Los otros dirigentes expulsados por el Tribunal Supremo del partido de derecha son Pablo Jofré, ex candidato a la presidencia del partido, y sus pares Raúl Martínez y Juan Pablo Eterovic. Conozca la particular historia del abogado Raúl Meza que se demoró menos de 24 horas en cambiarse a RN.
En una medida inédita desde su fundación en 1988, la UDI, a través de su Tribunal Supremo, decidió expulsar de sus filas a cuatro militantes de la disidencia que en las últimas dos elecciones internas llevaron candidato a la presidencia.
Se trata de Raúl Meza (abogado de los casos tsunami y Antuco), Pablo Jofré (presidente de la fundación Simón Yévenes, el brazo poblacional de la UDI y ex candidato a diputado), Raúl Martínez (ex Seremi de Salud de Atacama) y Juan Pablo Eterovic (empresario y consejero nacional).
Lo novedoso es que Meza tras ser desvinculado del gremialismo firmó de inmediato como militante de Renovación Nacional. ¡Se demoró menos de 24 horas en cambiarse de partido!
Cabe consignar que los cuatro dirigentes cuestionaron públicamente la forma en que, a mediados del año pasado, se renovó la mesa del partido cuando gran parte de sus integrantes pasaron a cargos de gobierno. También hicieron una reclamación ante el Tribunal Electoral Metropolitano, diligencia que finalmente no prosperó.
Según el dictamen del tribunal, con su acción estos dirigentes "no contribuyeron al prestigio que la UDI goza, como partido grande y ordenado, con dirigentes que han sido correctamente electos y desempeñan sus funciones conforme al estatuto aplicable".
El abogado Raúl Meza -reconocido por su histrionismo televisivo- está en la controversia, ya que ha sido uno de los abogados de algunas víctimas del terremoto y tsunami.
Ha sido persistente en culpar a Michelelle Bachelet de supuestos ilícitos. Para eso señalaba que lo hacia libremente "y sin presiones políticas" ....hasta que se conoció que era militante de la UDI....Ha pedido incluso que se cite a declarar a la ex presidenta Bachelet, siendo que ella ya declaró ante la fiscal Huerta.
Fuentes de los tribunales señalan que el abogado Meza decía en un principio que "tenía el poder de 70 víctimas del tsunami, luego bajó a 40 y ahora nos enteramos que es patrocinante...sólo de un familiar de esas personas que sufrieron con el terremoto".
El abogado Raúl Meza -reconocido por su histrionismo televisivo- está en la controversia, ya que ha sido uno de los abogados de algunas víctimas del terremoto y tsunami.
Ha sido persistente en culpar a Michelelle Bachelet de supuestos ilícitos. Para eso señalaba que lo hacia libremente "y sin presiones políticas" ....hasta que se conoció que era militante de la UDI....Ha pedido incluso que se cite a declarar a la ex presidenta Bachelet, siendo que ella ya declaró ante la fiscal Huerta.
Fuentes de los tribunales señalan que el abogado Meza decía en un principio que "tenía el poder de 70 víctimas del tsunami, luego bajó a 40 y ahora nos enteramos que es patrocinante...sólo de un familiar de esas personas que sufrieron con el terremoto".
Qué historial...
Esta es la columna de Carlos Mulsow García, del portal "Atina Chile", donde desclasifica "la verdadera historia" del abogado Raúl Meza, profesional que tras el anuncio de formalización de ocho funcionarios por sus malas decisiones después del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010, declaró en los medios que se debía formalizar a la ex presidenta Michelle Bachelet. Sin duda, un documento de colección.
