07. En otros paises en que no existe esta competencia, el precio promedio de los medicamentos alcanza a US$5-7.


Rescate de la Renta de la Tierra  [260]
La renta es una suerte de sobreganancia que perciben los propietarios de la tierra por sobre la ganancia normal de los capitales invertidos en su negocio, exceptuando el "valor" de la tierra[261].
En el caso de dos yacimientos, por ejemplo, que se exploten exactamente con la misma tecnología y nivel de inversiones, el de mayor ley producirá más que el otro. Esa diferencia, que corresponde exclusivamente a las características naturales del yacimiento, constituye la renta diferencial de éste en relación al otro. Todos los yacimientos, excepto el menos productivo, que es el que fija el precio, obtienen renta diferencial [262].
El problema de la renta de la tierra adquiere en Chile una importancia particular, puesto que incide sobre la propiedad minera, agrícola, pesquera, etc. en una región del mundo privilegiada en muchos aspectos, puesto que la ley de sus yacimientos, su clima y dotación de recursos pesqueros, entre otros factores, permite que el país obtenga una abundante renta diferencial en relación a otros paises del mundo en productos cuyo valor se determina en el mercado internacional.
Esta renta constituye, en esencia, plusvalía transferida desde otros paises del mundo, competidores del nuestro en estos rubros, pero con productividades naturales más bajas, hacia Chile.
El asunto de quien se apropia de la renta es, entonces, una cuestión de la mayor importancia.
La situación actual al respecto es vergonzosa. La ley minera, al no estar acompañada de una ley tributaria rigurosa, permite que las empresas extranjeras que adquieren la concesión de minerales en la práctica no paguen impuestos, ni siquiera los normales al capital, menos sobre la renta que obtienen. La ley de fomento forestal exime de impuestos a este sector. La tributación por renta presunta permite que la agricultura tribute muy poco. Finalmente la ley pesquera actualmente en discusión asigna cuotas, con lo cual resuelve el problema del atochamiento, pero no cobra por ellas.
La reforma democrática al respecto consiste en exigir que la renta de la tierra quede en manos de los legítimos propietarios del país, es decir, de todos los chilenos.
Es necesario destacar que esta reforma democrática es recogida audazmente por el programa de gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia. El exigir que estos aspectos de este programa se hagan realidad, contra las presiones de los grandes intereses involucrados, parece ser una consigna democrática importante.
Pago de la Deuda Social
Finalmente, cabe hacer mención a la reforma democrática más básica: una necesaria redistribución de ingresos, que se traduzca en un aumento de las remuneraciones de los trabajadores y en mejoras significativas de áreas como la salud, educación, vivienda, etc.
En este aspecto cabe hacer mención, también, a las deudas que agobian a deudores hipotecarios de escasos recursos, a productores independientes, campesinos, transportistas, pescadores, jóvenes profesionales etc., y también a empresarios capitalistas pequeños y medianos, principalmente agricultores.
Tales cuestiones son abordadas en profundidad por los programas aludidos, de la Concertación, y de la Izquierda, así como el programa de la Central Unitaria de Trabajadores.
Cabe hacer mención en este aspecto, sin embargo, al problema principal. Este se refiere al nivel de las remuneraciones.
Este problema atañe principalmente no al gobierno, sino que a empresarios y trabajadores.
Consiste en la forma más o menos injusta en que se reparte el valor producido por los obreros y del que se apropian los capitalistas. Será redefinido en la lucha que libren ambos sectores en condiciones nuevas de democracia, que favorecerán relativamente a los trabajadores en relación a la situación actual.
El punto de partida es una situación en extremo injusta, e que, mientras las utilidades de las empresas son más elevadas que nunca, las remuneraciones de los trabajadores se mantienen por debajo de las de 1981, y casi un tercio por bajo las de 1972.
Al respecto, sin embargo, se aprecia una actitud en extremo conservadora de parte de algunos economistas de la Concertación de Partidos por la Democracia.
