En el 2001, una encuesta de El Mercurio lo ubicó como el segundo hombre más temido de Chile. Hacia 23 años que había dejado el uniforme y, sin embargo, seguía representando lo más siniestro de la dictadura, al punto de eclipsar al propio Pinochet. Al momento de dar esta entrevista en el 2005, para muchos seguía representando lo mismo. Por eso verlo aparecer en el living de su casa, desilusiona. Tenía 75 años, el pelo blanco y un abdomen prominente. No produce ningún impacto por presencia y parece emocionarse cuando habla de sus padres o de Dios. También cuando habla de la Cárcel. En sus declaraciones sigue siendo implacable: los detenidos desaparecidos no existen y los torturados mienten por plata. Sin embargo, está viejo y cansado.
Por Juan Andrés Guzmán
¿Quién le puso Mamo?
-Mi madre
¿Por qué?
-No sé. Ella murió cuando tenía seis años. Era muy cariñosa conmigo y mis dos hermanos.
¿Su padre era militar?
-Si. Y mi abuelo también. Combatió en la Guerra del Pacífico. Mi padre llegó hasta el grado de Coronel. Éramos muy amigos. Murió el 61, cuando yo estaba en la Academia de Guerra.
¿Por qué decidió ser militar?
-Nunca lo decidí.
¿Cómo?
-Cuando terminé el colegio yo quería ser médico.
¿Qué pasó?
-Yo tenía 14 años y mi padre estaba mandando el regimiento Arauco en Osorno. Era 1943. Una noche me mandó a buscar porque había invitado a dos oficiales a comer a la casa. Uno era el capitán Emilio Cheyre, padre del actual comandante en Jefe del Ejército. Y el capitán Cheyre, al que yo conocía porque un primo de él se había casado con una prima mía, me dijo “mañana empiezan los exámenes en la Escuela Militar, ¿quieres postular?”. Era la primera noticia que tenía de esto. Yo miré a mi padre y él miró para el techo. Dije que no había presentado ni un papel, que no había estudiado… El capitán Cheyre dijo que había visto mis notas y que no iba a tener ningún problema. Bueno ya, dije yo. Di el examen y quedé. Y mi comandante de compañía, siendo cadete recluta, fue mi capitán Emilio Cheyre.

¿Siempre fue católico?

-Si.

¿Qué imagen tiene de Dios?

