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jueves, 10 de octubre de 2013

Ocupantes del jeep del hijo de Carlos Larraín que mató a peatón estaban todos borrachos

10/10/2013 |
En declaración judicial publicada por The Clinic,Matías Villela, quien iba en el vehículo, relató que llevaban horas de juerga bebiendo incluso de un bidón con 5 litros de pisco. Reveló detalles inéditos del fatal accidente.


Una información exclusiva publicó la edición digital del periódico The Clinic, en la que se relatan hechos hasta ahora desconocidos de las circunstancias en que ocurrió el accidente protagonizado por Martín Larraín Hurtado, hijo del presidente de RN Carlos Larraín, y en la que falleció víctima de un atropello Hernán Canales.

De acuerdo a la publicado y basado en declaraciones judiciales, los tripulantes del jeep que provocaron el fatal accidente lo hacían bajo la influencia del alcohol, luego de participar en diversas celebraciones de Fiestas Patrias.

El siguiente es el texto de la nota publicada en la página on-line de The Clinic.

La Sofi y sus amigas todos ebrios

"Tomé un bidón de seis litros, lo llené con pisco y hielo y me subí al jeep de Martín con Alberto y no recuerdo con quien más. Martín iba manejando", relata, en su declaración judicial Matías Villela Velasco, el llamado "cuarto ocupante" del vehículo que conducía la madrugada del 18 de septiembre el hijo menor de Carlos Larraín que atropelló a Hernán Canales en Curanipe lo que ocasionó la muerte del hombre. En algún minuto, hubo siete personas trasladándose en el auto, pero cuando se produjo la embestida contra Canales iban seis en el interior del Toyota 4X4, dice la declaración.

El testimonio, al que tuvo acceso The Clinic Online, es clave para que la Fiscalía de Cauquenes, VII Región, pueda fundar la presunción de que Martín Larraín Hurtado, quien se dio a la fuga luego del accidente, manejaba en estado de ebriedad, más allá de lo que arroje la alcoholemia que se le practicó al estudiante de Agronomía más de 24 horas después del incidente, cuando fue detenido rumbo a esa ciudad por Carabineros.

Villela prestó declaración recién el 3 de octubre pasado y aclaró varios detalles desconocidos de las horas previas al incidente y, en especial, el perfil del grupo de jóvenes -cuyos padres gozan de un alto poder económico- que se apoderaron de un pueblo durante las Fiestas Patrias sin control de ningún adulto y que cometieron una serie de excesos:

"En ese momento iba ebrio por lo que no recuerdo mucho, sólo que mi tiré al dulce con una de las amigas de la Sofi, pero no recuerdo cual. Recuerdo que pasamos a dejar a Valenzuela, no recuerdo a que parte, pero era camino a nuestra casa, por algo lo pasamos a dejar. Después me acuerdo que iba con la amiga de la Sofi sentado atrás. Sentada atrás también iba la otra amiga de la Sofi. La Sofi iba adelante con Sebastián. Así estamos cuando siento un impacto (...) Como le digo, no recuerdo mucho porque estaba curado y creo que las amigas de la Sofi también".

El documento de tres páginas es concreto, preciso y decidor respecto de la muerte de Canales y de cómo Martín Larraín -y su grupo de amigos- lo dejaron tirado, luego de hacerlo volar 16 metros producto del impacto y además, cómo ese mismo 18 de septiembre -como si nada hubiera pasado- siguieron bebiendo alcohol pese a que una persona había perdido la vida producto de su responsabilidad.

Hay que recordar que Larraín Hurtado está formalizado en el tribunal de garantía de Chanco por cuasidelito de homicidio, no auxiliar a la víctima ni avisar a la autoridad. En tanto otros dos acompañantes, Sebastián Edwards y Sofía Gaete, fueron imputados por obstrucción a la investigación ya que le mintieron a la policía, respecto a qué vehículo había participado en el atropello, para encubrir al hijo del parlamentario RN.

Detalles inéditos

Matías Villela, un estudiante nacido en mayo de 1990, reveló que arrendó una casa a 22 kilómetros de Curanipe junto a ex compañeros de curso, donde llegó al responsable del atropello.

"El martes 17 de septiembre llegó, tipo una o dos de la tarde Martín Larraín en su jeep color mostaza, junto a mi compañero de curso Sebastián Edwards y Juan Manuel Ossa... Ese día había empezado a beber desde temprano con unos amigos, Alberto Wieze, entre otros", declaró Villela.

En la residencia había alcohol y carne a destajo que se renovaba una y otra vez. "Partí tomando vodka, después pasé a la piscola", dijo. Y continuó: "Cuando llegó Martín, aún me encontraba bien, es decir, me daba cuenta de las cosas, de hecho los salí a recibir y seguí bebiendo, mientras ellos se instalaban", siguió.

A continuación aseguró que salió a recibir a los mencionados comensales, pero que al seguir ingiriendo alcohol, "no me fijé si Martín bebió".

"No recuerdo bien si en la tarde conversamos, ya que llevábamos varios días bebiendo y éramos un grupo de aproximadamente 20 personas", describió.

La fiesta interminable

El joven Villela explicó que cuando ya cayó la noche, llegó el momento de ir a las ramadas. Partieron al lugar de celebración a eso de la medianoche, dijo Villela.

