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viernes, 25 de noviembre de 2011

Desarrollo Cronológico 1973 - 1976 La represión inicial

La represión inicial del régimen fue rápida y masiva, lo que le permitió obtener un control absoluto del país en menos de una semana. Se dirigió principalmente a desmovilizar a los partidos y organizaciones de izquierda, al detener a sus líderes, interrogándolos bajo tortura y en muchos casos, ejecutándolos. Al detener a miles de personas en sus lugares de trabajo o en sus casas, estableciendo campos de prisioneros, realizando ejecuciones masivas a lo largo del país, allanamientos en barrios completos y en zonas industriales – todo dentro de unas pocas horas - los nuevos líderes militares generaron un clima sicológico de miedo e intimidación que permanecería por un largo período.
    “A los padres de Don Carlos Contreras Maluje:
El Miércoles 3 de noviembre, a las 11.30 horas, en la calle Nataniel al llegar a Aconcagua, fue detenido por funcionarios de la DINA su hijo, Don Carlos Contreras Maluje…”

(Lea la carta anónima enviada a los padres de Carlos Contreras, desaparecido desde 1976)

Más gente fue asesinada en los primeros cuatro meses después del golpe, que en cualquier otro año de la dictadura. “Sólo entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973 murieron o desaparecieron en manos de agentes del estado 1,213 personas” (ILAS). Esto representa más de la mitad del número total de muertes de los 17 años de dictadura. La práctica de la desaparición forzosa caracterizó el primer período del régimen, devastando a los familiares y amigos de las víctimas, la mayor parte de las cuales, luego de 25 años, aún no han recibido una respuesta en relación al paradero de sus seres queridos.

Los primeros meses después del golpe se caracterizaron por violaciones a los derechos humanos a gran escala, pero llevadas a cabo de manera más bien desorganizada y casi en forma azarosa. En aquellos días, por ejemplo, las sesiones de tortura no eran controladas y generalmente terminaban en muerte. Los mecanismos de represión fueron sistematizándose y haciéndose más sofisticadas con el tiempo, especialmente con la creación de la DINA en 1974.

Los opositores al nuevo régimen, sorprendidos por los sangrientos acontecimientos posteriores al golpe, pasaron parte de este período divididos y en desacuerdo, sin entender las tácticas represivas del régimen y tratando de adaptarse al nuevo contexto político.



Las primeras víctimas

Las primeras víctimas del nuevo régimen fueron definidas incluso antes de que la operación se completara. Un grupo de aproximadamente 50 ministros y asesores, el grupo de seguridad de Allende (GAP), y oficiales de la policía de investigaciones, fueron retenidos en La Moneda, después del ataque del 11 de septiembre.
  

En el siguiente intercambio entre el Comandante en jefe de la armada Augusto Pinochet y el Ministro de Defensa Vicealmirante Patricio Carvajal, los ideólogos del golpe discuten sobre qué hacer con los futuros prisioneros:

“Carvajal: - De La Moneda me han llamado por teléfono, el ex ministro Flores y el secretario de Allende. Manifestaron su intención de salir por la puerta de Morandé 80 para reunirse y se les ha indicado que deben venir enarbolando un trapo blanco para cortar el fuego…La idea no es parlamentar, sino tomarlos presos inmediatamente.

Pinochet: - Conforme. Patricio, hay que tener el avión listo en Cerrillos. La gente llega y ninguna cosa, lo toman, arriba del avión y parten. Con gran cantidad de escoltas.

Carvajal: - …La idea sería dejarlos presos, no más, por el momento, después se verá… Pero por el momento la idea es tomarlos presos.

Pinochet: - Bueno, pero si los tenemos les damos tiempo. Creo que hay que consultarlo con Leigh. La opinión mía es que estos caballeros se toman y se mandan por avión a cualquier parte e, incluso, por el camino los van tirando abajo.”

(Memoria Prohibida, Vol. I, 1989)

Los líderes militares acordaron escoltar a los miembros de la familia de Salvador Allende fuera del país y transferir a quienes se encontraban en La Moneda, a La Escuela Militar o al Regimiento Tacna. De allí, varios ministros del gobierno fueron llevados por barco a Isla Dawson, campo de concentración ubicado en el extremo sur de Chile. Entre el 13 y 14 de septiembre, 32 personas detenidas en el Regimiento Tacna fueron ejecutadas sin previo juicio.