-Es la divinidad que ha permitido que todos estemos vivos.
¿Es castigador?
-Dios es bueno. Yo creo en el Dios que perdona a toda la gente que le pide perdón.
¿Y le pide perdón usted?
-Cuando corresponde. Yo creo que todo lo que sucede es porque Dios lo dispone y creo Dios te va a tener que proteger al mismo tiempo.
¿Dios está en todos lados?
-Por supuesto.
¿Estuvo en Villa Grimaldi?
-Seguramente estuvo y vio lo que hicimos y lo que no hicimos.
¿Por qué permite tanta brutalidad?
-La brutalidad no la hace Dios. La hacen los hombres. Cada uno sabrá cómo responde después cuando le pregunten arriba
¿cómo te fue?
¿Qué va a hacer usted cuando le pregunten eso?
-Mi conciencia está absolutamente tranquila. Dios sabe todo. Jesús sabe todo.
¿Qué representa para usted esa foto de la Moneda bombardeada que tiene a sus espaldas?
-Pienso que los aviadores tenían muy buena puntería.
¿Es un comentario cristiano ese?
-Ese bombardeo no mató a nadie. Por el contrario. Evitó muertes, así que estuvo bien.
QUE LUCÍA PINOCHET MEJOR NO HABLE
¿Qué le parece que Pinochet tenga millones de dólares en Miami?
-No me gusta lo que ha estado apareciendo. En el Ejército nadie puede ahorrar una cantidad de dinero de ese calibre porque los sueldos son bajos. Ahora, puede ser que sea diferente la situación del general Pinochet desde el punto de vista de que él estuvo mucho más de lo normal en el Ejército y además fue Presidente. La justicia deberá determinar si está correcto o no eso.
Para la derecha ha sido decepcionante: estos dineros le dan a Pinochet un aire bananero, como esos presidentes que arrancan con maletas con plata.
-La derecha no tiene nada que alegar. Ellos ni siquiera ha defendido a los militares en los procesamientos, después que llegaban a los cuarteles a tirar maíz y pedían por favor y a gritos que se terminara con el problema de la Unidad Popular. Así que ahora para mi la gente de la derecha vale muy poco. Comprendo que la gente de la izquierda nos ataque, porque ellos nunca van a estar de acuerdo con lo sucedido. Pero la gente de la derecha debiera salir al frente y decir `paremos el cuento, nosotros también estuvimos en esto’.
¿Está decepcionado de Pinochet?
-No puedo estar decepcionado mientras no esté claro todo. Lo que si digo de frentón es NO ME GUSTA.
De lo que sí está decepcionado es de que no asuma su responsabilidad en el tema de los Derechos Humanos.
-Hace mucho tiempo que el general Pinochet debió haber dicho “yo asumo la responsabilidad de todo lo ocurrido en mi gobierno”. Lo bueno y lo malo, porque él era el hombre a cargo de todo.
¿Usted le informaba de todo lo que hacía?
-Si. Yo lo iba a buscar todos los días a las 7 de la mañana y le daba cuenta de lo que era de interés desde el punto de vista de inteligencia. Después él me daba instrucciones sobre lo que había que hacer. De ahí me volvía a mi cuartel y cuando él tenía alguna duda nos comunicábamos por teléfono o por televisión.
¿Cómo por televisión?
-Teníamos comunicación diaria a través de un circuito cerrado de televisión. Varias veces al día nos hablábamos con el Presidente así. Yo estaba en Belgrado y los cables iban por túneles hasta el Diego Portales.
La familia del general cree, sin embargo, que usted no le contaba todo. Lucía Pinochet dijo recientemente: “Mi padre no sabía nada. Yo creo que Contreras tuvo mucho poder”.
-Lucía Pinochet puede decir cualquier cosa. Desgraciadamente ella fue de las que más molestó al principio al Presidente. Como empleada del Instituto de Seguros del Estado no tuvo muy buena actuación. Ella exigió que se le entregara toda la adquisición de seguros que correspondían a todas las instituciones del Estado. Tenía un monopolio. Nadie podía comprar seguros en el ISE sino era a ella. Y sobre eso le pagaban un porcentaje superior al de otros vendedores. Así que mejor que no hable de poder. Yo la conocí bastante. Parece que no sabía que su padre gobernaba este país.
Pinochet dijo algo parecido a su hija: “me culpan de todo lo de Contreras”.
-Si. Y yo le mandé una carta y después él me mandó a decir que lo habían malinterpretado. Y hasta ahí llegó el cuento.
¿No siente que Pinochet lo usó a usted como chivo expiatorio?
-A mi nadie me ha usado. Yo sólo cumplí con mis obligaciones militares. Sin embargo, hay individuos interesados en demonizar a la DINA. Unos para sacarse el ropaje de poder que tenían y otros por odio y venganza. Para todos lo más fácil es decir “la DINA fue”. Pero resulta que la DINA no se manejaba sola. La DINA actuaba directamente bajo las ordenes del Presidente de la República.
PINOCHET FALTÓ A SU PALABRA
Claramente Pinochet ya no asumió su responsabilidad. Su familia dice que no entiende lo que ocurre. ¿Les cree?

-No sé cual es su situación. Hace mucho que no sé nada de él
¿Desde cuándo no lo ve?
-Desde el ’92 en una ceremonia militar. Nos vimos y nos saludamos.
¿No hablaron en 1996, cuando usted debió ir a Punta Peuco?
-No. Él envió unos emisarios que me transmitieron que había un acuerdo, un compromiso, para que yo pasara mi detención en el Hospital Naval de Talcahuano. Estuve ahí tres meses. Y después vinieron a decirme que ese acuerdo se había roto.

¿Pinochet lo traicionó?

-Me faltó a la palabra. Y de eso tengo testigos. No tengo nada que hablar con la gente que falta a su palabra.

Sin embargo, usted tiene una foto de Pinochet en su escritorio.