En esta parte de su relato se cruza con el testimonio prestado por Larraín Hurtado a la fiscalía el 20 de septiembre pasada la medianoche. Este último aseguró que a eso de las 19 horas del 17 bebió "unos vasos de ponche con durazno". Es decir estuvo más de cinco horas en un fiesta con alcohol y carne por doquier y sólo consumió eso.

Sin embargo, según Villela, antes de ir a las fondas de la zona, tomó un bidón de 6 litros.

"Al llegar a las ramadas nos separamos y anduve por diferentes ramadas con el bidón dándole a quien veía el trago que hice y bailando", dijo Villela.

Después, cuando llegó el momento de retirarse en la madrugada minutos antes del accidente y en el jeep que condujo Martín Larraín Hurtado, Villela relata:

"Recuerdo haber estado en el jeep cuando terminó la ramada. Recuerdo en el jeep íbamos siete personas: Martín manejando, la Sofi, quien es Sofía Gaete, Sebastián Edwards, Valenzuela, a quien le dicen "cazuela" y dos niñas más que eran amigas de la Sofi".

Villela, pese a estar borracho, explicó que pasaron a dejar a Valenzuela "y me acuerdo que iba con la amiga de la sofi sentado atrás". Pero de pronto todo cambió.

"Frenamos y nos tiramos a la orilla. Ahí se bajaron los tres de adelante: Martín, Sebastián y Sofía, mientras que las dos amigas de la Sofi y yo nos quedamos en el auto, creo porque nos dijeron que nos quedáramos en el auto", relató Villela.

Cómplices pasivos

Borracho y todo Villela -después de beber desde tempranas horas del 17 de septiembre vodka y pisco y de haber traslado consigo un bidón de 6 litros de alcohol- se bajó a mirar.

"Como nos demorábamos, me bajé a mirar y tengo el recuerdo de una persona como a la orilla del camino, en una bajada al lado de unos árboles. Cuando me acerqué mucho a mirar, Martín nos dice que nos subamos al jeep y me va a dejar a la casa de las amigas de la Sofi en el jeep, la casa quedaba más o menos cerca no se bien dónde, quedando Sebastián y Sofía cuidando a esta persona. Ahí me quedé con las amigas donde dormí al lado de las amigas de la Sofi", siguió.

Aquí la historia de Villela vuelve a cruzarse con la de Larraín Hurtado. En el testimonio ante la fiscalía jamás mencionó a Villela, aunque sí lo hizo en una declaración por escrito en la comisaría cercana al accidente, donde también incluyó a Sebastián Edwards y Sofía Gaete. Sin embargo, de los otros tres ni siquiera se tenía conocimiento, por lo que deberán ser citados a declarar.

De manera increíble -que demuestra el grado de desconexión con los hechos- Martín Larraín Hurtado, la mañana del 18 de septiembre, es decir, a horas del accidente que terminó con la vida de Hernán Canales, huida mediante, fue a buscar a Sofía Gaete y después a Villela. De acuerdo a la versión de este último fue dos o tres horas después del atropello, por lo que se colige que debieron ser las 9 am del 18 de septiembre. El secreto siguió.

"El mismo día en la mañana fue a buscar a la Sofi a la casa donde estaba y me subió al jeep. De ahí nos fuimos a la casa, yo aún estaba ebrio, ya que deben haber pasado dos o tres horas. En el trayecto casi no hablamos, sólo un comentario que cómo se cruza un tipo en pelota en la calle", declaró.

Hecho esto se fueron a dormir. Es decir, Larraín Hurtado algo hizo entre las 6 del accidente y las nueve de la mañana de ese 18 que la fiscalía aún no logra determinar. Luego se dirigieron a una casa, donde Villela no hizo comentario alguno de lo ocurrido, despertando cerca de las 13 horas. "Y seguí mi rutina del asado", contó.

"Martín estaba preocupado y nos hizo el comentario que había averiguado que la persona estaba en el hospital", insistió.

Aquí nuevamente hay un antecedente desconocido. Larraín Hurtado jamás mencionó su indagación en el hospital. Menos que fue a buscar a sus compañeros de juerga temprano, ni menos que iba a entregarse a Carabineros. En su declaración ante la fiscalía aseguró que viajaba "con destino a Santiago" -el 19 de septiembre- cuando fue fiscalizado por la policía, oportunidad en que detectaron la abolladura en el vehículo y fue detenido.

Así las cosas, el 19 de septiembre, habiendo transcurrido más de 24 horas del accidente -y seguía la juerga- Villela asegura que Martín Larraín Hurtado se dirigirá al hospital o a Carabineros para saber del destino del atropellado.

"Después todos bajamos a almorzar a Curanipe a un restorán de color rojo. En esa comida a Sebastián lo llama Sofía Gaete (para decirle) que Martín estaba detenido. Me llega un whatsapp de Benjamín Causa, contándome que Nicolás Amenábar, amigo de Martín, le contó que estaba en la comisaría, por lo que acompañé a Benjamín a la comisaría de Curanipe, pero Martín no estaba allí, por lo que nos fuimos para la casa y seguimos nuestra vida normal", asumió.

La frase final de Villela es reveladora: "Mi percepción fue que la persona (Hernán Canales) no estaba viva y Sebastián (Edwards) estaba a su lado choqueado". Y ninguno de los otros ocupantes hizo nada.



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