Mientras tanto, detenciones masivas se llevaron a cabo en fábricas de zonas industriales de la Av. Vicuña Mackenna de Santiago. Alrededor del 80% de los dirigentes de los sindicatos más grandes fueron detenidos, perseguidos u obligados a vivir clandestinamente en este período. La mayoría de ellos fue llevado al Estadio Chile y luego transferidos al Estadio Nacional, ambos establecidos como campos de concentración provisionales.

La Universidad Técnica del Estado (UTE) también se convirtió en lugar de detención masiva desde donde el internacionalmente conocido cantante, Víctor Jara, en conjunto con otros dirigentes, personal y alumnos de la universidad, fue detenido para luego ser asesinado en el Estadio Chile.



La Izquierda proscrita

Los Partidos políticos de izquierda en general, sufrieron abusos a los derechos humanos en este período. Los partidos políticos fueron declarados ilegales, el Congreso se cerró y los partidos que continuaron funcionando fuera de la ley, eran blanco de represión.

En 1974, la DINA y otras fuerzas de Inteligencia concentraron sus tácticas represivas en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR. Un gran número de sus dirigentes desaparecieron después de ser detenidos. Miembros del Partido Socialista también desaparecieron durante este período. Posteriormente, la DINA rastreó y asesinó o hizo desaparecer dos comités centrales consecutivos del Partido Comunista en un período de un año. Miembros de partidos moderados que se oponían al régimen, como el Partido Demócrata-cristiano, también sufrieron violaciones a los derechos humanos.

Pero no solamente la gente activa políticamente fue victimizada durante este período. También fueron ejecutados criminales comunes como parte de la política general de “limpieza de elementos indeseables” abogado por la Junta militar. De la misma manera, líderes religiosos involucrados en la defensa de los derechos de los individuos y médicos que trataban a víctimas heridas, sufrieron persecución y un número significativo de individuos sin afiliación política conocida fueron baleados por encontrarse fuera de sus casas después del toque de queda.



La DINA fuera de Chile

Durante esta período la DINA también operaba en otros países de la región, llevando a cabo operaciones secretas tales como asesinatos políticos de mayor envergadura, como fue el caso del crimen contra el ex - ministro de la UP Orlando Letelier, y contra el ex -General Carlos Prats. También realizó campañas de desinformación tales como la Operación Colombo, entre otras.

Para saber más acerca de la DINA y sus actividades en el extranjero, haga click aquí para acceder a la página Internacional (actualmente bajo construcción).


     1977-1982

Cambios en las tácticas represivas

Este período puede ser caracterizado por la disolución de la policía secreta DINA y su reemplazo por la recientemente creada CNI, el 13 de agosto de 1977, y también por un cambio evidente en las tácticas represivas utilizadas por el estado, principalmente el fin de la práctica de las “desapariciones” excepto en algún caso aislado. Entre 1978 y 1981, hay algunos casos de desapariciones, pero no tienen un carácter sistemático y no son responsabilidad de la CNI, sino de comandos paramilitares.

De acuerdo con el Informe Rettig, entre noviembre de 1977 y mediados de 1980, la CNI concentró sus esfuerzos en recaudar información, “como puede ser apreciado en la baja del número de muertes causadas por esta organización”. Sin embargo, a partir de 1980, y por el resto de la dictadura, la CNI intensificó su actividad represiva. Una de sus funciones relevantes, en conjunto con otros organismos parecidos, fue mantener la omnipresencia de la dictadura constituyéndose en símbolos de terror y miedo.

Debido a la clausura de los campos de concentración del régimen en 1976, la gente que fue detenida con posterioridad a ello, no padecía, generalmente, de largas detenciones a partir de 1977. Más bien, hacia fines de los años setenta, los individuos eran generalmente detenidos por algunas horas o pocos días, en los cuales se les interrogaba y torturaba.

