John Dinges: “Guzmán Es Un Héroe De La Justicia Chilena”
En entrevista con lanacion.cl, el autor del libro “Operación Cóndor: una década de terrorismo internacional en el Cono Sur”, afirma que no se puede poner fecha de termino a las causas de derechos humanos, y evalúa la responsabilidad de la CIA en los crímenes de las dictaduras del continente.
Sábado 26 de febrero de 2005
Por Carmen Muñoz
Desde Estados Unidos, donde es profesor la Universidad de Columbia y miembro de la National Security Archive, una organización que propicia la desclasificación de documentos oficiales del gobierno norteamericano, el periodista John Dinges observa con atención el reciente arresto de la cúpula de la DINA, y evalúa con beneplácito el accionar del juez Juan Guzmán Tapia.
Y su mirada se corresponde con los veinte años de investigación sobre las violaciones a los derechos humanos en América Latina, que lo han trasformado en autor de libros como “Operación Cóndor, una década de terrorismo internacional en el Cono Sur” y “Asesinato en Washington”. No en vano aquí desglosa en detalle la responsabilidad de la CIA en estos crímenes y se permite dudar de los nexos de Michael Townley con esa agencia en el asesinato del ex canciller Orlando Letelier.
-¿Qué tipo de conocimiento y participación tuvo la CIA en los crímenes de la Operación Cóndor?
- La CIA coordinó la inteligencia para combatir a la extrema izquierda, además entregó equipos de computación, telex, enciframiento, y de radio. De armas no hay evidencias, si de compartir inteligencia, donde hubo flujo en ambas direcciones. La CIA tuvo conocimiento de Operación Cóndor desde marzo de 1976.
-¿Usted cree que Michaell Townley tuvo un rol protagónico al interior de la DINA y, a la par, estaba vinculado con la CIA?
- He investigado mucho este tema y no comparto la coartada de Manuel Contreras y de algunos sectores de la izquierda chilena, en el sentido de echar la culpa a la CIA por el asesinato de Orlando Letelier. Los contactos de Townley con la CIA existían antes de su trabajo con la DINA, pero no hay evidencias de que trabajó simultáneamente para ambos organismos. Pero si pienso que, desde el primer momento, Manuel Contreras utilizó a Townley como asesino sabiendo de su anterior conexión con la CIA, con la intención de dejar una huella en sus crímenes que involucrara a la CIA.
-¿Estados Unidos debería iniciar un juicio contra Henry Kissinger por las intervenciones militares que hubo en Latinoamérica?
- No, Kissinger encabezó una política errada y de gran daño para Estados Unidos y para América Latina, pero los crímenes son de los militares latinoamericanos, ellos deben enfrentar los juicios. En mi opinión, debería existir una comisión de verdad en mi país para investigar las “bajas colaterales” de la guerra fría, para llegar a la verdad histórica sobre lo que hizo Estados Unidos, y medir objetivamente y con seriedad los daños humanos. Sin embargo, para llegar a la verdad tiene que haber una investigación no judicial en primera instancia.
-¿Tiene antecedentes sobre eventuales reuniones entre la CIA y Manuel Contreras, con Augusto Pinochet u otros miembros de la Junta Militar o civiles vinculados al régimen militar?
- Por lo menos hubo seis reuniones de Contreras con la CIA en Washington, y parece que Pinochet también tuvo contacto con el subdirector de la CIA Vernon Walters, según unos documentos que tengo en mi poder. Además, Contreras recibió dineros de la CIA en junio de 1975, justo en el momento que estaba planificando la creación de Operación Cóndor.
-¿Cree que el Departamento de Estado norteamericano desclasificó todos los documentos secretos relacionados con Operación Cóndor?
- En lo fundamental, se ha desclasificado todo. Hay rayones, y algunos documentos que faltan o han “desaparecido” de los archivos. Yo sigo buscando la desclasificación de esos documentos, pero no creo que futuras desclasificaciones vayan a cambiar mucho la panorama.
