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sábado, 17 de noviembre de 2012

Golborne, la UDI y el factor Longueira


La ausencia del ex timonel del cónclave en que el partido proclamará hoy al ex titular del MOP, dicen en la colectividad, es una muestra de un proceso de alejamiento del ex senador con el centro de las decisiones gremialistas.
por Texto: P. D. y D. L. - Fotografía: Pedro Cerda / AgenciaUno / A



CERCA de las 16 horas del lunes 5 de noviembre Patricio Melero recibió una llamada telefónica de Pablo Longueira. Según dirigentes del partido, el ministro de Economía lo hacía para entregar un mensaje al timonel de la UDI: respaldaría la decisión del partido de proclamar como candidato presidencial a Laurence Golborne apenas este dejara la jefatura del MOP. Algo que ocurriría un par de horas después: tras la ceremonia en La Moneda a las 18 horas en que el Presidente Sebastián Piñera anunció también la salida de Defensa de Andrés Allamand -abanderado de RN-, la comisión política gremialista formalizó su apoyo al ex titular de Obras Públicas.
Hasta antes de ese llamado, dicen personeros gremialistas, en el partido había cierta preocupación sobre qué actitud asumiría Longueira -quien no quiso entregar su versión a La Tercera- ante la decisión del partido de apurar la proclamación. Esto había sido definido la tarde del domingo 4 en la casa de Golborne, en una cita con Melero y los senadores Jovino Novoa y Juan Antonio Coloma. Ahí, según asistentes, el entonces ministro del MOP dijo que -ante la inminencia del ajuste de gabinete- se debía tomar un acuerdo y desterrar cualquier “contradicción vital”: él dio la seguridad de que no echaría pie atrás en los meses siguientes aduciendo que la contienda electoral era “demasiado dura”, pero -al mismo tiempo- que la UDI debía cerrarse a la idea de que era mejor “perder con uno de los nuestros”. La alusión a Longueira era obvia y el pacto de esa tarde, señalan en el partido, le fue comunicado a él.
El episodio, comentan en la colectividad, tiene como telón de fondo lo que es definido por varios dirigentes como un progresivo alejamiento de Longueira del centro de las decisiones del partido. De hecho, según altos personeros oficialistas que han conversado con el ex timonel UDI, él admite en privado cierta incomodidad por las definiciones de su colectividad en materia presidencial.
La señal más clara en ese sentido fue que Longueira anunció hace una semana que no asistirá al consejo directivo ampliado que se realizará hoy en el hotel Intercontinental, cita en la que Golborne intervendrá para sellar su alianza con el partido.
Pero, además, en el gremialismo dicen que la distancia de Longueira también tiene que ver con roces y alineamientos distintos al interior del círculo de dirigentes históricos de mayor influencia en la colectividad: Jovino Novoa y los llamados “coroneles”, que son Longueira, Coloma y Andrés Chadwick, ahora ministro del Interior.
Un hito clave en este proceso fue el consejo directivo ampliado del 7 de julio pasado en Algarrobo. En los días previos al encuentro, el ministro comunicó a la mesa del partido su decisión de renunciar a la contienda presidencial y respaldar a Golborne. Detrás de esa definición, dicen quienes han conversado con él, estaba un diagnóstico suyo muy crítico del desempeño de la directiva gremialista encabezada por Melero y Novoa: la crítica era haber asumido una línea “demasiado pragmática” con miras a acercar al partido a Golborne, la figura mejor posicionada en las encuestas. Esto ya había comenzado en el consejo general de abril, cuando Coloma -uno de los más cercanos al ministro del MOP- traspasó el mando UDI a Melero. En esa cita se aprobó un voto político en que el gremialismo definió que respaldaría a “quien mejor interprete nuestras ideas”, evitando usar la palabra “militante”.
Longueira, por el contrario, apostaba por levantar una discusión sobre qué objetivos políticos debía ponerse la UDI y, en ese contexto, qué carta era más funcional para eso.
A un mes antes del cónclave en Algarrobo, Longueira pidió a Melero apurar las definiciones partidarias, instando a que la UDI zanjara a su carta presidencial a través de una votación de un consejo general o mediante una elección “un militante un voto”. Los dos mecanismos lo podrían favorecer. De hecho, en el partido varios sostienen que Longueira tiene un fuerte arrastre en las bases -que asiste en masa a los consejos generales y donde han sido tradicionales los gritos de “se siente, Longueira presidente”- pero este es menos nototio en los consejos directivos, que representan mayormente a la cúpula del partido.
