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miércoles, 21 de marzo de 2012

Dramático testimonio de brutalidad policiaca: Jueves 15 y madrugada del viernes 16 en la 38ª comisaría de carabineros de Puente Alto. Relato de Anaclara Vidaurrázaga, estudiante universitaria de 19 años


A las 21:00 horas aproximadamente del día jueves 15 de marzo, me encontraba afuera de la estación del metro Elisa Correa de Puente Alto, formando parte de una manifestación por la educación y en apoyo al pueblo de Aysén.
Era una marcha de cerca de 100 personas y no pasaba nada más. Cuando nos dirigíamos hacia la avenida Los Toros nos encontramos con efectivos policiales de fuerzas especiales que nos siguieron en patrullas por esta calle hasta llegar a avenida México donde doblamos hacia el norte.

Al llegar a la plaza Áreas Verdes, carabineros nos dispersó con bombas lacrimógenas que cayeron en las casas y encendieron un árbol, razón por la que la multitud fue dividida en varios grupos más pequeños. Yo acudí a un pasaje perpendicular a México ubicado al Oeste de la plaza, en el pasaje había una casa a la que había caído una bomba lacrimógena. De la casa lograron salir dos mujeres ahogadas a las que intentamos prestar ayuda. 

Pedimos auxilio a efectivos de carabineros que llegaron violentamente al lugar, pero no respondieron a la petición y se fueron rápidamente; la gente que estaba alrededor colaboraba con las mujeres para disminuir el efecto de las bombas lacrimógenas y dejaba registro gráfico y audiovisual de la situación, registro existente de lo que allí sucedía.

Después de un tiempo, una camioneta de carabineros irrumpió en el lugar amedrentando y persiguiendo a las personas que se encontraban en la esquina del pasaje. La gente comenzó a caminar por el pasaje hacia el Oeste; yo y dos amigos (Pablo y Marcos) fuimos a ver qué pasaba en el otro extremo del pasaje, donde llegó otra camioneta de carabineros que junto con el grupo anterior de efectivos nos acorralaron. Un carabinero me sujetó del brazo y me empujó contra la camioneta, recibí golpes en las piernas y en la boca de parte de dos efectivos sin placa ni nombre para identificarlos, me introdujeron en la camioneta y posteriormente a Pablo (que estaba esposado) y a Marcos, nos mantuvieron en la camioneta mientras perseguían a otro joven.

Finalmente llegamos a la comisaría poco después de las 23:00 horas, donde pronto se nos unió Felipe, que se encontraba en muy mal estado y posteriormente se incorporaron 6 detenidos más. Eramos 10 jóvenes entre 15 y 24. Nos mantuvieron de pie, haciéndonos preguntas (nos preguntaban por nuestras creencias, con garabatos, que hacíamos allí si vivíamos -algunos en otros lados- y comentarios amenazantes (les va a ir mal, se burlaban de los observadores de los DD.HH); una carabinera me llevó al baño de mujeres donde ordenó que me desnudara de manera muy prepotente, - sácate la ropa- le dije que no era legal y no tenía nada que ver, una sacó la luma y me dijo "tu creí que no es legal"... con el bastón en la mano a lo que yo respondí que ese era un trato vejatorio y que estaba menstruando, poniendo en claro la incomodidad que sentía en el momento. 

Llegó otra carabinero que junto a la primera insistieron de manera prepotente en que me desnudara. Me desnudé y estando yo desvestida me obligaron a hacer sentadillas y a voltearme reiteradamente durante unos minutos, finalmente pude vestirme y volver donde estaban los demás detenidos que se encontraban revisando sus pertenencias. Junto a un grupo de efectivos, procedí a revisar mis pertenencias junto con una de las carabineras anteriormente mencionadas. Había un teniente rubio que los mandaba...

En la salida del recinto me reunieron con Pablo, Marcos y Felipe. Un efectivo exigió mi firma en el documento que especifica los derechos que se me otorgaban, a lo que solicité leerlos o escucharlos. El carabinero procedió a leernos nuestros derechos y después subimos por una rampla hacia el estacionamiento.

Del grupo de diez detenidos subieron a los siete hombres mayores de edad en la parte trasera de una camioneta de carabineros, mientras a los dos menores en la parte trasera de otra camioneta y a mí en el asiento trasero de esta misma. Al rato se subieron cinco efectivos en ésta y nos trasladaron hacia un centro asistencial que queda en la población San Gregorio. 

Durante el viaje, algunos carabineros hicieron comentarios amenazantes e intimidatorios (estábamos cerca de un peladero y me miro y dijo es un buen lugar para perderse.. insinuando amenazas en tanto mi condición de mujer). 

Cuando llegamos al centro asistencial nos sentaron a los tres e individualmente procedieron a hacernos una constatación de lesiones a cada uno. El resultado de la mía fueron lesiones leves. La doctora hizo caso omiso a la herida y contusión que presentaba en la boca.

Posteriormente nos subieron a la camioneta y bajaron a los hombres mayores de edad después de un largo rato en el que se mofaron de nuestra condición de detenidos, los otros detenidos volvieron a la camioneta después de la constatación de lesiones.

Volvimos a la comisaría donde carabineros continuó con el trato vejatorio e intimidante y nos trasladaron (a los mayores de edad), a los calabozos respectivos. Esperé un largo rato (entre tres y cuatro horas) en el calabozo donde se encontraban dos mujeres de 25 y 35 años -una estaba detenida por pasta base y otra por violencia-, hasta que un efectivo me sacó y me llevó a constatar que mis pertenencias se encontraran en mi mochila junto con Marcos. Como estaba cansada y el carabinero nos apuraba hice una revisión superficial de mis pertenencias y no me di cuenta de que mi cédula de identidad no se encontraba en junto a mis otros documentos. Estoy segura que se las pase a ellos.

Al retirarnos de la comisaría, una vez en el auto de mi padre, hice una revisión más rigurosa de mi mochila y constaté que no portaba mi cédula de identidad. 

En ese momento, mi padre llamó a la comisaría, hablando con el suboficial de guardia (Jara) quien le respondió que la cédula no se encontraba en el recinto. El viernes tuve que ir a sacar carnet de identidad, ante la negativa que lo tenían mis aprehensores de la 38 comisaria de Carabineros. Lo que está claro, es que a nadie se detiene si no tiene carnet...y menos se le deja en libertad sin saber la identificación.

Este es el relato crudo -donde no coloco ningún adjetivo- al comportamiento de unos policias, que algún vez supe que les decían "un amigo en su camino"...

Anaclara Vidaurrázaga Luxoro, 18.293.770-3, estudiante segundo año Historia en la USACH


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