No. Esa foto es de cuando yo ascendí a general, lo que es distinto. Él está conmigo, no yo con él. Eso fue el 3 de noviembre del 77. Ese mismo día me ordenó que disolviera la DINA y entregara todo a la CNI. “Tiene dos horas para entregar todo”, me dijo.
-Y al año siguiente lo llamó a retiro. ¿Cómo sintió eso usted?
-Era atribución suya. Pero en retiro siguió dándome misiones. Que por favor le viera esto, que por favor le viera esto otro.
¿El episodio de Talcahuano fue la primera vez que él no le cumplió la palabra?
-No. No le voy a decir cuántas veces, pero no era la primera.

¿Alguna le reclamó por eso? ¿le dijo que se sintió traicionado?

-Uno no puede decir esas cosas por la sencilla razón que se guarda el respeto que corresponde a los miembros de las Fuerzas Armadas. Además, qué me iba a decir si yo ya estaba en retiro. No respetar la palabra es un problema de la persona que lo hizo. Y de ahí para adelante le hago una cruz. El sabrá por qué lo hizo. Y por eso está con todos los problemas que tiene ahora. Porque parece que hay más gente que tuvo problemas con él. Yo soy como los árabes: me siento en la puerta de la casa a ver pasar el cadáver de mis enemigos. Y han ido pasando.
¿Tengo que entender que está feliz de lo que le está pasando a Pinochet?
-(Se ríe). El no ha pasado todavía, así que no estoy diciendo eso.
Pero lo complace que esté en problemas.
-No estoy diciendo que Pinochet sea uno de mis enemigos. Pero como ya le dije, no me gusta este asunto de las platas. Me hubiese gustado que hubiera terminado sus días como un hombre transparente, honesto y serio. Si le llegan a comprobar que no es así, va a ser muy desagradable.
RATAS EN LA VAGINA
Explíqueme algo: ¿por qué tirar gente al mar? ¿por qué hacerla desaparecer?
-La DINA no hizo eso. La DINA no tenía helicópteros ni aviones.
El Ejército admitió haber lanzado gente al mar. Y varios de los que sufrieron eso fueron vistos en cuarteles de la DINA.
-No los detuvo la DINA, eso es mentira.

Como militar ¿qué le parece que el Ejército haya lanzado gente al mar?