La canallada del año
Un duro golpe a la soberbia de un pueblo abalanzado al éxito económico y el progreso material que, mareado entre tanto elogio y autocomplacencia, se estaba "levantando de raja". Un amargo e injusto final para un gobierno que supo sobreponerse al hostigoso escudriñamiento al que fue constantemente sometido; un gobierno que, apremiado por la necesidad de resultados y boicoteado hasta por sus propios correligionarios, parecía estar en permanente crisis, pero que sorteó cada obstáculo que se le presentó para acabar teniendo el mayor respaldo ciudadano jamás registrado en Chile; un gobierno al yunque de ser el primer mandato de una mujer, y que sin embargo terminó demostrando más carácter y entereza que cualquiera de los anteriores.
En las horas inmediatas al terremoto todo fue confusión y angustia: las líneas telefónicas colapsaron y la electricidad se cortó en gran parte del territorio, impidiéndonos conocer la real magnitud del evento y haciendo imposible coordinar acciones de rescate y de prevención eficaces. Para peor de males, en el SHOA -organismo responsable de dar la alerta de tsunami a la ONEMI para que ésta prevenga a la población- parecían estar de vacaciones y la dotación de guardia reaccionó torpemente, apresurándose a descartar la posibilidad de un maremoto en circunstancias que todo indicaba que acabábamos de sufrir un sismo similar al de 1960 y que se recibían alarmantes llamados del Servicio Geológico de Estados Unidos, los que no supieron interpretar porque ¡ninguno de ellos hablaba inglés! Una vergüenza mayúscula. Cuando rectificaron era demasiado tarde, pues las autoridades ya estaban abocadas a implementar un plan de contingencia basado en el primer informe.
Nunca sabremos cuántas muertes se hubiera podido evitar si es que el SHOA no se hubiese equivocado, como tampoco llegaremos a saber qué pasó por la cabeza de aquéllos que, ante la duda, decidieron que era mejor desestimar un posible tsunami. Lo que sí sabemos es que el sentido común bastó para salvar a muchos de los que se encontraban en la costa, y que lo más probable es que la mayoría de quienes fueron tragados por las olas fueron víctimas de su propio arrojo o imprudencia. Que me disculpen los familiares, pero una persona juiciosa no se queda a la orilla del mar después de un terremoto. Al menos no después de uno como aquél.
Es por eso que resulta exorbitante que a casi un año del cataclismo (que eso fue) aparezca un abogado en representación de un grupo de familiares de las víctimas presentando una querella en contra de la ex-presidenta Michelle Bachelet por los delitos de "denegación de auxilio" y de "abandono de destino", imputándola así como responsable de la muerte de aquéllos que se llevó el mar.
Inaudito.
¿Demandaría usted a los bomberos por llegar tarde a apagar el incendio en el que murió su hermana? ¿Cómo puede alguien pensar que les haría algún bien a las familias de las víctimas, o a la institucionalidad del país, o a la nación en general, el culpar al presidente de las muertes derivadas del malfuncionamiento de los organismos de emergencia ante una catástrofe natural? ¿De dónde sacan esas familias la idea de que es Bachelet la responsable de que sus parientes ya no estén en este mundo? La respuesta es simple: nada de eso hay en el trasfondo de esta querella; la verdadera motivación que tiene el abogado señor Raúl Meza Rodríguez para presentarla es impedir que Michelle Bachelet vuelva a ser electa presidenta, puesto que si el tribunal la declarase culpable de los cargos, quedaría ella impedida de volver a ejercer cualquier cargo público, de por vida.
Esto es una canallada.
Raúl Meza es militante de la UDI y miembro de la Fundación Simón Yévenes. Entre sus logros se cuenta ser el primer y hasta ahora único abogado en Chile que ha sido suspendido en el ejercicio de su profesión, esto debido a graves faltas éticas que ha cometido particularmente en demandas por negligencia contra médicos, las que incluyen: inducir a sus clientes a utilizar cámaras ocultas para sustentar sus causas, utilizar los medios de comunicación para publicitar sus argumentos fuera de tribunales, y autodenominarse "Fiscal de la Salud", cargo inexistente con el que hacía pensar a sus clientes que tenía una posición en el gobierno como "inspector nacional anti-negligencia", o algo por el estilo. Otra práctica en la que incurría era amenazar a clínicas privadas exigiéndoles grandes sumas de dinero a cambio de no presentar demandas en su contra. Meza se dio a conocer en el caso Quesitos al representar a las doscientas víctimas de la estafa que demandaron a Madame Gil en Francia y se hace llamar el "abogado de la gente", aunque en su facebook y otras páginas de internet es posible encontrar testimonios que permiten hacerse una idea de la verdadera "labor" que cumple con la gente, como el de muchos de los propios estafados con los quesitos que aún esperan la indemnización que lograron en Francia.
