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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Todas íbamos a ser reinas - Responsables


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Responsables

Capítulo V
A través de los testigos sabemos donde fueron conducidas una vez secuestradas, Cecilia Labrín, Gloria Lagos, Cecilia Bojanic y Jacqueline Drouilly.
Es con Michelle Peña, el 20 de junio de 1975 que perdemos todo rastro. Por testimonios de ex presos políticos detenidos alrededor del mes de mayo de 1975, advertimos que ya en esa época la acción represiva de detener y luego hacer desaparecer a las personas se estaba perfeccionando.
En efecto, algunos de estos prisioneros fueron secuestrados sin testigos y luego conducidos a centros secretos, donde nadie los vio ni vieron a nadie. El único contacto que tuvieron fue. con sus interrogadores y torturadores. Al cabo de un tiempo fueron dejados en libre plática y recién allí encontraron a otros detenidos.
De modo que es frecuente que desde mediados de 1975 la mayoría de los detenidos desaparecen sin dejar rastros. No hay testigos y sus huellas no se pueden seguir. Así sucede con Nalvia Rosa Mena, Reinalda del Carmen Pereira y probablemente con Elizabeth Rekas.
De manera que alguien debe haber pensado y planificado esta nueva forma de represión: detener, secuestrar y hacer desaparecer a una persona. Pero no sólo se planificó la acción en sí sino también se elaboraron respuestas para explicar este fenómeno.
Al no haber testigos se puede afirmar que esa persona no ha sido jamás detenida y si hay testigos, como sucedió en los primeros años, simplemente no se les escucha o no se da fe a lo que relatan. En ambos casos se gana tiempo, ante la presión familiar y de organismos internacionales y nacionales. Frente a esta presión se responde que las acusaciones forman parte de una campana internacional de desprestigio contra Chile o simplemente se niega el hecho y se llega incluso a decir que esas personas no tienen existencia legal (Sergio Diez, embajador de Chile ante las Naciones Unidas, declaró en su informe a la Asamblea General, en noviembre de 1975, que algunas de las personas sobre las cuales se requería información al gobierno de Chile "carecen de existencia legal"). Si se insiste se dan diversas explicaciones: que esas personas salieron del país, como en el caso de Reinalda Pereira quien habría cruzado a pie la cordillera de Los Andes o que se habrían visto en el extranjero como es el caso de Ricardo Lagos conviviente de Michelle Peña del que se dijo que se paseaba tranquilamente por las calles de New York (En el Diario La Segunda del 4 de noviembre de 1975 el representante chileno ante las Naciones Unidas afirma que el afecta o: «"No sólo no está preso sino que la semana pasada estaba alojado en el hotel Tudor de esta ciudad (Nueva York), y yo, personalmente, lo vi en el salón de delegados tomándose un aperitivo acompañado de algunos delegados de esta Comisión"».
Posteriormente el Ministerio de Relaciones Exteriores señala: "Que las declaraciones efectuadas por la delegación de Chile ante Naciones Unidas, en el sentido de haberlo visto en la sede de ese organismo en Nueva York; se refería a la persona del profesor Ricardo Lagos Matus, ya que había consultado por Ricardo Lagos sin indicar su segundo apellido"). Sin embargo la explicación más comúnmente usada es que estas personas no aparecen porque pasaron a la clandestinidad y están combatiendo al gobierno con actos terroristas.
Además de lo anterior existe la oferta de impunidad, oferta que se le da tanto a ideólogos como a ejecutores. Esta consiste en dar la seguridad de que sus nombres y acciones no serán conocidas y si por algún motivo algo se sabe de la verdad, no serán juzgados.
De modo que hay responsables intelectuales, aquellos que idearon en Chile este plan de detención y desaparición de hombres y mujeres para siempre. Así como ejecutores, que también pueden haber participado en la elaboración del plan, aportando todos sus conocimientos y por supuesto su práctica.