-Mal me parece. No se debió haber hecho eso. Yo no lo habría hecho.
¿Qué piensa hoy cuando ve a los familiares de los detenidos desaparecidos?
-No los conozco. No los he visto nunca.
Son las mujeres que andan con un cartel que dice ¿Dónde está?
-Que… son pagados. La mayor parte son todos pagados. Me consta. Así es.
Alejandro González del Fasic, ha declarado montones de veces que sacaron una cantidad enorme de gente fuera de Chile. El senador Gazmuri escribió un libro contando cómo sacaban individuos fuera de Chile. Por qué no dan la lista de gente que sacaron de Chile. Porque entre esa gente hay muchos que hoy figuran como desaparecidos. El día en que vea esas listas conversamos. El informe Rettig fue una sola falsedad. Ahí simplemente el que quiso fue y dijo yo tengo un desaparecido y listo. Y lo pusieron. Y el informe Valech más falsedad todavía, porque necesitan dinero. A lo mejor con ese dinero se va a disminuir el desempleo. Mire, yo he sido interrogado ya por alrededor de 60 individuos que dicen haber sido torturados en Tejas Verdes. En el tribunal me leyeron las lista de torturas que se le habría hecho. Yo le dije al señor juez: ponga que todas estas torturas están en el manual del combatiente del gobierno cubano. En ese manual se le ordena al individuo que, al salir de su detención, diga que ha sido torturado y presente tres testigos. Y las torturas que tiene que describir son todas estas. Y eso es exactamente lo que se están haciendo.
Sin embargo, el general Cheyre reconoció que el Ejército tiene una responsabilidad institucional en las violaciones a los Derechos Humanos.
-El comandante en jefe del Ejército sabrá lo que dice. Si él asume esa responsabilidad, es de él. Pero yo no conocí política institucional en el aspecto de violaciones a los Derechos Humanos. No conocí. No sé que antecedentes tendrá para él para haber dicho esto.
El antecedente es el Informe de la Tortura.
-Yo hablo como director de la DINA. Nunca existió una política institucional para violar los Derechos Humanos. Y tampoco me gusta hablar de violaciones a los derechos humanos. Yo prefiero hablar de combate al terrorismo. En este momento se está procesando a los militares que derrotaron al terrorismo en Chile. A la gente que nosotros detuvimos no la pillamos con el rosario en la mano rezando en la parroquia. Los pillamos con un fusil y combatiendo. La DINA fue la que menos detenciones hizo pero la que más combates tuvo. Tuvimos una cantidad muy grande de muertos y heridos. Así que no es efectivo y en eso me pongo absolutamente tajante, que existiera una política que autorizara desaparecer o torturar personas. Si pasó en alguna parte, hay responsabilidades individuales que hay que probar.
En el Informe de la Tortura declararon 35 mil personas ¿Todas mienten?
-No sé cuantos son. Lo único que se es que toda esa gente quiere plata y nada más. Yo tengo más de 150 declaraciones ante notario, de gente que fue detenida y que dice que NO fue torturada. Más todavía, tengo declaraciones de gente que dice que fue llamada de la Vicaría de la Solidaridad para decir que fueron torturados. Así que cuidado con esos 28 mil o 35 mil.
No sólo las víctimas hablan de tortura. Hay un ex detective que contó en El Mercurio cómo en el cuartel conocido como la Venda Sexy tenía un perro para violar a los detenidos.
-Y también dicen que con un tubo le ponían una rata en la vagina… ¿usted cree que eso es así?
La mayor parte de los chilenos lo cree.
-La mayor parte de los chilenos está influenciada por malos periodistas… Eso es absurdo. Es ridículo. Es tonto. Es grosero. Eso es simplemente una afrenta al personal militar. Los militares no fueron entrenados para torturar ni matar gente indefensa. Jamás. Se les enseñó a combatir con un individuos armados. Y eso es lo que hicimos. Hay un fallo reciente donde una mujer dice que la violaron. Pero hay un detective honesto, que declara que lo dimos de baja en 1975 porque los guardias de Villa Grimaldi dieron cuenta de que había abusado de una detenida. Esa era nuestra política. El que cometía una falta de ese tipo, fuera.
¿No hubo ratas en la vagina, perros violadores?
-Jamás.
¿Qué esperaba que reconociera Pinochet si usted dice que no pasó casi nada en términos de Derechos Humanos?
-Todo lo que pasó en su gobierno. Todo.
Pero si usted dice que no pasó nada.
-Yo sólo he hablado de lo que corresponde a la DINA.
¿Está de acuerdo con no hay nada que justifique la tortura, como dijo el general Cheyre?