Ellos, con justa razón, intentan por todos los medios evitar que en democracia la economía pueda derivar hacia una situación de desorden, inflación, etc. , como la que asolado a otros paises latinoamericanos que han transitado de dictaduras a la democracia.
Sin embargo, en relación a los salarios, adhieren a las teorías más conservadoras, que atribuyen principalmente al alza de estos la causa principal de los males mencionados. Sugieren de esta manera optar por una alza gradual, correlacionada con el aumento en la productividad del trabajo.
En verdad, pareciera enteramente justo, y económicamente viable plantear una redistribución de ingresos más o menos importante que se base principalmente en un reajuste de salarios escalonado, que siendo muy significativo, del orden del 100% en los sueldos mínimos, se escalone hacia arriba, pero siempre partiendo de la base de la necesidad de recuperar rápidamente el nivel de salarios promedio de 1981.
Tal redistribución debería afectar exclusivamente a las utilidades de las empresas, si es acompañado de medidas fiscales sanas, que signifiquen que los mayores gastos estatales derivados de un alza en las remuneraciones de sus empleados sea adecuadamente financiada.
En relación a los precios, como es sabido, estos no dependen del nivel de salarios, sino del valor de las mercancía, es decir, de la cantidad de trabajo que estas tienen incorporado.

Reformas y Revolución: Cambios de Cantidad y Saltos de Calidad

Parece importante finalmente, al abordar las reformas económicas, recordar una vez más la relación que existe entre la lucha de los partidos revolucionarios por las reformas democráticas en el capitalismo, y su lucha por la revolución socialista.
Lenin aborda este problema, refiriéndose a la relación entre la lucha por la democracia y su transformación en revolución socialista, principalmente desde el punto de vista político.
"La democracia tiene una enorme importancia en la lucha de la clase obrera por su liberación contra los capitalistas. Pero la democracia no es, en modo alguno, un límite insuperable, sino sólo una de las etapas en el camino del feudalismo al capitalismo y del capitalismo al comunismo…La democracia es una forma de estado, una de las variedades del estado. Y, por consiguiente, representa, como todo estado, la aplicación organizada y sistemática de la violencia sobre los hombres. Eso, de una parte. Pero, de otra, la democracia implica el reconocimiento formal de la igualdad entre los ciudadanos, el derecho igual de todos a determinar la estructura del estado y gobernarlo. Y esto, a su vez, se haya relacionado con que, al llegar a un cierto grado de desarrollo de la democracia, ésta, en primer lugar, cohesiona al proletariado, la clase  revolucionaria frente al capitalismo, y le da la posibilidad de destruir, de hacer añicos, de barrer de la faz de la tierra la máquina del estado burgués, incluso la del estado burgués republicano, el ejército permanente, la policía y la burocracia, y de sustituirlos por una máquina más democrática, pero todavía estatal…Aquí la "cantidad se transforma en calidad"; este grado de democracia rebasa ya el marco de la sociedad burguesa, es el comienzo de su reestructuración socialista"   [263].
En lo que antecede se proponen determinadas reformas democráticas en el terreno económico-social, principalmente la participación de los trabajadores.
Dichas reformas económicas, están planteadas como avances en la dirección del socialismo, tanto desde el punto de vista de su contenido mismo, como también en el sentido que "cohesionan al proletariado, la clase revolucionaria frente al capitalismo", pero en modo alguno suponen que el tránsito del capitalismo al socialismo pudiera darse en forma gradual.
Por el contrario, para que dicho paso sea posible es necesario "que la cantidad se transforme en calidad", lo cual supone la revolución socialista y la instalación del poder de los trabajadores, o dictadura del proletariado, la que podrá adquirir formas más o menos democráticas, dependiendo de las circunstancias históricas.
Tal momento, además, y la experiencia histórica del derrocamiento del gobierno popular lo ha grabado de manera indeleble en la conciencia del pueblo chileno, es un momento de grandes y violentas convulsiones, que cada pueblo deberá estar preparado para asumir con responsabilidad plena si quiere alcanzar la victoria.