Luego de la derrota electoral de la dictadura, el 14 de diciembre de 1989 y sobre todo luego de que Patricio Aylwin jurara el 11 de marzo de 1990 como Presidente de Chile, los antecedentes sobre represión y represores se han generalizado; revistas y periódicos difunden las noticias que en los primeros años sólo unos pocos habían osado denunciar.
En algunos diarios han aparecido listados completos de nombres, de lugares, de acciones de la represión y por supuesto del comportamiento de la justicia. Las planas mayores de la DINA, del Comando Conjunto, del DICOMCAR y de la CNI son conocidas; los nombres de sus responsables son públicos y se encuentran registrados en las Naciones Unidas y en la Organización de Estados Americanos, así como en numerosos organismos de Derechos Humanos nacionales e internacionales.
No pretendemos aquí referimos a todos ellos, mencionaremos tres o cuatro nombres y a ellos los describiremos en detalle. Estos responsables están ligados a la detención y desaparición de estas 9 mujeres y de muchos otros detenidos desaparecidos y ejecutados políticos. Los venimos siguiendo desde hace muchos años a través de testimonios de presos políticos que los describieron en detalle. Sus imágenes, debido al sufrimiento, miedo y dolor provocados por las amenazas y las torturas, pueden estar algo distorsionadas; así como también lo están de alguna manera las imágenes de estas mujeres detenidas desaparecidas, que son descritas por sus familiares y amigos con intenso dolor y emoción. A pesar de ello las imágenes de unos y de otros serán reales en la medida que los busquemos para saber dónde están y conocer la verdad.
El brigadier PEDRO ESPINOZA BRAVO, segundo hombre de MANUEL CONTRERAS SEPULVEDA, fue reconocido en Villa Grimaldi por Adriana Urrutia el día 9 de agosto de 1974.
MARCELO MOREN BRITTO era probablemente el jefe superior de todas las agrupaciones de la DINA encargadas de detener, interrogar, torturar y hacer desaparecer; bajo su responsabilidad estaban los centros secretos. El Capitán MIGUEL KRASNOFF MARCHENKO es visto y descrito como alguien con nivel de jefatura en diferentes centros secretos: casa Londres, José Domingo Cañas, Villa Grimaldi. Es casi seguro que el jefe máximo de la DINA: MANUEL CONTRERAS SEPULVEDA haya dejado definitivamente el Regimiento de Tejas Verdes lugar de adiestramiento de interrogadores, secuestradores y torturadores- en el mes de agosto de 1974 para instalarse en forma estable en Santiago, comunicándose diariamente con su superior y jefe directo General AUGUSTO PINOCHET UGARTE.
PEDRO OCTAVIO ESPINOZA BRAVO
« De 57 años aproximadamente, C.I. No: 3.063.238-9 de Santiago. En 1987 es ascendido a Brigadier. En esa época se encontraba en misión militar en Sud Africa. Su nombre está indisolublemente ligado a la así llamada Caravana de la Muerte", que inicia su trágica trayectoria el 4 de octubre en Cauquenes y termina el 19 del mismo mes en Antofagasta dejando a su paso 68 ejecuciones sumarias. Pero no solo ejecuciones sino además masacres con corvos, con armas blancas.»( 'Los Zarpazos del Puma'. Patricia Verdugo. Páginas 203 a 207)
Acompañaron en este trabajo a Pedro Espinoza, Marcelo Moren Bruto, Sergio Arredondo, Juan Cheminelli y Armando Fernández Larios entre otros. Ellos realizaron las acciones ya que el General Sergio Arellano, jefe de la misión, parece ignorar hasta el momento lo que sus hombres hicieron.
Luego, el militar Pedro Espinoza llega a ser jefe de operaciones de la DINA y miembro de su Estado Mayor. Al parecer, sólo imparte órdenes de torturar, de hacer desaparecer, pero él no actúa, sólo manda.