-Completamente de acuerdo. Pero con una cosa bien clara. Siempre y cuando se considere lo que ocurrió del 67 para adelante. Porque resulta que primero salieron con un informe Rettig y ahora con un informe Velch, pero dejaron en blanco, la página más negra de la historia de Chile que es lo sucedido antes de 1973. Una vez que se sepa eso vamos a completar la historia. Porque no puede dejarse afuera el hecho de que antes del ‘73 hubo 45 mil atentados, ATENTADOS, Mil 200 muertos, heridos y torturados. No se puede dejar afuera la formación de un ejército guerrillero como el que hubo en Chile. El gobierno, el ‘73, le comunicó a la Cámara de Diputados que existían 21 mil extranjeros que habían ingresado a Chile. TODOS ERAN TERRORISTAS. Yo tengo la lista de mil 500 hombres que eran del ejército Soviético, y había en Chile sobre 10 mil cubanos al mando de un general. Cuando se sepan todas estas cosas hablamos.
DERECHA CHUECA
¿Qué pasa con los adherentes de Pinochet? En su último cumpleaños no hubo ningún senador, ningún político conocido…
-Es que así es la ingratitud de la gente. Es el chaqueteo. Si estás arriba todo el mundo te rinde homenaje, te alaba y te encuentra inteligente. Pero de repente te chaquetean y te dejan abajo. Ni los animales dejan botados así a sus congéneres.
¿Dónde está la derecha ahora?
-La derecha está escondida en su casa y ninguno sale a defender a los militares que evitaron que les quitaran la hacienda y la vida. Porque nosotros tranquilizamos el país para que se pudiera iniciar el desarrollo económico. Nosotros sacamos al país de las cenizas donde lo dejó la izquierda.
La UDI ha dicho que si no fuera por los civiles la situación de los derechos humanos habría sido peor…
-Eso no es efectivo. Lo que ocurre es que aquí cada uno trata de salvar su pellejo. Los que debían apoyarnos, los que saben que se nos acusan de cosas absolutamente falsas, debieran respaldarnos. No se trata de sacarse los pillos con los militares.
Siente que se están sacando los pillos con los militares.
-En cierto modo sí. No toda la derecha pero sí algunos individuos. Y no sólo de la derecha sino otros partidos que también estaban en el mismo carro alegórico en ese tiempo.
¿Se refiere a la DC?
-Exactamente.
Más allá de los partidos, la gente común y corriente ¿colaboró con la DINA?
Yo calculo que la DINA debe haber tenido unos 50 mil informantes en Chile. Informantes que podían ser pagados o voluntarios.
¿Hubo gente que denunciara sin fundamentos, que se quisiera vengar de alguien a través de ustedes?
-Muchos. Pero una denuncia no bastaba. Nosotros chequeábamos. Actuábamos selectivamente contra los terroristas.
¿La UDI tienen responsabilidad en la violación de los Derechos Humanos?
-Cada uno debe asumir la responsabilidad que le corresponda. Pienso que si los civiles de la derecha o lo que sea no están afrontando responsabilidades es porque nadie se ha querellado en contra de ellos. Porque me imagino que los terroristas deben tener instrucciones de no querellarse en contra de civiles de la derecha. Porque sino, de lo contrario, también tendrían que estar dando la cara. Contra los militares se puede querellar cualquiera.
Esta semana se querellaron en contra de Sergio Fernández por el tema de tortura. ¿Qué le parece que ahora les toque a los civiles?
-Si tienen las pruebas correspondientes, está bien que respondan los que sepan del problema.
¿Los ministros del interior sabían de las detenciones que hacían los organismos de inteligencia?
-Por supuesto que sabían.
¿Hay alguien en la derecha que usted respete?
-De los que yo conocí, Sergio Onofre Jarpa, que era consecuente con sus ideas. También Francisco Bulnes.
¿Y de los que están activos hoy?
-Jorge Ulloa, Alberto Cardemil.
¿Han sido consecuentes ahora?
-Es posible que, dada su calidad de políticos, no se metan en lo que saben que les puede afectar.
En la UDI, para tomar distancia de usted dicen que Jaime Guzmán siempre se opuso a usted. ¿Cómo era su relación con Jaime Guzmán?
-Nunca hubo una disputa con Jaime Guzmán. Hablamos muchas veces. Lo que pasa es que la historia la escribe quien quiere.
LA VENGANZA DE LOS POLÍTICOS
Dentro de poco usted va a volver a Punta Peuco…
-Ya veremos.
La Corte Suprema ratificó un fallo que lo condena a 12 años.
-La Corte Suprema puede decir muchas cosas. Yo no soy adivino y no me gusta hablar sobre cosas que podrían pasar. Yo hablo sobre hechos.
Bien. Es un hecho que usted estuvo preso en Punta Peuco. ¿Qué le produce volver ahí?
-Yo fui por lealtad. No porque me hubiesen probado nada. A mi no me probaron nada. Y si yo hubiera querido no voy. En esos días en que hubo muchos buscando embajada donde refugiarse. Pero yo había ayudado a pacificar el país y no podía desordenarlo de nuevo. Mi conciencia me lo impedía. Como militar mi honestidad, mi honradez no me lo permitía.
¿Cómo fue haber estado siete años en la cárcel?
