Por Luis Casanova R.
Ministro Andrés Chadwick dio por cerrado el conflicto generado por la renuncia de Rodrigo Álvarez a la cartera de Energía y negó la presencia de Piñera en el próximo cónclave del gremialismo. Analista Marco Moreno anticipa que la UDI y RN privilegiarán su propia agenda y no la del gobierno.
Siguen los coletazos en la derecha tras la decisión de Rodrigo Álvarez (UDI) de renunciar al ministerio de Energía por no ser incluido en las negociaciones del gobierno con los dirigentes máximos de la Mesa Social de Aysén, la semana pasada en La Moneda, lo que destrabó el conflicto con los ciudadanos de la XI Región.
En la antesala de lo que será el consejo general de la UDI, a realizarse el próximo fin de semana, la colectividad se divide entre aquellos que deslizaron duras críticas hacia el Ejecutivo, como su timonel Juan Antonio Coloma, quien lo reemplazará en algunos días más, Patricio Melero, los senadores Hernán Larraín y Jovino Novoa y el jefe de los diputados Felipe Ward y los que apuestan por minimizar el conflicto, donde nuevamente aparecieron en escena Novoa y Coloma.
Además, para tranquilizar a las huestes de la Alianza, el vocero de Palacio, Andrés Chadwick, confirmó la no asistencia del presidente Sebastián Piñera al cónclave gremialista y aseguró que "por parte del gobierno el tema lo damos por cerrado".
Sin embargo, por RN, su mandamás Carlos Larraín lideró los descargos hacia la UDI luego de negar que se haya "sacrificado" a Álvarez para proteger a Rodrigo Hinzpeter, ministro del Interior, encargado de las tratativas con los dirigentes ayseninos Iván Fuentes y Misael Ruiz junto a Chadwick y el titular de la Presidencia, Cristián Larroulet.
"La política es sin llorar" y la partida de Álvarez del gabinete fue "voluntaria", dijo el senador. "En el acuerdo de Aysén no ha habido ningún cálculo político. La pera se cayó de madura en la Undécima Región. No es que se haya sacudido el árbol para ayudar al señor Hinzpeter", agregó.
Por su parte, los también senadores Alberto Espina y Lily Pérez tildaron como un "error" las recriminaciones de sus pares de la UDI, dejando en claro que todos los alegatos deben hacerse en privado.
A nivel más amplio, los diputados Pedro Browne y Frank Sauerbaum indicaron que el episodio "es una muestra de una típica y deleznable práctica en política: la guerra de egos", donde "los ministros y dirigentes de la Alianza debemos estar disponibles para solucionar problemas, no para provocarlos".
"Carteleo" legislativo
Ante el tenso clima político que se respira en el oficialismo tras la dimisión de Rodrigo Álvarez a la cartera de Energía, el analista y académico Marco Moreno manifestó en conversación con Cambio21que a partir de este hecho "se va a expresar un nuevo acto de fractura en la coalición de gobierno. Va a haber un alineamiento de la UDI, o mejor dicho, ya lo hay de parte de los sectores más importantes hacia la figura del ex ministro de Energía".
En su opinión, en el gremialismo "consideran que lo que se hizo fue una afrenta y una humillación, y eso complejiza las difíciles relaciones que han tenido el gobierno con la UDI. Es más, acá la UDI va a intentar sacar dividendos de esto, porque hay que recordar que está la discusión de la reforma tributaria y a este partido no le gusta esta reforma, por lo que es posible que estos elementos contaminen el vínculo que hoy día es muy complejo con Piñera".
Para Moreno, "el principal problema es que en el gobierno calcularon que el impacto iba a ser muy bajo, porque atendiendo al perfil de Álvarez, que es un tipo bastante dialogante, transversal, disciplinado y muy en la línea de los que La Moneda había dicho que iba a hacer y que él hizo, se evaluó que no iba a ver una reacción como la que hubo".
"O sea, una vez más el Ejecutivo falla en la capacidad de predecir y anticiparse a los conflictos internos que puede tomar las decisiones que toma, como también con los actores que están movilizados. Ellos minimizaron y subvaloraron la reacción que podía venir de Álvarez, por eso decidieron dejarlo afuera. Qué pasa, Hinzpeter y Chadwick son los representantes del partido piñerista en el gobierno. Y en ese sentido, Chadwick va a tener varios problemas al interior de la UDI por esta actitud que ha tomado de ser más bien un representante del piñerismo más que de la UDI en el gabinete", enfatizó.
Luego del borrón y cuenta nueva que sorprendentemente llegó desde el seno de la UDI, el comentarista advirtió que la colectividad de calle Suecia y sus pares de RN "entienden que en un año electoral, donde se inició un ciclo electoral, ellos debieran marcar y establecer cuáles son los temas prioritarios de la agenda".
"De alguna manera van a hacer lo posible para que se privilegie su propia agenda y no la del gobierno. Acá vamos a observar una suerte de cartelización legislativa, donde los parlamentarios van a intentar imponer su propia agenda. Por ejemplo, a los parlamentarios les interesa, seguramente a los de la UDI, terminar con el impuesto a los combustibles, pero no así avanzar con la reforma tributaria. Es decir, van a poner sobre la mesa sólo aquellos temas que son o pueden ser funcionales para su posicionamiento electoral en vista a la elección de octubre y las parlamentarias del próximo año", explicó.
En este dilema, concluye Moreno, "el presidente no va a tener ningún control sobre la agenda, que van a ser impuesta por los partidos Asimismo, va a predominar la carta de navegación de los candidatos presidenciales que ya están corriendo. El síndrome del pato cojo se adelantó como nunca antes en un gobierno, por lo que el presidente en los próximos dos años no va a ser una figura importante, porque en realidad serán los precandidatos presidenciales (Allamand, Golborne, Matthei y Longueira) los que van a estar por sobre la del gobierno. Por eso una vez más La Moneda no va a tener ninguna posibilidad de instalar su propia agenda".
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