Reflexiones Finales en Relación a la Democracia

Al culminar este análisis en relación a las reformas democráticas en la economía, parece pertinente hacer algunas reflexiones acerca de la democracia misma y su relación con el trabajo científico.
El trabajo precedente es el fruto de varios años de elaboración colectiva, de los académicos que más o menos se ha nucleados alrededor del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz.
Dicha experiencia comprobó una vez más que el conocimiento se abre paso a través de la polémica, la que alcanza a veces grados de extrema agudeza y pasión.  También que no es infrecuente que, en tal clima, se pretenda resolver una determinada polémica por métodos administrativos, es decir, mediante el simple expediente de acallar una de las posiciones en pugna.
Tales métodos, de lograr imponerse, son capaces ciertamente de frenar el desarrollo del conocimiento, puesto que lo común es que quienes son capaces de aplicar métodos administrativos para dilucidar cuestiones teóricas son, usualmente, quienes sustentan las posiciones más establecidas, que suelen ser también, cuando se presentan estas situaciones, las cuestionadas.
El ambiente creado en el Instituto Alejandro Lipschutz permitió abrir paso a opiniones y posiciones que, en su momento, fueron consideradas verdaderas herejías pero que, más tarde, a la luz de la experiencia concreta, fueron encontrando mayor aceptación.
En un segundo momento, sin embargo, y cuando ya las posiciones que antes fueron novedosas pasan a ser lo establecido, se aprecia también la posibilidad, ahora por parte de diferentes actores, de proceder en contra de quienes persisten en posiciones conservadoras, utilizando los mismos métodos que antes fueron empleados en contra suya.
Tal actitud, aún cuando sea esgrimida en nombre de la consolidación de lo nuevo, y a veces sea necesaria, pierde de vista, el hecho que lo nuevo, para ser efectivamente una síntesis completa, debe ser capaz de dejar atrás la necesaria unilateralidad de los momentos más álgidos de la polémica, y recoger en su seno, negado, superado, reformulado y en un contexto diferente, también a lo viejo.
Las reflexiones anteriores, apuntan en realidad hacia la necesidad de la democracia en el quehacer científico, y en la vida en general.
Democracia que permita expresarse, desarrollarse y consolidarse a lo nuevo, pero que también asegure expresión a lo viejo, puesto que sólo así lo nuevo puede llegar a ser una síntesis completa.
Si hay algo nuevo en la actualidad en la ideología revolucionaria, es su revalorización de la democracia.
Es dolorosa la reciente evidencia de como la falta de democracia formal, aún cuando ésta sea impuesta por los revolucionarios, puede conducir a los excesos más grotescos, así como al esclerosamiento de la teoría y de la vida misma.
Ello no puede ciertamente conducir al reblandecimiento de la voluntad de los revolucionarios de cumplir con su deber, hacer la revolución.
Pero sí debe llevar a una profunda reflexión acerca de las formas en que deberá expresarse el poder de los trabajadores. Y tales formas, aún siendo futuro, son también presente, puesto que el comportamiento de mañana estará determinado por el quehacer de hoy.
Y esto, que a alguno le pudiera parecer exclusivamente un problema moral,  es también un asunto político de primera importancia, puesto que la gente sencilla, que es la que en definitiva realiza las grandes transformaciones históricas, se mueve no sólo porque su situación actual se torna insoportable, sino también porque está convencida que de haciéndolo contribuye a construir una sociedad mejor.


Santiago, 4 de Noviembre de 1989.








[174]     J. Ruiz-Tagle. "El Poder de Compra de las Familias Populares", Coyuntura Económica Nº 11, Pet, pg. 67.
[175]     Tironi, Eugenio. "Los Silencios de la Revolución". Edit. Pta Abierta, 1988, pg .31. Cita como fuente a  Mariana Scholnik y Berta Teitelboim "Pobreza y Desempleo en Poblaciones…".
[176]     A. Varela, M. Alvarado "Proletariado : Nuevas Realidades ", Cuadernos ICAL, Nº 5.
[177]     Gonzalo Martner "¿Porqué hay Hambre en Chile", citado en La Epoca, 14/07/87.