Como sea, en el gremialismo dicen que en ese momento pesó más la postura pragmática de Melero, Novoa y Coloma apuntando a alinearse con Golborne. Longueira optó por evitar una pelea que habría dividido a la colectividad.
Así, ante la oferta del ministro de Economía de renunciar públicamente durante la cita en Algarrobo, tanto la mesa UDI como el Presidente Sebastián Piñera hablaron con Longueira para que no lo hiciera.
El objetivo era que un escenario a tres bandas, Longueira-Golborne-Allamand, evitaba que la carrera se desatara entre estos dos últimos, avivando un quiebre en el oficialismo y complicando la agenda de La Moneda. El ministro aceptó.
Pero, dicen sus cercanos, debió también asumir el costo de mantener, al menos en apariencia, una postulación que pese al transcurso de los meses, no prendía. En privado, Golborne y los dirigentes de la UDI han valorado ese gesto.
Esto abrió una dinámica en dos sentidos, según la califican algunos parlamentarios de la colectividad. En primer lugar, Longueira fue tomando cada vez más distancia de la dirección gremialista. A fines de 2011, las diferencias con Novoa sobre la reforma tributaria impulsada por el gobierno eran públicas. Además, varios de los diputados que forman la base dura del “longueirismo” en la bancada -Gonzalo Arenas, Carlos Recondo, Felipe Ward, entre otros- fueron resintiendo la lejanía del líder histórico.
En segundo término, la directiva de la colectividad fue afiatando cada vez más sus lazos con Golborne. Según cercanos al ex titular del MOP, fue un proceso lento, con numerosas reuniones privadas. Golborne encontró en Melero a un timonel accesible y en Novoa, agregan las mismas fuentes, a un dirigente “flexible, más de lo que el resto cree”. Con Coloma la relación tuvo como nexo al hijo del senador, Juan Antonio, estrecho asesor de Golborne en el MOP.
Esto, en paralelo a las más de una decena de reuniones que ha tenido este año, en completa reserva, Golborne y Longueira. Si bien el ex lider UDI ha dicho que está colaborando desde hace meses en la precandidatura de Laurence Golborne, cercanos al precandidato dicen que tiene vínculos más fluidos con Melero y Novoa.
En síntesis, coinciden varios parlamentarios de la colectividad, Longueira redujo sus nexos y piso en la colectividad, terminando en un escenario similar al de 2009, cuando buscó levantar una candidatura presidencial -apoyado por Chadwick- pero la mesa de Coloma logró imponer el criterio de proclamar a Piñera. Sería la segunda vez que le ocurre lo mismo.
Quienes han hablado con el ministro, en cambio, dicen que lo que Longueira critica es que la UDI optara rápido por refugiarse bajo el paraguas de la alta popularidad de Golborne. “Los parlamentarios están preocupados por su reelección, más aún con la incertidumbre del voto voluntario”, dice un alto personero gremialista.
Como sea, la distancia quedó instalada, dicen en el partido. En la misma dirección se interpreta la decisión de Pablo Longueira de declinar el ofrecimiento de la UDI del cargo de generalísimo de la campaña parlamentaria. Esta responsabilidad implicaba desde luego su salida del gabinete.
Otra muestra: desde el partido enviaron mensajes en los últimos días al titular de Economía para que hiciera un gesto más explícito de apoyo en favor de Golborne. El fin de semana pasado, en El Mercurio, Longueira había dicho que “si yo asumía el desafío presidencial hacía inviable una candidatura de Golborne”. Era primera vez que el ex timonel deponía explícitamente su opción, pero fue considerado un apoyo demasiado tibio en favor del ex jefe del MOP.
Así, el jueves pasado, Longueira dijo que el próximo año podría dejar el gabinete para reforzar la campaña de Golborne, si es que este vencía en las primarias. Además, elogió al abanderado gremialista, destacándolo como ejemplo de “meritocracia”. Los dichos incomodaron a Chadwick, que busca que La Moneda mantenga prescindencia absoluta en la contienda de primarias oficialistas. Pero dejaron más tranquila a la plana mayor UDI y al propio Golborne.
De hecho, este último tiene previsto hacer hoy un gesto al ministro de Economía en su intervención ante el consejo directivo ampliado de la colectividad. Tal como lo hizo la semana pasada en un almuerzo con la bancada de diputados en Valparaíso. Después de todo, reconocen altos personeros del partido, un gesto a Longueira es un gesto a gran parte de las bases de la UDI. Eso también lo sabe Laurence Golborne


http://diario.latercera.com/2012/11/17/01/contenido/reportajes/25-123281-9-golborne-la-udi-y-el-factor-longueira.shtml

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