El exilio chileno, de una magnitud no conocida en la historia del país fue motor de las campañas de solidaridad, llegó a todos los continentes y decenas de países vieron surgir los Comités de Chilenos, que no cesaron en su actividad de denuncia y solidaridad, junto a los movimientos de ciudadanos de los países que los recibieron, apoyaron y que desarrollaron masivas campañas solidarias, apoyaron económicamente a la resistencia chilena, lograron que la comunidad internacional, en Naciones Unidas, condenara cada año las tropelías de la dictadura.
Muchos, además de aprender a comer las empanadas chilenas, a bailar cueca, a vestir ponchos y aprender el “chileno”, hicieron su experiencia política, al calor de la solidaridad con Chile. Y en muchos países, llegaron a ocupar puestos de mando en los Ejecutivos de sus países, y en sus respectivos parlamentos.
Pero había un hilo conductor detrás de todo ello. Radio Moscú y su programaEscucha Chile, en primer lugar, era efectivamente en sus momentos duros, “la voz de los que no tenían voz”, en el país, una voz “que la Junta no podía acallar y la voz de la solidaridad internaciónal”, como decía cada noche, durante años Katya Olevskaya, una figura entrañable para los chilenos.
Muchos vivimos la notable experiencia de trabajar “en Chile”, “para Chile, con las noticias del dia, denunciando, entrevistando, entregando testimonios, desde Moscú, desde la calidez de la solidaridad y amistad de Radio Moscú Internacional, hoy La Voz de Rusia y de su gente.
Es un recuerdo, un orgullo, y un agradecimiento que nos seguirá acompañando toda la vida, tal como lo señala hoy en nuestro programa el Comandante Ernesto Galaz, el oficial de la Fuerza Aérea de mayor rango de los prisioneros de guerra, que aun testimonian el horror de esos días, sometido a Consejo de Guerra y torturas, condenado a muerte, pena que luego le fue conmutada por destierro, exilio.
Fue compañero de celda del general Alberto Bachelet, padre de la ex presidenta Michelle Bachelet, hoy nuevamente candidata a la Presidencia de la República, también torturado por su compromiso con el Gobierno Constitucional de Salvador Allende, y testigo de la muerte de éste en una celda de la cárcel Pública de Santiago, el 12 de marzo de 1974,
-Tuve efectivamente en aquel tiempo la oportunidad de viajar a Moscú, luego de haber estado en la RDA, en el Comité Central del Partido Socialista, y en Moscú tuve la misión de relacionarme con el PCUS, y en esa función, me correspondió hacer una incursión en la Radio Moscú, donde encontré naturalmente una acogida fraternal. Recuerdo con mucha emoción a compañeros, como José Miguel Varas, Marcel Garcés, José Secal, quienes me ayudaron a elaborar y entregar un mensaje al pueblo de Chile, que en aquellos tiempos, evidentemente, su mejor información, venía del exterior.
Resulta paradógico, pero afuera nosotros conocíamos más de lo que pasaba en Chile que los que estaban en el país. Esta Radio Moscú, era una especie de ventanilla que entregaba a mucha gente en Chile una visión de lo que estaba sucediendo, y más que eso, le entregaba una fuerza, una dinámica muy particular para soportar todas aquellas vejaciones, y elementos distorsionadores de su personalidad en este mundo tan difícil que estaban viviendo ellos en Chile.
La Radio Moscú estaba prohibida en Chile en ese momento, y aquí recuerdo algo muy importante que es bueno señalarlo.
Yo tomé contacto con la Radio Moscú en aquella época que fui a la Unión Soviética, pero ya antes había tenido contacto con Radio Moscú, porque en los primeros meses de 1974, cuando nos lanzaron a las cárceles y estuvimos en una asquerosa celda reunidos como 15 personas, además del resto que estaba en ese patio, allí compartíamos celda, el capitán Garvacho, el capitán Vergara, el general Poblete, el teniente Dixon, que acaba de hacer un libro sobre la materia -en fin, habíamos varios oficiales allí hacinados, y nos ingeniamos para llevar una radio portátil, y a través de un ingenioso sistema de alambres en el patio que simulaban tendedores de ropa, logramos una buena antena. Y escuchábamos Radio Moscú, a principios de 1974. encarcelados.
Y allí recuerdo yo la cálida voz de Katia, pidiendo libertad para Corvalán y para todos los presos políticos. Y nombraba a todos aquellos que estábamos allí, lo que nos introducía dos sensaciones. Una de alegría de saber que estaba todo el mundo pendiente de nosotros y otra de de cierto temor, porque Radio Moscù nos estaba diciendo que estábamos en la cárcel, y recordemos que en aquella época nosotros éramos “enemigos internacionales de la Patria”.
Era compleja la situación pero nos alegraba mucho, que una radio internacional sabía que estábamos encarcelados y estaba pidiendo nuestra libertad.
Ahora te voy a decir lo siguiente. Posteriormente, y he conversado con mucha gente que escuchaba Radio Moscú, evidentemente que fue un alivio para ellos, escuchar esa voz, la voz tuya, la de José Miguel Varas, la de Secal, era una especie de ventana para el espíritu de esta gente que estaba en el paìs, prácticamente con una autoestima por los suelos. Y esa voz que llegaba de Moscú, los alentaba, les daba la esperanza que algo distinto podía pasar en un breve plazo. No fue tan breve pero fue una ayuda enorme, espiritual.
http://networkedblogs.com/OTd26
http://spanish.ruvr.ru/2013_09_06/Escucha-Chile-de-Radio-Moscu-la-voz-de-la-solidaridad-internacional-5897/
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