[178]     Tironi, Eugenio. "Los Silencios de la Revolución". Edit. Pta Abierta, 1988, pg .31. Cita como fuente a  Humberto Vega "La macroeconomía de la pobreza en Chile".
[179]     Chateau, H. Pozo; "Los Pobladores en el Area Metropolitana y sus Características"; Notas Técnicas CIEPLAN Nº 71, Pg.29.
[180]     Instituto Alejandro Lipschutz, Area de Vivienda y Urbanismo. "El Cohecho con el Techo" , Marzo 1988, pgs. 1-3.
[181]     Instituto Alejandro Lipschutz, Area de Vivienda y Urbanismo. "El drama de los allegados en Chile" , Marzo 1988, pgs. 2-3.
[182]     Tironi, Eugenio. "Los Silencios de la Revolución". Edit. Pta Abierta, 1988, pg .32. Cita como fuente a  Alfredo Rodríguez, "Hogares allegados y viviendas populares".
[183]     Cálculo del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, en base a balances de sociedades anónimas.
[184]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec7, Cap23, &4, pg. 547. Edic. FCE, México, 1973.
*           Las diferentes ramas fueron ponderados de acuerdo a pesos de la antigua clasificación, por no estar disponible la información acerca del peso exacto de cada sector  en la nueva clasificación. Ello puede indiccar un sesgo, pero no se considera importante, ya que se aplica la misma ponderación a todos los años.
(*)        Sociedad de Fomento Fabril, asociación de industriales.
[185]     Marx, C.. "El Capital"; L1, S7, C23, 3; Edic FCE, México, 1973, Pg. 533.
[186]     Marx, C.. "El Capital"; L1, S7, C23, 3; Edic FCE, México, 1973, Pg. 533.
[187]     Lenin, V.I., "El Desarrollo del Capitalismo en Rusia", OOCC, T3, Pg.180.
[188]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 8; Edic FCE, México, 1980, Pg. 461.
[189]     Kocka, Jurgen y Rànki, György, "Economic Theory and history", Akademia Kiado, Budapest, 1985.
[190]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 11; Edic FCE, México, 1980, Pg. 474.
[191]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 11; Edic FCE, México, 1980, Pg. 474.
[192]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 11; Edic FCE, México, 1980, Pg. 473.
[193]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 11; Edic FCE, México, 1980, Pg. 472.
[194]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 11; Edic FCE, México, 1980, Pg. 472.
[195]     Marx, C.. "El Capital"; L3, S3, C15, 2; Edic FCE, México, 1973, Pg. 247.
[196]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 11; Edic FCE, México, 1980, Pg. 472.
[197]     Marx, C.. "Teorías sobre la plusvalía"; L2, C17, 11; Edic FCE, México, 1980, Pg. 472.
[198]     Lenin, V.I. "Sobre la caracterización del romanticismo económico", fragmento incluido en el libro II de El Capital, Edic. FCE, México, 1973, Pgs. 488-489.
[199]     Lenin, V.I. "Sobre la caracterización del romanticismo económico", fragmento incluido en el libro II de El Capital, Edic. FCE, México, 1973, Pgs. 488-489.
[200]     Lenin, V.I. "Sobre la caracterización del romanticismo económico", fragmento incluido en el libro II de El Capital, Edic. FCE, México, 1973, Pgs. 488-489.
[201]     Lenin, V.I. "Sobre la caracterización del romanticismo económico", fragmento incluido en el libro II de El Capital, Edic. FCE, México, 1973, Pgs. 488-489.
[202]     Marx, C.. "El Capital"; L2, S2, C16, 3; Edic FCE, México, 1973, Pg. 281-282.
[203]     Marx, C.. "El Capital"; L3, S3, C15, 2; Edic FCE, México, 1973, Pg. 248.
[204]     Marx, C.. "El Capital"; L3, S3, C15, 2; Edic FCE, México, 1973, Pg. 240.