Más tarde este militar es sindicado por la justicia norteamericana junto a Manuel Contreras y Fernández Larios como uno de los principales ideólogos del asesinato del Canciller Orlando Letelier. En 1978 cuando el caso Letelier estalla tras 2 años de búsqueda, su nombre salta «como responsable a la primera plana. En esa época Pedro Espinoza era Comandante del Regimiento Pudeto de Punta Arenas y debió permanecer 9 meses detenido en el Hospital Militar hasta que la Corte Suprema denegó la extradición. En fecha no precisada fue enviado a Sud Africa, en un cargo tampoco precisado, en la misión militar. Fue traído de regreso a Santiago en febrero de 1987. Se desconoce su actual actividad y paradero.»
MARCELO MOREN BRITTO
En el libro citado: "Los Zarpazos del Puma", Patricia Verdugo nos entrega los siguientes antecedentes de Marcelo Moren Britto: « Segundo Comandante del Regimiento de La Serena hasta la víspera del golpe militar. "Lo envié a cargo de la tropa que, el 10 de septiembre de 1973, me ordenaron enviar a Santiago", aseguró el comandante Lapostol. Participó en la sangrienta ocupación militar de la Universidad Técnica del Estado. "Después dejó a un capitán a cargo de la tropas sin avisarme, y él se puso a disposición del general Arellano", agregó Lapostol. Testimonios de sus superiores lo indican como "exaltado y violento" desde sus tiempos de cadete. En el estado mayor del general Arellano, destacó por su crueldad con las víctimas. Perteneció a la DINA desde sus inicios y fue comandante del recinto clandestino de reclusión llamado "Villa Grimaldi".
Una gran parte de sus prisioneros integran la nómina de detenidos-desaparecidos. Se retiró de la DINA -ya entonces CNI- a fines de 1977, junto con la salida del general Contreras de la Dirección.
Pasó a retiro en junio de 1985, con el grado de coronel. Se ignora su paradero y actividad actual.»
Entre los años 1974,75 y 76, a través del testimonio de numerosos prisioneros logramos describir el retrato hablado y el perfil psicológico de este militar: <Hombre de unos 40 años a esa fecha, alto, de aproximadamente 1,85 metros, corpulento, atlético, ojos grandes oscuros, algo caídos. Pelo liso, más bien delgado, peinado hacia atrás de color castaño. Frente amplia, nariz grande, ancha, boca también grande, mentón casi cuadrado. Voz ronca, fuerte, habla gritando. Viste elegantemente a veces de manera distinguida.»( 'Torture et Resistance au Chili". Reszczynski, Rojas y Barcelo. Pág. 174-175)
Es originario de Temuco, conoce personalmente a muchos detenidos entre ellos a Amanda De Negri, Jacqueline Drouilly y Alan Bruce, en casa de cuyos padres vivía en Santiago mientras estudiaba en la Escuela Militar. Sin embargo es él mismo que hace detener a Alan, quien había crecido junto a él y que está actualmente desaparecido al igual que Jacqueline. « Habitualmente violento y cruel, con reacciones explosivas fáciles frente a fracaso en sus acciones, lenguaje grosero. Se caracteriza por su habilidad en el manejo de los interrogatorios. Posee información y la utiliza con destreza, memoriza textualmente las respuestas que se le dan, retomándolas oportunamente para provocar contradicciones en el detenido; discute con argumentos políticos que revelan conocimientos de las diversas posiciones de izquierda y de sus formas de organización.» ('Torture et Resistance au Chili". Reszczynski, Rojas y Barcelo. Pág. 174-175)
Al ser detenida en su departamento Amanda De Negri lo reconoce y por el gesto que él hace, Amanda está segura que él también la reconoce. Ella coincide y lo identifica con la siguiente descripción.
"Su actitud en general es de prepotencia; explicitando directamente su superioridad y poder absoluto. Amenazante en sus gestos, mirada y lenguaje, no vacila en castigar personalmente" y en el caso de Amanda es él mismo el que la insulta y la golpea al sentirse engañado.
"Ante sus subalternos es altivo, mostrando su superioridad y habilidad. Autoritario, exigente y déspota; da órdenes en forma categórica. A diestra a sus subalternos mediante el terror".