-¿Se podría pensar que el silencio de Estados Unidos se debe al temor de enfrentar la acción de los tribunales internacionales?
- Puedo entender el papel de Estados Unidos en esos años. Una política de complicidad con las atrocidades de Pinochet, Videla y otros; un abandono casi total de los valores americanos de defensa de la democracia y de los derechos humanos. Sin embargo, no fue la CIA la que mató a tres mil personas en Chile, y a 22 mil en Argentina, los culpables son los mismos militares y sus colaboradores en el mundo civil.
-¿Cómo evalúa la gestión del ministro Juan Guzmán en las investigaciones de derechos humanos y, específicamente, en el caso de la Operación Cóndor?
- Conozco muchos de los detalles de la investigación de Cóndor y me parece que Guzmán se ha desenvuelto con mucha precisión y cuidado en la determinación de los verdaderos hechos. A mi parecer, no hay errores en las evidencias del caso. Para mí, y para todos los que hemos investigado los crímenes de Chile, Guzmán es un héroe de la justicia chilena.
-Recientemente la Corte Suprema fijó un tiempo límite a las investigaciones en causas de derechos humanos ¿Qué le parece esta medida?
- Esta bien que se apure un poco, porque el proceso judicial en Chile es terriblemente lento y engorroso. Pero no se pueden fijar fechas, porque los militares simplemente esperarían para que venza el plazo, lo importante es que los tribunales aumenten la presión y los incentivos para que más militares hablen honestamente sobre lo que pasó. La medida de poner fecha va a crear un desincentivo a la honestidad de los testimonios.
-¿A qué agente de los servicios represivos no alcanza aún el brazo de la justicia?
- Hay muchos implicados. Para empezar, todos los oficiales que tuvieron el cargo de “Luis Gutiérrez”, que identificaba al jefe del departamento exterior de la DINA: Iturriaga Neumann, Willike, etc.
-¿Considera suficientes las condenas aplicadas a la cúpula de la DINA?
- Yo apoyo el proceso judicial, lo correcto es que haya habido juicio completo, con sentencia incluida.
-¿Qué opina de los recintos penitenciarios donde están recluidos los ex agentes?
- No sé, tengo entendido que el Penal Cordillera no es como Punta Peuco, con licor y perros.
Desde Estados Unidos, donde es profesor la Universidad de Columbia y miembro de la National Security Archive, una organización que propicia la desclasificación de documentos oficiales del gobierno norteamericano, el periodista John Dinges observa con atención el reciente arresto de la cúpula de la DINA, y evalúa con beneplácito el accionar del juez Juan Guzmán Tapia.
Y su mirada se corresponde con los veinte años de investigación sobre las violaciones a los derechos humanos en América Latina, que lo han trasformado en autor de libros como “Operación Cóndor, una década de terrorismo internacional en el Cono Sur” y “Asesinato en Washington”. No en vano aquí desglosa en detalle la responsabilidad de la CIA en estos crímenes y se permite dudar de los nexos de Michael Townley con esa agencia en el asesinato del ex canciller Orlando Letelier.
-¿Qué tipo de conocimiento y participación tuvo la CIA en los crímenes de la Operación Cóndor?
- La CIA coordinó la inteligencia para combatir a la extrema izquierda, además entregó equipos de computación, telex, enciframiento, y de radio. De armas no hay evidencias, si de compartir inteligencia, donde hubo flujo en ambas direcciones. La CIA tuvo conocimiento de Operación Cóndor desde marzo de 1976.
-¿Usted cree que Michaell Townley tuvo un rol protagónico al interior de la DINA y, a la par, estaba vinculado con la CIA?
- He investigado mucho este tema y no comparto la coartada de Manuel Contreras y de algunos sectores de la izquierda chilena, en el sentido de echar la culpa a la CIA por el asesinato de Orlando Letelier. Los contactos de Townley con la CIA existían antes de su trabajo con la DINA, pero no hay evidencias de que trabajó simultáneamente para ambos organismos. Pero si pienso que, desde el primer momento, Manuel Contreras utilizó a Townley como asesino sabiendo de su anterior conexión con la CIA, con la intención de dejar una huella en sus crímenes que involucrara a la CIA.
