El golpe de estado en Chile del 11 de septiembre de 1973 en que es derrocado el presidente democráticamente electo Salvador Allende nos brinda una cantidad de información para conocer cómo la CIA se encarga de destruir a aquellos gobiernos que no se alinean con las políticas norteamericanas.
Básicamente los pasos que se instrumentaron para derrocar a Allende fueron estos:
- Desgaste del gobierno desde los medios masivos de comunicación (diarios El Mercurio, La Segunda, La Tercera de la Hora, Las Últimas Noticias, La Prensa, La Tarde y Tribuna).
- Desestabilización de la economía: desabastecimiento de productos esenciales (frente a los aumentos de salario que da el gobierno, el sector empresario sube los precios para evitar que disminuya su ganancia lo que genera inflación, el gobierno aplica un control a los precios y la respuesta de las corporaciones empresarias es quitar los productos de las góndolas).
- Cacerolazos por parte de la clase media y alta de Santiago, fogoneados por los medios ante el desabastecimiento de productos.
- Huelga de camioneros que paraliza el transporte.
- Frente a la conflictiva situación, grupos de ultraizquierda califican al gobierno de «reformista» y «capitalista» por no avanzar con medidas más radicales. Se realiza un paro de 70 días en el sector minero, disminuyendo el principal ingreso del país que es la exportación de cobre.
- La oposición en el congreso declara al gobierno «ilegítimo» por «apartarse de lo que marca la constitución».
- Alzamiento militar y derrocamiento del gobierno.
Documentos desclasificados muestran que la CIA gastó $3 millones de dólares en propaganda anti allendista para asustar a los electores en contra de la coalición de Allende previo a las elecciones.
«Además de financiar a los partidos políticos [opositores a Allende], el Comité 40 [organismo de los servicios secretos estadounidenses] aprobó grandes sumas para sostener a los medios de oposición y para mantener así una campaña oposicionista implacable. La CIA gastó un millón y medio de dólares para apoyar a El Mercurio, el principal periódico del país y el canal más importante de propaganda contra Allende. Según documentos de la CIA, estas gestiones significaron un papel significativo en la preparación del escenario para el golpe del 11 de septiembre de 1973″.
-Comité Church y Pike del Senado de Estados Unidos
*25 de marzo de 1970: El Comité de los 40 aprueba entregar 125. 000 dólares para «operación de descrédito de la Unidad Popular» (el partido de Allende).
*27 de junio de 1970: se aprueba entregar 300.000 dólares adicionales.
*9 de septiembre de 1970: se aprueba la entrega de 700.000 dólares para el diario El Mercurio.
*11 de abril de 1972: se envían otros 965.000 dólares para el diario El Mercurio.
*15 de mayo de 1972: la empresa estadounidense ITT deposita 100. 000 dólares en Suiza.
*11 de abril de 1973: se envían 300.000 dólares adicionales para El Mercurio.
Philip Agee, un espía desertor de la CIA publicó un libro sobre la agencia de inteligencia con el título «Inside the Company», describiendo su manera de actuar, comprando a todos los actores posibles del sistema político chileno. Así muchos “dirigentes comunistas” estaban pagados por la CIA. Muchos crímenes realizados con el fin de desestabilizar el país fueron atentados de bandera falsa, operados por la CIA con el fin de culpar a otros sectores políticos.
Así como la CIA utilizó los medios masivos de comunicación de Chile y controló a distintos agentes políticos de ultraderecha y ultraizquierda para crear el clima favorable a un golpe de estado, la inteligencia naval norteamericana bajo la Operación UNITAS organizó a la Armada de Chile para dar el golpe de estado al que Pinochet y el Ejército se sumaron a último momento.
-El presidente norteamericano Nixon ordena derrocar a Allende a través del proyecto secreto de la CIA hoy conocido como FUBELT a través de documentos desclasificados y publicados por el National Security Archive el 11 de septiembre de 1998.
Estos memorandos de la CIA y los informes sobre el Proyecto FUBELT incluyen reuniones entre el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger y funcionarios de la CIA, los cables de la CIA a su estación de Santiago, y resúmenes de las medidas secretas que detallan decisiones y acciones destinadas a socavar la elección de Salvador Allende en septiembre de 1970, promover el golpe de Estado militar que llevó a Augusto Pinochet al poder, y el posterior apoyo a la junta militar en los primeros años de su gobierno.
La élite chilena en contacto con la élite del poder financiero global fueron los titiriteros detrás del campo de operaciones.
