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martes, 12 de junio de 2012

Agente de la DINA se fue de Toyo con el Fraude en el Plebiscito de 1980


Miles de agentes de seguridad y funcionarios votaron varias veces en el plebiscito convocado por Augusto Pinochet en 1980 para refrendar la Constitución, reveló por primera vez un ex agente de la polícía secreta en un libro de próxima aparición. Para verguenza de los chilenos, es la misma Constitución que hoy rregula la institucionalidad del país, y a la que los parlamentarios de derecha se aferran como si en ella se les fuera, sino la vida, por lo menos gran parte de sus privilegios. Cambiar esa Constitución es el gran objetivo.

Se trata de Jorgelino Vergara, que durante la dictadura (1973-1990) perteneció sucesivamente a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y a la CNI (Central Nacional de Informaciones) y llegó a ser ayudante personal del general Manuel Contreras, el temido jefe de la DINA.

En el plebiscito, celebrado el 11 de septiembre de 1980, todos los miembros de la CNI, además de muchos funcionarios públicos y leales al régimen recibieron la orden de votar varias veces para facilitar el triunfo del "sí" a la Constitución, dijo Vergara.

El ex agente reveló el fraude al periodista Javier Rebolledo, quien lo consigna en su libro "La Danza de los Cuervos", que será presentado el próximo 25 de junio en Santiago, según adelantó a EFE.

La ausencia de registros electorales -los antiguos fueron destruidos por la dictadura- facilitó el fraude, pues sólo se necesitaba el documento de identidad para votar en el plebiscito, en cualquiera de los lugares habilitados para ello.

"Estábamos acuartelados (...) Nos ordenaron que debíamos acudir a diversos municipios de Santiago para votar por el sí a la Constitución", relata Vergara en el libro.

De ese modo, unos 3.000 agentes de la CNI pasaron el día recorriendo diversos sectores de Santiago, en todos los cuales votaron, con sólo un paréntesis al mediodía para almorzar, añade y precisa que en el recorrido se encontraban con funcionarios de otras reparticiones "que andaban en lo mismo".

Vergara señaló que al parecer los responsables de los locales de votación estaban al tanto de la maniobra, pues en ninguno tuvieron problema alguno y "nadie nos pidió siquiera ponernos en la fila".

Según datos oficiales, en el plebiscito de 1980 ganó el "Sí" con un 67,04 por ciento de las preferencias, frente a un 30,19 por ciento de votos por el "No". Hubo además un 2,77 por ciento de votos nulos y un 1,33 por ciento de votos en blanco, para un total de 6.271.868 sufragios contabilizados.

Jorgelino Vergara se hizo conocido masivamente en Chile el año pasado como protagonista del documental "El Mocito", de Marcela Said y Jean de Certeau, donde cuenta su vida como agente de la DINA.

Vergara lleva el apodo de "Mocito" desde 1974, cuando a los 15 años llegó a la casa del general Manuel Contreras para trabajar de mozo. El jefe de la DINA le tomó simpatía y dispuso su entrenamiento como agente del organismo, hasta que un tiempo después fue destinado a trabajar, también como mozo, en el cuartel "Simón Bolívar", cuya existencia permaneció en secreto hasta hace pocos años y era la sede operativa de dos brigadas operativas ("Lautaro" y "Delfín").

El lugar era un centro de exterminio, del que ningún prisionero salió vivo: allí murieron todos los integrantes de tres direcciones clandestinas sucesivas del Partido Comunista cuyos cadáveres fueron lanzados al mar después de haberles borrado a fuego las facciones y las huellas dactilares.

En 2007, el "Mocito" reveló al ya fallecido juez Víctor Montiglio, la existencia de ese cuartel y de las brigada Lautaro y Delfín. Entregó además al magistrado una larga lista de agentes totalmente desconocidos hasta entonces, información que permitió a Montilglio procesar a más de sesenta de ellos.

Vergara, ni en el documental ni en sus declaraciones judiciales dice nada acerca del fraude de 1980, ni se extiende demasiado en los detalles de todo lo sucedido en el cuartel Simón Bolívar, lo que ahora hace en el libro de Rebolledo, que fue asistente de dirección del filme.

Plebiscito del 80 fue una operación comunicacional

El abogado constitucionalista, Pablo Ruiz-Tagle, estimó que tanto la revelación respecto a un fraude en la Constitución de 1980, como también el polémico acto de homenaje a Pinochet tiene que ver con una "pasada de cuenta" de los militares al Presidente Sebastián Piñera.

ImagenEn conversación con Lo que Queda del Día, el jurista sostuvo que la molestia pasa porque el Gobierno no ha cumplido con su promesa de liberar a los condenados por crímenes de derechos humanos durante la dictadura.

"Yo creo que hay un problema con el Gobierno, donde militares detenidos por violaciones a los derechos humanos están queriendo crear problemas, porque ellos dicen que hay un compromiso del Presidente Piñera durante la campaña para liberarlos o perdonarlos y no se ha cumplido", dijo el abogado.

Consultado respecto a si se le está cobrando una cuenta al Mandatario, Pablo Ruiz-Tagle sostuvo que "políticamente eso es lo que se percibe".

El jurista recalcó que no le extraña la revelación del fraude de la Constitución de 1980, pero "lo que es nuevo es que lo diga alguien que lo hizo, eso no había sucedido y porque sucede esto ahora, y mi hipótesis es que quizás se le está cobrando una cuenta a Sebastián Piñera y al Gobierno".

El profesor en la Universidad de Chile comentó además que la revelación sobre las irregularidades en la aprobación de la Constitución de 1980 eran conocidas.

"Estas revelaciones confirman lo que muchas personas sabíamos, el año 1980 no se hizo un plebiscito sin registros electorales, con ninguna garantía democrática, fue una operación comunicacional y a esta altura resulta vergonzoso hablar de la Constitución de 1980", sostuvo.

"Nuestra Constitución es pactada en el plebiscito del 89, que siguió al del 88, pero todavía hay demasiada materias en la parte ideológica que no se han podido modificar, que tienen que ver con esta visión de Jaime Guzmán y que ahora se descubre que se aprobó con fraude. Es algo que tenemos que revisar para tener una Constitución decente en Chile", enfatizó el constitucionalista.

Pablo Ruiz-Tagle recordó que a la Constitución aprobada en dictadura "se le hicieron 54 reformas en una negociación y se volvió a votar el año 89, entonces comenzó a regir cuando asume Patricio Aylwin el año 90. Desde ahí hasta ahora tenemos más de 100 reformas que se le han agregado a esas otras 54".

"Es un proceso como ir parchando un tela muy vieja y que desgraciadamente conserva parte de los mismos principios del documento original que se aprobó en forma fraudulenta", sostuvo el abogado.

Por ello Ruiz-Tagle enfatizó que existe la necesidad de cambiar este carta fundamental.

"Hay que cambiarla y es para todos los chilenos, no para un sector, y eso hace las cosas muy difíciles. Es un proyecto muy bonito, quizás es el más hermoso al que se puede invitar a nuestros conciudadanos, porque sería la única vez que en Chile nos habríamos sentado de forma pacifica a hacer una Constitución, ya que todas las otras han sido fruto de la fuerza, de grupos militares que se han apoderado del poder y que la han impuesto", concluyó.



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