También durante este período, los opositores del régimen comenzaron a ser acosados y amenazados por “comandos” especiales, formados por la CNI en diferentes lugares, como campus universitarios, para los propósitos específicos del lugar intervenido. Otros comandos tales como el COVEMA (Comando Vengadores de Mártires) alcanzaron notoriedad por sus prácticas de secuestro, tortura y homicidio.



Enemigos del Estado

El perfil de las personas identificadas por las fuerzas de seguridad cambió durante este período. Líderes y miembros de partidos políticos clandestinos, principalmente del MIR, el Partido Comunista, y el Partido Socialista, continuaron encabezando la lista de blancos favoritos. Pero en contraste con el período entre 1973-1977, los familiares de detenidos-desaparecidos y otras víctimas del régimen cayeron categóricamente dentro de la definición de “enemigos del estado” . Del mismo modo se clasificó a aquellos que defendían los derechos humanos, y líderes, organizadores y participantes de los movimientos sociales emergentes como la nueva oposición al régimen militar.

La CNI también identificó a los “criminales subversivos” o “enemigos del estado” como aquellos que supuestamente o verdaderamente promovían la resistencia armada contra el régimen. Reales o falsos enfrentamientos armados servían de excusa para la ejecución de “terroristas” y “extremistas”. Las víctimas de estos enfrentamientos eran generalmente miembros de partidos políticos que estaban funcionando una vez más después de haber sido fuertemente abatidos previo 1977. Entre ellos se incluía al MIR- que en 1979 comenzó su “Operación Retorno” con la intención de reorganizar el partido a través del retorno clandestino a Chile de exiliados del MIR entrenados en combate armado en el extranjero - el Partido Comunista y el Partido Socialista.



La Oposición Resucita.

Desde 1977 a 1982, el casi destruido movimiento sindical comenzó a reorganizarse gradualmente. En julio de 1978, por ejemplo, los mineros de Chuquicamata organizaron una protesta para expresar su insatisfacción ante las condiciones laborales a que se hallaban sometidos. La respuesta del régimen fue dura, tratando de instaurar el miedo para que protestas como éstas, no se repitieran. En otro instante, el 19 de octubre de 1978, el régimen cerró siete confederaciones representativas de más de 500 sindicatos.

En la primera mitad de 1980, se habían producido notables cambios en la oposición, reflejando el empeoramiento de las condiciones económicas en Chile. La rearticulación del movimiento respondía a las nuevas condiciones políticas establecidas en el país desde la instauración de la Junta militar. El 8 de marzo de 1980, Día Internacional de la Mujer y el 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo del mismo año, el número de personas protestando en las calles había crecido en forma evidente. Esta última protesta fue organizada por la recientemente creada Coordinadora Nacional Sindical (CNS), y otras organizaciones sindicales. El régimen relegó a 45 personas después de estas protestas.

En 1982 la represión contra el creciente movimiento sindical terminó con el crimen del líder del movimiento, Tucapel Jiménez. El 2 de diciembre del mismo año, la CNS organizó una protesta que fue enfrentada con una fuerte represión por parte del régimen y el exilio de los líderes de la CNS, Manuel Bustos y Héctor Cuevas. Fue durante éstas protestas que los “gurkas” hicieron su aparición. Infiltrados entre los manifestantes, estos agentes del estado vestidos de civil, atacaron e hirieron a sus víctimas en una ofensiva sorpresiva, dejando docenas de heridos y detenidos.
    En la medida en que las protestas a mayor escala se hicieron más comunes, las agencias de seguridad del estado comenzaron a realizar detenciones masivas de manifestantes. En 1982, el número de detenciones masivas fue mucho más grandes que las detenciones individuales. En los primeros seis meses de 1981, 254 personas fueron detenidas durante protestas, y 448 en forma individual. En la segunda mitad de 1982, los números prácticamente se revirtieron, a 447 y 220 respectivamente.

En 1982, se realizaron 53 manifestaciones públicas contra el régimen en el país ante lo cual éste cambió sus tácticas represivas, implementando una constante vigilancia, acoso, allanamientos, y detenciones arbitrarias, con el fin de controlar a la oposición mediante la sistematización del terror.

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