Meza es un canalla.
Tras conocerse la resolución del tribunal que lo suspendió, Meza se defendió diciendo que "el fallo es contrario a derecho e inconstitucional, porque se le aplica el código de ética profesional a un abogado que jamás ha pertenecido al Colegio de Abogados ni tiene interés de participar jamás en dicha asociación gremial", refiriéndose a sí mismo. En palabras más simples, alegaba que es injusto que se condene por faltas a la ética a una persona que no la tiene, ni jamás la tendrá.
Meza es un descarado.
¿Por qué pasó tanto tiempo entre la tragedia y la presentación de la querella? Porque obviamente esto no es una iniciativa de las familias. Fue Meza y/o los que están con él en esto quienes se les acercaron con la idea. Y claro, lleva tiempo encontrar un grupo de ellas que esté dispuesto a demandar a un ex-presidente, y otro tanto convencerlas de hacerlo. Lo que no cuesta mucho es imaginar a Meza y/o a sus secuaces recorriendo la costa en busca de los vulnerables, como hienas entre los escombros, fingiendo empatía con los damnificados, ofreciéndoles ayuda, alimentando su rencor, manipulando su dolor.
Qué asco dan
¿Por qué los medios de prensa escrita le han dado tan poca cobertura a un hecho tan ignominioso como éste, y por qué ni siquiera mencionaron el nombre de Raúl Meza cuando escuetamente informaron sobre la presentación de la querella, sino que se limitaron a transcribir un cable en el que se hablaba de "un abogado a nombre de un grupo de damnificados"?
Porque los diarios chilenos están controlados por dos grandes consorcios, ambos de tendencia marcadamente derechista, y no les conviene lanzarse en contra del sentir ciudadano -aún muy cercano a Bachelet- ni menos exponer a su "perro de pelea" de turno a escarnios o reprimendas públicas, con quien por demás seguramente existe algún tipo de acuerdo que contemple discreción en la entrega de la información referente al caso. Después de todo no cualquier abogado se hubiese prestado para una maniobra como ésta y es lógico que quienes están detrás de todo le ofrezcan ciertas garantías al "valiente" que se atreva, y quién mejor que Meza, un tipo cuya imagen ya está por el suelo y que probablemente haría cualquier cosa para congraciarse con su sector.
Qué desafortunada combinación de genes puede dar origen a alguien como él. Meza hubiese defendido a los asesinos de Portales si hubiésemos perdido la guerra. Meza demandaría a la línea aérea que traiga al primer contagiado de la próxima "fiebre animal" con tal conseguir un free-pass de vuelo. Meza hubiese demandado al Profesor Rossa por conducta impropia si fuera primo de Marcelo.
Meza es un abyecto
Si hay alguien responsable de la muerte de aquéllos a quienes se llevó mar, ése somos todos: por olvidar que somos un país sísmico, por perder la cuenta de cuántos años habían pasado desde el último gran terremoto, por no estar preparados para el siguiente, por creernos invencibles, por levantarnos tanto de raja.
Intentar obtener provecho de la desgracia ajena es de lo más bajo a lo que un ser humano puede llegar. Raúl Meza Rodríguez y todos aquéllos que han orquestado esta canallada representan lo más repugnante de nuestra clase política y se merecen que sus nombres sean olvidados y que un día escupamos sobre sus tumbas. Nada más.
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