(*)        Cabe consignar que las utilidades de estas empresas no son sino un indicador de la masa total de ganancias, porque la muestra es limitada a las 50 mayores empresas no bancarias. No aparecen en la muestra las grandes empresas estatales ni una gran cantidad de empresas menores, pero, más importante aún, no aparecen los bancos, y por lo tanto las ganancias del capital a interés, el que se descuenta de las utilidades de las empresas no bancarias. El comportamiento de este conjuntop de empresas no consideradas, sin embargo, es similar al de la muestra, por lo que ésta puede ser considerada un buen indicador del conjunto de las ganancias.
[205]     Fuente : Business Week, Mar 27, 1989, pg.61.
(*)        La  fórmula general de la tasa de ganancia es, como se recuerda, g'= p / (v+p ), en que g' es la tasa de ganancia, p es la plusvalía, v es el capital variable y c es el capital constante, que incluye, principalmente, las materias primas.
[206]     Kocka, Jurgen y Rànki, György, "Economic Theory and history", Akademia Kiado, Budapest, 1985.
[207]     Marx, C.. "El Capital"; L3, S3, C15, 2; Edic FCE, México, 1973, Pgs. 254-256.
[208]     La tierra en sí , un yacimiento virgen por ejemplo, no tiene valor, puesto que no es producto del trabajo humano. La economía capitalista le asigna un precio, sin embargo, precisamente en virtud desu capacidad de producir renta, es decir, de apropiarse de plusvalía.
[209]     Lenin,V.I., "El Imperialismo, Fase superior del Capitalismo", O.C. T22,Pg. 256, Edit. Cartago.
[210]     Lenin,V.I.; "El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo". OOCC,T22,Pgs. 280-281; Edit Cartago.
[211]     Lenin,V.I.; "Cuadernos sobre el imperialismo". OOCC,T39,Pg. 98; Edit Cartago.
[212]     Pago por uso de Patentes.
[213]     Relación entre los precios de los productos importados y los exportados por el país.
[214]     Estimando la plusvalía anual como el producto geográfico bruto menos el consumo de capital fijo y menos la mitad de las remuneraciones totales.
[215]     Corresponde al diferencial de precio de los pagarés capitalizados por chilenos, o a deudas condonadas, más comisiones y beneficios de especuladores en dólar paralelo
[216]     Rozas, Patricio- Marín, Gustavo : "1988: El Mapa de la Extrema Riqueza diez años depués". CESOC/PRIES-Cono Sur; pg.66.
[217]     Cifras de diciembre 1986, en dólares de ese año.
[218]     Iliénkov, E., "Lógica dialéctica", Progreso 1977, Pgs. 390-391.
[219]     Caputo, Orlando. "La Perestroika del Capitalismo Mundial". Pluma y Pincel #61,Feb89, pg.10-11.
[220]     Marx, C.; "Prólogo a Contribución a la Crítica de la Economía Política"; O.Es. 2T, T1, Pg. 348.
(*)        " Nicolai Kondrátiev tuvo una vida compleja. Nacido en el seno de una sencilla familia campesina, terminó sus estudios en la Universidad. Siendo muy joven, después de la Revolución de Febrero, fue nombrado adjunto del ministro de abastecimientos del Gobierno Provisional ( en representación del partido de los socialistas revolucionarios). Después de la Revolución de Octubre se apartó de las actividades políticas y se consagró  a la ciencia. Fue profesor de la Academia de Aricultura, director de un instituto de investigaciones científicas y autor de nuerosos trabajos sobre economía de la agricultura, planificación socialista y economía mundial. En los años 20 se produjeron en los medios científicos enconados debates, centrados muchas veces en el propio Kondrátiev y en las concepciones avanzadas por él.