"Con los funcionarios de su mismo nivel, al contrario, dialoga y discute fraternalmente buscando en conjunto avanzar en sus logros, sugiere modificaciones y correcciones que permitan una mayor eficacia en sus tareas.
Prisioneros que estuvieron bajo su poder en 1975 describen que perdía el control. En efecto, cuando sus interrogatorios y sesiones de tortura eran infructuosos se exaltaba con facilidad; ofendido en su amor propio lanza improperios y amenazas, torturando él mismo.
En junio de 1985, con el grado de coronel fue pasado a retiro con honores.
MIGUEL KRASNOFF MARCHENKO
Fue instructor de la Escuela Militar hasta 1973. El día del golpe militar estuvo a cargo del asalto a la residencia particular del Presidente Allende ubicada en la calle Tomás Moro.
De unos 28 años por los años 74 y 75, época en que es descrito por numerosos prisioneros. 1,80 Metros de estatura, atlético, tez clara, pelo liso color ceniza, muy fino, cuidadosamente peinado. Ojos marrón, cejas finas, de rasgos faciales regulares 'buen mozo'. La vestimenta deportiva, sobria, de buen gusto. 'Parece un alemán; un nazi, vestido de civil, su piel muy blanca, manos cuidada?.
Trabaja en la DINA muy probablemente desde su creación. Estaba a cargo de la agrupación "Caupolicán".
Mirada inquisitiva, fría, calculadora, provocadora; observa atentamente al detenido estando pendiente en forma particular de sus reacciones y oscilaciones de ánimo. Establece el interrogatorio a modo de diálogo, fundamentando sus preguntas con información verbal o escrita; discute y contra argumenta refutando de manera despectiva cuando no está satisfecho con las respuestas. Desde un comienzo pone las cartas sobre la mesa lo que sabe y lo que busca; anuncia la tortura inevitable, expresando disgusto en su aplicación pero fundamentando la necesidad de ella. No pierde la oportunidad de hacer ver al prisionero su condición de derrotado, de sometido a sus arbitrios y designios; busca siempre convencer de la inutilidad de negarse a responder, transfiriendo la responsabilidad de la tortura y sus consecuencias al detenido.
La mística y obcecación en su tarea, además de su vanidad, hacen que, por tratar de ganar en el reto del interrogatorio, entregue información que muchas veces el prisionero no posee. El odio hacia el detenido se expresa, tanto en su mirada, como en su ironía y en su desprecio.
Cuando se siente satisfecho con las respuestas obtenidas o por los éxitos de operativos que dirige, se vanagloria, destaca su superioridad y sustenta con mayor convicción la eficacia de sus métodos.
Cuando no logra resultados o es desviado de sus metas, impaciente e irritado, exige en forma violenta e imperiosa lo requerido; si se siente burlado en sus propósitos, no oculta su despecho y se venga destructivamente torturando, sin pretender ya obtener las respuestas buscadas, sólo tratando de desquitarse.
Durante una primera etapa, hasta julio-agosto 1974, trabaja incansablemente, sin interrupción 12 a 14 horas diarias; estas características descritas son las más distintivas de su modo de ser, destacando en especial, en comparación con otros torturadores por su flexibilidad y capacidad de adecuación a cada prisionero; por su habilidad en saber priorizar y seleccionar lo primordial de acuerdo a sus objetivos, sin quedarse estancado en pequeñeces; por su desempeño directo y abierto, en que su actuar desalmado es movilizado por su convicción y consecuencia ideológica y no por la satisfacción de deseos personales primarios.
En la querella contra la DINA interpuesta en 1978 por 70 casos de detenidos desaparecidos, de los cuales se tenían mayores antecedentes, Rol No 553-78 que tramitaba la justicia militar y a la cual se le aplicó la Ley de Amnistía el 20 de noviembre de 1989 el nombre del militar Miguel Krasnoff Marchenko junto al de Osvaldo Romo, Marcelo Moren Britto, Marcia Merino, está citado como responsable directo de 3 casos de secuestro con ulterior desaparición. Muchos otros casos son atribuidos a los más arriba señalados.
