04/06/2013
Aunque Manuel Araya, chofer de Pablo Neruda, dijo reconocer y acusó este domingo al agente de la DINA y supuesto agente de la CIA Michael Townley de haber envenenado al Premio Nobel de Literatura, expertos en la materia aseguran disponer de pruebas que lo exculpan.
Aunque Manuel Araya, chofer de Pablo Neruda, dijo reconocer y acusó este domingo al agente de la DINA y supuesto agente de la CIA Michael Townley de haber envenenado al Premio Nobel de Literatura, expertos en la materia aseguran disponer de pruebas que lo exculpan.
Manuel Araya, quien fuera chofer de Pablo Neruda y actual querellante en el juicio que busca establecer la causa de la muerte del escritor, acusó el pasado domingo al estadounidense Michael Townley de haber envenenado al Premio Nobel de Literatura.
"El doctor Sergio Drapper acusa a Price y por las características físicas que da (1,80 de estatura, rubio), seria Michael Townley quien hizo la maldad contra Neruda, y otros dos más que ya están identificados en la investigación que lleva el juez Mario Carroza", dijo Araya en una entrevista con la agencia de noticias italiana ANSA.
El 19 de septiembre de 1973, ocho días después del golpe de estado que derrocó al gobierno del presidente socialista Salvador Allende, Neruda, que padecía cáncer de próstata, fue internado de urgencia en la clínica privada Santa María, de Santiago, donde falleció cuatro días más tarde.
Oficialmente, la causa de su muerte fue el cáncer, pero hace dos años Araya afirmó que el poeta fue asesinado mediante una inyección letal y junto a algunos familiares del escritor solicitaron una investigación judicial que está en curso y para la cual se exhumaron los restos el 8 de abril pasado.
Michael Townley era un violento militante de extrema derecha que creció en Chile en los años ’60 y difundía propaganda contra el presidente Salvador Allende, gran amigo de Neruda, a principios de 1973. Pero los expertos dicen que Townley estaba en Florida en el momento de la muerte de Neruda, el 23 de septiembre de 1973, apenas 12 días después de Golpe de Estado con que el general Augusto Pinochet derrocó a Allende. Y, contrariamente a la historia difundida por Manuel Contreras, jefe de la DINA, Townley nunca fue un agente de la CIA, dijeron.
Existen evidencias: la licencia de conducir de la Florida, un nuevo pasaporte de EE.UU. y recibos de sueldo de un garaje donde Townley trabajó como mecánico que prueba que estaba en Florida en septiembre de 1973, asegura John Dinges, periodista que cubrió Chile para The Washington Post y escribió acerca de Townley en dos libros, "Operación Cóndor" y "Asesinato en Embassy Row".
Por su parte, Peter Kornbluh, autor de "El archivo Pinochet, un expediente desclasificado sobre Atrocidad y Rendición de Cuentas", también descartó la idea de que la de Townley fuera una pista que valga la pena analizar.
Townley, que comenzó a trabajar en la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA) en junio de 1974 y procesado por las muertes del excanciller Orlando Letelier y el general Carlos Prats, así como por el atentado en Roma al exvicepresidente Bernardo Leighton, vive en Estados Unidos como testigo protegido, luego de haber reconocido su participación en el primer crimen, cometido en Washington en 1976.
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