-Yo no estuve en la cárcel. Estuve en un recinto militar donde no vi nunca un gendarme. Nunca. No como los oficiales y suboficiales que están en Punta Peuco ahora: en forma humillante. Esa es una venganza de los políticos. En ese tiempo un pudieron hacerme eso. Sabían que no podían hacerlo. La venganza que se tomaron conmigo fue que jamás salí en libertad condicional. Yo cumplí los siete años pese a que en tres oportunidades la Corte Suprema ordenó que tenían que darme la libertad. El director de gendarmería en ese tiempo, un alto personero del Partido Socialista, no aceptó la orden de la Corte Suprema.
¿Cree que no se va a ir preso?
-Le digo que no soy adivino.
Veámoslo así: ¿ Está planeando ir de vacaciones este verano?
-Yo no salgo de vacaciones. No tengo casa en la playa porque no tengo cuenta en el Riggs.
¿Tiene miedo de volver a la cárcel?
-Yo nunca he estado en una cárcel. Yo estuve en un recinto militar.
¿Necesita pensar que no es una cárcel?
-Es que yo estuve en un recinto militar donde podía ver a mis amigos todos los días si quería. Y salía mucho. Fui al Hospital Militar un montón de veces. Tengo un montón de enfermedades.
¿Qué le parece que Cheyre haya revalidado de la figura del general Carlos Prats?
-Me parece bueno.
A usted se lo acusa de haber ordenado el asesinato de Prats.
-A mi no me han acusado de eso. Lo que ocurre es que hay un grupo de oficiales estamos imputados de haber propiciado la muerte de Prats. Pero quien es el autor del homicidio es Michael Townley con su mujer Mariana Callejas. Y Townley era agente de la CIA.
Entonces ¿lo afectó el asesinato de Prats?
-Por supuesto que me afectó. No voy a decir que era mi amigo, pero teníamos un contacto bien fluido. Cuando yo estaba en Tejas Verdes y él estaba de ministro hubo mucho contacto porque era zona de emergencia. Fue un hombre muy inteligente. Fue primer puesto en la Academia de Guerra. Tuve muy buenas relaciones con él siempre. Me acuerdo que era comandante del regimiento en Osorno, el año 72 y el era ministro del interior. El me llamaba directamente y conversábamos mucho.
Hoy Michelle Bachelet, una mujer que dice haber sido torturada por la DINA, tiene posibilidades de ser Presidenta ¿qué opina?
-Es falso en lo que corresponde a la Dina. Yo no la conocí ni a ella ni a su madre. Yo no tenía por qué preocuparme de ellas porque no eran terroristas. Fue el general Gustavo Leigh quien pidió que fueran detenidas. A mi me dieron la orden y no me gustó. Y como no me gustó, hice lo siguiente: ordené que las detuvieran y se las entregué a la Fuerza Aérea. Y así se hizo. No pasaron por ningún cuartel de inteligencia de la Dina.
Ella dice que estuvo en Villa Gimaldi.
-Falso. La señora Bachelet y su madre, la señora Jeria, estuvieron en un local de la Fuerza Aérea. Un juez me dijo a mi, “yo creo que estuvieron en la casa amarilla de Américo Vespucio que es muy parecida a Villa Grimaldi”. Yo no conozco ese lugar. Además, en el libro de Fernando Villagrán, “Disparen a la bandada”, la señora Jeria dice que un oficial de la FACH la encontró dentro de un cajón y ordenó que la soltaran y que le sacaran la venda. Eso demuestra que no estuvo en Villa Grimaldi porque nunca hubo ningún oficial de la Fuerza Aérea en esa unidad. Lo que creo que pasó es que a ellas las convencieron de que estaban en Villa Grimaldi.
Pero ¿qué le parece que llegue a ser Presidenta?
-Creo que Chile no está preparado para votar por una mujer como Presidenta.
Prats volvió a su sitial en el Ejército; Pinochet está sólo y con líos en el Riggs; y es probable que usted se vaya preso de nuevo. La historia los está dejando botados parece.
-La historia aún no se escribe. Hay que esperar una decantación.
Después del informe de la Tortura el ex almirante Martínez Bush dijo “nos han robado la historia”.
-No lo veo así
Lo que dijo Cheyre es una forma de cerrar la historia.
-Él es el comandante en jefe y puede decir lo que estime conveniente.
Parece que lo que estima conveniente Cheyre es tomar distancia de ustedes.
-El Ejército de Chile siempre nos ha apoyado. Siempre ha estado a nuestro lado en todo sentido. Obviamente ellos no pueden andar por la calle gritando “le ganamos al terrorismo”. No pueden, son militares. Pero si pudieran lo harían. Yo pertenezco a la familia militar. No estamos fuera del Ejército. Es nuestra institución. El comandante en jefe tiene su responsabilidad.
¿Tiene miedo usted?
-No le tengo miedo a nada ni a nadie.
¿A la soledad?
-No. Nunca he estado solo
¿Al olvido?
-El olvido es un problema del tiempo.
¿Le tiene miedo a la muerte?
-No. La muerte viene cuando quiere. Ya tengo 22 atentados en mi contra. Qué le voy a tener miedo a la muerte.