La Paz debe entregar mejor información sobre el origen de este confuso incidente y ambos países tienen que aumentar la seguridad en la frontera.
22/06/2011 - 04:00
EL INGRESO a Chile de 14 soldados bolivianos, vistiendo sus uniformes, portando armas y circulando a bordo de vehículos encargados por robo constituye un hecho que debe ser aclarado y adoptarse las medidas preventivas para que no se repita. Su presencia no autorizada en territorio nacional motivó su detención, y si bien, luego de un rápido procedimiento judicial, fueron liberados y retornados a Bolivia, persisten las preguntas en torno a los alcances de su conducta.
Un factor que contribuye inevitablemente a alimentar las suspicacias es la reconocida existencia de una industria de tráfico de vehículos robados en esa zona, que luego son llevados a Bolivia para ser comercializados sin papeles, al punto de que el gobierno boliviano decretó recientemente una amnistía para legalizar vehículos indocumentados a la que ya se han acogido más de 70.000 unidades, muchas de ellas provenientes del contrabando y robo en países vecinos.
Las justificaciones entregadas por el gobierno boliviano hasta ahora no son suficientes. La explicación inicial del vicepresidente, que los soldados de su país "estaban cumpliendo una misión patriótica", no entrega mayores luces sobre lo que hacían realmente ni por qué estaban en territorio chileno. Tampoco parece convincente que estuvieran efectuando procedimientos de control al narcotráfico, como se ha dicho, sin conocimiento de las autoridades chilenas. A ello se suman las contradicciones en el discurso de las autoridades bolivianas. Mientras el canciller elogiaba la "buena comunicación" entre ambos países para manejar el incidente, la ministra de Defensa denunció que los militares detenidos habían sido "incomunicados" y tratados "como delincuentes". En Santiago, el ministro del Interior, que dijo haber recibido las felicitaciones del cónsul boliviano por la forma en que se resolvió el caso, estimó "desconcertante" la actitud paceña. Según las autoridades chilenas, y como refrendó ayer el defensor penal de Iquique, los soldados bolivianos no fueron incomunicados ni sufrieron tratos discriminatorios de ningún tipo, y recibieron asesoría legal gratuita.
El hecho de que los militares detenidos hayan sido deportados a Bolivia no debe interrumpir la investigación que se debe realizar en Chile sobre estos hechos, para determinar exactamente las razones de su presencia en territorio chileno y las eventuales vinculaciones con los problemas que existen en la zona fronteriza. Las autoridades bolivianas deberían colaborar con ella a través de antecedentes claros e irrefutables. Asimismo, las entidades responsables del orden público y la custodia de nuestras fronteras deben adoptar los resguardos para que hechos de este tipo no se repitan, especialmente porque casos como éste conllevan el riesgo potencial de dar pie a incidentes más delicados y más complejos de manejar.
Ambos países deben dar pasos para mejorar la seguridad en la frontera. Es precisamente la relativa permeabilidad del límite lo que facilita la acción de grupos delictuales dedicados al narcotráfico o al robo de vehículos. Bolivia, en particular, debe poner trabas al mercado negro de vehículos robados que funciona en su territorio, endurecer su política antidroga en virtud de su condición de país productor y tomar medidas para dar seguridades de que sus efectivos militares no incurrirán de nuevo en estas conductas.
http://www.latercera.com/noticia/opinion/editorial/2011/06/894-374641-9-explicaciones-por-ingreso-de-militares-bolivianos-a-chile.shtml
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