        Esta actividad creadora tuvo un fin trágico. En 1930, el eminente hombre de ciencia fue detenido y acusado infundadamente de haber organizado un inexistente "Partido Campesino del Trabajo" (PCT). En 1938, a la edad de 46 años, sucumbió en el lugar de reclusión. En los años 60 fue rehabilitado "por ausencia de delito". Pero en la URSS siguieron silenciando su nombre y sus trabajos. Tan sólo en 1984, Kommunist, órgano teórico del PCUS, recordó elogiosamente al científico por vez primera.Después de la rehabilitación de A. Chaiánov (1888-1939, eminente científico soviético, especializado en economía de la agricultura. Detenido bajo la falsa acusación de pertenecer al PCT, fue fusilado en 1939) y de otros compañeros de Kondrátiev de la Academia de Agricultura, su nombre comenzó a aparecer libremente en la prensa soviética en un sentido positivo…Si hubiese vivido hasta hoy, habría podido conmemorar el 60 aniversario de su celebridad mundial, no como economista agrario, sino como descubridor de las "ondas largas" en la economía, a cuyo estudio consagró gran parte de su energía creadora basándose en el ejemplo de la economía de EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Francia y otros países…Desde 1930 hasta estos últimos tiempos, las ideas de Kondrátiev  fueron consideradas en su patria como "nocivas" y sus ondas largas como "una invención burguesa". Durante largos decenios, el análisis de este fenómeno estuvo de hecho prohibido…La ciencia Marxista abandonó así sin combate u importante campo de la investigación".
             Menshikov, Stanislav , "La teoría de las Ondas largas y los Destinos del Capitalismo". Revista Internacional, Agosto 1988, pg. 56.
[221]     Menshikov, Stanislav , "La teoría de las Ondas largas y los Destinos del Capitalismo". Revista Internacional, Agosto 1988, pg. 56.
[222]     Caputo, Orlando. "La Perestroika del Capitalismo Mundial". Pluma y Pincel #61,Feb89, pg.10-11.
[223]     Caputo, Orlando. "La Perestroika del Capitalismo Mundial". Pluma y Pincel #61,Feb89, pg.10-11.
[224]     Marx, C., "El Capital", L1, S7, C23, Edic. FCE, Pg. 522.
[225]     E. Viera, Intervención en el simposium "Transnacionalización y Dependencia en A. Latina", Montevideo, Nov. 1986.
[226]     Esta sección está tomada principalmente, a veces en forma textual, y exceptuando en los casos que se señala, de los capítulos correspondientes de  "La Economía Chilena" , de J.Cademartori; Cormorán, 1972.
[227]     A. Lipschutz; "El Problema Racial en la Conquista de América y el Mestizaje", pg.191, citado por J. Cademártori, Op. Cit.
[228]     A. Lipschutz; "El Movimiento Indigenista y la Reestructuración Cultural Americana";América Indígena, Vol XIII, Nº4, Octubre 1953.
[229]     A. Sutulov"La Minería en Chile"
[230]     Luis Emilio Recabarren; "Ricos y Pobres, Obras Escogidas, pgs. 92 y 93, Citado por J. Cademártori, Op. Cit.
[231]     Si se considera que en las empresas de menos de 20 trabajadores predomina la pequeña producción mercantil, puesto que la mayor parte de ellas aún no reune la suficiente cantidad de asalariados como para que se produzca el cambio de calidad, que transforma la pequeña producción mercantil  en producción capitalista, al maestro o pequeño patrón en empresario capitalista y a sus ayudantes en obreros.
[232]     Hernán Ramirez Necochea, "Historia del Imperialismo en Chile", Austral, 1970, pg.327.
[233]     Bco. Central Indice de actividad económica.Boletín Mensual BC, #730, pg. 3450
[234]     Como se ha visto más arriba, la producción de valor se lleva a cabo en cualquier actividad productora de mercancías, y muchas actividades de "servicios", de hecho producen mercancías. Los llamados "sectores productivos", no son, por lo tanto, los únicos donde se produce valor, sin embargo, son los fundamentales. Por otra parte, no toda la producción de valor se hace bajo el régimen capitalista. Parte importante, aunque decreciente, de la producción de valor la efectúa el régimen, precapitalista, de la pequeña producción. En Chile, alrededor del 30% de la producción de valor es realizada por pequeños productores mercantiles precapitalistas : campesinos medios, transportistas, pescadores artesanales, profesionales independientes, etc
[235]     Fuente : Boletines Banco Central.