El mismo David Rockefeller patriarca de la dinastía de banqueros dueños del JP Morgan Chase Mannhattan Bank, Exxon Mobil y dueño de una parte importante de las minas de cobre chilenas reconoce esta trama.
David Rockefeller
Sus minas de cobre fueron nacionalizadas en 1971 por Salvador Allende. Dos años después, la Junta Militar de Gobierno pagó una indemnización de US$250.000.000 a la empresa Anaconda Copper Mining Company, propiedad de las familias Rockefeller y Rothschild. Así relata Rockefeller en sus Memorias el gobierno de Allende:
«Lo más emblemático de esos años sombríos en América Latina fue Chile durante la presidencia de Salvador Allende a comienzos de los ‘70. La historia se ha vuelto bien conocida y bastante controvertida. Allende, un marxista confeso y líder del Partido Socialista de Chile, hizo campaña en 1970 sobre la plataforma de una reforma agraria radical, la expropiación de todas las corporaciones extranjeras, la nacionalización de la banca, y otras medidas que hubiesen puesto a su país directamente en la senda del socialismo. En marzo de 1970, mucho antes de la elección, mi amigo Agustín (Doonie) Edwards, propietario de El Mercurio, el principal diario de Chile, me dijo que Allende era un embaucador soviético que destruiría la frágil economía chilena y extendería la influencia comunista a la región. Si Allende ganaba, advertía Doonie, Chile se convertiría en otra Cuba, un satélite de la Unión Soviética. Insistió en que los Estados Unidos debían impedir la elección de Allende. Las preocupaciones de Doonie eran tan intensas que lo puse en contacto con Henry Kissinger. Más tarde me enteré que los informes de Doonie confirmaron la [información de] inteligencia ya recibida de fuentes de inteligencia oficiales, lo que llevó a que el gobierno de Nixon aumentara sus subsidios financieros clandestinos a grupos opositores a Allende. Pese a esta intervención, Allende ganó la elección por un estrecho margen… Una vez en el cargo, el nuevo Presidente, fiel a sus promesas electorales, expropió las propiedades norteamericanas y apuró el paso en la confiscación de tierras de la élite y su redistribución al campesinado. La mayor parte de las propiedades de Doonie Edwards fueron tomadas, y él y su familia huyeron a EEUU, donde Donald Kendall, alto ejecutivo de Pepsico, contrató a Doonie como vicepresidente, y Peggy [esposa de Rockefeller] y yo los ayudamos a instalarse».
Con Pinochet como instrumentador del gobierno posterior al golpe se inauguraría la etapa más oscura de la historia chilena y latinoamericana con miles de muertos, secuestrados y torturados.
Así trabaja la CIA en América Latina. En el pasado la desestabilización de los gobiernos populares culminaba en un golpe militar, en el presente en un «golpe blando». Los objetivos son los mismos: devolver el poder político a las grandes corporaciones para aplicar sus proyectos de economía neoliberal. Aprendamos de la historia.
Anexo: Documentos secretos desclasificados:
Henry Kissinger, Thomas Karamessines y Alexander Haig (asistente militar de Henry Kissinger y de la Operación 40), en una reunión del 15 de octubre de 1970, hablaron de la promoción de operaciones encubiertas para un golpe de Estado en Chile, conocido como «Track II». Las órdenes de Kissinger a la CIA fueron «continuar manteniendo la presión sobre cada punto débil de Allende a la vista»
(«continue keeping the pressure on every Allende weak spot in sight»)
La nota manuscrita tomada por el director de la CIA Richard Helms, que registran las órdenes del presidente norteamericano Richard Nixon, para fomentar un golpe de estado en Chile.
«15 de Septiembre de 1970: Chances de 1 a 10 quizá, pero salven a Chile!; vale la pena el gasto, no preocuparse; sin involucrar a la embajada; $10.000.00 disponibles, más si es necesario; trabajo a tiempo completo con los mejores hombres que tengamos; plan de operaciones;
hagan que grite la economía; 48hs para un plan de acción».
(1 in 10 chance perhaps, but save Chile!; worth spending; not concerned; no involvement of embassy; $10,000,00 available, more if necessary; full-time job–best men we have; game plan; make the economy scream; 48 hours for plan of action.)
https://nsarchive2.gwu.edu//news/20040925/index.htm
https://kontrainfo.com/asi-la-cia-derroco-a-salvador-allende-documentos-secretos/