-¿Estados Unidos debería iniciar un juicio contra Henry Kissinger por las intervenciones militares que hubo en Latinoamérica?
- No, Kissinger encabezó una política errada y de gran daño para Estados Unidos y para América Latina, pero los crímenes son de los militares latinoamericanos, ellos deben enfrentar los juicios. En mi opinión, debería existir una comisión de verdad en mi país para investigar las “bajas colaterales” de la guerra fría, para llegar a la verdad histórica sobre lo que hizo Estados Unidos, y medir objetivamente y con seriedad los daños humanos. Sin embargo, para llegar a la verdad tiene que haber una investigación no judicial en primera instancia.
-¿Tiene antecedentes sobre eventuales reuniones entre la CIA y Manuel Contreras, con Augusto Pinochet u otros miembros de la Junta Militar o civiles vinculados al régimen militar?
- Por lo menos hubo seis reuniones de Contreras con la CIA en Washington, y parece que Pinochet también tuvo contacto con el subdirector de la CIA Vernon Walters, según unos documentos que tengo en mi poder. Además, Contreras recibió dineros de la CIA en junio de 1975, justo en el momento que estaba planificando la creación de Operación Cóndor.
-¿Cree que el Departamento de Estado norteamericano desclasificó todos los documentos secretos relacionados con Operación Cóndor?
- En lo fundamental, se ha desclasificado todo. Hay rayones, y algunos documentos que faltan o han “desaparecido” de los archivos. Yo sigo buscando la desclasificación de esos documentos, pero no creo que futuras desclasificaciones vayan a cambiar mucho la panorama.
-¿Se podría pensar que el silencio de Estados Unidos se debe al temor de enfrentar la acción de los tribunales internacionales?
- Puedo entender el papel de Estados Unidos en esos años. Una política de complicidad con las atrocidades de Pinochet, Videla y otros; un abandono casi total de los valores americanos de defensa de la democracia y de los derechos humanos. Sin embargo, no fue la CIA la que mató a tres mil personas en Chile, y a 22 mil en Argentina, los culpables son los mismos militares y sus colaboradores en el mundo civil.
-¿Cómo evalúa la gestión del ministro Juan Guzmán en las investigaciones de derechos humanos y, específicamente, en el caso de la Operación Cóndor?
- Conozco muchos de los detalles de la investigación de Cóndor y me parece que Guzmán se ha desenvuelto con mucha precisión y cuidado en la determinación de los verdaderos hechos. A mi parecer, no hay errores en las evidencias del caso. Para mí, y para todos los que hemos investigado los crímenes de Chile, Guzmán es un héroe de la justicia chilena.
-Recientemente la Corte Suprema fijó un tiempo límite a las investigaciones en causas de derechos humanos ¿Qué le parece esta medida?
- Esta bien que se apure un poco, porque el proceso judicial en Chile es terriblemente lento y engorroso. Pero no se pueden fijar fechas, porque los militares simplemente esperarían para que venza el plazo, lo importante es que los tribunales aumenten la presión y los incentivos para que más militares hablen honestamente sobre lo que pasó. La medida de poner fecha va a crear un desincentivo a la honestidad de los testimonios.
-¿A qué agente de los servicios represivos no alcanza aún el brazo de la justicia?
- Hay muchos implicados. Para empezar, todos los oficiales que tuvieron el cargo de “Luis Gutiérrez”, que identificaba al jefe del departamento exterior de la DINA: Iturriaga Neumann, Willike, etc.
-¿Considera suficientes las condenas aplicadas a la cúpula de la DINA?
- Yo apoyo el proceso judicial, lo correcto es que haya habido juicio completo, con sentencia incluida.
-¿Qué opina de los recintos penitenciarios donde están recluidos los ex agentes?
- No sé, tengo entendido que el Penal Cordillera no es como Punta Peuco, con licor y perros.
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