[236]     Fuente : Boletines Banco Central, INE.
[237]     Fuente : Boletines Banco Central. U.Chile.
[238]     Fuente : Boletines Banco Central.
[239]     N. Eyzaguirre : La Deuda Interna, Mimeo 1986.
[240]     Fuente : Boletines Banco Central.
[241]     "El Mercurio", 25.05.84
[242]     Caputo, Orlando. "La Perestroika del Capitalismo Mundial". Pluma y Pincel #61,Feb89, pgs.11-12.
[243]     Entendido acá el concepto no como una "hipótesis general del funcionamiento del capitalismo", como lo plantean autores como de Bernis, sino en el sentido más modesto de regulación estatal, que le dan los textos de economía política contemporáneos.
[244]     Recordamos que el capital financiero es la fusión del capital industrial y bancario.
[245]     "La Epoca", 02.06.87
[246]     "El Mercurio", 28.05.87.
[247]     "El Mercurio" 21.05.87.
[248]     El Mercurio, Julio 1989, pg.4.Economía y Negocios,'
[249]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec1, Cap1, &4, pgs. 43-44. Edic. FCE, México, 1973.
[250]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec1, Cap1, &4, pgs. 43-44. Edic. FCE, México, 1973.
[251]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec1, Cap1, &4, pgs. 43-44. Edic. FCE, México, 1973.
[252]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec1, Cap1, &4, pgs. 43-44. Edic. FCE, México, 1973.
[253]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec1, Cap1, &4, pgs. 43-44. Edic. FCE, México, 1973.
[254]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec1, Cap2, pgs. 43-44. Edic. FCE, México, 1973.
(*)        Se suele plantear, hasta ahora, que el socialismo no es sino una fase del modo comunista de producción. Acá el término "modo de producción" se utiliza en forma más libre.
[255]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec1, Cap1, &4, pg.48. Edic. FCE, México, 1973.
[256]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec7, Cap24, &7, pgs. 647-648-649. Edic. FCE, México, 1973.
[257]     Marx, C., "El Capital", Lb1, Sec7, Cap24, &7, pgs. 647-648-649. Edic. FCE, México, 1973.
[258]     Gorbachov, Mijail. Informe al XXV Congreso del PCUS.Pgs.54-55.Nóvosti, 1986.
[259]     En el pasado se utilizó el concepto de oligarquia para referirse a la alianza de grandes clanes capitalistas y los viejos latifundistas, estos últimos hoy inexistentes.
[260]     La renta de la tierra se refiere a aquella parte de la plusvalía que se apropian los propietarios de la tierra, entendida esta en un sentido amplio como tierra agrícola o forestal, yacimientos mineros, mar territorial, aguas de riego, tierras urbanas, recorridos de transporte, etc., en virtud que poseen el monopolio sobre ellas.
             Existe la renta absoluta, que es aquella que perciben aún los propietarios de las tierras menos productivas, y la renta diferencial, que es aquella que perciben además los propietarios de tierras, yacimientos, concesiones pesqueras, etc., relativamente más productivos.
[261]     La tierra en sí , un yacimiento virgen por ejemplo, no tiene valor, puesto que no es producto del trabajo humano. La economía capitalista le asigna un precio, sin embargo, precisamente en virtud desu capacidad de producir renta, es decir, de apropiarse de plusvalía.
[262]     En el caso de otros recursos como el mar, por ejemplo, la renta puede ser disipada debido a la sobre explotación y atochamiento, lo que ocurre necesariamente si, a partir de cierto nivel de desarrollo de la industria pesquera, se permite acceso libre.En el caso de estos recursos, la solución para evitar el atochamiento, la sobreexplotación y la sobreinversión,  consiste en regular el ingreso mediante algun mecanismo. La regulación del acceso inmediatamente genera una renta, puesto que elimina los problemas señalados.El caso de los recorridos de transporte urbano se puede establecer una analogía con lo señalado arriba en relación a la pesca

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