Entre los nombres de esas 70 personas, como dijimos, se encuentra el de Nalvia Rosa Mena Alvarado; si bien en relación a esta última es cada día más evidente que al igual que Reinalda Pereira y muchas otras mujeres detenidas desaparecidas ellas fueron hechas desaparecer por la acción del Comando Conjunto en cuya constitución entra como responsable por parte del Ejército Marcelo Moren Britto con su subordinado Miguel Krasnoff y por la Fuerza Aérea, Edgar Ceballos Jones.'
Mientras Moren Britto fue llamado a retiro a mediados de 1985, el militar Miguel Krasnoff es en la actualidad Teniente Coronel y Comandante del Regimiento de Infantería No 8 Tucapel en la ciudad de Temuco.
CONRADO PACHECO.
Mayor de Carabineros encargado del centro de reclusión de Tres Álamos, desde la creación en 1974 y hasta su cierre definitivo. El Pabellón de incomunicados de Cuatro Álamos dependía directamente de la DINA y su responsable era Orlando José Manzo Durán, conocido por los prisioneros como el "Cara Pálida".
A estos recintos llegaron la gran mayoría de los presos políticos que venían de los centros secretos de tortura; igualmente de este lugar fueron sacados en gran número hombres y mujeres que no volvieron nunca más. Conrado Pacheco y Orlando Manzo Durán conocieron sus nombres, dieron las órdenes para hacerlos salir de sus celdas, formarlos y luego entregarlos, sólo ellos saben a quién o a quienes.
En el año 1974, Conrado Pacheco tenía posiblemente alrededor de 40 años. Era de estatura media, más bien bajo, estructura ancha, tosca, somatotónico. Moreno, pelo negro liso abundante, cejas gruesas, nariz algo chata, boca grande. De extremidades cortas, de manos gordas, lenguaje popular, nada de refinado, grosero, vulgar, muy gesticulador. Hablaba permanentemente dando órdenes, indicaciones, en tono entre liviano y fanfarrón.
Frente a las presas políticas tenía una actitud paternalista, trataba de "mijita', con frecuentes insinuaciones de tipo libidinoso; nunca golpeó ni maltrató físicamente a las prisioneras, al menos en público. Las tuteaba y les daba arengas frecuentemente. Todas las mañanas a las 7 A.M. los presos políticos debían formarse para escucharlo. Sus órdenes y reiteradas exigencias las hacia con lenguaje vejatorio y humillante. De profesional no tenía nada. Amenazante, castigaba fácilmente con suspensión de visitas y se dedicaba a fomentar insidias entre los presos políticos. Azuzaba las diferencias de clase, de las presas más pobres contra las profesionales. Estricto con los subordinados, atropellador y brutal. Exigente en el cumplimiento de sus órdenes, se sentía y actuaba como superior.
Tenía a su mando todo el personal de Tres Álamos. Todos eran Carabineros, entre ellos varias mujeres que se sucedían de a dos en los turnos.
Conrado Pacheco recibía personalmente a todos los presos políticos que el personal de la DINA le entregaba. Tenía sus fichas, sus nombres, sus identidades y antecedentes. Cumplía las órdenes de la DINA de mantenerlos incomunicados, de volver a entregárselos o de pasarlos a libre plática.
Era él, como dijimos, el que entregó a los presos políticos que se encuentran detenidos desaparecidos, entre ellos: Jacqueline Drouilly, Cecilia Bojanic y Gloria Lagos.
Fue él el principal responsable de la detención de María Julieta Ramírez Gallegos madre de Marietta y Oscar Castro, presos políticos en Tres Álamos el año 1974 y del marido de Marietta, John McLeod Trener. Ambos fueron detenidos cuando depositaban una encomienda con ropa y comestible para Marietta que recién salía en libre plática; fueron acusados de tratar de introducir un mensaje al centro de reclusión. Conrado Pacheco los entregó a la DINA y ambos se encuentran desaparecidos desde ese momento. Numerosos detenidos fueron testigos visuales de esta situación.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 25ago01

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